martes, 15 de julio de 2025

LAS ERMITAS DE PLASENCIA, PATRIMONIO RELIGIOSO, HISTÓRICO Y CULTURAL


Ermita de la Vírgen del Puerto, patrona de Plasencia

    En Plasencia sobreviven cinco ermitas de las diecisiete que hubiere en su día. Perviven las de santa Elena, Virgen de la Salud, Virgen del Puerto, san Lázaro y Cristo de las Batallas. Desaparecieron las ermitas de santa Bárbara, Hipólito, Santo Ángel, Fuentidueñas (convento de san Marcos), san Miguel, san Andrés, santo Domingo, san Antón, san Cristóbal, Los Mártires, santo Tomás y santa Catalina.

    Sobre este rico legado arquitectónico que abarca desde la época medieval hasta la actualidad, versa la última obra del cronista oficial de Trujillo, académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes. José Antonio Ramos Rubio,[1]  buen conocedor  del patrimonio histórico-artístico placentino, no en vano realizó sus tesis doctoral sobre “La escultura y pintura medievales en la diócesis de Plasencia”.

    En el siglo XVII, Plasencia tenía siete ermitas. Fray Alonso Fernández las cita en 1627 en su obra Historia y anales de la Ciudad y Obispado de Plasencia: “San Lázaro, san Cristóbal, santo Tomás Apóstol, san Marcos, santo Domingo el Viejo, fuera de los muros; los Mártires y san Antón. Otras cuatro emitas distan una legua o media de la ciudad: Nuestra Señora del Puerto de Fuentidueñas; santa Bárbara en la sierra de los Calzones; y san Hipólito, junto al río, en el valle que llaman de Plasencia.”

    La ermita de santa Elena se halla situada en la plaza de su nombre, entre los caminos que conducen a las comarcas de La Vera y el Valle del Jerte. En el atrio se levanta un artístico crucero, en cuya basa se presenta la inscripción de su ejecución: año de 1630. También era conocida con el nombre de ermita de la Cruz por la cruz de piedra que preside en el atrio y que fue la causa de sus orígenes. Esta antigua ermita está situada en el camino que salía de la Puerta del Sol al Puente Nuevo que, en su primitiva advocación, estaba dedicada a la Cruz y su titular era, por tanto, un crucifijo de tamaño casi natural. Originariamente se llamó ermita de la Santa Cruz, porque en ella se veneraba al Santísimo Cristo de las Batallas, ante el cual juraban lealtad a la Patria los caballeros placentinos. Al trasladarse la imagen del Cristo de las Batallas a su actual emplazamiento, se dedicó a la advocación de santa Elena. El obispo placentino don Bricio (1189-1211) ordenó construirla en recuerdo del Cristo de Burgos, de donde procedían un gran número de habitantes de la ciudad. Fue reedificada varias veces a lo largo de su historia. A principio del siglo XX, la ermita se hallaba muy deteriorada, hasta el extremo de que se temió por su hundimiento y las imágenes. El crucifijo se llevó a la iglesia de Santiago y allí permaneció hasta que la ermita fue restaurada y, cuando quisieron trasladarlo, los fieles se opusieron porque le tenían gran devoción y estaba más cerca de la ciudad. Así que se decidió dejarlo en la iglesia de Santiago que, desde entonces, comenzó a llamarse Cristo de las Batallas y a la anterior se le puso el nombre de santa Elena, madre de Constantino, que halló en el Gólgota la Cruz en la que murió Cristo.

    La ermita de la Virgen de la Salud se sitúa sobre la puerta de Trujillo. La entrada presenta un arco de acceso muy amplio y sobre él se encuentra la ermita o capilla dedicada a la Virgen de la Salud. Cuando en el último cuarto del siglo XII, Alfonso VIII conquista la ciudad musulmana del Ambroz, entrando por el puente de Trujillo, funda en ella una ciudad que se llamaría Plasencia. En su equipaje llevaba una imagen de la Virgen, a cuya intercesión achacó el éxito de la campaña, por lo que ordenó hacer una copia de la misma y situarla encima de la puerta de la muralla que habría de construir. La devoción se extendió muy pronto, habilitándose en la misma muralla una pequeña ermita u oratorio. El 2 de abril de 1725 se inauguró la nueva capilla, que bendijo el obispo Lasso, quien en 1738 encargó el retablo mayor de la capilla.  El primitivo nombre de esta Virgen era el de Nuestra Señora la Virgen de los Remedios; pero, debido a los años de la peste que asolaron a toda España, y a los muchos milagros que realizó entre sus devotos, el pueblo la comenzó a llamar Virgen de la Salud. La fiesta de la Virgen se celebra el último domingo de septiembre.

    La ermita de la Virgen del Puerto está situada a cinco kilómetros de la ciudad, en la dehesa de Valcorchero. Fue declarada patrona de Plasencia por el papa san Pío X. El 27 de abril de 1952, siendo obispo Juan Pedro Zarranz y Pueyo, fue coronada por el nuncio de Su Santidad, cardenal Cicognani. En la víspera de la coronación, el Ayuntamiento la nombró alcaldesa honoraria de la ciudad. Según la leyenda, que se remonta a la Reconquista, huyendo de la invasión musulmana, los cristianos llevaron consigo en su huida imágenes de su mayor devoción. Una de estas caravanas de portugueses traían con ellos una imagen muy venerada en Lisboa: Nuestra Señora de Belén. Al llegar a Plasencia, la ocultaron en una cueva de Valcorchero, donde quedó oculta durante 400 años. Cuando Alfonso VIII recupera la ciudad fue descubierta la imagen y en el lugar se colocaron tres cruces de piedra: Cancho de las Tres Cruces. Entre otra peña apareció otra imagen, que estaba señalada con la huella de una albarca, las huellas de la pisada del pastor, impresionado al hallarla. De ahí, el apelativo de “La Canchalera”. Este fue su primitivo emplazamiento. La ermita estuvo a cargo de los franciscanos y, en 1570, pasó a la jurisdicción del obispo. La actual ermita es obra de los siglos XVII y XVIII. La ermita fue construida tras la fundación de la ciudad por Alfonso VIII; pero la imagen que recibió culto no fue la actual, del siglo XV, en que el chantre Diego de Lobera llevó a cabo las obras del nuevo templo. En 1521, siendo obispo don Diego de Arce, se realiza la nueva fábrica, restaurada y ampliada en 1601 y 1644. La actual edificación data de 1623, en tiempos del obispo Lasso de la Vega. El retablo que el obispo construyó para la ermita fue destruido en 1808 por las tropas napoleónicas y la imagen fue trasladada a la catedral, hasta que en 1815 dieron comienzo las obras de remodelación de la ermita, inaugurada en 1817.

    La ermita de san Lázaro se halla en el berrocal placentino, un lugar repleto de peñascos que terminan en el río y en el puente de san Lázaro. Es de construcción medieval. Ha sido restaurada muchas veces por las grandes avenidas de los afluentes del Tajo.

    La ermita del Cristo de las Batallas se sitúa cerca de la Puerta del Sol, donde se daban cita los peregrinos que marchaban a Santiago. La iglesia es obra del siglo XV. Los clásicos signos del peregrino invaden toda la ornamentación, por lo que puede certificarse, según el autor, que fue construida para uso del peregrinaje jacobeo; pero al trasladarse a ella  la imagen del Cristo de las Batallas adquirió su actual nombre. Preside la capilla mayor la imagen del Cristo.

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[1] Vid.: Ramos Rubio, José Antonio: Las ermitas de Plasencia, patrimonio religioso, histórico y cultural, TAU Editores, Cáceres, 2025, 160 págs.


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