Las Congregaciones, o
reuniones precónclave, reúnen a todos los miembros del Colegio Cardenalicio
--207 en la actualidad, aunque solo 117 son menores de 80 años; es decir, con
derecho a entrar en el Cónclave-- y a la espera de su convocatoria por el
camarlengo, que se espera para el día 11. Las Congregaciones son secretas. Solo
Lombardi, portavoz vaticano, refiere a los periodistas algunos de los temas
genéricos abordados. El Cónclave será ya secreto sumarísimo, bajo amenaza
anunciada de excomunión.
¿Y para qué las Congregaciones?: tiempo de encuentro, de
conocimiento entre los electores, de definir quizá lo indefinible: el futuro de
la Iglesia en manos del que hubiere de ser el sucesor del papa emérito
Benedicto XVI. No hay prisas, pero tampoco pausa. El lunes 4 hubo sesiones de mañana
y tarde; el martes 5 y hoy miércoles 6, solo por la mañana. Mañana estarán
todos los cardenales en Roma. Hasta entonces, no se convocará el Cónclave.
Mientras, se prepara la Capilla Sixtina y se limpia de micrófonos y cámaras
ocultos. Deliberaciones y votaciones estarán vedadas urbi et orbi (a la ciudad y al mundo). Así lo previno el papa
Pablo VI quien, en la Constitución "Romano Pontifice Eligendo",
estableció en 80 años el límite de edad para ser elector, dispuso que el número
de electores no superara los 120 y reforzó el secreto de las sesiones en la
Sixtina. Sólo la fumata (humo con que
se anuncia a los fieles el resultado de las votaciones para elegir Sumo
Pontífice), blanca o negra, revelará si habemus
papam (tenemos papa) o no. En 1996, Juan Pablo II promulgó la Constitución
"Universi Dominicis Gregis", centrada en el caso del fallecimiento
del papa, con un periodo de funerales que no hay en el caso de renuncia papal,
por lo que no es necesario dejar pasar un plazo de quince días desde el
comienzo de la Sede Vacante hasta el inicio del Cónclave. El papa emérito
Benedicto XVI modifica el pasado 22 de febrero quince artículos de la citada
constitución apostólica, cuyo principal cambio es acortar la convocatoria del
Cónclave si todos los electores están presentes en Roma, además de dar mayor
visibilidad a los cardenales mayores de 80 años que no participan en él durante
el desarrollo de las Congregaciones, e imponer la excomunión automática a los
ayudantes que no respeten el juramento de secreto.
En las Congregaciones se trata, pues, de tener los
deberes hechos antes de encerrarse en el Cónclave, donde solo podrán orar y
votar; no así en las comidas y cenas en la residencia de Santa Marta, en las
que les está permitido hacerlo en privado o en público. La renovación de la
Iglesia, las relaciones entre la Santa Sede y las Conferencias Episcopales, la
nueva evangelización, una eficaz reforma de la Curia, una mayor colegialidad,
el perfil del sucesor... Sobre todos estos temas hablan y preguntan los miembros
del Colegio Cardenalicio, incluido el informe de los tres cardenales que fue entregado
a Su Santidad Benedicto XVI, pero que no entrarán en el Cónclave, entre ellos
el español Julián Herranz, autorizado por aquel a responder a las dudas de los
cardenales en términos generales, y más de uno, según Lombardi, ha preguntado
sobre él, especialmente los cinco cardenales americanos y brasileños. En las
Congregaciones se han revelado hasta el momento dos grupos claramente
diferenciados: uno que desea pasar página rápidamente y otro que aspira a
contar con información detallada de lo que se encontrará el nuevo papa.
El sucesor del papa emérito ha de ser joven (se entiende
por tal entre 60-70 años), aunque entran en el Cónclave los que han cumplido
los 80 después de declararse la Sede Vacante, como el cardenal alemán Walter
Kasper, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la
Unidad de los Cristianos, que los cumplió hoy; tener profundos conocimientos de
Teología y Filosofía, conocer la Curia y su estructura, así como tener una
trayectoria pastoral y saber, además de la legua oficial de la Iglesia -el
latín, madre de todas las romances-, otras lenguas modernas, como el italiano,
inglés, francés, alemán, español.., propias de su entorno y con las que pueda
comunicarse con todo el mundo. En definitiva, en las Congregaciones se hace un
retrato cabal del futuro sucesor de San Pedro.
De los 207 miembros del Colegio Cardenalicio, todos
pueden ser elegidos papa, aunque solo voten los menores de 80 años. De los 117
que podrían entrar en el Cónclave, se han descolgado dos: el indonesio Julius
Riyadi Darmaatmadja, que no viaja a Roma por problemas de salud; y el británico
Keith O´Brien, cardenal de Edimburgo, tras renunciar por haber sido acusado de
"comportamiento inapropiado". El total de electores será de 115, por
lo que el "listón" de dos tercios necesarios para ser elegido papa
será de 78 votos.
La cuarta Congregación ha terminado hoy sin decidir la
fecha del inicio del Cónclave. Mañana habrá sesiones por la mañana y tarde, a
la espera de los dos electores que faltan. El Cónclave puede esperar...
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