La reciente visita a la desaparecida villa de
Granadilla (Cáceres) de la consejera de Educación y Cultura de la Junta de
Extremadura, Trinidad Nogales, acompañada por el director general de Evaluación
y Cooperación Territorial del Ministerio, Alfonso González Hermoso de Mendoza,
y del alcalde de Zarza de Granadilla, Germán García, no nos ha ofrecido ninguna
otra novedad que fuere más allá de otras anteriores, realizadas desde su
desaparición como municipio, por distintas autoridades, en la que expresaban su
opinión para realizar en el enclave otras actividades, además del Programa de
Recuperación de Pueblos Abandonados.
El
problema para realizar otras actividades culturales y turísticas viene dado por
las distintas administraciones competentes sobre la villa: la propiedad es de
Parques Nacionales, y antes de la Confederación del Tajo, que llevó a cabo el
proceso expropiatorio del pueblo y de su término municipal por la construcción
del embalse de Gabriel y Galán; el Programa de Recuperación lo llevaron, antes
de que la Junta asumiera las transferencias educativas, los Ministerios de
Educación, Obras Públicas y Agricultura,
patronos del programa que se desarrolla en Umbralejo (Guadalajara) y Búbal
(Huesca), además de en Granadilla. De otro lado, el Decreto Ministerial 1347/1965,
de 6 de mayo, por el que se acuerda la disolución del municipio, fijaba la incorporación de su término
municipal a los limítrofes, Zarza de Granadilla y Mohedas de Granadilla, con la
divisoria determinada por el cauce del río Alagón; es decir, la margen
izquierda del río se adscribe a Zarza y los terrenos de la margen derecha, a
Mohedas; sin embargo, a pesar de su adscripción, ambos ayuntamientos carecen de
competencias, al no ser de su propiedad. Esta situación ha traído a Zarza más
inconvenientes que ventajas, dado que por esta localidad sale el camino vecinal
construido en su día por la Confederación para acceder a la antigua villa.
Que la
consejera señale tras la visita realizada el pasado día 14 que "en Granadilla tienen cabida
nuevas acciones que impulsen este enclave educativo, cultural y turístico", no ofrece novedad alguna, sino las
buenas intenciones que, desde su desaparición, existieron para desarrollarlo turísticamente.
Ya en 1963,
el escritor y publicista cacereño Valeriano Gutiérrez Macías, escribía en "Abc"
un artículo, en el que aludía a la comunicación que el director general de
Promoción del Turismo, Juan de Arespacochaga, había dirigido al entonces
gobernador civil, Bocos Cantalapiedra, indicándole que había sido aceptada la
propuesta de dicho organismo para la reconstrucción y habilitación del castillo
para un albergue de turismo, proyectos que, como tantos otros, para caza, pesca
y deportes náuticos, no se desarrollaron suficientemente, o cayeron en el
olvido.
Desde
1965, la villa fue abandonada y expoliada; los muros de sus viviendas fueron
derrumbándose; el tejado de la iglesia también se vino abajo y hasta las tumbas
de los insignes párrocos que sirvieren el templo --único inmueble no
expropiado- fueron violadas. Hasta 1980
no fue declarada la villa conjunto histórico-artístico y el castillo no se reconstruyó
hasta el año 1979.
El alcalde
de Zarza de Granadilla, Germán García, hijo de la localidad, ha subrayado
recientemente la importancia para el sector turístico de la comarca que la
villa esté abierta para recibir a turistas y visitantes,
y ha mostrado su confianza en que pueda avanzarse en esta línea. No hay que
olvidar el respeto que merece el entorno y el
propio conjunto, ya
determinados en el Real Decreto 2428/1980, de 28 de septiembre (BOE de 10 de
noviembre), que incluye todo el conjunto intramuros, incluyendo el castillo y
la muralla, y fija como zona de respeto una línea poligonal exterior a la
muralla y a una distancia constante de ochocientos metros de ella.
Hay que
recordar al respecto la reunión mantenida por el anterior subdelegado del
Gobierno, Fernando Solís, con el alcalde de Zarza de Granadilla, y el jefe del
Área de Recursos de Parques Nacionales del Ministerio de Medio Ambiente, y
responsables de la Comandancia de la Guardia Civil, para analizar el entorno de la villa y hacer cumplir la Ley 42/2007 del
Patrimonio Natural y la Biodiversidad, especialmente ante la próxima festividad
del Día de Todos los Santos, una de las dos fechas de regreso al pueblo de los
hijos de la villa, que se había convertido en una romería a las mismas puertas
de la muralla.
Urge,
pues, una mayor colaboración institucional, como ha expresado Nogales, no solo
para la continuidad del Programa de Recuperación, sino para la realización de
otras actividades, que han situado a Granadilla en el mapa turístico nacional,
no solo por la estela que ha dejado el paso por la antigua villa de 50.000
alumnos y 4.000 profesores de toda España, sino también por las múltiples
visitas turísticas que recibe, que no pueden darse de bruces con una puerta cerrada.
Baste
recordar que la exposición "Cuando Granadilla...", realizada en el
castillo, las principales calles y la iglesia por el pintor natural de la
villa, Enrique Jiménez Carrero, en el
verano de 2005, fue visitada por 40.000 personas.
El
Programa iniciado en 1984 requiere una continuidad, porque su costo es pequeño
para tanto beneficio, y, así, la Diputación cacereña acaba de anunciar la promoción de la comarca de Tierras
de Granadilla, de la
que la villa perdida es su principal joya, entre sus acciones para lo que queda
de legislatura.
¿De quién
es Granadilla? Granadilla fue de los árabes, sus fundadores; de judíos y
cristianos; del Ducado de Alba durante tres siglos, y de los reyes cristianos,
y del Generalísimo Franco hasta su disolución como municipio en 1965. Desde
1980, tras ser declarada conjunto histórico-artístico, es propiedad moral de
todos los españoles.
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