sábado, 9 de marzo de 2024

EL ACADÉMICO FELICIANO CORREA RESCATA 40 NÚMEROS DEL SEMANARIO REPUBLICANO “EL CLAMOR JEREZANO”



El académico de número de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes y cronista oficial de Jerez de los Caballeros, Feliciano Correa Gamero, ha rescatado en la última publicación que hace el número 16 de sus “Libretillas jerezanas” cuarenta números de “El clamor jerezano”, semanario republicano, antimonárquico, revolucionario, anticlerical, autonomista y jerezano, como reza en su número 1 en la sección “Lo que somos”. [1]

    Los cuarenta números rescatados, incluidos en la obra, van desde el 28 de marzo de 1914 al 28 de diciembre de diciembre del mismo año. Aunque todas las consultas efectuadas para conocer si el semanario continuó publicándose durante los años 1915, 1916 y 1917, han resultado infructuosas, al final los conocidos y existentes son los que aborda en esta obra, todos de 1914, que guardaba en sus archivos.

    En su Introducción, el autor reconoce la “casi osadía o temeridad de fletar un medio de comunicación dirigido a una posible clientela que era, en ese pueblo y en su comarca, mayoritariamente analfabeta”; pero incide que el esfuerzo editorial debía ilustrar a las minorías sociales más inquietas y otros ciudadanos con cierta cultura, al objeto de hacerles ver las afrentas, tanto políticas como económicas, que padecían la ciudad y otros pueblos cercanos.

    El cronista de hoy narra el ayer de su pueblo a través de la lectura de esos periódicos testimonios de un pasado que reflejan el entorno de una sociedad y sus problemas, no ajenos a los nacionales de su tiempo, como el caciquismo, el terrorismo, la tensión regionalista catalana; pero se centra, sobre todo, en el caciquismo agrario.

    El académico analiza en ocho capítulos el mundo obrero jerezano que, en el siglo XIX tuvo sobre su marginación sobrevenida, todo el ambiente de los problemas nacionales que agravaron el estado social del mundo agrario.

    En un segundo capítulo se refiere a los personajes destacados en la ciudad que en esos años representan “un pellizco para despertar al pueblo”, como Manuel Barbosa García, alcalde y presidente de la Diputación de Badajoz, uno de los jerezanos más influyentes de aquellos años, presidente del Partido Republicano Radical; Antonio Bruguera, autor del libro “Contribución a nuestra verdadera historia”; José Méndez Caballo, director del semanario; y Baldomero Pérez Tanco, presidente de la Agrupación Socialista, vinculado a la industria corcho-taponera.

    En un tercer capítulo aborda la figura del poeta José Ramírez López Uría, “un ser con el corazón dividido”, con un padre lector de El Heraldo de Aragón y de periódicos republicanos, y su madre, conservadora de mente y devota religiosa, asidua de ABC, que publica trabajos en cada ejemplar.

    El capítulo cuarto alude a la cuestión social y política que vivía Jerez en la época: de los pobres, la falta de empleo; la urgencia de emplearse prestando o vendiendo el propio cuerpo; el poder que el hombre ejercía sobre la mujer; la falta de alimentos…

    La hambruna jerezana centra el quinto capítulo, la necesidad de comer y no tener qué comer, algo endémico agravado por la guerra europea.

    Analiza en el siguiente capítulo los anuncios publicitarios, que da conocer los establecimientos abiertos al público a comienzos del siglo XX: fábrica de calzados, almacén de maderas, cervecerías, bodegas, zapaterías, fábrica de curtidos…

    Finalmente, el cronista aborda en el octavo y último capítulo la vida de un periódico de pueblo en medio de una sociedad asolada por las necesidades y la desigualdad en todos los órdenes.

    El doctor Correa Gamero apunta, por último, unas anotaciones finales a modo de conclusiones sobre el semanario estudiado: una publicación semanal y de confesionalidad republicana; de carácter antimonárquico, con una clara preocupación por los más desfavorecidos en la económico, en lo sanitario y en el trabajo; partidario de la paz, muy crítico con el gasto que se dedicaba a la Guerra de África y contrario a la Guerra del 14; preocupado por la cultura, que estimula con artículos cultos; clamor en su nombre más que justificado, porque el panorama en cuanto a recursos para vivir era tan escaso como insostenible; libertad para criticar y denunciar; crítico con la jerarquía eclesiástica y solidario con los parroquianos maltratados.

    En resumen, el periodo estudiado por el académico extremeño compendia una época de la vida jerezana de las primeras décadas del siglo XX que, con sus ilustraciones, dibujos y apéndices a la propia historia de la localidad, más la ilustración de la época estudiada a través de la reproducción facsimilar de los cuarenta ejemplares, constituye una importante aportación del historiador y cronista local sobre el pasado de su pueblo.

    El índice onomástico y toponímico acumulado de las páginas escritas bajo el epígrafe de Anotaciones y la solapa de la obra escrita por el también académico extremeño José Miguel Lodo de Mayoralgo y Lodo, conde de los Acevedos, cierran estas páginas memoria viva de Jerez de los Caballeros.

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[1] Vid.: Correa Gamero, Feliciano: El clamor jerezano. Semanario Republicano. Rescate del periódico, estudios, comentarios y edición. Edita: Tecnigraf, Badajoz, 2023, 223 págs.

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