viernes, 26 de septiembre de 2025

“ARROYO DE LA LUZ, TIEMPOS DE HISTORIA Y HERENCIA VIVA”


“El proceso de investigación llevado a cabo por Ramos Rubio, García Carrero y Leal Muro en este trabajo sobre el patrimonio e historia de Arroyo de la Luz es, sin lugar a dudas, una de las más significativas contribuciones al conocimiento de este singular rincón de Cáceres. Su labor, meticulosa y apasionada, ha conseguido que un vasto cúmulo de hechos, tradiciones y memorias se haya convertido en un relato coherente y profundamente respetuoso, con el alma del lugar”, afirma en el prólogo de la obra el alcalde de la localidad, Carlos Caro Domínguez. [1]

    El origen de esta localidad próxima a Cáceres se remonta, según los autores, a época romana, aunque el asentamiento humano en su entorno data de tiempos prerromanos, como lo demuestran algunos restos arqueológicos encontrados en la zona. En la Edad Media, la localidad fue repoblada durante la reconquista cristiana, pasando a ser una aldea más de Cáceres, que muy pronto quedó bajo el poder señorial de los Herrera. Este vínculo marcó profundamente el desarrollo de la villa, dotándola de carácter militar y religioso, En el siglo XVI, Arroyo del Puerco, primitivo nombre del espacio que actualmente ocupamos, adquirió gran relevancia económica y social gracias a la ganadería y el comercio.

    La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es el monumento más emblemático de Arroyo de la Luz y un ejemplo destacado del gótico tardío con influencias renacentistas. Construida entre los siglos XV y XVI, su interior alberga importantes retablos, entre los que destaca el retablo mayor de Luis de Morales, conocido como “El Divino”, Es la mayor colección de obras que se conserva y la única que permanece completa en el mismo lugar para el que lo creara.

    La localidad cuenta con varias ermitas que reflejan la profunda religiosidad de la población, entre ellas la ermita de San Sebastián, San Antonio Abad, La Soledad, ejemplos de arquitectura popular, así como el Santuario de Nuestra Señora de la Luz,

    La villa conserva un interesante conjunto de casas solariegas y palacios, testimonio de su importancia histórica, construcciones que presentan en sus fachadas escudos nobiliarios, como el Palacio de los Condes de Benavente.

    El Convento de San Francisco, fundado en el siglo XVI, es otro de los elementos clave del patrimonio religioso de la villa. Aunque en la actualidad está en desuso, su estructura refleja la estructura sobria y funcional de la época y actualmente restaurado parcialmente acoge diversos actos culturales a lo largo del año.

    Arroyo de la Luz no solo destacada por su patrimonio material, sino también por sus tradiciones profundamente arraigadas. Una de las más importantes y conocidas es la Fiesta de la Luz, declarada de Interés Turístico Regional. La celebración tiene lugar el Lunes de Pascua y combina elementos religiosos y festivos, con una procesión y espectaculares carreras de caballos que recorre la calle principal del pueblo, la Corredera.

    La villa conserva expresiones culturales como la gastronomía típica, entre la que destacan platos como las coles con buche, el frite extremeño, las migas y los dulces tradicionales.

    Arroyo de la Luz es, según los autores, un legado que perdura en el tiempo y su compromiso con la preservación del patrimonio es notable. Combina su rica herencia histórica con un entorno natural privilegiado, rodeado de dehesas y paisajes que invitan al visitante a disfrutar tanto de su historia como de su belleza.

    La obra se estructura en ocho capítulos: El medio físico y natural. La localidad está situada en una llanura elevada que se prolonga de norte a sur y se enmarca dentro de las denominadas “Ruta de las Cigüeñas” y “Ruta de las Chimeneas”, debido a la abundancia de las mismas. Se encuentra en un entorno natural caracterizado por una geología y relieve variado, que han influido en su evolución histórica y económica.

    La Historia. Arroyo entronca sus raíces en el Calcolítico (3.000-2.000 a C.), habiéndose hallado interesantes restos arqueológicos, una larga historia en la que ha sabido conjugar sus largas tradiciones con la modernización de su economía.

    En el tercer capítulo, El patrimonio artístico, se aborda el estudio histórico-artístico de las iglesias de Nuestra Señora de la Asunción, San Sebastián y San Antonio Abad; las ermitas de la Soledad, San Bartolomé y San Blas y Nuestra Señora de la Luz; el convento de San Francisco, la arquitectura civil de los palacios, las cruces de término y cruceros, el Rollo o Picota, el castillo de los Herrera, el Hospital de la Piedad o de la Encarnación, la capilla de la Casa de la Calera y la arquitectura urbana.

    El capítulo cuarto, sobre la Etnografía y la arquitectura vernácula, está dedicado al estudio del lavadero, los chozos o bohíos, el pozo de las matanzas, el pósito, la casa popular y la artesanía y gastronomía.

    Las fiestas y tradiciones populares es el objeto de estudio del capítulo quinto.

    El sexto capítulo, titulado Ecos de Arroyo, corre a cargo en su totalidad del doctor Alejo Leal Muro, quien aborda los recuerdos y tradiciones de una tierra de luz; el día de la Luz, con la procesión, la Luz, las carreras, las carrozas, las amazonas y niños y la bajada de la Virgen; el día de los alfareros, la matanza y los que también están y representan a Arroyo.

    La bibliografía y las imágenes para el recuerdo cierran la obra, perfectamente ilustrada y con gran profusión fotográfica.

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[1] Vid.: García Carrero, Francisco J.; Ramos Rubio, José Antonio y Leal Muro, Alejo: Arroyo de la Luz, tiempos de historia y herencia viva. Edic.: Alejo Leal (Medicina y valoración de daño corporal), Iberprint Artes Gráficas, Montijo, Badajoz, 2025, 265 págs.


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