martes, 20 de febrero de 2018

SANTOS SERVANDO Y GERMÁN, PATRONOS DE MÉRIDA

 
           Los santos Servando y Germán (Augusta Emerita, siglo III; Cádiz, 290 d. C.) son los patronos de Mérida y Cádiz y copatronos de San Fernando (Cádiz). Etimológicamente, sus nombres significan "el que guarda" y "lancero, guerrero". Los dos hermanos, oriundos de Augusta Emerita (actual Mérida)  fueron martirizados el 23 de octubre (de ahí la fecha de su festividad) del año 290 de nuestra era, en un lugar conocido como Collado Ursoniano, antes de la isla de Cádiz, donde obraron varios milagros que lograron la conversión de muchos gentiles.
 
             Su origen se remonta a Publio Elio Marcelo, centurión de la VII Legión Gérmina Pía Félix, nacido en León, y casado con Nonia, que le dio doce hijos. El primero recibió la orden de marcharse a la provincia africana de la Mauritania Tingitana (actual Marruecos), donde murió degollado tras hacer pública su fe en Cristo y negarse a celebrar la fiesta del nacimiento del emperador Valerio (finales del año 316-1 de marzo del 317), el 30 de octubre del año 288. Su esposa subiría a los altares junto a él, como mártir de la fe.
         
            Los doce hijos de Publio Elio Marcelo, más tarde San Marcelo y Santa Nonia, seguirían los pasos de sus progenitores. Claudio, Lupercio y Victorio fueron degollados en León; Celedonio y Emeterio alcanzaron el martirio en Calahorra; Acisclo y Victoria, y Fausto, Januario y Marcial, en Córdoba; y Servando y Germán, en Cádiz, por mandato de Viator, prefecto de Roma, en el año 304.
 
             Servando y Germán eran legionarios de Roma y, estando en Augusta Emerita, fueron delatados por sus compañeros de armas como cristianos. Encadenados de pies y manos al confesar su fe en Jesucristo, fueron encerrados en prisión hasta conseguir que su voluntad se doblegara como en los martirios que sufriera la patrona, Santa Eulalia.       
 
             En su juventud abrazaron la carrera de la milicia, cuya marcialidad no alteró la justificación de la conducta que siempre conservaron los dos ilustres jóvenes, apunta el P. Juan Croiset,  "que llegaron á ser muy amados y venerados de todos los fieles por su vida ejemplar y el ardiente zelo que manifestaron en la defensa y en la propagación de la fe cristiana". Al finalizar las persecuciones de Adriano (Roma o Itálica, 24/01/76; Bayas, 10/07/138), emperador desde el 10/08/117 al 10/07/118, y puestos de nuevo en libertad, continuaron predicando con más valentía la fe cristiana.
 
            La persecución de Diocleciano (Salona, 244; Split, Croacia, 311) --emperador de Roma desde el 20/11/284 hasta el 01/04/286 (solo); y desde esa fecha hasta el 1 de mayo del 305 como Augusto de Oriente con Maximiano como Augusto de Oriente--, coincidió con el gobierno en Mérida de Viator, prefecto romano y ferviente pagano, que mandó prender de nuevo a Servando y Germán, sometiéndolos a crueles tormentos, como afirma San Isidoro, que "fueron de esta vez muy atormentados con azotes y peynes de hierro, y otros generos de crueldades. Y para que más gloriosamente triunfasen en su muerte, dilatóseles muy á la larga la pelea." Viator marchó a la provincia Tingitana y decidió llevar consigo a los dos hermanos, que realizaron el camino de Mérida a Cádiz cargados de cadenas y descalzos, "y quedó el juez admirado quando vio á los hermanos tan frescos y tan robustos como si nada hubieran padecido á pesar de las diligencias qué hicieron los conductores para matarlos de hambre en tan prolijo y tan penoso viage." Temiendo que muriesen en la travesía y, desesperado al no lograr su objetivo, decidió que fuesen degollados en el paraje llamado Ursoniano, en lo alto de un cerro conocido hoy como Cerro de los Mártires , donde entregaron su cuello al verdugo el 23 de octubre del año 304. El citado cerro se alza en la isla de León, dando vista al islote donde se levanta el castillo de Sancti-Petri, desde el que se domina la extensión de la costa gaditana hasta el faro de San Sebastián.
 
             Según la tradición, los cuerpos de ambos hermanos permanecieron en el cerro hasta que años después, los restos de San Germán fueron trasladados a Mérida, situándolos cerca del sepulcro de Santa Eulalia, virgen y mártir, y los de San Servando, a Sevilla, depositándolos entre los de Santa Justa y Rufina. Restos suyos y una pila con sus nombres fueron hallados en Alcalá de los Gazules (Cádiz), que reposan en la parroquia de San Jorge de dicho municipio.        
 
            La tierra gaditana los tuvo por patronos oficialmente en 1619. Los cabildos municipal y catedralicio lograron del pontífice Paulo V (1605-1621) la concesión del Jubileo para la fiesta de los santos patronos y la declaración canónica de su patronato, celebrándose por primera vez el 23 de octubre de 1619, bajo el pontificado de don Juan de Cuenca, capellán del rey Felipe III. En la actualidad se puede hallar en la ciudad numerosa iconografía dedicada a los mártires. La más destacada se encuentra en la Plaza de la Constitución, delante de las Puertas de Tierra. Ambas esculturas se erigen sobre sendas columnas de mármol blanco genovés, de principios del XVIII. Se compone cada una de ellas de un pedestal cúbico desde donde arrancan las columnas con capiteles, sobre los que se alzan las figuras de los santos patronos. Los basamentos sirven de soporte para las diferentes heráldicas en relación con la Corona de España, el mecenazgo de la obra de mano del marqués de Valdecañas y el escudo de Cádiz. El conjunto escultórico se colocó en principio en la Puerta de Mar, en la entrada al muelle, y se recolocó definitivamente en las Puertas de la Tierra en 1945. La autoría del monumento se atribuye a los hermanos Andreoli, aunque no existe prueba documental alguna, por lo que es tenido como anónima. Luis Balaguer recoge en su obra "Coplas de nuestros patronos", esta coplilla:
 
            "San Servando y San Germán
            llegan a Puerta de Tierra
            los dos con la misma edad.
 
            Se suben a dos columnas
            queriendo marinear.
            Y las columnas navegan
            hasta la Puerta del Mar."
           
            Sus imágenes se encuentran en la catedral, tanto en su exterior como en su interior.
 
            En San Fernando (Cádiz), ciudad de la que es copatrono, existe una iglesia con su nombre en la Plaza de César Vallejo. Arnedillo cuenta también con una iglesia dedicada a San Servando y San Germán, así como Uruñuela (La Rioja); y en Moguer (Huelva). Y Arroyo de San Serván (Badajoz) le ha dedicado una ermita a los santos mártires patronos de Mérida.
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Bibliografía consultada: Blog Cantadur, del historiador y escritor Javier Fornell;  San Servando y San Germán, en blog Cofrades, de Javier Campos;  San Servando y San Germán mártires, suplemento a la última edición del año christiano del Padre Juan Croiset,  T. II, 1ª edic., imprenta de Joshep García, 1793; De Villegas, Alonso:  Flos sanctorum, págs. 709-710; web de la parroquia de San Servando y San Germán de Cádiz; web El TestigoFiel, cadizcofrade.net, http:/www.eltestifiel.orgindex.php?idu=sn-3864; blog "Sagrada Caridad", de María del Carmen Ferrer, Cádiz, 06/07/2012); www.guiadecadiz.com; Balaguer, Luis: Coplas de nuestros patronos San Servando y San Germán; Edic. Rialp, S. A, Madrid, 1976; webs del Ayuntamiento de Moguer (Huelva) y de Arnedillo (La Rioja), y Wikipedia.


sábado, 17 de febrero de 2018

EL AMOR PLATÓNICO


           El amor platónico, según unas de las definiciones de la Academia, es el amor idealizado y sin relación sexual. El amor platónico se refiere a la visión filosófica que tuvo Platón alejada de la asociación popular a esta expresión como amor no correspondido o imposible. En El Banquete, la principal exposición de la doctrina platónica acerca del amor, se recogen los diálogos expuestos en la casa de Agatón sobre el amor tras una comida, el banquete del amor. Para Platón, el amor es puro y está desprovisto de pasiones; el amor platónico no se basa en intereses, sino en la virtud. Para el filósofo, hay tres tipos de amor: eros, philia y agapé. En la mitología griega, Eros es el dios primordial de la atracción sexual, el amor y el deseo, venerado como un dios de la fertilidad. Su equivalente romano es Cupido (deseo), dios del deseo amoroso. Eros es la forma idealizada de amar. Philia es un antiguo término griego para referirse al amor fraterno, que incluye amistad y afecto, amantes, ciudadanos, padres e hijos, compañeros..., el amor de lo que es útil, placentero y bueno. Trasciende el egoísmo de Eros y lo convierte en lealtad al prójimo. Agapé es el amor incondicional y reflexivo, en el que el amante solo tiene en cuenta el bien de la amada; el amor desinteresado que se da por el solo hecho de amar (¿Quién haría esto por ti si no te amare como yo te amo?, le dice el amante a su amada).
            En su primera encíclica --Deus caritas est (Dios es amor)-- el papa emérito Benedicto XVI recuerda la diferencia y unidad entre eros y agapé. De los tres términos griegos relativos al amor --eros, philia (amor de amistad) y agapé--, los escritos del Nuevo Testamento prefieren este último, que el lenguaje griego dejaba de lado, y que denota la concepción cristiana del amor.
            Platón insiste en que hay que aprender a amar porque, según Sara Ortiz, "de él nacerá el sentido sagrado de la vida, que nos hace sentir y encontrar de nuevo a Dios".
 

domingo, 11 de febrero de 2018

"EDIFICIOS EMBLEMÁTICOS DE TRUJILLO. RESTAURACIÓN Y REHABILITACIÓN"

 
            La restauración y rehabilitación del patrimonio histórico-artístico supone, a la vez, comprender y rescatar los testimonios notables del legado heredado, señalan los autores de esta obra en su Introducción. En arquitectura, entendemos por rehabilitación  la recuperación integral desde lo cultural y lo utilitario habitacional de ámbitos urbanos considerados patrimonio histórico. No es otro, pues, el objetivo de este libro, que pretende interpretar y valorar las obras artísticas mediante el estudio de dos edificios emblemáticos de Trujillo, que han sufrido en los últimos cinco años un proceso de acondicionamiento y rehabilitación: los juzgados, entre 2016 y 2017, y la recuperación de la iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo para destinarla como sede del Centro de Visitantes "Los Descubridores", entre 2015 y 2016. [1]
 
            En la presentación de la obra, el constructor y editor de la misma, Antonio Abreu, tan apasionado por la rehabilitación del pasado, entiende que "una ciudad viva, una arquitectura viva, son las que reutilizan los elementos del pasado y a la vez construyen el presente e innovan el futuro" y "toda ciudad y toda arquitectura han de transformarse para poder acoger las funciones actuales, como ha ocurrido con las edificaciones del siglo XVI, que en su día fueron Cárcel Real, Archivo de Escribanos y Casas Consistoriales para adaptarlas a dependencias judiciales..., servir a la vida de hoy y seguir siendo útil y conservarse".
            Trujillo levantó sus Casas Consistoriales en el frente occidental del espacio donde se celebraba el mercado, consiguiendo con ello crear el nuevo centro urbano de la ciudad. Junto al ayuntamiento viejo existieron otras dependencias anejas, como la Cárcel y el Archivo de Escribanos, aunque las reformas hacen difícil distinguir las estancias. La Cárcel Real dejó de llamarse así en 1834, cuando se establecieron las demarcaciones judiciales y, desde entonces, se llamó Prisión del Partido Judicial de Trujillo. Cuatro proyectos transformaron y ampliaron sucesivamente desde finales del XV y a lo largo del XVI la zona cercana al Palacio del Marqués de la Conquista: un edificio multiusos, que albergó la primera Alhóndiga municipal, la Cárcel Real, la llamada Capilla del Buen Gobierno, y el Archivo de Escribanos.
            A partir del año 1888, el ayuntamiento se traslada provisionalmente a la Casa de Comedias tras las obras de ampliación y reforma necesarias. En 1957 se volvió a actuar arquitectónicamente sobre el antiguo edificio del concejo en la Plaza Mayor, suprimiéndose la fachada de Sebastián Rebollar de finales del XIX, sustituyéndola por una estructura de dos niveles de arquerías procedentes de un patio del siglo XIX. En los años sesenta se reordena el tráfico y se construye la rampa y escaleras que comunican la plaza con los edificios concejiles y con el Palacio de la Conquista. En 1984, el edificio fue reformado integralmente para situar allí el juzgado. A lo largo de la historia, los alcaldes impartían justicia como jueces de paz o en primera instancia hasta que, definitivamente, estas competencias se trasladaron a los jueces municipales a comienzos del siglo XX. El juez municipal aparece con tal nombre y función en la Ley del Poder Judicial de 1870. En 1944 se realizaron importantes obras de adaptación en el actual Palacio Municipal (antes Casa de Comedias o Alhóndiga) para instalar los servicios del Juzgado Comarcal, que venía ocupando unas habitaciones no aptas, instalándose la sala de audiencias y juzgado de primera instancia, despacho y oficinas. La Ley Orgánica 6/1985 del Poder Judicial da los primeros pasos para lograr la conversión de los juzgados de distrito en juzgados de primera instancia e instrucción.
            El proyecto de ejecución de las obras acometidas entre 2014 y 2016 fue redactado por el arquitecto Luis González-Mariscal, por encargo del Ministerio de Justicia, para acometer las obras de adecuación. El edificio, situado en la Plaza Mayor, da a esta con dos fachadas en esquina de 4,90 y 14,50 metros, y forma medianería con algunos palacios de la plaza, como la Casa del Peso Real y el palacio del Marqués de la Conquista y deja pasar por medio una vía pública peatonal, el Cañón de la Cárcel, que comunica la plaza mayor con la ciudad antigua. El solar, con una planta de 2.205 metros cuadrados, es un edificio con la fachada de piedra y mampostería. En la restauración se ha incorporado la estructura de muros de carga en el perímetro y como cerramiento y pilares de hormigón armado en el interior del juzgado número 1 o de piedra en el patio del juzgado número 2. El edificio se distribuye de la siguiente forma: planta baja, 885,30 metros cuadrados; planta primera, 906,60; y planta segunda, 413,90. La idea principal del proyecto ha consistido en adaptar el edificio en la medida de lo posible a la normativa vigente, teniendo en cuenta la racionalidad de la inversión y la necesidad de mantener el edificio en funcionamiento durante la ejecución de las obras. Se han habilitado, además, espacios de espera para testigos y detenidos junto a sala de vistas. Las oficinas del número 1 ocupan la planta primera. El número 2 sigue ocupando las plantas baja y primera. En las obras ejecutadas no se contemplaba variar la estructura existente, excepto la obra puntual de la apertura de los huecos en los forjados de los juzgados para instalar dos ascensores para el cumplimiento de la Ley 8/1997 de Promoción de la Accesibilidad de Extremadura.
            La fundación de la iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo está relacionada con las disposiciones testamentarias de don Gabriel Pizarro de Hinojosa y Arévalo, inquisidor en Granada y Córdoba, que habría de fallecer en 1625. En 1626 se firma la autorización para la construcción del templo, que se ejecutaría entre 1630 y 1635, de manos del maestro de obras Gabriel Pentiero. El templo es una obra de elegante sencillez, que responde al clasicismo del barroco del primer tercio del siglo XVIII. Es un templo de planta basilical, de una sola nave y con transepto, construido a base de mampostería y ladrillo, aunque la cantería se deja ver en las dos portadas.. Destaca la cúpula con cimborrio de ladrillo, que corona el edificio. En 1924, el obispo de Plasencia, ante la petición del párroco de Trujillo, dio permiso para convertir la iglesia en casa rectoral de la parroquia de San Martín, adaptando gran parte de la morfología arquitectónica de una iglesia en casa rectoral. En 2015 se llevaron a cabo las obras de rehabilitación de la iglesia y su adaptación para Centro de Visitantes "Los Descubridores". La iglesia se encontraba en estado de abandono  tras la muerte de su último inquilino. El edificio pasó a otros usos hasta que en 2011 quedó totalmente deshabitado. El edificio se sitúa en la calle Cuesta de la Sangre, en la salida noroeste de la Plaza Mayor y a medio camino de la Puerta de Santiago, al lado del recinto intramuros. En el proceso de rehabilitación se ha actuado con gran escrupulosidad, teniendo en cuenta el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de la ciudad. Una primera rehabilitación ha ido destinada a la rehabilitación constructiva del edificio, que cuenta con una superficie construida de 324,75 metros cuadrados, liberando el espacio interior y recuperando el volumen completo de la iglesia, para la que fue necesaria la demolición de los dos forjados interiores y la escaleras; una segunda actuación con el objetivo de recuperar la morfología original y una tercera, orientada a la dotación requerida para el nuevo uso previsto.
            El Centro de Visitantes ha restaurado y rehabilitado la iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo entre los años 2015 y 2016. Organizada la exposición del Centro de Interpretación en diversos ámbitos, se muestra información histórica sobre la iglesia y facsímiles de documentos sobre sus construcción. El centro museístico se completa con una zona en la que se exponen los más importantes descubridores de América nacidos en Trujillo: García de Paredes, Pizarro, Orellana, Inés Muñoz..., así como otros conquistadores extremeños de relevancia en la historia del Nuevo Mundo. Esta zona se divide en cuatro subzonas: piezas, documentos e información gráfica, hitos históricos relacionados con la época; réplicas de piezas incas de oro y plata, con lo que se representa el mito de El Dorado. El País de la Canela es el otro gran mito motivador de grandes descubrimientos: piezas en vitrinas, elementos gráficos y audiovisuales. En otra zona se expone la enorme importancia que alcanzó Trujillo y sus habitantes en el descubrimiento y colonización del Nuevo Mundo. En la zona titulada "La religión y el descubrimiento" y "La trascendencia del descubrimiento del Nuevo Mundo" se exponen dos paneles gráficos explicativos de la trascendencia que el descubrimiento de un nuevo continente tuvo para el mundo y la diferencia que marcó el sentido evangelizador de la Conquista, respecto a las que realizaron otros países posteriormente.



[1] Ramos Rubio, José Antonio y De San Macario Sánchez, Óscar: Edificios emblemáticos de Trujillo. Restauración y rehabilitación. Edit. Construcciones Abreu- Cáceres, Badajoz, 2017.