El nuevo secretario
general del PSOE, Pedro Sánchez, elegido
ayer en el XXXIX Congreso Federal del partido en Madrid con el 70,5 por ciento
de los votos, se ha encargado de eliminar a los llamados barones del partido
para evitar que se pueda repetir el motín del pasado 1 de octubre de 2016, que
concluyó con su dimisión forzada. La nueva dirección por él diseñada antes del
congreso ha dejado fuera a los llamados barones, que se alzaron en armas contra
él para obligarle a dimitir antes de que pudiere dar los pasos previstos y
hablados sotto voce con los líderes
podemistas y nacionalistas con tal de arrebatar el poder a Rajoy y a su partido, vencedor de las elecciones, aun sin mayoría
para gobernar. Sánchez ha enviado a
casa a los barones y se ha quedado simplemente con unos varones, como si fuere
un generalísimo de su propio ejército, en el que solo tienen cabida sus fieles,
hombres y mujeres que le acompañaron en la travesía del desierto desde aquel
día en el que partido se fracturó en dos.
En su propuesta,
el electo por segunda vez secretario general no ha integrado a ningún crítico,
excepto al que fuera su adversario en las primarias y expresidente del Congreso,
Patxi López, y al secretario general
extremeño, Fernández Vara (ahora en
el Consejo de Política Federal, con los antiguos barones) que se ofrecieron sin contrapartidas, aunque
incorpore a tres exministras de Zapatero: Cristina
Narbona, exministra de Medio Ambiente, como presidenta nacional; Carmen Calvo, exministra de Cultura, de
Igualdad; y Beatriz Corredor,
exministra de Vivienda, como secretaria
del Área de Ordenación Territorial y Políticas de Vivienda.
La renovación y
limpieza efectuadas por Sánchez ha
dejado fuera de la ejecutiva a históricos dirigentes y de la vieja guardia,
como Eduardo Madina --su anterior
contrincante en el anterior congreso de Sevilla, junto a Pérez Tapias--, Elena
Valenciano, exvicesecretaria general con Pérez Rubalcaba tras el XXXVIII Congreso Federal y actual
eurodiputada; Antonio Hernando,
exportavoz en la anterior etapa y que continuó con la Gestora (2014-2017); y a
gente de la vieja guardia como José
Blanco, exsecretario de Organización y exministro de Fomento; José María Barreda, expresidente de
Castilla-La Mancha, y Cipriá Císcar,
exsecretario de Organización con Felipe
González.
Aparte de la Ejecutiva como guardia pretoriana, otro caso
distinto es el Comité Federal, máximo órgano entre congresos, en el que tienen
garantizada su presencia los miembros de la Ejecutiva, los portavoces
parlamentarios, los secretarios regionales, el presidente de la FEMP y algunos
cargos de JJ SS. Aunque el proceso de renovación de este órgano seguirá en los
próximos meses de julio y agosto, con la
designación de los miembros que elegirán los congresos regionales, y un tercer
tercio por la militancia, no faltaron voces discrepantes, como la del portavoz
en el Parlamento asturiano, Fernando
Lastra, quien manifestó que "de ser esta la pauta de comportamiento,
vamos a un modelo de partido en el que la exclusión y el sectarismo va a ser el
modo de actuación" (véase www.rtve.es/noticias,
de ayer, día 18).
Tras esta "barrida" de Sánchez, no se explica la "congratulación" y
"satisfacción" efectuada ayer, al término del congreso, por la
Ejecutiva Federal del PSOE extremeño (véase http//psoeextremadura.com,
de ayer 18/06/2017) "porque tres extremeños formen parte de la Comisión
Ejecutiva Federal": Belén Fernández
Casero, concejala de Cáceres y secretaria de Organización local, como
secretaria ejecutiva de Cooperación al Desarrollo; José Luis Quintana, actual alcalde de Don Benito, amigo personal de
Sánchez, exconsejero de Agricultura
con Ibarra (2003-2007) y de Fomento con Vara (2007-2011) , que
presidirá el Consejo de Alcaldes, que forma parte de la Ejecutiva; y la del
propio Vara, que apoyó a Susana Díaz en las primarias por el
liderazgo del PSOE, como antes a Madina,
y que fue el único presidente que defendió públicamente la abstención
socialista para permitir la investidura de Rajoy
y criticó la gestión de Sánchez, con
quien dejó de hablarse cuando este era todavía secretario general en su
anterior mandato, y con quien reanudó su relación tras su contundente victoria
en las primarias. Recuerden aquella frase suya en julio del pasado año:
"Con el "sí" de C´s y CC, el PP suma 170 escaños, una cifra a la
que es imposible oponerse... Si Rajoy
consigue 170 diputados, quién es el guapo que, a pesar de ello, dice que yo
tengo 85, 71 o 14, y me opongo. ¡Pero, hombre, en qué cabeza cabe." (véase
www.lainformacion.com/politica, de
19/06/2016).
En fin, nada que añadir: por culpa de la dilación de la
gestora, --en la que Vara colocó a
dos "seños" de las suyas, tan solo por él conocidas, y que nada han
hecho que sepamos, como estos de la ejecutiva, menos él, a quienes solo conocen
en el partido y en su casa--, Sánchez
se ha salido con la suya: ha hecho una
Ejecutiva a su medida, sin críticos, paritaria y con menos respaldo que las
anteriores, con una destacada presencia de andaluces, catalanes y
castellano-manchegos... Todos los antiguos barones, menos él e Iceta, con su plurinacionalidad, han
salido satisfechos del cónclave; con más poder para los militantes y
simpatizantes, que votarán pactos, investiduras y candidatos a las alcaldías,
todo ello a pesar del frío recibimiento de los líderes históricos, ya en
retirada, y los podemistas a la espera... Y el único que de verdad sale ganando,
aun con otro señor, es Ferreira jr.,
que sigue en el Comité Federal y en la Ejecutiva Regional. Los suyos, contra él
(véanse los rivales que le esperan en el congreso regional), pero él tan
contento... porque Extremadura sigue..., nadie sabe con quién y para qué...