El tiempo es un continuo viajar, porque la vida misma es un viaje en el tiempo. Podemos viajar sin movernos de casa, viajar por el mundo, mirar con la vista hacia atrás (un viajar en el tiempo) o viajar al espacio, un viaje al futuro que siempre estuvo ahí, pero que solo podrán hacer presente unos pocos elegidos.
Un “Viaje en el tiempo” presupone un viaje hacia la memoria no perdida, la retrospectiva de un tiempo ido que permanece entre nosotros, que deseamos recordar. Miramos más hacia el pasado que hacia el futuro, porque quizá no vivimos el presente, que es la instantaneidad del tiempo no ido; acaso porque no toda la memoria está escrita, revelada en su verdad histórica; o porque nos transmitieren una historia que no puede enseñarse con la escritura de los vencedores, sino también con la memoria de los vencidos, con el rigor de los hechos sin desviaciones ni interpretaciones que trataren de anular una memoria viva, que no puede eludir un pasado que pretendió arrebatárnosla, y que, en vida, sólo la enfermedad de la memoria podría borrarla.
Vivimos un tiempo de eclosión de la memoria, tan frágil para unos como de necesidad para otros. No muere la memoria en personas con los cinco sentidos, aunque algunos deseen enterrarla para borrar sus huellas y olvidarse de un pasado que si algo nos legó fue solo la memoria. Nunca la memoria de la desmemoria podrá inhumar para siempre la verdad que atesoramos en ella, el silencio infinito de quienes hubieren vivido con ella, reviviéndola sin manifestarla; sufriéndola, sintiéndola, conviviendo con ella hasta su muerte, sin poder enterrar definitivamente su memoria dolorida con la propia que le inocularan.
Hay otra memoria, histórica también, más saludable para el espíritu que la memoria de los desmemoriados. Es la celebración festiva de un nuevo disco con ocasión de algún aniversario. El 30, el 40, el 50 aniversario de algunos artistas, es ocasión propicia para la recuperación de la memoria: lo nuevo, más lo que dejamos atrás. Siempre la memoria en nuestras vidas, como un paréntesis entre el pasado y el futuro. Un pasado que compartimos con ellos, con sus letras y su música, y que hoy recordamos en su presencia.
El cantante Miguel Bosé intitula sus recitales de hoy como “Un viaje en el tiempo”. Se viaja al tiempo pasado. No podemos viajar al futuro, porque seríamos profetas del devenir, y no hemos sido llamados para eso. Una nueva canción, un nuevo disco, no pueden borrar ya los anteriores.
En 1977, en el programa de TVE “Esta noche... Fiesta”, presentado por un joven entonces apuesto y bigotudo, José María Iñigo, el hijo de una actriz italiana y de un torero español, que marcaron una época histórica en la memoria de muchos españoles, se presentaba oficialmente ante sus padres y España entera con una canción que le abrió las puertas de “Un viaje al tiempo”: “Linda”, una mujer “agua de la fuente/ dulce e inocente/ corazón de seda/ beso de aire puro...
Qué nos revela Bosé en “Un viaje el tiempo” sino una memoria nunca perdida de amor y fuego: “Amapola bésame/ Amor mío, cómo estás/ Cuando el tiempo quema/ Amiga/ Mientras respire/ Morena mía/ La vida es bella/ Levántate y olvida/ Linda/ Lo que hay es lo que ves/ Los chicos no lloran/ Bravo, muchachos/ Hermano mío/ Horizonte de las estrellas/ Imagínate/ Jinete del Apocalipsis/ Si tú no vuelves/ Sol forastero/ Te comería el corazón/ Te digo amor/ Tesoro, pudo ser tu nombre/ Tictac/ Todo un hombre/ Tu mano dirá/ Un año más/ Usted abusó/ Vagabundo/ Verde canalla/ Voy a ganar/ Eres todo para mí/ Esclavo de tus ojos/ Este mundo va/ Gota a gota// Agua y sal/ Aire soy/ Amante bandido.
Ana/ Aquel sendero/ Celeste amor/ Donde alcance el sol/ El amor después del amor/ Bajo el signo de Caín/ De la mano de Dios/ Amante y perdedor/ ¡Ay!/ Azul de louie.
Carla/ Corazón tocao/ Deja que/ El ilusionista/ Ojalá, ojalá/ Nena/ Por un amor relámpago/ Por vos muero/ Puede que/ Solo pienso en ti/ Te amaré/ Ternura/ No encuentro un momento para olvidar/ No hay ni un corazón que valga la pena/ No se trata de eso/ Cuando el tiempo quema/ Don Diablo/ Niño de palo/ Mirarte/ Más allá/ Morir de amor/ Mi libertad...
Dónde sino en el fondo de la memoria alojamos la bondad del corazón; en éste, los sentimientos más nobles del ser humano; en el alma, la música; y en las estrellas, el destino que se nos negare en la tierra. Alma, corazón y vida, música y palabras, para viajar en el tiempo sin nuestro tiempo a cuestas.
Un “Viaje en el tiempo” presupone un viaje hacia la memoria no perdida, la retrospectiva de un tiempo ido que permanece entre nosotros, que deseamos recordar. Miramos más hacia el pasado que hacia el futuro, porque quizá no vivimos el presente, que es la instantaneidad del tiempo no ido; acaso porque no toda la memoria está escrita, revelada en su verdad histórica; o porque nos transmitieren una historia que no puede enseñarse con la escritura de los vencedores, sino también con la memoria de los vencidos, con el rigor de los hechos sin desviaciones ni interpretaciones que trataren de anular una memoria viva, que no puede eludir un pasado que pretendió arrebatárnosla, y que, en vida, sólo la enfermedad de la memoria podría borrarla.
Vivimos un tiempo de eclosión de la memoria, tan frágil para unos como de necesidad para otros. No muere la memoria en personas con los cinco sentidos, aunque algunos deseen enterrarla para borrar sus huellas y olvidarse de un pasado que si algo nos legó fue solo la memoria. Nunca la memoria de la desmemoria podrá inhumar para siempre la verdad que atesoramos en ella, el silencio infinito de quienes hubieren vivido con ella, reviviéndola sin manifestarla; sufriéndola, sintiéndola, conviviendo con ella hasta su muerte, sin poder enterrar definitivamente su memoria dolorida con la propia que le inocularan.
Hay otra memoria, histórica también, más saludable para el espíritu que la memoria de los desmemoriados. Es la celebración festiva de un nuevo disco con ocasión de algún aniversario. El 30, el 40, el 50 aniversario de algunos artistas, es ocasión propicia para la recuperación de la memoria: lo nuevo, más lo que dejamos atrás. Siempre la memoria en nuestras vidas, como un paréntesis entre el pasado y el futuro. Un pasado que compartimos con ellos, con sus letras y su música, y que hoy recordamos en su presencia.
El cantante Miguel Bosé intitula sus recitales de hoy como “Un viaje en el tiempo”. Se viaja al tiempo pasado. No podemos viajar al futuro, porque seríamos profetas del devenir, y no hemos sido llamados para eso. Una nueva canción, un nuevo disco, no pueden borrar ya los anteriores.
En 1977, en el programa de TVE “Esta noche... Fiesta”, presentado por un joven entonces apuesto y bigotudo, José María Iñigo, el hijo de una actriz italiana y de un torero español, que marcaron una época histórica en la memoria de muchos españoles, se presentaba oficialmente ante sus padres y España entera con una canción que le abrió las puertas de “Un viaje al tiempo”: “Linda”, una mujer “agua de la fuente/ dulce e inocente/ corazón de seda/ beso de aire puro...
Qué nos revela Bosé en “Un viaje el tiempo” sino una memoria nunca perdida de amor y fuego: “Amapola bésame/ Amor mío, cómo estás/ Cuando el tiempo quema/ Amiga/ Mientras respire/ Morena mía/ La vida es bella/ Levántate y olvida/ Linda/ Lo que hay es lo que ves/ Los chicos no lloran/ Bravo, muchachos/ Hermano mío/ Horizonte de las estrellas/ Imagínate/ Jinete del Apocalipsis/ Si tú no vuelves/ Sol forastero/ Te comería el corazón/ Te digo amor/ Tesoro, pudo ser tu nombre/ Tictac/ Todo un hombre/ Tu mano dirá/ Un año más/ Usted abusó/ Vagabundo/ Verde canalla/ Voy a ganar/ Eres todo para mí/ Esclavo de tus ojos/ Este mundo va/ Gota a gota// Agua y sal/ Aire soy/ Amante bandido.
Ana/ Aquel sendero/ Celeste amor/ Donde alcance el sol/ El amor después del amor/ Bajo el signo de Caín/ De la mano de Dios/ Amante y perdedor/ ¡Ay!/ Azul de louie.
Carla/ Corazón tocao/ Deja que/ El ilusionista/ Ojalá, ojalá/ Nena/ Por un amor relámpago/ Por vos muero/ Puede que/ Solo pienso en ti/ Te amaré/ Ternura/ No encuentro un momento para olvidar/ No hay ni un corazón que valga la pena/ No se trata de eso/ Cuando el tiempo quema/ Don Diablo/ Niño de palo/ Mirarte/ Más allá/ Morir de amor/ Mi libertad...
Dónde sino en el fondo de la memoria alojamos la bondad del corazón; en éste, los sentimientos más nobles del ser humano; en el alma, la música; y en las estrellas, el destino que se nos negare en la tierra. Alma, corazón y vida, música y palabras, para viajar en el tiempo sin nuestro tiempo a cuestas.