sábado, 29 de abril de 2023

MANUEL LÓPEZ SÁNCHEZ-MORA, CANÓNIGO-ARCHIVERO DE LA CATEDRAL DE PLASENCIA


Manuel López Sánchez-Mora (Jaraíz de la Vera, 03/09/1904; Plasencia, 20/11/1979) fue canónigo-archivero de la catedral de Plasencia, profesor de Estilística y Literatura Latinas en el Seminario diocesano, consejero de Caja Plasencia y autor de varios libros sobre Plasencia y su historia.

    Terminó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Plasencia en 1927. Fue ordenado sacerdote el 17 de diciembre de 1927. Al año siguiente, y hasta 1930, es coadjutor de Cabezuela del Valle. En 1930 fue designado párroco de Aldeacentenera por oposición. En la citada localidad editó la hoja parroquial de su nombre. En 1938 fue promovido a la parroquia de Logrosán y nombrado arcipreste del distrito.

    En 1949 gana la canonjía de archivero-bibliotecario de la catedral de Plasencia. Toma posesión como canónigo el 04/10/1949, previa presentación del obispo de la diócesis al Jefe del Estado. Durante cuatro veranos realiza estudios en la Universidad Pontificia de Salamanca. Mediante oposición, logra la cátedra de Estilística y Literatura Latinas en el Seminario diocesano. Fue asesor religioso de Radio Plasencia durante cinco años, en los que mantuvo una charla semanal sobre la doctrina de la Iglesia. Miembro destacado de la Junta Ejecutiva de la coronación canónica de la Virgen del Puerto, patrona de Plasencia, declarada por el papa Pío X y coronada canónicamente el 12 de abril de 1952 y alcaldesa honoraria de la ciudad declarada por el Ayuntamiento un día antes de la coronación.

    El 31/01/1955 recibe una felicitación del obispo “por la lucha digna de encomio realizada por el señor archivero en la confección del archivo catedralicio que le ha sido presentado”. Fue, asimismo, consejero de Caja Plasencia en representación del obispado en 1971. Perteneció a la Hermandad Sacerdotal de Sufragios. Colaborador del periódico El Regional y de la revista Plasencia. Falleció en Plasencia el 20/11/1979, a los 75 años de edad. Su funeral tuvo lugar el sábado 1 de diciembre del mismo año en la catedral placentina. El ayuntamiento de la ciudad puso su nombre a una calle de la misma.

    López Sánchez-Mora es autor de las siguientes obras:  Un hombre que honra a un pueblo: apuntes para la historia de Hervás (Hervás, 1962); La sillería del coro de la catedral de Plasencia. ¿Tallistas judíos? (Imprenta La Victoria, Plasencia, 1970); Plasencia, siglos XVI y XVII (Imprenta La Victoria, Plasencia, 1974); Plasencia, guía histórico-artística (Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Plasencia, 1976); Las catedrales de Plasencia: guía histórico-artística (Imprenta La Victoria, Plasencia, 1971); Episcopologio. Los obispos de Plasencia, sus biografías (Caja de Ahorros de Plasencia, 1986); Los obispos de Plasencia, vol. I, las Edades Media y Nueva, Caja de Ahorros de Plasencia, 2002.

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Bibliografía consultada: Archivo Diocesano de la diócesis de Plasencia: Actas capitulares; Boletín Oficial de la diócesis de Plasencia; Nuevo Día, diario de la provincia de Cáceres, de 27/07/1929 y de 27/08/1930; Boletín Oficial de la Provincia de Cáceres, de 25/05/1939; De Lorenzo, Pedro: Plasencia, tema: “Es como si agrego: Plasencia, alfil. ¿Y quién de Plasencia, mi capital electa, se me disminuiría? Alfil con mando en los peones de los pueblos todos del Norte. Así ahora mismo, ese libro de Sánchez-Mora (Plasencia), en las manos, veo yo a Plasencia”, en ABC de 09/11/1976; De Jesús Valverde Luengo, Francisco, en Alminar, núm. 12, de febrero de 1980, apunta que “desempeñó el cargo de canónigo-archivero durante treinta años” y que “sabía, como nadie, contar y exponer”; Don Manuel López Sánchez-Mora, nuevo consejero de la Caja de Ahorros, en Diario Hoy, de 08/07/1971; Moreno, Pedro: Presentación oficial de Plasencia, siglos XVI y XVII, en diario Hoy, de 16/01/1975. Como latinista y profesor de la disciplina en el Seminario, presumía ante sus alumnos de haber enseñado la catedral en la lengua de Cicerón a una ciudadana sueca.  “Nos daba latín y era un purista del mismo. Se sentía muy orgulloso de los conocimientos del latín. Eso, para él, era muestra de un orgullo sano.” (Testimonio de su alumno en el Seminario, José Pedro Díaz Alfonso).


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