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Vista de Fregenal de la Sierra |
Ya en el pasado mes de
julio tuvimos ocasión de escribir sobre Luis Bravo Díaz (Fregenal de la
Sierra, 1938), catedrático jubilado de
Farmacognosia, que ejerció su profesión en las Universidades de Granada,
Salamanca, la Laguna y Sevilla, y de cómo a los 80 años (en diciembre de 2018)
realizó su segunda tesis doctoral sobre su paisano Bravo Murillo, presidente
del Consejo de Ministros durante el reinado de Isabel II, personaje que siempre
le había apasionado, sobre el tema “Bravo Murillo y el hospital de la Princesa”.
(Véase Mérida y Comarca, de 27/07/2023).
Ahora, el doble doctor en Farmacia e Historia, para
seguir con la tradición, nos regala, a sus 85 años, un nuevo libro sobre su
pueblo: Apuntes sobre los hijos ilustres
de Fregenal de la Sierra. Contexto histórico y geográfico, con prólogo de
Francisco González Merino, quien afirma que “el autor ha escogido y descrito
con el mayor rigor a veintiséis personas, cuyos apellidos siguen arraigados en
la localidad” y que el libro supone un homenaje a Fregenal “hecho con mucho
cariño por uno de sus hijos”.
Luis Bravo afirma en su capítulo de agradecimientos que
su trabajo profesional no le ha permitido residir en Fregenal (veintitrés años
en Granada, tres en Salamanca, diez en Canarias y treinta y uno en Sevilla).
Aun así, le halaga que “muchas personas con las que hablo reconocen mis
antecedentes extremeños por mi forma de hablar”. Le desasosiega, en cambio,
verlo cada vez más vacío: su pueblo ha pasado de 13.371 habitantes en 1955 a
los 4.473 en 2022.
Antes de adentrarse en los hijos ilustres de su pueblo,
el doctor Bravo Díaz describe la fundación de Fregenal (escudo bandera, ubicación,
límites del término) y su situación en la Edad Antigua, Media, Moderna y
Contemporánea y cómo es ahora, en el siglo XXI; el patrimonio, su castillo
templario, iglesias parroquiales, el santuario de santa María de los Remedios y
el yacimiento arqueológico de Nertóbriga). Destaca que a las Indias se desplazaron
más de cien frexnenses, aunque no ha hallado reseñas dignas de mención para
construir una biografía. El criterio elegido ha sido el cronológico, comenzando
con san Teopompo, que vivió en el siglo III y finalizando con Eugenio Hermoso,
quien vivió entre los dos últimos siglos.
Además del citado san
Teopompo (Nertóbriga Concordia Iulia, siglo III y fallecido en el 306 por
la persecución contra los cristianos) fue uno de los primeros obispos que
ocuparon la sede episcopal de Nertóbriga hasta su supresión en el reinado de
Wamba. Le siguen san Eutropio,
también obispo de la antigua ciudad (vivió en el siglo IV y murió en el 420). San Exuperancio (monje benedictino en
el siglo VI, fallecido en el 478). San
Honorio Abad, abad en el siglo VI.
En los siglos XV y XVI destacan Juan Serrano, navegante español del siglo XVI al servicio de Carlos
I de España, primo de Magallanes, fallecido en 1521 en Filipinas. Francisco de Arceo (1493-1560), que
jugó un papel destacado en la obstetricia. Vasco
Díaz Tanco (1500-1570), soldado, sacerdote, poeta, teólogo, dramaturgo,
impresor y actor. Alonso de Paz
Rodríguez (1520-1597), mercader y rico hombre, que perteneció a la primera
nobleza de España. Francisco Gómez Cid
(1524-1576), uno de los hombres de san Juan de Ávila que se convirtió en
jesuita. Benito Arias Montano
(1527-1598), humanista y teólogo, conocido como el Jerónimo español por su dominio de las lenguas hebrea, caldea y
siríaca; capellán de Felipe II, bibliotecario de El Escorial, diplomático,
embajador volante y otros cargos de confianza del monarca. Cipriano de Valera (1531-1606), el hereje español por excelencia,
fue monje jerónimo, bachiller en Teología, magister
en Artes, profesor en Cambridge y Oxford, pasó a la posteridad por ser el autor
de la Biblia más difundida en los últimos cuatrocientos años, conocida como la Biblia del Oso de 1559. Cipriano de Mesa (1556-1633), poeta
español del Siglo de Oro. Alonso
Rodríguez Santos (1560-1624) llegó a ser alcalde de la localidad y fue uno
de los personajes más significativos de Caracas.
Alonso Tinoco de Castilla
(1597-1660), magistrado en Sevilla y Canarias. Benito Arias Montano (1588-1641), militar y marino español que
desempeñó varios cargos coloniales, entre ellos gobernador de Nueva Andalucía y
Paria.
Entre
los siglos XVI y XVII, el autor destaca a fray
Juan Franco, obispo de Manila en el XVI. García Bazán vivió en el siglo XVII, oidor de Valladolid, juez y
fiscal. Benito Hermoso (siglo
XVII-1632), obispo de la India en el siglo XVII. Fray Pablo de Fregenal Casquete de Prado (1632-1674), monje y
misionero capuchino que desarrolló su labor en Guinea y Sierra Leona. Manuel Ramírez de Solórzano y Escobar
(1649-1684), misionero y jesuita que desarrolló su labor evangelizadora en las
Islas Marianas.
Joaquín Cid Carrascal (1700),
teólogo, erudito y predicador. Rodrigo
Sánchez-Arjona y Vargas-Zúñiga (1788-1865), militar. Antonio María Sánchez-Cid Carrascal (1799-1858), maestro de Bravo
Murillo, que lo presentó para el obispado de Coria en 1852, donde fundó el
Boletín Oficial del Obispado.
Juan Bravo Murillo
(1803-1873), licenciado en Filosofía y Derecho por Sevilla, Teología e Instituciones
Canónicas en Salamanca, abandona la carrera eclesiástica y estudia Derecho en
Sevilla; profesor de Filosofía en Sevilla, fiscal de la Audiencia de Cáceres.
Destinado a Oviedo, renuncia y se instala en Madrid, en la que instala bufete.
Ministro de Gracia y Justicia. Diputado por Badajoz y Fregenal. Por segunda
vez, ministro de Gracia y Justicia en 1847; ministro de Comercio, Instrucción y
Obras Públicas (1847), ministro de Marina (1849), ministro de Hacienda (1849) y
Presidente del Consejo de Ministros (1851). Su labor legislativa tuvo como
hechos fundamentales la ley de funcionarios, el plan nacional de construcción
de línea férreas, el arreglo de la deuda pública, el Concordato con la Santa
Sede, el abastecimiento de agua a Madrid, el fomento del tráfico marítimo;
ferrocarriles y carreteras… En 1858 fue presidente del Congreso y senador
vitalicio en 1863.
Ventura Camacho y Carbajo
(1819-1882), catedrático en la Universidad de Sevilla y primer bibliotecario de
la misma. Rodrigo Sánchez-Arjona y Sánchez-Arjona
(1841-1915), doctor en Derecho, empresario, maestrante de la Real Maestranza de
Caballería de Sevilla; tendió una línea telefónica de 8 kilómetros entre su
domicilio particular en Fregenal y la finca de su propiedad “Las Mimbres”,
fenómeno que pasó a ser la primera comunicación telefónica en un entorno rural
de España, que amplió a Sevilla y Cádiz.
Eugenio Hermoso Martínez (1883-1963), pintor y
académico de Bellas Artes de San Fernando.