Primavera avanzada de
2004 sería. El Guadiana amanecía con un tapiz verde sobre su manto de agua
azul, camino del Atlántico. Desde el puente romano, sobre el que parece
arroparse, hasta el Lusitania de
Calatrava, el jacinto de agua, la flor de bora, la violeta de agua, el buchón o
taruya --el camalote, como todos le conocen--, se aprieta en las orillas, sobre
la que no deja pasar la luz del sol. Originario de las regiones cálidas del sur
(cuencas del Amazonas y del Plata), aparece ya como especie invasora, y su
exportación a estanques o láminas acuáticas de jardines en climas templados o
cálidos, lo ha distribuido por todo el mundo.
Fue en principio usada como planta medicinal,
fertilizante de suelos y decorativa. Ya es especie invasora fuera de su nicho
habitual. Incluida en el Catálogo español de especies exóticas invasoras (RD
1682/2001, de 14 de noviembre) que prohíbe en España su introducción en el
medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio. y considerada una de
las cien especies más dañinas del mundo.
Verde sobre azul, todo el mundo se preguntare cómo el
Guadiana apareciere revestido con un manto que cada día creciere más: algún ave
que la soltare; un ignorante que allí la depositare proveniente de su jardín...
Es el jacinto de agua de tallo corto, hojas en rosetas,
peciolos también cortos, bulbosos y elongados; crece agrupado; de flores azules
a celestes y mancha amarilla en el lóbulo superior del perianto. Se cultiva en
jardines de agua y en fuentes; el único de su género, flotante. Habitante de
agua dulce: ríos, lagos, charcas y embalse de trópicos y subtrópicos. Plaga ya,
obtiene del agua todos los nutrientes para su metabolismo. Sus raíces albergan
microorganismos que favorece su acción depuradora. Se reproduce en aguas estancadas,
con escasa corriente e intensa iluminación. Los estolones que produce la planta
madre facilita su rápida reproducción durante el verano. No solo en los ríos,
su extensión crea problemas en canales de riego agrícolas y en los ecosistemas
ribereños. Sin predadores ni competidores, su fácil reproducción vegetativa y
sexual, extiende sobre el azul del río su verde tapiz. Los técnicos
desaconsejan su utilización por particulares para evitar que la plaga se extienda...
No es fácil deshacerse del camalote. Cuando apareció en
2004, nadie le dio importancia al tratarse de una especie propia de climas tropicales.
Meses después afectaba a unos 80 kilómetros del cauce entre Medellín y Mérida,
donde reaparece en 2011. El presidente de la confederación avisa que es
necesario mantener la lucha para evitar los daños en el ecosistema fluvial y el
regadío. Reaparece en 2011. Entre 2004 y 2006 se recogieron 183.000 toneladas;
en 2010, 5,54; en 2011, 40.000; y en 2012, más de 50.000. Hasta este último
año, la Confederación gastó 21 millones en retirarlo del río. La semillas del
camalote aguantan latentes entre 15 y 20 años. . (Véase sociedad.el pais.com, de 24/03/2012).
La altas temperaturas de primeros de julio hacen que el
camalote rebrote imparable, tapona los sistemas de riego, consume el oxígeno
del agua. Veinte personas, ocho embarcaciones, un camión y una retro trabajan
cada día para retirarlo del río, en el que se recogen 140 toneladas diarias.
(Véase eldiarioex, del 07/07/2015).
Es una plaga que se expande, controlada, pero casi imposible de exterminar. El
tapiz verde sobre el Guadiana azul traspasa fronteras, canales de regadío hasta llegar a las presas. Oscurece la luz
del sol sobre el agua que parece contenida. Las densas colonias sobre el agua
limitan la capacidad de oxígeno e inhiben el crecimiento de otras plantas
acuáticas. Es una droga sobre el río, en el que ni las barreras son suficientes
para retenerlo, porque hubieren de abrirse para la fluidez de las aguas...
Malas hierbas que pueden taponar en poco tiempo una vía fluvial o lacustre,
islas verdes de gran porte que oscurecen el azul de un Guadiana expansivo...
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