La pareja es la unión de dos personas que tienen entre sí alguna correlación y semejanza, especialmente entre el hombre y la mujer, como afirma el Diccionario de la RAE; pero esta acepción no es única ni excluyente. Hay parejas consideradas en relación de cada una con la otra; parejas compañeros de baile, de juegos, y hay otras a las que les une su semejanza en alguna prueba o habilidad; parejas de conveniencia, de empresa y negocios, o en asociaciones, sindicatos, empresarios o en la política.
“La pareja” de España ha sido siempre la de la Guardia Civil, ya fuere en el campo o en la carretera, independientemente de su sexo. La pareja es hoy múltiple y diversa, como diversa y plural es España; pero, por encima de todo, la pareja, por la propia etimología de la palabra (del latín: par, paris) son iguales. Le une una afinidad para la consecución de un fin: el amor que les unió, los hijos que les unen más, la convivencia, el servicio, la ideología… ¿Pudiere haber parejas que no se amaren, entendieren o lucharen, unidas, por la misma causa?
En vísperas congresuales de su X Congreso Provincial, el PSOE de Cáceres ha contado, y puede seguir contando, si los delegados así lo decidieren, con una pareja excepcional: la conformada por sus dos primeros números, el secretario general y el de Organización, la pareja del partido.
Juan Ramón Ferreira y Juan Manuel Hernández han formado esa pareja perfecta, necesaria en cualquier organización. Su dilatada experiencia política, su entendimiento profesional, su dedicación a la causa del partido, la permanente defensa de sus principios y valores y la renovación constante a que han sometido las propuestas para las que fueron elegidos, no solo son merecedoras del aplauso y la gratitud, sino del reconocimiento que se muestra a quienes logran la unidad y la cohesión de una fuerza política siempre llamada a gobernar, porque integra en sí misma a todas las parejas de la sociedad, “el partido más parecido a ella”, como tantas veces ha proclamado Ferreira.
Han cumplido sobradamente ambos los requisitos que el ex secretario general de los socialistas extremeños, Rodríguez Ibarra, solicitaba en el recientemente celebrado 37 Congreso Federal como méritos para estar en la Ejecutiva: cinco años de cotización a la Seguridad Social, mil mítines a la espalda y ser capaces de mantener una discusión, en la unidad y en la discrepancia, con un ministro del Gobierno.
Si Zapatero tiene por pareja y mano derecha, a su izquierda, a José Blanco, Guillermo Fernández Vara ha elegido a Ascensión Godoy, como Juan Ramón Ferreira eligió en su día a Juan Manuel Hernández, la pareja del PSOE Provincial de Cáceres.
Una pareja no sólo conduce, anima y protege a su grey; les recibe, les estimula, soluciona sus problemas, eleva su ánimo, alicaído en las dificultades; les motiva en la perseverancia, les ilusiona en el impulso y en la vivencia política que ha de estimular diariamente la vida del partido. De todo ello ha dado buena prueba la “pareja del PSOE Provincial de Cáceres”.
Ferreira y Hernández han cumplido así con la definición que, en su artículo 6, la Constitución Española ofrece de los partidos políticos: “expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política”.
La pareja, como el partido, no puede caminar en paralelo si no sintoniza y, aun en la sana discrepancia entre sus miembros, no sostiene y da vida al partido, manteniendo la necesaria unidad de sus principios y valores y la cohesión como elemento integrador de aquél. Y todo esto lo han conseguido dos veteranos de la lucha política, con trabajo y diplomacia, expertos en el decir y en el hacer, en el habla y en la palabra, en los dichos y en los hechos.
El congreso tiene ahora la palabra.
“La pareja” de España ha sido siempre la de la Guardia Civil, ya fuere en el campo o en la carretera, independientemente de su sexo. La pareja es hoy múltiple y diversa, como diversa y plural es España; pero, por encima de todo, la pareja, por la propia etimología de la palabra (del latín: par, paris) son iguales. Le une una afinidad para la consecución de un fin: el amor que les unió, los hijos que les unen más, la convivencia, el servicio, la ideología… ¿Pudiere haber parejas que no se amaren, entendieren o lucharen, unidas, por la misma causa?
En vísperas congresuales de su X Congreso Provincial, el PSOE de Cáceres ha contado, y puede seguir contando, si los delegados así lo decidieren, con una pareja excepcional: la conformada por sus dos primeros números, el secretario general y el de Organización, la pareja del partido.
Juan Ramón Ferreira y Juan Manuel Hernández han formado esa pareja perfecta, necesaria en cualquier organización. Su dilatada experiencia política, su entendimiento profesional, su dedicación a la causa del partido, la permanente defensa de sus principios y valores y la renovación constante a que han sometido las propuestas para las que fueron elegidos, no solo son merecedoras del aplauso y la gratitud, sino del reconocimiento que se muestra a quienes logran la unidad y la cohesión de una fuerza política siempre llamada a gobernar, porque integra en sí misma a todas las parejas de la sociedad, “el partido más parecido a ella”, como tantas veces ha proclamado Ferreira.
Han cumplido sobradamente ambos los requisitos que el ex secretario general de los socialistas extremeños, Rodríguez Ibarra, solicitaba en el recientemente celebrado 37 Congreso Federal como méritos para estar en la Ejecutiva: cinco años de cotización a la Seguridad Social, mil mítines a la espalda y ser capaces de mantener una discusión, en la unidad y en la discrepancia, con un ministro del Gobierno.
Si Zapatero tiene por pareja y mano derecha, a su izquierda, a José Blanco, Guillermo Fernández Vara ha elegido a Ascensión Godoy, como Juan Ramón Ferreira eligió en su día a Juan Manuel Hernández, la pareja del PSOE Provincial de Cáceres.
Una pareja no sólo conduce, anima y protege a su grey; les recibe, les estimula, soluciona sus problemas, eleva su ánimo, alicaído en las dificultades; les motiva en la perseverancia, les ilusiona en el impulso y en la vivencia política que ha de estimular diariamente la vida del partido. De todo ello ha dado buena prueba la “pareja del PSOE Provincial de Cáceres”.
Ferreira y Hernández han cumplido así con la definición que, en su artículo 6, la Constitución Española ofrece de los partidos políticos: “expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política”.
La pareja, como el partido, no puede caminar en paralelo si no sintoniza y, aun en la sana discrepancia entre sus miembros, no sostiene y da vida al partido, manteniendo la necesaria unidad de sus principios y valores y la cohesión como elemento integrador de aquél. Y todo esto lo han conseguido dos veteranos de la lucha política, con trabajo y diplomacia, expertos en el decir y en el hacer, en el habla y en la palabra, en los dichos y en los hechos.
El congreso tiene ahora la palabra.
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