jueves, 31 de marzo de 2022

BEATO JOSÉ POLO BENITO, DEÁN DE PLASENCIA Y TOLEDO



José Polo Benito (Salamanca, 27/01/1879; Toledo, 24/08/1936) fue un clérigo y escritor español, deán de las catedrales de Plasencia y Toledo, presidente y consejero de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Plasencia y promotor del viaje del rey Alfonso XIII a Las Hurdes en junio de 1922. Murió asesinado durante la Guerra Civil Española en la Puerta del Cambrón de Toledo el 24 de agosto de 1936, a los 57 años de edad, y beatificado por el papa Benedicto XVI el 28/10/2007 en Roma. Su cuerpo incorrupto se encuentra en la capilla de los Mártires de la catedral de Toledo.

    Estudió en el Seminario de Salamanca los cuatro años de latín y primero de Filosofía, continuó en el de Ciudad Rodrigo 2º y 3º de Filosofía y 1º de Teología. Volvió a Salamanca en 1897 para finalizar los estudios eclesiásticos, doctorándose en Teología y Cánones. Siendo estudiante, dirigió La Semana Católica.

    Fue ordenado sacerdote en 1904. Inició su actividad como coadjutor de Sancti Spíritus (Salamanca). En 1905 fue nombrado catedrático de la Universidad de Salamanca y capellán de las franciscanas de la ciudad. En 1907 fue designado secretario de cámara del Obispado y en 1908, canónigo y examinador sinodal. En 1911 vino a Plasencia como maestre-escuela de la catedral. En 1912 fue nombrado secretario del gobierno eclesiástico por vacante de la sede en 1913 y en 1918, deán de la catedral. Durante su estancia en Plasencia dirigió la revista Las Hurdes, organizó el Congreso Nacional Hurdanófilo celebrado en la ciudad y fundó el periódico Regional (1907-1914). Asimismo, participó en el Congreso Eucarístico Internacional de Viena, en el Congreso Social de las Asociaciones del Norte celebrado en Plasencia; en la Asamblea de la Buena Prensa, en Zaragoza, y en el Congreso de Previsión Social de Barcelona. El 19 de enero de 1905 visitó en Guijo de Granadilla (Cáceres) la tumba del poeta Gabriel y Galán. Se sienta junto a su lápida, saca un cuaderno y escribe estos versos: “Y a través de parduscas paredes/ yo percibo los flébiles ecos/ del solemne cantar funerario/ que, isócrono y lento, / va llenando los ojos de lágrimas/ va llenado de sombra el templo.” [1]

    El 25 de enero de 1923 fue nombrado deán de la catedral de Toledo, donde continuó su actividad pastoral y humanística. Ingresó como académico en la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas el 05/04/1925 con su discurso “Las pinturas murales de la capilla de san Blas de la catedral primada de Toledo”. Fue vicepresidente del Consejo del Patronato de Previsión del Instituto Nacional de Previsión, presidente de la Comisión Nacional de Monumentos, de la Esclavitud de Nuestra Señora del Sagrario y de la Dirección de Peregrinaciones a Roma y Oriente. Colaboró en los diarios ABC y Mundo Católico, así como en Prensa Asociada y dirigió la revista Tierra Santa y Roma. También colaboró en La Nación de Buenos Aires y otros periódicos y revistas extranjeros.

  Entre sus obras, caben destacar: “Feminismo social”, “La emigración en Béjar”, “Del periodismo católico”, “El hogar jurdano”, premio Roel; “Crónica del congreso social en favor de las Jurdes”, “El problema social del campo en Extremadura”, “El falso Rembrandt” (novela traducida al alemán), “Historia y novela”, “La acción de España en Palestina”, “Almas y tierras de América” y “Los senderos de la fe”. [2]

    El beato Polo Benito fue martirizado el 23 de agosto de 1936. En Toledo, una de las personas favorecidas por el beato fue el albañil apellidado Rosell, al que, cuando estaba en paro, le encargaba cualquier trabajo en su casa para darle a cambio una limosna camuflada o pago por el servicio prestado. Este albañil le traicionó. El 23 de julio de 1936 se presentó en su casa al frente de un grupo de milicianos, que practicaron un registro, le detuvieron y le llevaron a las dependencias de la Diputación Provincial para trasladarle dos días después a la prisión de Gilitos. Un mes después de su detención, el 23 de agosto, un trimotor del ejército republicano, escoltado por un caza, arrojó sobre el Alcázar bombas y bidones de gasolina, con el fin de provocar un incendio; pero la mala puntería de los aviadores provocó la muerte de varias personas que estaban fuera del Alcázar, pues la mayoría de las bombas cayeron en el exterior del recinto de los sitiados, alcanzando puntos tan concurridos como la plaza de Zocodover.

    Para vengar el desastre causado por su propia aviación, quienes controlaban la ciudad lanzaron a los milicianos contra los presos de Gilito. A José Polo Benito le acompañaban, entre otros, los dos hijos de Moscardó, comandante militar de la plaza y defensor del Alcázar: Carmelo, el más pequeño, y Luis, quien mantuvo con su padre la famosa conversación de teléfono entre Cándido Bello, presidente de Izquierda Republicana en 1936 y jefe de las milicias de Toledo y Moscardó, quien le dio un plazo de diez minutos para rendir el Alcázar o, de lo contrario, fusilaría a su hijo Luis, a quien se lo puso al teléfono… Ni se rindió el Alcázar ni fusilaron a Luis. Cuando los milicianos asaltaron la cárcel y ataron a los presos de dos en dos para llevarlos a las afueras de Toledo para asesinarlos, los dos hijos de Moscardó fueron atados juntos. Se produjo entonces el único gesto de humanidad de aquellos asesinos, porque uno de ellos, al fijarse en Carmelo, de 16 años, le soltó, le devolvió a la cárcel y ató a Polo Benito con el hijo mayor de Moscardó.  En la cuerda había ochenta hombres. Comenzaron a rezar el Rosario, Cuando llegaron a las Puerta del Cambrón, la comitiva se dividió en dos. El beato José Polo se dirigió a los asesinos en estos términos: “Dios es testigo del crimen colectivo que van a consumar. Él, en nombre de todos, les perdona.” Una ráfaga de ametralladoras acabó con su vida. La mitad en la Puerta del Cambrón y la otra en la Fuente Salobre. Al día siguiente, los cadáveres fueron enterrados en una fosa común. El 1 de febrero de 1941 sacaron el cuerpo del beato y lo depositaron en un ataúd en el cementerio de los canónigos del Cristo de la Vega. Al beato le destrozaron la cabeza a golpes de culata de fusil. Así se pudo comprobar cuando fue exhumado el 1 de febrero de 2007 con motivo de su beatificación, en presencia del cardenal arzobispo de Toledo, monseñor Antonio Cañizares. Cuando abrieron el nicho, se pudo ver el buen estado del ataúd y que su cuerpo lo habían envuelto en 1941 en una bandera española sobre la que había colocado una estola. Al retirar la bandera se descubrió que, en lugar de un conjunto de huesos sueltos, había un cuerpo incorrupto, que los forenses denominan saponizado porque, al perder el agua, la piel queda con un parecido a la piel de sapo. La cabeza no presentaba ningún agujero de bala. No recibió el tiro de gracia. Su rostro era una expresión de dolor por los golpes recibidos. Su cuerpo fue trasladado a la catedral y, tras su beatificación en 2007, la capilla del Sagrado Corazón, fue renombrada como Capilla de los Mártires, donde se halla su cuerpo incorrupto. [3]

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[1] Vid.: Pajuelo Jiménez, José Antonio y Luna Reina, Pedro: Blog La Voz de Plasencia: Un poeta en el olvido, de 09/02/2008.

 [2] Vid.: Juliá Martínez, Eduardo: Una vida y una muerte, Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, núm. 57 de Toletum, primera época,  Necrológicas de los doctores Agustín Rodríguez, José Polo Benito y Rafael Benítez Vega, de José Lillo Rodelgo y Agustín Rodríguez y Rodríguez, de 23/12/2013.

 

domingo, 27 de marzo de 2022

LAS BODAS DE MARÍA LUISA



    Ahora ya no es un sueño, María Luisa. ¡Tantas fechas fijadas desde hace más de veinte años para tu boda y sin desposarte…! Al fin, ya la tienes: el 2 de julio acogerás en tu lecho a Aristófanes; después serás Penélope, Antígona y Numancia, y “Las bingueras de Eurípides” despedirán tu larga tornaboda el 30 de julio. ¡Tantos años reconociéndonos sin conocernos!, como un sueño inacabado que no se hiciere nunca realidad. Promesas de amor incumplidas, peticiones de mano no satisfechas…, tus novios todos dándote largas, olvidándose de ti; atado con cadenas el acceso a tu puerta, sin poder darte la mano ni besarte, menos aún oficializar la petición.

    En el centro de la ciudad antigua, tu belleza de años marchitándose desde 1989, en que la Junta cedió tu mano al ayuntamiento por 99 años. Décadas sin cine ni teatro en la ciudad antigua. Nada podías darnos, querida; nada sin decirnos, una eternidad esperándote, como Penélope a Ulises.  Solo pervivía el nombre de tu mecenas, María Luisa Grajera, quien no te dio su nombre, sino el de la infanta de España María Luisa de Borbón (Madrid, 1832; Sevilla, 1897), hija de Fernando VII de España y de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, nacida en el Palacio Real de Madrid, bautizada en el Real Sitio de Aranjuez, casada con Antonio de Orleans, duque de Montpensier, cuyo palacio diste a Sevilla (hoy de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía) y pusieron tu nombre al parque así conocido, con una estatua del cacereño Enrique Pérez Comendador (Hervás, Cáceres, 1900; Madrid, 1981).

    Te he escrito tantas veces, corazón, que he perdido la cuenta en la larga espera: el 15/08/2015 te escribí la primera carta: “Esperando a María Luisa… en el Teatro-Cine”: el 17/06/2016, “No tardes más, María Luisa”; el 27/12/2017, “Siempre te esperaré, María Luisa”. El 13 de noviembre de ese año vi en el BOE el anuncio de licitación de las obras de tu rehabilitación por el Ministerio de Fomento, con un plazo de ejecución y entrega de veinte meses.... Desde 1999 esperándote; desde 2017, muchos más que veinte meses.

    Ha llegado, al fin, la hora de los desposorios; el interior, el exterior y la fachada, remozados; tu ajuar de novia, dispuesto; las nupcias a la espera. Eres la novedad del LXVII Festival de Teatro Clásico de la era moderna, junto al Teatro Romano, Cáparra, Medellín y Regina. “¡Que salga Aristófanes”, de Els Joglars, será tu estreno; “Penélope” del Ballet de Murcia; “Antígona”, de Sófocles, por la compañía portuguesa Chapitô ; y “Las bingueras” de Eurípides, de “Las Niñas de Cádiz”…, los siguientes.

    No eras tú, María Luisa, cielo, un teatro más de Mérida. En los años veinte, antes de que abrieras tus puertas, había en la ciudad seis salas de cine: Ponce de León, Liceo, Artesanos y Cinema Moderno y, en verano, el Ideal y el Victoria. En 1971 todavía había nueve salas. El 15 de julio de 1988 se proyectó tu última película: Kundun, de Martin Scorsese. Los cines de verano e invierno fueron cerrándose. Mérida parecía bastarse con el Teatro Romano; pero no podía cerrarse una etapa de setenta años así como así. Los artistas y amantes del teatro Ateneo Libertario de Mérida publicaron en el Día Mundial del Teatro 2011 una esquela en octavilla que decía: “Con motivo de la rehabilitación del teatro que lleva mi nombre, he decidido descansar en paz y ceder mi nombre a Margarita Xirgu, más joven y teatrera que yo. Rogamos un aplauso para ellas” (Véase José Caballero Rodríguez, en “Historia gráfica del cine en Mérida (1898-1998)”, Editora Regional de Extremadura). No importa ya. Antes Cine Navia, después el nunca olvidado Teatro-Cine María Luisa; ahora ya, y para siempre, Teatro María Luisa. No ha muerto tu nombre, amor. Seguías viva en el corazón de muchos emeritenses que jamás te olvidaron, como a tu fundadora, María Luisa Grajera, como a la infanta de España que te dio su nombre.

    Ningún taxista podrá decirme ya que “está cerrado”, cuando hace años le pedí a uno que me llevara hacia ti, a la salida del ferial, junto al río. “Ya lo sé, señor, pero tengo estacionado allí mi coche.” Y él me respondió: ¡Ah, usted disculpe, caballero…” Antes de que se abran tus puertas para el estreno volveré a verte, cariño, apego, ternura, pasión, adoración, querencia, afecto, predilección por ti, como por el Teatro Romano cuando lo vi por vez primera a los 15 años…; como en la canción del Dúo Dinámico “Quince años tiene mi amor”: “Si le doy mi mano ella la acariciará/si le doy un beso ya sabe lo que es soñar…” Soñamos demasiado, amor, por ti; pero despertamos, al fin, a comienzos de verano e iremos a tu boda para compartir con tantos la larga espera de Penélope por ti; como en la canción de Serrat: “Adiós, amor mío,/ no me llores/ antes que/ los sauces caigan las hojas…/ Piensa en mí/ volveré a por ti…”, veinte años esperando, como Ulises, por volver a verte, delicia de tu nueva luz…


lunes, 21 de marzo de 2022

S. M. LA REINA DOÑA SOFÍA, ALCALDESA HONORARIA PERPETUA DE MÉRIDA



La primera visita oficial a Extremadura de Su Majestad el Rey don Juan Carlos I y S. M. la Reina doña Sofía como Reyes de España, en los primeros días de marzo de 1977, se inició en el Parador Nacional de Turismo “Vía de la Plata” con una recepción a una amplia representación de la sociedad extremeña el día 9.  En aquel acto, el alcalde de la ciudad, Pedro José Aranguez Gil, ofreció a Su Majestad la Reina su bastón de mando, “símbolo de su nombramiento de alcaldesa perpetua de la ciudad”. [1]

Dos días antes, se celebró en el salón de actos de las Casas Consistoriales un pleno extraordinario con un único punto en el orden del día: Designación de S. M. la Reina de España doña Sofía como alcaldesa honoraria perpetua de Mérida.

El secretario accidental, Antonio Salmerón Ruiz, dio lectura “a la moción que formula la Alcaldía en la que, tras diversas consideraciones sobre la egregia personalidad de la Reina de España, propone su designación como Alcaldesa Perpetua Honoraria de la ciudad. Continúa exponiendo --verbalmente-- los méritos y circunstancias que concurren en la Reina de España, su fina sensibilidad cultural y artística y su afección al campo de las Humanidades, facetas estas que comportan a la vez la obligación y el alto honor para la Corporación municipal de designarla de la forma indicada, en una ciudad que, tanto por sus venerables vestigios arqueológicos, como por las páginas que la historia escribió con sus hombres y sobre sus tierras, la erige en hito señero de la historia y de la cultura de España. La Corporación, por aclamación, acuerda designar a S. M. la Reina de España Doña Sofía con el título de Alcaldesa Honoraria Perpetua de Mérida”. [2]

Su Majestad el Rey Don Juan Carlos respondió con estas palabras: “Agradezco muy sinceramente el nombramiento de la Reina como alcaldesa perpetua de esta ciudad. Y lo agradecemos porque nos llega profundamente al ligarnos de forma especial con estas tierras cuna de hidalgos, caballeros y conquistadores que han dado gloria a nuestra querida Patria, y que estamos seguros han de conquistar con su esfuerzo y el apoyo de todos los españoles el lugar que en justicia le corresponde.” [3]

En el diario Hoy se enumeraban los regalos que les ofreció el Ayuntamiento a Su Majestades los Reyes. “A Su Majestad la Reina doña Sofía se le entregó una placa de plata en la que va inscrito el certificado del nombramiento de Alcaldesa Honoraria Perpetua de Mérida, firmado por el secretario y el alcalde; la Medalla de la Corporación Municipal; un alfiler con el escudo de oro de la ciudad; el libro de actas del Simposio de Historia Antigua celebrado en el Bimilenario; la Historia de Mérida de Moreno de Vargas y un retrato S. A. R. el Príncipe Felipe realizado por un enfermo del Hospital Psiquiátrico en estaño repujado. Al Rey, por su parte, le regalaron la medalla de oro de la ciudad y una colección de medallas del Bimilenario en oro, plata y bronce.

 El Rey dijo en su intervención: “Agradezco muy sinceramente el nombramiento de la Reina como alcaldesa perpetua de esta ciudad” y la Reina manifestó: “Agradezco el nombramiento de alcaldesa perpetua de esta bella ciudad y esperamos volver para verla detenidamente.” [4]

Su Majestad la Reina Doña Sofía nació en Atenas el 2 de noviembre de 1938. Hija primogénita de los Reyes de Grecia Pablo I y Federica, su familia pertenece a una de las Casas Reales más antiguas de Europa.

Pasó parte de su niñez en Egipto y África del Sur, pues su familia tuvo que expatriarse durante la II Guerra Mundial. Regresó a su patria en 1946. Completó su formación en el internado alemán de Schoss Salem y, de nuevo en Atenas, se especializó en Puericultura, Música y Arqueología. Participó como suplente en el equipo de vela griego durante los Juegos Olímpicos de Roma en 1960.

El 14 de mayo de 1962 contrajo matrimonio en Atenas con el Príncipe Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, y en los años siguientes nacieron sus tres hijos: la Infanta Elena el 20 de diciembre de 1963, la Infanta Cristina el 13 de junio de 1965, y el Príncipe Felipe el 30 de enero de 1968, que le han dado ocho nietos.

Además de su participación en actos oficiales e institucionales, Doña Sofía dedica gran atención a actividades sociales y asistenciales. Es presidenta ejecutiva de la Fundación Reina Sofía. Ostenta, además, la presidencia de honor de varias instituciones culturales y musicales, como la Escuela Superior de Música Reina Sofía.

La Reina Doña Sofía es Académica de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la Real Academia de la Historia. Ha recibido el Doctorado Honoris Causa por las Universidades del Rosario (Bogotá), Valladolid, Cambridge, Oxford, Georgetown, Évora, Nueva York y Seisen (Tokio). [5]


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[1] Vid.: Diario Extremadura de 10/03/1977, pág. 3.

 [2] Vid.: Acta del Pleno extraordinario celebrado en el Ayuntamiento de Mérida el día 7 de marzo de 1977.

 [3] Vid.: ob. cit. Diario Extremadura.

 [4] Vid.: Diario Hoy, de 10/03/1977, pág. 11.

 [5] Vid. Web de la Casa de Su Majestad el Rey. Biografía de S. M. la Reina Doña Sofía.


martes, 15 de marzo de 2022

DEFENSORES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD


    Acaba de surgir en Cáceres un grupo de Facebook de amigos defensores de las personas con discapacidad. Su objetivo es hacer una carrera solidaria entre personas que viven la discapacidad, bien porque tengan hijos biológicos, adoptados o acogidos que, aunque iguales entre todos, viven, trabajan o tienen discapacidad. Pretenden ayudarse entre ellos; denunciar lo denunciable; ensalzar a las asociaciones y colectivos que hacen bien su tarea… Ante la confusión reinante entre muchos padres, es primordial ayudarse mutuamente. Hay jubilados que se apuntan a la tarea. No puede tolerarse que, en pleno siglo XXI, los discapacitados sufran un retroceso en sus derechos como personas. Invitan a técnicos, abogados, médicos, cuidadores…, a aportar su granito de arena para luchar por esas personas especiales. Todos a una, sin que nadie capitalice una idea.

El proyecto no pretende, tampoco, servir de trampolín para un trabajo; para que otros recojan a los discapacitados que pudieren cubrir sus necesidades, pero que nada les dieren de lo que tanto necesitan: el cariño que solo unos padres pudieren darles.

María José Pérez y su marido Chema Tovar acogieron en su casa hace casi treinta años a ocho discapacitados, que convivieron con sus dos hijas, al tiempo que crecían sanos en familia y trabajando fuera de casa cuando les llegó la hora. En 2015, la mamá adoptiva de los discapacitados recibió un reconocimiento de la Asociación de Mujeres de Extremadura por la Innovación y el Desarrollo de Plasencia.

El padre Ángel (Mieres, 1937), fundador de Mensajeros por la Paz, le propuso a Chema hacer de su casa un lugar de acogida para niños con discapacidad psíquica. Después los pequeños pasaron a depender de la Junta de Extremadura y su casa se convirtió en un piso tutelado. “Cuando llegaron --contaba María José en El Periódico Extremadura (07/03/2015)-- no sabían convivir en un hogar y les enseñamos a vivir en familia. Tanto que los acogidos les llaman “papá” y “mamá”.

De ellos, con su experiencia, ha nacido esta idea que han compartido con otras muchas personas que la apoyan. No desean figurar ni presumir de nada de lo que han hecho, ni siquiera ser protagonistas de la aventura que han iniciado con tantos como se necesitan para ayudar a los perdidos en el camino que no saben transitar.

Es mucho el camino hecho ya; pero también es verdad que la pandemia ha fracturado algunos de los logros conseguidos. Se ha desvirtuado el espíritu de acogida en algunos centros por falta de recursos económicos; pero, sobre todo, por la carencia de alma y corazón que necesitan todas las personas discapacitadas por parte de sus cuidadores.


martes, 8 de marzo de 2022

MARÍA ANTONIA Y FLOR, DOS PIONERAS PLACENTINAS


Nunca las olvidaré, como a otras muchas mujeres placentinas, menos aún en su día. El Ayuntamiento de Plasencia, cuyo alcalde ha sido pionero en honrar como se debe a sus antecesores fallecidos, lo ha sido también por su profesión (maestro de música) y, sobre todo, por su sensibilidad hacia asuntos que antes pasaban inadvertidos. Hoy, Día Internacional de la Mujer, honra en mi ciudad adoptiva a dos mujeres pioneras en la política municipal, María Antonia Rivera, y a la primera policía local de la ciudad, Isabel Ramos, además de a tres compañeras --Merche Rodríguez, Marian Castillo y Pilar Armero, responsables del medio de comunicación PlanVe--, como mujeres extraordinarias. Mi felicitación para todas.

Sobre María Antonia tuve la ocasión de escribir en dos ocasiones: en la primera titulé un artículo en una sección cultural que firmare los martes y viernes en el entonces Diario Extremadura, “María Antonia y yo”, a principios de la democracia. El alcalde, José Luis Mariño Roco, había sido interpelado en un pleno municipal, por un concejal que le reprochaba que el ayuntamiento no organizaba actos culturales. El alcalde le respondió: “¿Y para qué queréis actos culturales si a todos los que se celebran solo vamos María Antonia y yo?”, su concejala de Cultura, y le dejó sentado… Por obligación y devoción, María Antonia recuerda aquellos tiempos en que tuvo que romper barreras hasta en la plaza de toros, porque no le dejaban estar en el burladero, aunque fuere ella quien organizare los festejos, además de actividades culturales (exposiciones, conciertos…).

Cuando falleció Mariño Roco, también la recordé.  El 27 de septiembre de 2019 me encontraba en Plasencia en un acto cultural en el Parador de Turismo. Vi al alcalde salir enseguida. Ni imaginar pudiera que sería por el fallecimiento de Mariño. El domingo 29 escribí un artículo en mi blog, “José Luis Mariño, un político en la historia de Plasencia” (http://felixpineroradiointerior.blogspot.com/2019/09/jose-luis-marino-roco-un-politico-en-la.html), en el que también  recordaba este episodio.

No conozco a Isabel Ramos y bien que lo siento; pero me imagino todo lo que cuenta en el periódico hoy mismo. Lo he conocido de primera mano por las pioneras de la Policía Local en Cáceres. Mi felicitación por su valentía y por ser pionera placentina en la Policía Local, aun con las incomprensiones que recibiere.

Me son allegadas Merche Rodríguez Rey (redactora en El Periódico Extremadura en Plasencia y Cáceres) y Pilar Armero, exredactora del “Hoy”, quien junto a Marian Castillo, han sido consideradas “mujeres extraordinarias”. También ellas han sufrido lo suyo por estar donde debieren. Las vuelvo a felicitar desde aquí, porque ya lo hiciere.

A Flor Prieto, primera mujer diputada en el Congreso por la provincia, la hallé siempre en todos los actos políticos que, por obligación o devoción, tuviere en Plasencia. Me hallaba en las fiestas de la barriada de San Miguel en 2007 y allí estaba Flor recibiendo un premio por sus atenciones al barrio… Estaba a mi lado una concejala que me dijo: “Esta no necesita papeles. Es sindicalista y sabe hablar”, y decir, añadiría. Otra vez fue en un acto político. Al abandonar el salón para volver a Cáceres tuve el placer de saludarla. Alternó su militancia en su partido (PSOE) y en el sindicato con el estudio de Magisterio. Así pudo llegar al Congreso en 1986. “Había que demostrar dos veces lo que podías valer”, dice hoy en El Periódico Extremadura, aunque falte mucho por hacer. Todavía entonces una mujer entre hombres no fuere valorada si no lo demostraba. Como ella, como todas, en Plasencia y en los pueblos, en estos y en la ciudad.


domingo, 6 de marzo de 2022

UN PASEO POR LA PLAZA MAYOR DE TRUJILLO




En su prólogo sobre “La Plaza Mayor de Trujillo” , [1] el cronista oficial de Madrid y Getafe, Ángel del Río López, afirma que “es una de las más hermosas plazas españolas de origen medieval, que la ha convertido en el conjunto histórico-artístico más visitado de Extremadura”. Los autores –José Antonio Ramos Rubio, cronista oficial de la ciudad, y Raúl Gómez Ferreira, doctor en Ciencias Sociales y Jurídicas e ingeniero civil—sostienen en la Introducción que, entre finales del siglo XV y principios del XVI, tiene lugar en la localidad una importante actividad arquitectónica y este último siglo será definitivo para su historia por su importante participación en el descubrimiento, conquista y civilización de América y por el desarrollo demográfico, así como por su destacada actividad arquitectónica.

Trujillo no es solo una ciudad que rezuma historia, arquitectura y arte; es, además, un modelo sostenible de ciudad, El turismo cultural es un fenómeno social en auge y ocupa una buena parte del ocio en la ciudad.  Catalogado como Bien de Interés Cultural, se convierte en el eje neurálgico de la famosa Ruta de los Conquistadores de Extremadura, al ser la ciudad natal de insignes dignatarios encargados de situar a España en el mundo. El desarrollo urbanístico y arquitectónico de Trujillo viene definido por dos núcleos de población: el recinto amurallado, que abarca la ciudadela medieval y la ciudad moderna, en torno a la Plaza. Hasta mediados del siglo XVI, el desarrollo arquitectónico se produce dentro de la ciudadela. En el siglo XV se construyen los primeros conventos trujillanos y en el Renacimiento, Trujillo se extiende fuera de la muralla. El crecimiento demográfico y nobiliario son las circunstancias que impulsan este desarrollo, poblándose la ciudad de nuevas construcciones nobiliarias, sobre todo en torno a la Plaza, lugar preferido por la nobleza para levantar sus grandes mansiones.

Uno de los grandes monumentos de la plaza es la iglesia de san Martín de Tours. La primera noticia de la iglesia data del 14 de marzo de 1353, día en que se reúne el Concejo en la iglesia para dar poder a Gonzalo Fernández de Añasco para señalar y amojonar los ejidos en las aldeas en nombre de Domingo Juan de Salamanca, alcalde enviado por el rey para tal cometido, especificando en el documento que dicha iglesia se encuentra en el arrabal de la villa de Trujillo. En el siglo XVI se llevan a cabo las obras de ampliación de la pequeña iglesia hasta convertirla en un majestuoso templo. A partir de 1526 se amplió la fábrica desde el ábside, desapareciendo el cementerio que se encontraba en las cercanías del templo. En el tercer cuarto del siglo XVI se finalizó lo fundamental del conjunto parroquial. El edificio que hoy vemos es esencialmente una fábrica del segundo y tercer cuarto del siglo XVI. En su interior, la iglesia es un compendio de arte, imaginería, sepulcros e historia.

El Concejo erigió unas notables Casas Consistoriales en el frente occidental de la Plaza. Junto al Ayuntamiento viejo existieron otras dependencias anejas, como la Cárcel y el Archivo de Escribanos, aunque las reformas hacen difícil distinguir las estancias. Parte del conjunto era el “Cañón de la Cárcel”, pasadizo abovedado realizado entre dichas dependencias, que dejó de llamarse “Cárcel Real” en 1834, cuando se establecieron las demarcaciones judiciales, en que comenzó a denominarse “Prisión del Partido Judicial de Trujillo”.

El palacio de los Chaves-Cárdenas está situado en el frente oeste de la plaza. A lo largo de los siglos ha sufrido diferentes reformas, de forma que en, en la actualidad, la portada es uno de los pocos testimonios de su origen. El edificio se levanta a principios del siglo XVI.

Junto a la magnificencia del Palacio de los Duques de San Carlos, la invitación a la vista que campea en su puerta hace casi imposible evitar la contemplación. El balcón de esquina, portada del más riguroso estilo plateresco. Fue ordenado edificar por el hijo del doctor Galíndez de Carvajal, albacea testamentario del rey Fernando el Católico. Don Fermín Francisco de Vargas Carvajal y Chaves y Sotomayor fue el primer duque de San Carlos y Conde del Puerto. El edificio no siempre estuvo dedicado a residencia regia o palaciega. En 1756 fue cuartel de milicias. A finales del XIX el patio se utilizó como lugar de representación de comedias y de bailes de carnaval; residencia del recaudador municipal; en 1913, residencia del administrador de los Duques de san Carlos y en 1960, la madre Cristiana de Arteaga, presidenta de la Federación de Religiosas Jerónimas de España y heredera del Duquesado del Infantado, decide iniciar su restauración y cede su uso a las religiosas de la Orden Jerónima en Trujillo, sin perder la propiedad del mismo los Duques de San Carlos y Marqueses de Santa Cruz.

El Palacio de los Marqueses de Piedras Albas fue construido en el siglo XVI por don Pedro Suárez de Toledo. Este palacio renacentista fue edificado en el siglo XVI sobre el “Portal del pan”. Destaca la fachada principal y su claustro doblemente claustrado y algunos artesanados de los salones del interior. La fachada principal es de dos plantas de sillarejo granítico.

El soberbio Palacio del Marqués de la Conquista se alza en un extremo de la Plaza Mayor de Trujillo. Fue ordenado construir por Hernando Alonso Pizarro y su esposa Francisca Pizarro Yupanqui, hermano e hija de Francisco Pizarro, conquistador del Perú. El palacio debió construirse en la década 1561-1571. Es una notable fábrica de sillería de planta cuadrada, ligeramente irregular y está formado por cinco plantas. El palacio se utilizó en la Guerra Civil como cuartel de las columnas de Castejón y del Regimiento de Argel, ocupado por la sección femenina de FET y en el primer cuarto de siglo hubo un colegio de segunda enseñanza. En la actualidad, el palacio está abierto al turismo.

La denominada Casa de la Cadena presenta en su fachada principal dos pisos sobre soportales, es de mampuesto y se adorna con seis escudos y una serie de seis balcones rectangulares, tres por planta. En esta mansión se alojó el rey Felipe II en 1583 cuando venía de posesionarse del trono portugués. La Torre del Alfiler es un baluarte castrense situado al norte de la plaza, pues en sus orígenes medievales se construyó como torre defensiva, formando parte de la muralla de la alcazaba. Este espacio castrense acoge el Centro de Interpretación de la Historia de Trujillo.

La Plaza Mayor de Trujillo ha sido escenario de torneos en la Baja Edad Media. Asimismo, se celebraron corridas de toros. El sábado de las fiestas patronales acoge la Salve en honor de Nuestra Señora. En 1984 comienza la construcción de la plaza de abastos, inaugurada cuatro años después. En los primeros treinta años del siglo XX se celebraba la Feria. En 1929 se inauguró el monumento a Pizarro, obra de Ramsey. Desde finales del XIX, la plaza acoge el Domingo de Resurrección o Pascuas. El 18 de octubre de 1953 tuvo lugar la coronación canónica de la Virgen de la Victoria, patrona de la localidad.  En 1966 se inaugura la nueva Plaza de Mercado de Abastos. En 1986 se celebra la primera Feria de Turismo y la Feria Nacional del Queso. Su escenario ha servido también para el rodaje de películas y series.

*El autor es académico correspondiente de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes.

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[1] Vid.: Ramos Rubio, José Antonio y Gómez Ferreira, RaúlLa Plaza Mayor de Trujillo, TAU Editores, Cáceres, 2021, 251 páginas.


miércoles, 2 de marzo de 2022

PORTEZUELO, A LA SOMBRA DEL CASTILLO


    La villa de Portezuelo y su territorio. Sueños de historia[1] está unida a la de su castillo, del que se tienen noticias en el siglo IX y, probablemente, a partir de esta fecha, se iniciase la construcción del pueblo. El castillo se alza sobre la calzada romana denominada de Dalmacia, lugar estratégico por su proximidad a la Ruta de la Plata, aunque los restos hallados nos hablen de un poblado visigodo y quizás, anteriormente, de un posible asentamiento romano.  Fue elegido por los árabes para controlar el paso de los cristianos hacia la denominada “transierra” leonesa hasta las tierras del sur de la Península. Expulsados los árabes de la villa, esta inicia su crecimiento hasta convertirse en una de las encomiendas más importantes de la Orden de Alcántara, cuyo territorio se disputó con la Orden del Temple. El término poseía una de las dehesas de mayor extensión de la zona, la dehesa de Rehana, que le propiciaba una buena renta a la Orden. Además de esta dehesa, la encomienda estaba al cargo de dos ermitas: santa Catalina y Nuestra Señora de la Cuesta, afirman los autores en la Introducción de la obra.

    La obra está estructurada en cuatro capítulos: “El medio natural”, “La historia”, “El patrimonio artístico” y “Tradiciones populares”, que se completan con la bibliografía y las imágenes para el recuerdo, que reflejan momentos de la vida cotidiana en la localidad.

    Portezuelo es un municipio de la provincia de Cáceres adscrito a la comarca funcional de Coria. El casco urbano está situado a 158 metros de altitud en la falda norte de la cordillera Oretana. Durante la dominación romana, la calzada de la Dalmacia atravesaba el puerto de la sierra de Portezuelo, al que debe su nombre, aunque en sus inicios fue conocido como Portillo y, más tarde, como Portichuelo, que le viene del puerto. Desde el portillo se controlaba el puerto que daba acceso a la ciudad de Coria. Este nombre fue evolucionando hacia Portichuelo y después hasta Portezuelo, como se le conoce en la actualidad.

    La principal actividad económica de la localidad es la ganadería, especialmente el ovino, caprino y bovino. La superficie labrada ocupa el 10 por ciento del término municipal, destacando los cultivos herbáceos y el olivar. Actualmente, Portezuelo tiene una población de 218 habitantes. La casa popular responde a un esquema generalizado de viviendas con dos plantas, un corral y una cuadra en la zona posterior. La villa contó con tres fábricas de hilados que subsistieron hasta la primera mitad del siglo XIX y varios molinos. A tan solo 5 kilómetros se encuentra el famoso convento franciscano de la Purísima Concepción de El Palancar, en Pedroso de Acim, conocido como el monasterio más pequeño del mundo, donde san Pedro de Alcántara construyó un monasterio que sería el eje de la reforma de los franciscanos descalzos. La encomienda de Portezuelo comprendía el lugar denominado “El Arquillo”, que aparece ligado a Portezuelo en 1532, y que en la actualidad pertenece a Cañaveral.

    El origen de la población se remonta a la Prehistoria, ya que en sus inmediaciones se han hallado dólmenes. También se tiene constancia de que en las proximidades del pueblo hubo asentamientos mineros romanos. La cercana población de Torrejoncillo (torre pequeña) era un punto estratégico primordial en el sistema defensivo de la calzada Dalmacia, que servía de enlace con el probable baluarte romano que existía en Portezuelo. El baluarte defensivo, conocido popularmente como castillo de Marmionda, nombre que se debe a una princesa mora, hija del señor del castillo, enamorada de un capitán cristiano que guerreaba contra las tropas de su padre, fue construido para controlar el territorio, en el camino de Coria a Alconétar, para cerrar el acceso al valle del Tajo y su cruce a través del vado de Alconétar. El castillo fue conquistado por Fernando II de León en 1166 y entregado a los Templarios, que no lo pudieron conservar mucho tiempo, al caer de nuevo en manos de los árabes, con la incursión de Abu Jacob, en 1196.

    Entre los edificios religiosos de la localidad destacan la iglesia de santa Marina, de la primera mitad del siglo XIII; la ermita del Cristo del Humilladero, documentada en el siglo XVI; la ermita de santa Ana; la ermita de los Mártires; la ermita de santa María de la Fortaleza; las de santa Catalina y san Miguel. Y entre los edificios civiles sobresalen el hospital, documentado en el siglo XVI; el cementerio, de 1872; el ayuntamiento, la cárcel y el pósito; las cruces de término y cruceros; y el rollo jurisdiccional, de inicios del XVII.

    Las principales fiestas populares son: la de los santos mártires san Sebastián y san Fabián, con orígenes en el siglo XVI; las Candelas, el 2 de febrero; y la fiesta de la Asunción, el 15 de agosto.

    Entre los ritos, mitos y leyendas, Félix Barroso Gutiérrez da a conocer la leyenda en torno a la festividad de san Sebastián: la alcaldesa de Portezuelo, María Victoria Galindo, dio a conocer en febrero de 1985 una loa compuesta y recitada por Narciso Galindo González, vecino de la localidad, con motivo de haberse librado su hijo Pedro de una desesperada enfermedad. Jesús Sierra Bolaños narra la leyenda de Maimonda, ampliada por Florentino Escribano Ruiz en “La leyenda de Marmionda y el caballero leonés”.

    La idea de escribir la historia de Portezuelo surgió del médico cacereño Alejo Leal, con lazos familiares en la localidad, cuyo Centro Médico de Traumatología y valoración del daño corporal en Cáceres ha patrocinado la edición de la obra.

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 [1] Vid.: Leal Muro, Alejo; Ramos Rubio, José Antonio y García Ballestero, Óscar: La villa de Portezuelo y su territorio. Sueños de historia; prólogo de Isabel Bacas Leal, artículo introductorio de Alejo Leal Muro y Presentación de Ángel Iglesias Gómez, alcalde de la localidad;  Iberprint, Montijo, 2021, 428 págs.