El
presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo
Fernández Vara, invitó ayer, --vísperas del Día de Extremadura, que festejamos
hoy-- a poner en marcha "un amplio proceso participativo, de abajo hacia
arriba", para "repensar la región".
(Véase meridaycomarca.com, de ayer,
día 07/09/2015). ¿Qué quiso decir con ello el Presidente, que puso punto final
a las intervenciones de la presidenta de la Asamblea, el alcalde de la capital
regional y los portavoces parlamentarios, en el acto institucional celebrado
por vez primera ayer mañana en la Cámara de representación de todos los
extremeños, y en el que tomaren la palabra?
Según la definición de la RAE, repensar es volver a pensar algo con
detenimiento, que se conjuga como acertar. Para el Presidente, se trata de
situar a la región con muchos más actores que los habituales, al objeto de que el
conjunto de la sociedad recupere su protagonismo. Para ello, apela a abrir un
camino de colaboración, cooperación y participación ciudadana, para que todo el
mundo se sienta parte del presente y el futuro de Extremadura, "porque no
hay actores secundarios"; es decir, de "ser lo suficientemente
sabios" para reflexionar, criticar y dudar cuantas veces sea necesario
para que las cosas funcionen. Vara
ha hecho una apuesta con ello a cercenar de raíz esa disociación de los
ciudadanos con la clase política, que ellos mismos han elegido, pero de la que
se siente alejada, porque no le da las respuestas que esperan.
Como él conjuga el Día de
Extremadura como una jornada de identidad y reivindicación, reivindica la igualdad de la mujer, apelando a la senda emprendida por María Telo Sánchez (Cáceres, 1915;
Madrid, 2014), quien el 2 de mayo de 1975 logró que la Comisión General de
Codificación promoviera una ley que devolvía a la mujer la consideración de
persona, con capacidad jurídica propia, eliminando la obediencia al marido, la
licencia marital y las discriminaciones por razón de sexo. (Véase el Discurso
del Presidente del Día de Extremadura en gobex.es,
Presidencia, de 09/09/2015). Y junto a la igualdad, la lucha permanente
contra la violencia de género.
En el apartado de las
reivindicaciones, no se olvidó del cumplimiento del Estatuto de Autonomía de
2011, al que ya hiciere referencia en su discurso de investidura del 30 de
junio pasado, "para exigir lo que nos corresponde". (Íbd.) Aquel día dijo que, antes del 1 de
octubre, enviaría a la Cámara una propuesta de reforma del Estatuto, que
incluiría, al menos: la reducción del 1 por ciento del censo de electores
exigible para presentar una Iniciativa Legislativa Popular; la modificación de
las circunscripciones electorales para mejorar la representación y propiciar
más cercanía entre representantes y representados; creación en la Asamblea de
un Registro de Programas Electorales que tenga atribuida la función y
competencia de un Observatorio de seguimiento y cumplimiento; la obligación de
los gobiernos de someter a consultas populares las decisiones que afecten a
derechos fundamentales y que no se incluyeran en los programas electorales; y
la eliminación de los aforamientos de cargos públicos en todos los asuntos
ajenos al ejercicio de sus funciones. (Véase psoecaceres.com, de 01/07/2015). Hoy añade el reconocimiento de la
deuda histórica y las inversiones extraordinarias por importe del 1 por ciento
del PIB; un Pacto por el ferrocarril, porque "personas y mercancías
necesitan el tren en Extremadura", para lo que se necesita "unidad de
acción". (Ob. cit).
Antes de la aprobación del Estatuto
de Autonomía de 2011, afirmaba usted que "la foto de Extremadura desde
1983 --año de la aprobación del primero--, había cambiado y que era preciso
reformarlo para adaptarlo a los tiempos y sus circunstancias. Así se hizo por
consenso de las dos fuerzas políticas entonces presentes en la Asamblea: PSOE y
PP (2007-2011). Solo han pasado cuatro años, y ya es preciso adaptarlo de nuevo
para incluir los deseos de unos y las peticiones ineludibles de otros, cuando
ni siquiera ha llegado a cumplirse en su totalidad, como la creación del
Personero del Común, con sede en Plasencia, o la supresión del Consejo
Consultivo (para lo que es preciso reformarlo), que también anunció en su
discurso de investidura. No podemos hacer una Constitución cada nueva
generación ni un Estatuto cada ocho años porque, de lo contrario, nos
dedicaremos a "repensar" las leyes fundamentales y no a gestionar la
Extremadura del día a día, aunque necesitemos todo los que se nos ha negado...
Por lo demás, todo muy bien en el
cambio de modelo: la redefinición de los colores de la bandera extremeña por
parte de la presidenta de la Asamblea, Blanca
Martín, que hizo honor a ella vistiendo chaqueta blanca, camiseta verde y
pantalón negro; como la pianista Zazú
Oles, que interpretó al piano el Himno de Extremadura, y que lució en su
muñeca derecha los colores de aquella. Y todos juntos, y no apartados, en sala
aparte y con plasma, como en la sesión de investidura de junio. Por cierto:
¿por qué habló Monago en lugar de su
portavoz? Eso no estaba previsto en el orden del día anunciado... La entrega de
las Medallas y los discursos de por la noche, aplaudidos por el pueblo, estuvo
mejor. Ahora, toca esperar... Como siempre, como ayer y anteayer. Eso no es
hacer normal lo que no es normal a nivel de calle, porque quienes no están en
el hemiciclo no ganan ni el salario mínimo, ni sus pensiones se revalorizan con
el IPC, ya difunto. Y, mientras, ustedes ganan no solo tres veces el salario
mínimo, sino dos y tres veces más el salario medio anual de un extremeño...,
para seguir diciendo lo mismo. Eso tampoco es igualdad...
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