viernes, 16 de mayo de 2025

LOS II PREMIOS “JULIO DURÁN” PREMIAN AL BANCO DE ALIMENTOS, “LA CABRERA” Y EL PINTOR JIMÉNEZ CARRERO



Isabel Pérez, "La Cabrera"

    La segunda edición de los premios “Julio Durán”, promovidos por la Agrupación Local del PSOE de Plasencia en memoria del alcalde republicano fusilado en la Guerra Civil, han recaído en su segunda edición en el Banco de Alimentos, en los descendientes de Isabel “La Cabrera” y las mujeres que ayudaron a los repatriados heridos de la guerra de Cuba, y al pintor Enrique Jiménez Carrero.

    Los secretarios generales regional y provincial socialista, Miguel Ángel Gallardo y Álvaro Sánchez Cotrina, arroparon con su presencia a los miembros de la agrupación local en el acto celebrado en el auditorio de Santa Ana, presidido por su secretario local, Alfredo Moreno, y que tuvo como invitado especial al exjuez Baltasar Garzón, que asistió acompañado por su esposa, la exministra Dolores Delgado.

    La gala, presentada por el presidente de la Asociación Cultural “Pedro de Trejo”, Juan Carlos López Duque, fueron entregados ayer noche por el secretario de la agrupación local a Loli Hernández, presidenta de la delegación en Plasencia del Banco de Alimentos, por la mejor iniciativa local. El premio a la solidaridad humanitaria fue para Isabel “La Cabrera”, a título póstumo, y a las mujeres que ayudaron a los repatriados de la guerra de Cuba a finales del XIX, entregado por el secretario provincial, Álvaro Sánchez Cotrina; y el premio a las Raíces y el arte, otorgado al pintor de Granadilla e hijo adoptivo y embajador turístico de Plasencia, fue para Enrique Jiménez Carrero, que le fue entregado por el secretario regional socialista, Miguel Ángel Gallardo.

    En el acto intervinieron, además del secretario local, el exjuez Garzón, quien abogó por la continuidad de la exhumación de los fusilados y enterrados en las fosas durante la Guerra Civil y criticó la distinta interpretación de los jueces a la hora de aplicar la normativa de la memoria histórica.



LA SOLEDAD NO DESEADA


    Es un problema silencioso que afecta cada vez a más personas en España, Europa y el mundo. El Grupo Social ONCE la ha convertido en una prioridad para este año. Se trata de paliar la situación a nivel global, especialmente entre las personas ciegas o con otra discapacidad, sus trabajadores y el resto de beneficiarios de servicios sociales.

     Las iniciativas para ello son varias: ONCERCA, Observatorio SoledadEs, A tu lado siempre, Ilunión Vida Senior, vacaciones sociales, la labor de los vendedores callejeros (los “centinelas de la ilusión”), todo para rebajar el dato de que el 24,5 por ciento de los 4,3 millones de personas con discapacidad en España vive sola, lo que supone más de un millón de personas, según el estudio “Las personas con discapacidad en España: actividad, empleo y calidad de vida”, recientemente publicado por la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas).

     La soledad ha sido tema recurrente en el mundo de la creación musical y ahora en la literatura y las preocupaciones sociales. Desde que el cantante Emilio José ganara el Festival de Benidorm, en 1973, con la canción que llevara por nombre el citado vocablo, la soledad no deseada, aun con otras derivadas distintas y distantes, se convirtió en un asunto de preocupación social.  La canción era una oda a la simplicidad y la pureza de una mujer llamada Soledad, una figura que encarnare la inocencia y la autenticidad…

    “Soledad es tan tierna como la amapola

    Que vivió siempre en el trigo sola

    Sin necesidad de nadie, ay mi soledad.

    Las soledades de hoy son otras que están por encima del corazón: una persona de cada cinco (20 por ciento) sufre soledad no deseada en España, con una prevalencia mayor entre la población con discapacidad y jóvenes. Esta soledad limita gravemente la participación en la vida social y genera consecuencias negativas en el bienestar físico y emocional. Además de los efectos individuales, la soledad no deseada genera elevados costes sociales y de salud pública, según la vicepresidenta de Servicios Sociales y Participación del Consejo General de la ONCE, Imelda Fernández.  La soledad, afirma, requiere una postura activa para combatir el fenómeno, ya que no se trata de un problema aislado, sino de una cuestión social que requiere una atención integral y comprometida.

    No es, pues, la soledad de quienes viven solos porque han adoptado esa actitud de vida; quienes asumen que no necesitan a nadie para llevar a cabo su proyecto de vida; los que prefieren la libertad de vivir solos, sin compañía de otros, a vivir atados en compañía, pero en soledad. El hombre y la mujer se necesitan, han nacido en el seno de una familia, viven en un pueblo o ciudad, pero cada día más solos. La soledad es una opción de vida, pero se convierte en un problema para las personas ciegas o con grave discapacidad visual. La ONCE viene desarrollando desde 2011 su plan ONCERCA, que busca no solo identificar las necesidades de las personas afiliadas, sino establecer un vínculo personal con cada una de ellas. Lo mismo que Cruz Roja con el teléfono para avisar en caso de emergencia a quienes, ya mayores, viven solos, que no en soledad. La soledad no deseada no es la soledad buscada de una mujer, como la que cantare en su día Emilio José:

“Soledad, vive como otra cualquiera

En la aldea donde naciera

Lava, cose, llora y ríe, ay mi soledad.”


martes, 6 de mayo de 2025

CALVO BUEZAS PRESENTA EN LA FACULTAD DE POLÍTICAS DE MADRID SU ÚLTIMA TRILOGÍA SOBRE AMÉRICA


El catedrático emérito de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Tomás Calvo Buezas (Tornavacas, Cáceres, 1936),  presenta mañana miércoles, a mediodía, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid sus tres últimos libros, recientemente publicados, que representan el final de un investigador que ha dedicado su docencia e investigación a América y las minorías étnicas.

La última trilogía del profesor Calvo Buezas la constituyen sus libros: “Racismo, hispanofobia y cambios de valores en América (1993-2019)”, prologado por Guillermo Fernández Vara, expresidente de la Junta de Extremadura; “Cuba libre y democrática. ¿Qué piensan los cubanos?”, con prólogo del exministro de Asuntos Exteriores García Margallo, y el libro “Inmigración, racismo, sexismo y cambio de valores en España (1986-2024)”, prologado por Concepción Dancausa Treviño, exconsejera de Familia, Juventud y Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, publicados por Editamás (Badajoz).

En el acto de presentación participarán Esther del Campo, decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología; Guillermo Fernández Vara, expresidente de la Junta de Extremadura; Concepción Dancausa Treviño, exconsejera de Familia, Juventud y Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, y Francisco Aldecoa Luzárraga, exrector de la Universidad del País Vaso y exdecano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense de Madrid.


SESENTA AÑOS SIN GRANADILLA


Vista del castillo desde el interior y la Casa rectoral a la izquierda

    Parece que fue ayer; pero hoy hace sesenta años que, por Decreto 1347/1965, de 6 de mayo (BOE de 29 de mayo de 1965), firmado por el Generalísimo Francisco Franco, Jefe del Estado Español, y avalado por el ministro de la Gobernación, Camilo Alonso Vega, se  acordaba la disolución del municipio de Granadilla (Cáceres) y se incorporaba su término municipal a los limítrofes de Zarza de Granadilla y Mohedas de Granadilla con la divisoria determinada por el cauce del río Alagón, y facultaba al citado Ministerio para dictar cuantas disposiciones pudiera exigir el cumplimiento del Decreto.

    La justificación que ofrecía el Decreto para la disolución del municipio es que este se había quedado sin población ni riqueza imponible suficientes con motivo de la construcción de la presa de “Gabriel y Galán”.

    Asimismo, se hacía constar que la Corporación Municipal de Granadilla había dado su conformidad y, con respecto a asignar el territorio de su término, los informes de las autoridades provinciales emitidos en el expediente consideraron que la solución más oportuna era incorporar dicho término al municipio de Zarza de Granadilla, excepto los terrenos de la margen derecha del río Alagón, que pasarán a formar parte del municipio de Mohedas de Granadilla.

    Previamente, además de la conformidad de la Corporación local de la villa, habían emitido dictámenes favorables la Dirección General de Administración Local y la Comisión Permanente del Consejo de Estado y, a propuesta del ministro de la Gobernación, previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día treinta de abril de mil novecientos sesenta y cinco, se aprobó el precitado Decreto, dado en Madrid a seis de mayo de mil novecientos sesenta y cinco.

    En la citada fecha, poco vecinos quedaban todavía en Granadilla, sin recursos, sin saber a dónde ir ni qué hacer, su vida paralizada por el pantano que ahogó sus vidas en llantos sin fin; en acosos de las autoridades para abandonar la localidad que ya no fuere suya; en peritajes a la baja de tierras labrantías y huertos de olivos, sin nada ya para vivir, la historia política-administrativa acabada, pero no del todo, porque su luz aún brilla en el mapa.

    La descripción más amplia acerca de Granadilla nos la ofrece Madoz en 1846, en su Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico. Señala que el partido judicial de entrada y Audiencia Territorial de Cáceres se compone de cuatro villas, veintidós lugares, cinco concejos compuestos de diferentes números de alquerías y seis despoblados.  Las villas son Casar de Palomero, Hervás, Granadilla y Villanueva de la Sierra. Los despoblados: Cáparra, Corzas, Diganzales, San Miguel, Valdefuentes y Viloria. Los lugares son los demás pueblos y todos componen treinta y un ayuntamientos.

    Muchos autores vienen reiterando como un mantra que la villa de Granada se trasformó en Granadilla tras la conquista de la ciudad andaluza por los Reyes Católicos, cuando en los libros oficiales aparecen referencias a la villa de Granada hasta mediados del XIX. Siglo y medio antes de 1492, los monteros del rey Alfonso XI ya se referían a ella como Granadiella.

    Lo más lógico es que Granada fuera edificada por el rey don Fernando en 1170 y, dos años más tarde, en 1172, al caer en manos mahometanas la villa de Alcántara, pasara a poder de los muslines y estos la amurallaran y la fortificaran. Arrancada Granada del poder mahometano por el rey Fernando II de León en 1170, su hijo Alfonso IX la dio a la Orden de Santiago. En 1282 la poseía el infante don Pedro por donación de su padre, el rey Alfonso X el Sabio…

    La villa de Granada tuvo gran influencia en un vasto territorio que se extendía varios kilómetros a la redonda, que conformaba la antigua Comunidad de Villa y Tierra, con sede en la villa, y compuestos por los sexmeros o síndicos y un procurador síndico general, nombrado por todos los pueblos, que les representaba en Cortes. En 1446, la villa pasa a la Casa de Alba, en que dos condes y catorce duques la gobernaron hasta 1830. Entre el verano de 1443 y septiembre de 1479 se construye el castillo y la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, entre 1515 y 1520. En 1837 se disuelve el Señorío de Granadilla por orden de la Diputación Provincial, constituida el 1 de noviembre de 1835.

    En 1939 se inician los expedientes expropiatorios de fincas urbanas y rústicas del término municipal. En 1950, por Real Decreto de 20 de enero se declara con carácter urgente la construcción del pantano de Gabriel y Galán. El 24 de junio de 1955, el Consejo de Ministros acuerda el terreno inundable del término municipal. En 1957 se inicia la construcción de la presa, que concluye en 1962. El 6 de mayo de 1965 culmina el proceso de disolución del municipio. El 31 de julio, el Ayuntamiento celebra su última sesión. Entre 1954 y este último año, los últimos vecinos abandonan el pueblo camino del destierro forzoso.

    En 1979 se inician las obras de rehabilitación del castillo. En 1980 es declarado conjunto histórico-artístico. En 1984 se inicia el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados. Granadilla resucita de entre sus ruinas; pero el pueblo ya no es de sus vecinos. Tiene horario de museo y cierra los lunes sus dos puertas que siempre conocieren abiertas. Solo dos días al año las puertas permanecen libres para ellos (el 15 de agosto, festividad de la Asunción, y el 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos, víspera de Difuntos). Algunos no volvieron jamás. Otros (familiares y amigos) nunca volvieron a verse, ya casi todos difuntos… Los turistas se emocionan al ver ese pueblo y conocer su historia. En toda España se recuerda la antigua villa de Granada…


sábado, 3 de mayo de 2025

LA ESCUELA SUPERIOR DE MÚSICA DE EXTREMADURA Y EL PINTOR JIMÉNEZ CARRERO, PREMIOS “TORRES DE AMBROZ” DE PLASENCIA


La Escuela Superior de Música de Extremadura, Musikex, y el pintor Enrique Jiménez Carrero recibieron ayer noche los premios "Torre de Ambroz 2025", patrocinados por la Asociación Cultural Pedro de Trejo de la ciudad de Plasencia, el primero con carácter institucional y el segundo, a titulo individual.


El acto de entrega de premios tuvo lugar en la sala capitular del Parador de Turismo con la presencia de la directiva de la Asociación, presidida por su titular, Juan Carlos López Duque, y la concejala de Promoción Cultural y Universidad Popular, María Luisa Bermejo, en representación del alcalde.


Eugenio Mateos, junto a su premio y diploma

    La secretaria de la Asociación, Inés María Rodríguez Díaz, dio lectura a las actas de la directiva por la que se otorgaban los premios a la Escuela Superior de Música de Extremadura, Musikex, en la persona de su director, Eugenio Mateos, profesor de piano y organista de la catedral de Plasencia, “porque ha demostrado ser faro de excelencia y pasión y crisol de talentos, en el que los jóvenes encuentran un verdadero sentido por su amor a la música  y porque sus alumnos han demostrado un nivel de excelencia que nos inspira a todos gran admiración y respeto”. El premio se lo concede como “reconocimiento a la labor incansable de profesores y alumnos de la Escuela por engrandecer el mundo de la música desde Plasencia”.


Jiménez Carrero posa con el premio, junto a su esposa

    El galardón “Torre de Ambroz” en su categoría individual recayó en el pintor Enrique Jiménez Carrero, hijo adoptivo y embajador turístico de la ciudad, quien, “a través de su obra, nos habla y transporta a un mundo de emociones y sensaciones, por su capacidad para capturar la esencia de lo más cotidiano y cercano” y “por su talento, su contribución al mundo artístico y por su profundo amor a Plasencia”, y con el deseo de que “su arte siga iluminando los corazones de todos los placentinos y que su obra perdure en la ciudad por siempre y engrandezca Plasencia”.


    Los premios consisten en una reproducción de la Torre de Ambroz, que alude a los orígenes de la ciudad, y en una insignia con su reproducción, que le fueron impuestas por el presidente de la Asociación.


    En el acto tomaron la palabra, además de los galardonados, el presidente de la asociación y la concejala de Promoción Cultural.



jueves, 1 de mayo de 2025

LOS TRABAJADORES


El trabajador nace y se hace por el pecado original. El trabajador no es solo un asalariado. Hubiere muchos que no lo son y son currantes de sol a sol. Nuestros ascendientes fueron curritos sin jornales. Hoy hay más asalariados que currantes. Hay jornaleros sin jornales y cumplidores ociosos; diligentes obreros y operarios vagos. Los proletarios no fichan ni cobran; los vagos ni fichan, pero cobran.

Cada día más hay más curritos que productores; más holgazanes que artesanos; más mandos que tropa. Los jornaleros son incansables. Hay asalariados ociosos y currantes holgazanes. Curritos sin horarios y operarios que nada operan ni producen. Funcionarios ejemplares y pasantes. Trabajadores que cobran sin trabajar y los más, proletarios de la tierra que apenas les da para comer, porque otros se lo comen en su caminar.

El trabajador se levanta cada mañana y mira el horizonte para velar por su cosecha entre bancales de sudores y fatigas sin fin. No tiene despertador el trabajador sin más méritos que sus manos y su ansia de producción. El trabajador mira por sí y los suyos. Arranca a la tierra el fruto que se le supone; la mima, la cuida, la arrulla, la riega con el sudor de su cuerpo y el amor de su corazón.

Los trabajadores claman por sus derechos, hartos de sus derechos sin deber. Todo son deberes para los trabajadores y derechos para el señor. Hasta la política los etiqueta, como si esta fuere reveladora de lo que son: antes productores (la derecha); hoy, y siempre trabajadores (la izquierda). Y en qué se distinguen unos de otros: en que unos producen y otros recogen los frutos de aquellos y los multiplican por mil. Los parias de la tierra son famélica legión, como dice la Internacional. No tienen convenios ni fiestas que guardar. Hoy la guardan porque lo dice el Estado; mañana, su Iglesia, aunque sean agnósticos o ateos. Los animales que nos sirven o conviven con nosotros no las tienen y les socorremos cada día.

Todos aspiran a ser asalariados, trabajadores por cuenta ajena; muchos desearían ser autónomos, jefes de sí mismos, con convenios a medida, pero sin medidas, y terminan siendo esclavos de los impuestos y tasas de las administraciones. Personas con trabajo que no trabajan; con mando sin plaza, pero pasotas del trabajo que abusan de los trabajadores a su cargo; que todo lo quieren para sí y nada para los demás; que niegan la mayor cuando ellos pierden los papeles. Dueños del trabajo de los más, sin que ellos den el callo que se les supone. Empresarios acosados en lugar de ser mimados; trabajadores explotados por la inmisericordia de sus patronos, visionarios de un mundo que pierde los valores del trabajo en favor del `pelotazo´ sin trabajar.

No hay un día del trabajo sin trabajo para los más. Todos los días lo son, y debieren ser, para el trabajo; para los empresarios que lo dan y para los empleados que cumplen; para quienes labran la tierra y no hubieren fiestas de guardar, o se las negaren por causas de fuerza mayor. No hay, ni debiere haberlos, parados sin causa, ni fijos discontinuos, que encubren las listas del paro. Cada día más hay parados sin causa y trabajadores que, aun yendo al tajo, eluden la esencia misma del trabajo.

¿Qué festejar, pues: la falta de trabajo, el trabajo precario, el no querer trabajar, el trabajo discontinuo, la falta de estabilidad en el empleo, los contratos encadenados sin la fijeza obligada, la reducción de jornada para producir menos y mandar más trabajadores al paro, el enchufismo descarado de muchos que buscaren para vivir sin trabajar, pero tenerlos para cobrar?

En la Fiesta del Trabajo, unos trabajan y muchos descansan, ociosos, porque nada trabajan. Viven de otros que trabajan por lo que otros, infatigables, hacen por ellos, que quizá vivan mejor que los obreros que claman hoy por la justicia y la igualdad, sin necesidad de cantar la Internacional, que pocos conocen más de un siglo después. Falta mucho para que “la tierra será el paraíso/patria de la humanidad”, si todos no se agruparen en el trabajo y por él hasta la justicia final.


miércoles, 30 de abril de 2025

LOS DESTERRADOS DE GRANADILLA, HIJOS ADOPTIVOS DE PLASENCIA EN 2005


    El Pleno del Ayuntamiento de Plasencia celebrado el 2 de septiembre de 2005, bajo la presidencia de su titular, Elia María Blanco, acordó declarar hijos adoptivos de la ciudad de Plasencia a todos los hijos de Granadilla y publicar la concesión de dicha distinción en el Boletín Oficial de la Provincia de Cáceres (BOP) e inscribir la misma en el Libro de Oro de la Ciudad de Plasencia.

    Según el expediente que obra en el Archivo Histórico Municipal de Plasencia, el 11 de enero de 2005 la alcaldesa firmó un documento, en el que recuerda la expropiación de la villa y sus tierras por parte de la Confederación Hidrográfica del Tajo, el abandono de los vecinos de su pueblo antes de noviembre de 1964 y la desaparición del municipio en 1965. “Llega el momento de reconocer a todas las personas que tuvieron que abandonar el pueblo; el sacrificio personal, económico y social que tuvieron que realizar, por lo que esta Alcaldía quiere proponer la declaración de hijos adoptivos a todos aquellos que abandonaron la villa de Granadilla a consecuencia de la expropiación realizada, de los cuales no pocos recalaron en Plasencia.”

    El 22 de abril, la Comisión de Cultura, Patrimonio y Turismo aprueba por unanimidad el dictamen del inicio del expediente, en el que se nombra como instructora del mismo a la concejala de Turismo, Raquel Puertas. El 22 de agosto, la instructora del expediente firma un “Informe justificativo de la Declaración de Hijos Adoptivos de Plasencia a los hijos de Granadilla”, en el que recuerda los precedentes de la construcción del embalse de “Gabriel y Galán”, la expropiación y el obligado abandono de sus antiguas propiedades expropiadas. “La declaración de hijos adoptivos busca reparar una situación profundamente injusta, padecida por quienes se vieron privados de sus propiedades, casas y tierras con la construcción del pantano y al ser nuestra ciudad uno de los destinos de acogida.” El 23 de agosto, la instructora eleva a la Junta de Gobierno la propuesta, que el día 29 del mismo mes es aprobada por la Comisión de Cultura, Patrimonio y Turismo, el 31 por la Junta de Gobierno y el 2 de septiembre por el Pleno. Finalmente, el día 13 aparece en el BOP el anuncio de la declaración.

    El 17 de septiembre de 2005 tuvo lugar en el Teatro Alkázar el acto de entrega de los diplomas acreditativos de su condición de hijos adoptivos de Plasencia a 148 representantes de la última generación nacida en Granadilla, así como del escudo de la ciudad. El acto estuvo presidido por la alcaldesa, a quien acompañaron en la presidencia el obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro; la consejera de Presidencia de la Junta de Extremadura, Casilda Gutiérrez Pérez, que ostentaba la representación del presidente de la Junta, Rodríguez Ibarra, y la instructora del expediente.

    Los 148 hijos adoptivos

    La relación de los 148 hijos adoptivos de Plasencia es la siguiente:

Los hijos de Granadilla en la foto de familia al finalizar el acto

    Alcalá Rubio, Emérito; Argimiro Jiménez, Francisco; Arias Esteban, Adoración; Benjamín Mordillo, Felipe; Bermejo Pavón, Concepción; Bermejo Sánchez, Consolación; Bermejo Sánchez, Petra; Calvo Azabal, Pura; Carrero Carrero, Florencia; Carrero Jiménez, Basilia; Carrero Jiménez, Domiciana; Carrero Jiménez, Florenciana; Carrero Muñoz, Aurora; Carrero Muñoz, Cándida; Carrero Rodríguez, Gregoria; Carrero Sánchez, Daniel; Carretero Muñoz, Elisa; Carretero Muñoz, Everilda; Carril Jiménez, Facunda; Carrril Jiménez, Justa; Carril Jiménez, Nieves; Clemente Floriano, Raimunda; Clemente Floriano, María Cruz; De la Flor Garzón, Julia; De la Flor Garzón, Victoria; De Luis Rodríguez, Vicente; Domínguez González Paulino; Domínguez González, Ricardo; Domínguez Jiménez, María Antonia; Domínguez Puertas, José María; Domínguez, Julia; Esteban Pérez, Adriana; Esteban Pérez, María Pilar; García García, María del Carmen; García González, María Nieves; García González, Rosa; Garzón Cáceres, Benjamín; Garzón Clemente, Juan Miguel;  Garzón Clemente, Pablo; Gil Montecino, Francisca; Gómez Carrero, Felipe; Gómez García, Eloy; Gómez Morido, Pedro; González García, Godofredo; González Martín, Agapito; González Montecino, Ascensión; González Montecino, Justa.

    González Montecino, Matea; González Montecino, Teresa; González Montesinos, Everilda; González Pacho, Moisés; González Peralejo, Teodoro; González Rodríguez, Ignacio; González Rodríguez, Teodoro; González, Constantina; Hernández López, Rosario; Hernández López, Gumersinda; Hernández López, Sofía; Hernández Muñoz, Arcadia; Hernández Muñoz, José Luis; Hernández Muñoz, María; Hernández Muñoz, María Milagros; Iglesias Hernández, Inocencia; Iglesias Santibáñez, José; Iglesias Santibáñez, Sebastián; Jiménez Mordillo, María Jesús; Jiménez Carrero, Enrique; Jiménez Carrero, Florencio; Jiménez Carrero, Julio; Jiménez Carrero, María Herminia; Jiménez García, Benito; Jiménez González, Fulgencio; Jiménez Guerrero, Rufino; Jiménez Hernández, Victoria; Jiménez Iglesias, Fidel; Jiménez Iglesias, Germán; Jiménez Iglesias, Milagros; Jiménez López, Germán; Jiménez Mordillo, Aurora; Jiménez Mordillo, Jesús; Jiménez Mordillo, Maximino; Jiménez Paule, Macario; Jiménez Rodríguez, Demetrio; Jiménez Rodríguez, Eugenio; Jiménez, Joseph Antoine; Jiménez , María Purificación; Jiménez, Purificación; Jiménez, Sidonie; López  Castaño, Benedicta; López Castaño, Constantino; López Castaño, Hermanos; López Castaño, Lino; López Gómez, Florentino; López González, Florentino.

    López González, Eulogio; López González, Felícitas; López González, Melchora; López Jimeno, Avelino; López Jimeno, Ubaldo; López Mateos, Benita; López Mateos, Valentina; López Palomero, María del Sol; Manzano Caletrio, María José; Manzano Garzón, Ana María; María Carrero, María Rosario; María Gómez, Ciriaco; Martín Carril, Ángela; Martín Carril, Gaudencia; Martín Carril, Hortensia; Martín Esteban, María Jesús; Martín González, Hortensia; Matas González, María Teresa; Montecino Jiménez, Adela; Montecino Jiménez, Julia; Montecino Jiménez, María Asunción; Montecino Jiménez, Victoria; Montes Sampedro, Marcelina; Montes Sampedro, Marisa; Montes Sampedro, Pelayo; Montes Sampedro, Teresa; Mordillo Mordillo, Benjamín; Mordilllo Mordillo, Isabel; Moreno Bermejo, Herminia; Muñoz Fernández, Ramona; Palomero Rodríguez, Prudencio; Paniagua Jiménez, Constantino; Pinero Palomero, Julián; Pinero Sánchez, Dionisia; Pinero Sánchez, Ángel; Pinero Sánchez, Félix; Pinero Sánchez, Francisco; Rodríguez Garzón, Adoración; Rodríguez Garzón, Pelayo; Rodríguez Mordillo, Diosdado; Rubio Pérez, Araceli; Sánchez Alonso, Claudio; Sánchez Candeleda, María Isabel; Sánchez Carrero, Juan Manuel; Sánchez Carrero, María Asunción; Sánchez Luengo, Enrique; Sánchez María, Encarnación; Sánchez Montes, Florentino; Sánchez Nonides, Eladio; Sánchez Nonides, Heraclio; Sánchez Rodríguez, Jerónima; Sánchez, Emiliano; y Valiente Pulido, Maximiliana.

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Vid.: Archivo Histórico Municipal de Plasencia (AHMP).


martes, 29 de abril de 2025

PUBLIO CARISIO, FUNDADOR DE MÉRIDA


Publio Carisio. Busto de cronología augustea
hallado en el peristilo del teatro. MNAR

    Escribió Sáenz de Buruaga en 1961 que, en la fundación de Mérida, hay tres figuras: el emperador Octavio Augusto, que ordenó su creación; Publio Carisio, encargado de realizarla; y Agripa, protector de la misma, costeando grandes edificios como el  teatro. [1]

    Legado en Lusitania del primer emperador romano, Cayo Julio César Octavio Augusto (63 a. C.; 14 d. C), Carisio intervino en las guerras cántabras durante los años 26 al 22 a. C. de manera decisiva para la derrota de cántabros y astures, merced a la táctica y decisiva intervención de Marco Vipsanio Agripa, yerno del emperador.

    Concluidas las guerras cántabras, funda en el año 25 a. C. [2] la ciudad de Emerita Augusta con soldados licenciados de las legiones X Gemina y V Alaudae y, probablemente también, la legión XX Victoria Victrix.

    Publio Carisio (Roma, siglo I a. C.) fue militar de la antigua Roma y legado del emperador César Augusto en Lusitania. Hijo de Tito Carisio, se ganó la confianza del emperador en las guerras civiles.

    Su intervención en las guerras cántabras fue decisiva para la derrota de los astures en Lancia y para la posterior conquista de la Asturias tramontana. Al mando de un ejército formado por tres legiones –la Legio V Alaudae, la Legio VI Victrix y la Legio X Gemina—y un número indeterminado de unidades auxiliares, gracias a la traición de los brigaecinos, pudo repeler el ataque por sorpresa que los astures planeaban contra las legiones acampadas junto al Esla y después lazar un contraataque contra la ciudad astur de Lancia (Villasabariego, León).

    En la conquista de la Asturias trasmontana (actual Asturias), sus legiones abrieron una vía de entrada a través de las montañas de la cordillera Cantábrica: la vía de la Carisa, junto a la cual se han hallado los restos del campamento romano en el monte Curriechos, que albergó a sus tropas.

    En el 27 a. C. se convierte en el primer gobernador imperial de la Hispania Ulterior hasta el año 22. A las órdenes de Augusto, administró un gran territorio que aún incluía la Hispania meridional, que a partir del año 13 a. C. sería una provincia independiente con el nombre de Baetica.

    En el 25 a. C, Augusto ordena licenciar a los soldados más veteranos de las legiones V y X que habían combatido en las guerras cántabras y con ellos funda la colonia Augusta Emerita, proceso dirigido por su legado Publio Carisio.

Monedas de Publio Carisio

    Durante su mandato acuñó denarios de plata con la efigie de Augusto en el anverso y su nombre y cargo –P. CARISIUS LEG AUGUSTI-- en el reverso. Asimismo, acuñó dos series de ases de bronce en un taller itinerante y en Lucus Augusti (Lugo) con el busto de Augusto en el anverso y la caetra o escudo redondo indígena en el reverso.

    En el año 22 a. C., Publio Carisio y Cayo Furnio, legado de la Tarraconense, dirigen nuevas acciones militares contra cántabros y astures. El fundador de Augusta Emerita abandona Hispania y es apartado de la vida pública. [3]

    Dión Casio atribuye este levantamiento a un comportamiento severo y cruel por parte de Carisio con los astures. No obstante, Carisio supo ganarse las simpatías de los pueblos indígenas en su gestión, como lo prueba la confianza mostrada por los brigaecinos y el hecho de que algunos de ellos tomaran su nombre.

    El historiador Enrique Antón Gil apunta en su trabajo sobre Carisio [4] que nació en el seno de una gens (raza, clan) influyente, que algunos sitúan en Italia y otros en la Galia Transalpina en una fecha próxima al 57 a. C. No fue el primogénito de Tito, que tuvo al mayor, de su mismo nombre, como praetor de los Volques Arerocómicos en Nimes. Es posible que falleciera en el 22 a. C. tras finalizar sus labores como gobernador de la Ulterior, lo que indicaría una muerte prematura en la cuarta década de su vida, dato que se argumenta al no haber conseguido el consulado tras unas campañas victoriosas ni tener constancia de que fuera elegido patrono por ninguna comunidad de la provincia de la que era gobernador ni por la propia Augusta Emerita de la que fue deductor (magistrado que se encarga de llevar a cabo la fundación de una colonia).

    En su papel de deductor de la colonia Augusta Emerita, Carisio jugó un papel muy destacado por ser el gobernador de la provincia en la que se estableció la colonia. Fue uno de los artífices de la localización en una zona tan al sur del escenario bélico porque ya conocía la misma, porque era una zona de fácil acceso a las corrientes de agua y al agua subterránea y donde además se facilitaba el paso del río gracias al vado existente que ayudó a construir el puente; por la escasez de indígenas y por la existencia de canteras cercanas. Y porque desde Emerita se controlaba una zona minera fundamental en el territorio oeste de la Península y servía como intermediario de las minas de Riotinto y los legionarios que estaban luchando en el norte.

    Antón Gil cita a la profesora Nogales Bassarate que plantea que, como mínimo, existieron en Augusta Emerita dos estatuas de Publio Carisio, una de ellas en el Foro Colonial, donde se representaban una serie de esculturas que mostrarían la historia de la colonia, en la que Carisio jugó un papel determinante. Así, en el Foro Colonial se representó los Summa Viri de Roma y también a los de Emerita, entre los que se encontraba Carisio. La segunda estatua la localiza en el frente escénico del teatro, junto a Augusto y Agripa, cerrando así el trío de personajes fundamentales en la fundación de la Colonia.

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[1] Vid.: Álvarez y Sáenz de Buruaga, José: Publio Carisio, delegado fundador de Mérida, en Mérida, Revista Oficial de Ferias, año IV, septiembre de 1961.

[2] Sobre la fecha de la fundación de Mérida, siempre se ha sostenido que fue en el 25 a. C. Así lo afirma Dión Casio en su Historia de Roma (53, 25, 2), como puede verse en la lápida situada en la fachada del ayuntamiento en 1975, año del bimilenario; el Archivo Histórico, en “Mérida: Aspectos históricos y administrativos”; el historiador Juan Manuel Abascal en el Diccionario biográfico español de la Real Academia de la Historia; los arqueólogos e historiadores locales Trinidad Nogales y José María Álvarez Martínez en su obra Colonia Augusta Emérita: creación de una ciudad en tiempos de Augusto (2014), siguiendo la tesis de Dión Casio, aunque señalan que algunos autores han planteado una fundación precedente en época cesariana; o Alicia M. Canto, que apunta a una creación anterior a César, en su trabajo Colonia Iulia Augusta Emerita: Consideraciones en torno a su fundación y territorio (UCM, 1989). El catedrático de Arqueología de la Universidad de Córdoba, Ángel Ventura Villanueva, expuso en el Liceo de Mérida, el 8 de mayo de 2024, su tesis según la cual fue fundada el 21 de abril del 24 a. C., el mismo día que Roma (753 a. C.), conclusión a la que llegó tras estudiar la epigrafía del Foro y del Teatro, en la que sostuvo que Mérida no se fundó en el 25 a. C., sino que dicho año se tomó la decisión de fundarla y la fundación efectiva fue en el 24. (Véase diario Hoy del 08/05/2004: Mérida sí tiene fecha de fundación: 21 de abril del 24 a. C., de A. Gilgado).

[3] Vid.: Historia Hispánica, de la Real Academia de la Historia: hechos.

[4] Vid.: Antón Gil, Enrique: Publio Carisio, deductor de la Colonia Augusta Emerita, en Revista de Estudios Extremeños. 2019, Tomo LXXXV, número II, págs. 39-75.


CANDELARIO Y SU TERRITORIO


Calle típica de Candelario

El nombre de Candelario pudiera hacer referencia a las candelas que los pastores encendían en los bosques de castaños para defenderse de los lobos, aunque también hay que tener en cuenta el carácter latino del término: las candelas o luminarias que se encendían durante las noches de verano y que alumbraban las sierras de Béjar, Francia y Gata. De ahí, la fiesta de la Candelaria, que se celebra el 2 de febrero en diversas partes del mundo católico.

    Sobre la historia y el patrimonio cultural y natural de Candelario y su territorio [1] versa el último libro de José Antonio Ramos Rubio, académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes y cronista oficial de Trujillo, y Óscar De San Macario.

    Situado en la provincia de Salamanca, a unos 75 kilómetros de la capital y muy cercano a Béjar, se sitúa en el corazón del Espacio Natural Protegido Sierra de Candelario-Candelario, del que forma parte, y de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia. La Sierra de Candelario constituye, con sus más de 2.400 metros, una extraordinaria atalaya en el extremo occidental del Sistema Central.

    La comarca acoge importantes paisajes naturales, como la Sierra de Candelario, el Valle del Ambroz, la Sierra de Francia, la Sierra de Gata, los Arribes del Duero y el Valle del Jerte.

    Luis Harguindey, párroco de la localidad en 1940, escribió sobre los orígenes de la industria chacinera en Candelario, y señalaba al respecto que, al comienzo del siglo XVIII, el adobo de los chorizos y de la carne de cerdo era sobresaliente y poco común. En 1899, un artículo de Wanderer afirmaba que, de noviembre a enero, “se sacrifican de 7.000 a 8.000 cerdos bien cebados”. El florecimiento de la industria chacinera, desde mediados del siglo XVIII hasta el siglo XX, dará vida y riqueza a la villa, que llegó a tener más de cien fábricas de embutidos de tipo familiar. La fama de sus choriceros se extendió hasta Madrid. La desaparición de la industria chacinera a mediados del siglo XX fue provocada por las condiciones de vida, la falta de accesibilidad de la población y la Guerra Civil.

    En el transcurso de los años se ha conseguido que el paisaje rural experimente pocos cambios, conservándose un número considerable de viviendas que forman parte de la historia de la arquitectura tradicional, popular o vernácula de Candelario, lo que le ha hecho ser uno de los núcleos mejor conservados de la provincia de Salamanca, mereciendo la declaración en 1975 de Conjunto Histórico-Artístico y uno de los Pueblos Más Bonitos de España.

    El núcleo urbano de la villa se organiza en un crecimiento compacto, con forma alargada en dirección norte-sur en torno a sus calles principales. El caserío destaca por su variedad, predominando dos tipos de viviendas: las construidas antes del siglo XVIII, y el tipo de vivienda anterior, el serrano. Entre otras construcciones hay que destacar la Casa Chacinera de Candelario, convertida en museo etnográfico municipal, inaugurado en 2008. De otro lado, hay que señalar la importancia del agua, las fuentes y las regaderas en la villa, que rodean tres ríos: el Cuerpo de Hombre, afluente del Alagón; el Chico y El Barquillo. Asimismo, son varias las fuentes y manantiales que rodean su callejero, mientras que el agua de las regaderas, tras recorrer las calles, se utiliza para regar los huertos y cuya distribución se hace por medio de compuertas.

    La proximidad de la villa a la Vía de la Plata confiere la teoría de la existencia de asentamientos temporales en época romana, como atestiguan los restos romanos de una posible villa en la dehesa. Hasta la invasión musulmana, los visigodos dejaron huellas de su presencia en el territorio cercano a Candelario. Los musulmanes fueron invadiendo las tierras serranas desde el año 713. En 1167, el rey Fernando tiene en su poder toda la Transierra; pero habrá que esperar a la reconquista definitiva de Plasencia por Alfonso VIII para llevar a cabo la definitiva ocupación y repoblación. El nombre de Candelario aparece por primera vez en 1212. En 1340, Alfonso XI dio mercedes a los habitantes de Candelario por haber asistido a la batalla del Salado. En torno a 1209, Candelario pasó a formar parte de la Comunidad de Villa y Tierra de Béjar y a la diócesis de Plasencia. Durante la Edad Media, la ganadería fue la base de la economía de la villa. Algunos historiadores ven el origen de Candelario en los repobladores castellanos, entre los que destacó Pelay Fernández, que conquistó Béjar en tiempos de Alfonso VIII. Tras la muerte de Alfonso VII de León en 1157, Candelario quedó incluida en el concejo de Ávila.  Hay que esperar a la Baja Edad Media para que la localidad pase a depender de Salamanca y del Reino de León. En la sierra de Candelario pastaban las ovejas de la Casa Ducal. Por ello hereda la tradición pastoril y de aquella actividad y Béjar ha heredado su industria textil lanera. En la villa aún se conserva una sencilla casa que fue lugar de veraneo de Unamuno. En verano fueron muchos los turistas que veraneaban en el pueblo con la familia. Candelario figura en algunos de los rodajes del cine español ya desde 1925, como El Lazarillo de Tormes, con Florián Rey.

    La obra concluye con un capítulo dedicado a las cruces de término existentes a la entrada o salida de caminos, y cruceros, como el de la ermita del Cristo del Refugio, la Cruz del Herrerito, la cruz en la plazuela de la iglesia o el crucero de la casa del Refugio. En el patrimonio histórico destacan la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la ermita del Humilladero.

    Finalmente, la obra aborda las tradiciones populares y las celebraciones festivas, entre las que destacan la matanza casera e industrial, del 2 de diciembre al 2 de febrero; la fiesta de san Antón, el 17 de enero; o la Candelaria, el 2 de febrero…

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[1] Vi.: Ramos Rubio, José Antonio y De San Macario Sánchez, Óscar: La historia y el patrimonio cultural y natural de Candelario y su territorio, TAU Editores, Cáceres, 2025, 333 págs.


jueves, 24 de abril de 2025

VIUDAS CAMARASA HABLA EN BADAJOZ SOBRE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA FILOLOGÍA


El profesor Viudas Camarasa (izquierda) junto al coordinador del ciclo de conferencias. 


El académico de número de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes (RAEX), Antonio Viudas Camarasa, ha expuesto en el Aula de Literatura de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Badajoz, dentro del ciclo “Literatura y formación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas)” una ponencia sobre “La Inteligencia Artificial y la filología”.

El problema de la creatividad literaria y artística con máquinas fue planteado previamente a su intervención por el científico Blas Vinagre Jara, coordinador del ciclo. Viudas Camarasa expuso a continuación el origen de su ensayo “La Inteligencia Artificial en la filología” (Anuario de Estudios Filológicos, vol. XIII, 1990, págs. 403-410), fruto de su experiencia personal en el estudio de su habla materna a través de los espectogramas, en junio de 1975, en el Laboratorio de Fonética de la Universidad de Oviedo con el introductor de la fonología en España, el académico de la RAE, Emilio Alarcos Llorach.

La IA narra la experiencia personal de Viudas Camarasa con la propia IA en relación a la filología y su metodología de la MIC (Memoria Inteligente Cajaliana).

El académico de la RAEX, pionero en el citado ensayo del 90 en considerar la IA en la fonología, expuso su teoría de que “la lengua es algo que no se puede perder”, aunque TV3 le prohibiera hablar en ribagorzano, el dialecto de su tierra. Contó su experiencia con Alarcos Llorach en Oviedo, quien le invitó a escribir treinta frases en su dialecto y los grabara, a partir de lo cual descubrió siete fonemas en la variedad ribagorzana, objeto de su tesis doctoral.

En el posterior coloquio se comentó que la exposición “El legado de Goya en Badajoz”, que se expone en el MUBA y en el MEIAC esta primavera, se puede completar y perfeccionar con el uso de la Inteligencia Artificial dirigida por la inteligencia humana.


lunes, 21 de abril de 2025

EXTREMADURA ARCHIVA EN CÁCERES LA TESIS DOCTORAL DE VARGAS LLOSA


La Biblioteca Central del Campus Universitario de Cáceres, de la Universidad de Extremadura, atesora un ejemplar de la tesis doctoral del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936; Lima, 2025), donde falleció en su residencia el pasado 13 de abril, a los 89 años de edad.

La tesis, titulada “García Márquez: lengua y estructura de su obra narrativa”, que obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude el 25 de junio de 1971 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid, fue dirigida por el catedrático y académico de la Real Academia de la Lengua, Alonso Zamora Vicente, y forma parte del legado de la biblioteca que lleva su nombre, adquirida por 40 millones de pesetas por la Diputación Provincial de Cáceres a finales de la década de los 80 e instalada en la Casa del Mono hasta su traslado el 17 de junio de 2022 a la biblioteca universitaria, junto al legado realizado por el periodista, escritor y académico extremeño Pedro de Lorenzo, donado a la institución a principios de los 80, que permaneció hasta la citada fecha en el Complejo Cultural San Francisco de Cáceres.

La tesis de Vargas Llosa, que se conserva en la Biblioteca Zamora Vicente de Cáceres, está registrada con la signatura 188 de las tesis dirigidas o juzgadas por él, y fue publicada como libro en noviembre de 1971 por la editorial barcelonesa Seix Barral, con el título “García Márquez. Historia de un deicidio”, y la segunda edición salió en diciembre.

Ficha y volumen de la tesis doctoral de Vargas Llosa en la Biblioteca Universitaria del Campus de Cáceres

La biblioteca “Alonso Zamora Vicente” asciende a unos 40.000 volúmenes, entre ellos más de 1.100 títulos de revistas especializadas, que fueron catalogados por la bibliotecaria de la institución, María Antonia Fajardo, junto a varios funcionarios de la misma. Entre sus fondos se encuentran los manuales y colecciones de textos de los años 30 hasta los de la actualidad internacional. Obras de crítica literaria, colecciones de textos, homenajes, diccionarios, poesía, prosa, la colección del Teatro Antiguo Español, del viejo Centro de Estudios Históricos y un extenso repertorio de obras de crítica de diversos orígenes y escuelas. Colección de textos de Chapel Hill (Carolina del Norte), Anejos de la Revista de Filología Española, del Boletín de la Real Academia Española y de Verba; publicaciones del Instituto Caro y Cuervo (Bogotá), del Instituto de Filología de Buenos Aires, Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana de Buenos Aires y publicaciones del Instituto de Romanisches Seminar de Hamburgo, además de colecciones de textos literarios.

Zamora Vicente (Madrid, 1916; San Sebastián de los Reyes, 2006), filólogo, dialectólogo, lexicógrafo y escritor, cursó el Bachillerato en el instituto san Isidro de Madrid, donde coincidió con Camilo José Cela. La Guerra Civil interrumpió sus estudios universitarios desarrollados entre 1932 y 1936. Su amigo Dámaso Alonso le animó a terminar la carrera en 1940 y ese mismo año la concluye y obtiene plaza en Mérida. Allí analizó con un quimógrafo, que él mismo construyó, el rehilamiento de las consonantes extremeñas con la colaboración de la fonetista María Josefa Canellada Llavona, ambos discípulos del introductor de la fonética Experimental en España, el filólogo Tomás Navarro Tomás. Zamora Vicente y María Josefa Canellada contrajeron matrimonio años después.

Su estancia en la capital extremeña le sirvió, además, para estudiar el dialecto regional y la literatura de Gabriel y Galán y Luis Chamizo, sin abandonar su interés por el subdialecto madrileño ni el español americano. En el curso 1942-1943 estuvo en el instituto de Santiago de Compostela; en 1943 logra por oposición la cátedra de Lengua y Literatura Españolas de la Universidad de Santiago, que desempeña hasta 1946, en que se traslada a Salamanca, en cuya universidad ocupa la cátedra de Filología Románica hasta 1959, en que toma posesión de la misma cátedra de Madrid hasta su jubilación en 1985.  Se doctoró en 1942 con la tesis El habla de Mérida y sus cercanías y sucedió a Dámaso Alonso en la cátedra de Filología Románica de la Complutense. Fue doctor honoris causa por la Universidad de Extremadura en 1990 y académico de honor de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes en 2006.

En diciembre de 2016 y enero de 2017, Cáceres y Malpartida de Cáceres celebran el centenario de su nacimiento con el “Itinerario artístico-literario Alonso Zamora Vicente, 100 años de su nacimiento”, con el que se pretendió homenajear al filólogo a través de diversas ponencias, debates y espectáculos en Cáceres, Malpartida de Cáceres, Mérida y Madrid, que contó con la adhesión de Vargas Llosa, quien no pudo asistir por coincidir con la recepción del doctorado honoris causa en la Universidad Lasalle, de Manila (Filipinas) el 8 de noviembre del primer año.

Previamente, el también discípulo de Zamora Vicente e igualmente director de su tesis, el profesor y académico extremeño Viudas Camarasa, había consultado en la cacereña Casa del Mono el ejemplar de la tesis doctoral de Vargas Llosa, a quien escribió recordándole su relación con el maestro común, e invitándole a los actos del centenario. 

El profesor Viudas se ha mostrado “muy orgulloso” de haber negociado con el presidente Ibarra; el entonces presidente de la Diputación, Manuel Veiga y el alcalde de Malpartida y diputado provincial de Cultura, Antonio Jiménez, y las autoridades académicas de la Universidad de Extremadura, la adquisición de la biblioteca Alonso Zamora Vicente, porque los 40 millones de 1990 se han revalorizado muchísimo, ya que los primeros libros del boom que se encuentran en ella (como García Márquez. Historia de un deicidio) se pagan hoy a 545 y 1.000 euros sus dos primeras ediciones. “El ejemplar de su tesis es un tesoro que Extremadura custodia y ahora lo valorará en su justa medida”, afirma.

Vargas Llosa será homenajeado en Cáceres durante la Bienal de Novela que lleva su nombre del 22 al 25 de octubre próximos. El VI Premio de la Bienal de Novela “Mario Vargas Llosa” se celebrará por primera vez en España en la ciudad de Cáceres. Creado por la Cátedra Vargas Llosa en 2014 y dotado con 100.000 dólares, tiene como objetivo dar un impulso global a la literatura en lengua española. En su quinta edición, celebrada en Guadalajara (México) en 2023, obtuvo el premio el escritor mexicano David Toscana, con su obra “El peso de vivir en la tierra”, editado por Alfaguara en 2022.


miércoles, 16 de abril de 2025

“EL ARQUITECTO DE LA ETERNIDAD”


Iglesia de San Martín de Trujillo, obra de Sancho de Cabrera y Alonso

    Bajo este sugestivo título, el cronista oficial de Trujillo y académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, José Antonio Ramos Rubio, nos ofrece la historia novelada de la aventura del maestro cantero trujillano
Sancho de Cabrera (Trujillo, 1513-1574), quien, bajo la confianza del obispo placentino Gutierre de Vargas y Carvajal,  llevó a cabo la construcción de varias iglesias (Jaraicejo, Garciaz, Santiago en Cáceres, San Juan Bautista en Saucedilla…)

    “El arquitecto de la eternidad” [1] vio la luz en la calle Afuera de Trujillo. Hasta mediados del siglo XIV, el desarrollo arquitectónico de la ciudad se produjo dentro de la ciudadela. En esos momentos surgen los primeros núcleos extramuros con los arrabales de San Martín y San Clemente, pero no será hasta el siglo XV cuando estos arrabales, sobre todo el primero, adquieran protagonismo y expansión. En este arrabal se forjó la vida de Sancho de Cabrera.

    Una tarde se encontró ante un umbral que cambiaría su destino: la casa de Hernán González, oficial de cantería y arquitectura de renombre en la villa, cuya fama se extendía más allá de los muros de la comunidad. El taller de Hernán, con sus herramientas, planos y maquetas, se convirtió en el lugar en el que nació su fascinación por la arquitectura. No solo le atraía el arte de edificar, sino la sabiduría que se encontraba en cada estructura y espacio. Conoció a Alonso, el hijo de Hernán, un mozalbete de su misma edad, quienes acompañaban al maestro al berrocal. Hernán vio en ellos el futuro del arte en la región. Con paciencia, enseñaba a los jóvenes a escuchar la piedra, a sentir la forma que latía dentro de ella. Sancho observaba, tocaba, moldeaba y hasta intentaba crear.

    En 1537, el Cabildo de Trujillo encargó a Hernán González la ampliación de la iglesia de San Martín. Bajo su dirección, las obras avanzaban con el esfuerzo de muchos hombres, entre ellos Sancho y Alonso. Mientras transcurrían las obras, Alonso había contraído matrimonio con Constanza, con la que tuvo un hijo, a quien pusieron por nombre Francisco, Francisco Becerra, llamado a convertirse en un arquitecto de renombre en América. Cuando este nació, Sancho de Cabrera tenía 25 años. Con tan corta edad, Sancho de Cabrera se había convertido en un maestro reconocido en el arte de la arquitectura.

    Entre 1538 y 1540, Alonso y Sancho levantan el cuerpo principal de la iglesia de san Martín de Trujillo. En cuatro años logran levantar un magnífico templo de arquitectura en la que destaca el estilo gótico en sus bóvedas de crucería.

    Una mañana del mes de febrero de 1539 se produce el encuentro de Sancho de Cabrera con el obispo de Plasencia, Gutierre de Vargas y Carvajal, que queda cautivado por su talento para transformar las ideas en piedra. El arquitecto y el obispo entablan una relación de apoyo mutuo. Una alianza que les lleva a la edificación de templos y la renovación de espacios sagrados en la diócesis de Plasencia.

    En 1543, los regidores de Trujillo le ordenan tasar las casas que Luis de Góngora tenía en la plaza, que se mandaron tomar para la cárcel. El 30 de enero de 1545, el obispo Gutierre de Vargas otorga una escritura en favor del maestro Cabrera para la construcción del templo de Garciaz, una iglesia de planta rectangular, cubierta en tres capillas con terceletes, arrancando los arcos de unas ménsulas apoyadas sobre la imposta, un templo muy parecido al que construyeron en Jaraicejo.

    El obispo tenía su residencia en Jaraicejo, donde pasaba largas temporadas, retirado de las aglomeraciones de la ciudad placentina. Un día decidió que la iglesia del pueblo debía ser ampliada y convocó a Sancho de Cabrera y a Alonso Becerra; pero el camino entre su residencia y el templo estaba salpicado de barro en invierno, y en verano, las piedras ardían bajo el sol. “Es necesario, le dijo a Cabrera, que el acceso a la iglesia sea más directo, más digno de la gravedad de nuestra fe. Construid un puentecillo que comunique mi palacio con la iglesia.” El día de su inauguración, el obispo lo cruzó con paso firme y solemne, como si ese puente no solo fuera un pasaje hacia la iglesia, sino una reafirmación de su cercanía con los fieles.

    El 7 de octubre de 1549, Sancho de Cabrera se encargó de erigir la cárcel trujillana donde se hallaban las casas que pertenecieran a Luis de Góngora. En enero de 1553, la iglesia de san Martín de Trujillo fue la primera en acoger su genio como maestro en la construcción del pretil del cementerio, del coro y de la torre. El arcediano de Plasencia Juan de Carvajal convocó a Sancho de Cabrera en 1553 para la construcción de la nueva capilla de la iglesia de Santiago de los Caballeros de Cáceres. La iglesia de santa María, que también se alza en Trujillo, tuvo en él a su maestro de obras.

    En 1557, el obispo Gutierre de Vargas encargó a Sancho de Cabrera la construcción de la iglesia de Guareña cuando surgieron los problemas entre el pueblo y los responsables eclesiásticos y el obispo tuvieron que llamar a Rodrigo Gil de Hontañón.

    A finales de 1558 le encargó a Sancho la construcción de la sacristía de la iglesia de Santiago de Don Benito, cuyo templo ya existía. El 27 de abril de 1559 muere en Jaraicejo el obispo Gutierre de Vargas. Su sucesor, Pedro Ponce de León, llevó a cabo una gran remodelación del palacio episcopal, amplió el hospital de santa María y terminó las obras de varias iglesias en Navaconcejo, Valdastillas, san Juan de Saucedilla, san Martín de Trujillo, Zorita, Berzocana y santa Cecilia en Medellín.

    En 1564, Sancho y Francisco Sánchez, cantero de renombre, fueron comisionados por el Concejo para levantar un puente sobre las aguas del río Tozo. Después vendría otro puente sobre el río Ruecas. En mayo de 1569, otro sobre el río Gargáligas. Sancho fue llamado en 1571 a Arenas de san Pedro para construir uno más sobre el río Ramacastañas. En esta villa firma contrato para la construcción de la iglesia parroquial de Saucedilla en 1574. Entre Arenas, Saucedilla y Trujillo transcurren los últimos años activos de Cabrera.

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[1] Vid.: Ramos Rubio, José Antonio: El arquitecto de la eternidad, TAU Editores, Cáceres, 2025, 122 págs.