lunes, 28 de septiembre de 2009

EL ESTATUTO, EN EL CONGRESO: UNA LECCIÓN DE EXTREMADURA

La propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Extremadura, presentada en el Congreso de los Diputados por el presidente de la Cámara, Juan Ramón Ferreira, acompañado por el presidente regional del PP, José Antonio Monago, y del portavoz socialista, Ignacio Sánchez Amor, ha sido, ante todo, como ha recordado uno de sus ponentes en la Asamblea, el diputado socialista Francisco Torres, fruto “del consenso y del trabajo”; pero ha sido, a la vez, una lección política de Extremadura en España.

Ya en su discurso de investidura, el 26 de junio de 2007, el entonces candidato a Presidente, Fernández Vara, invitó al PP a aprobar juntos un nuevo Estatuto de Autonomía “con el que todos nos podamos sentir cómodos”, porque “la Extremadura de hoy no se ve ya reflejada en el Estatuto de Autonomía de 1983”.

Por encima de las estrategias que el nuevo Estatuto sienta para el futuro –el municipalismo, las relaciones con la Unión Europea y Portugal, el cambio climático, las nuevas tecnologías, las energías alternativas, en el marco de la Constitución-- Extremadura ha dado a España, al registrar su reforma en el Congreso, una lección política, dejando aparte los partidismos, y priorizando la unidad en torno a su norma fundamental de convivencia y futuro bajo la bandera constitucional.

La reforma del Estatuto extremeño es la décima que llega al Congreso desde 2004. Solo seis salieron adelante: los estatutos de la Comunidad Valenciana, Cataluña, Andalucía, Baleares, Aragón y Castilla y León: la de Euskadi fue rechazada en el primer debate; otra se frustró en Comisión por falta de consenso, la de Canarias; y la última, la de Castilla-La Mancha, está congelada por discrepancias entre los dos grupos mayoritarios.

En una Cámara extremeña, con los dos principales partidos de España y de Extremadura totalmente de acuerdo, llega al Congreso la reforma del actual, de 1983, constitucionalista y municipalista, que aborda los temas de hoy y mañana, entonces inexistentes como debate y problema, asentados en el marco constitucional, que otros han deseado fintar, interpretando a su manera la Constitución. El portavoz socialista Sánchez Amor, y el presidente regional del PP, José Antonio Monago, lo han dejado bien claro: “Pretendemos hacer más país desde la lealtad al Gobierno de España”, sin compararnos con ninguna Comunidad, sino resaltando su singularidad; o la del segundo, al afirmar “que es una lección que tiene que aprender mucha gente en España”.

Esa singularidad subrayada por Sánchez Amor, fue enunciada antes por el presidente de la Cámara, Juan Ramón Ferreira, al afirmar que los “elementos diferenciadores” del nuevo Estatuto son “perfectamente compatibles con la Constitución”, porque “los extremeños se sienten a gusto con la Carta Magna, con el Estado español y perfectamente integrados en el mismo”. Ya el Presidente Vara lo recalcaba en su discurso de investidura: “Nos sentimos extremeños y españoles sin que concibamos una cosa sin la otra, porque una es consecuencia de la otra.”

Ojalá esta primera gran lección política dada a España por sus dos partidos mayoritarios, también en Extremadura, tenga el mismo fin que otros grandes pactos para el futuro de la Comunidad, como los ofrecidos en su día por el Presidente Vara, y que, como el del Estatuto, ha podido salir adelante con el trabajo, aportaciones y consenso de todos, sin partidismos, pensando en un futuro que es de todos.

Es un día histórico para la región, como histórico ha sido su primer gran consenso en su carta magna para otros veinticinco años, al menos, de convivencia en paz, por encima de las diferencias que nos separen.

EL NUEVO ESTATUTO: UN REFORMA NO PRIORITARIA, PERO NECESARIA

Si hay algo con lo que todos los ciudadanos se muestren conformes es el consenso de los dos grandes partidos mayoritarios (PSOE y PP) en temas fundamentales para el futuro del Estado o de la Comunidad Autónoma.

En el caso de Extremadura, las dos fuerzas que por sí solas copan el arco parlamentario, y que a nivel nacional representan la voluntad del 80 por ciento de la mayoría de españoles, han dado todo un ejemplo de cómo una reforma “que no es una prioridad para los ciudadanos”, sin embargo “es necesaria para asentar los pilares del futuro”, como han subrayado el presidente de la Asamblea, Juan Ramón Ferreira; el presidente regional del PP, José Antonio Monago, y el portavoz socialista, Ignacio Sánchez Amor, tras registrar el texto esta mañana en el Congreso de los Diputados.

La Extremadura de 1983 no es la de 2009. En su discurso de investidura, de 26 de junio de 2007, el Presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, afirmaba: “La Extremadura de hoy no se ve ya reflejada en el Estatuto de Autonomía de 1983. Entonces no estábamos en Europa, nuestras relaciones con Portugal nada tenían que ver con las de ahora, no existían las nuevas tecnologías o, por ejemplo, no existían las mancomunidades. Por eso, invito al Partido Popular a que elaboremos y aprobemos en esta Cámara un nuevo Estatuto de Autonomía juntos, con el que todos nos podamos sentir cómodos. No para saber quiénes somos o qué somos o cómo nos llamamos, que lo sabemos muy bien: nos sentimos extremeños y españoles sin que concibamos una cosa sin la otra, porque una es consecuencia de la otra.”

Esa singular cohabitación y apelación al trabajo y al consenso ha dado como resultado un nuevo Estatuto que, manteniendo la esencia del vigente, introduce “debates importantes en la nueva sociedad, como los relacionados con el cambio climático, las nuevas tecnologías o las energías alternativas”, como ha señalado en el Congreso el presidente de la Cámara, Juan Ramón Ferreira.

Las relaciones con Europa y el municipalismo “se consolidan y el texto sienta los cimientos básicos y estratégicos para el futuro”, ha añadido Ferreira, para señalar, por último, que los elementos diferenciadores son perfectamente compatibles con la Constitución, porque “Extremadura está a gusto con el Estado español y nos identificamos con la Constitución”, justo lo que pidió siempre el Presidente de la Junta.

El PSOE y el PP han dado una lección de españolismo y extremeñismo por encima de los intereses partidistas y de trabajo y consenso por el bien de Extremadura. La singularidades no pueden alzarse por encima de las diferencias, si no es “desde la lealtad a España”, como ha recalcado el portavoz socialista.

Ojalá éste sea el inicio del camino del trabajo y el consenso en los temas fundamentales para el futuro de la región, porque si Extremadura nos une con España, la única pasión que nos religa no puede ser solo la selección española de fútbol, y no la de los extremeños que hemos conformado la historia de los últimos veintiséis años, y que, con el nuevo Estatuto, fruto del trabajo y el consenso de nuestros dos partidos más representativos. pretendemos afrontar el futuro en España y Europa.

viernes, 18 de septiembre de 2009

EL ALCALDE QUE AMÓ A SU PUEBLO

Nació en Malpartida de Cáceres, entonces un pueblecito que no era lo que es hoy. Estudió sus primeras letras con una de las figuras de entonces: Jacinto de Vega y Relea. Se especializó en Ciencias Sociales y Educación de Adultos. Tras el cierre de la verja de Gibraltar, tuvo su primer destino en Algeciras para enseñar a los hombres y mujeres que no sabían leer y escribir, a quienes se les cerró la puerta de la libertad y del trabajo. Después fue destinado a El Gastor (Cádiz), La Cumbre, Plasencia, Cañamero, Barcelona, de cuyo colegio nacional “Barón de Viver” fue director durante seis años. Se vino cerca de su pueblo, a Navas del Madroño. En las elecciones de 1983 hubo de abandonar la docencia por la política, llamado por su pueblo, que le renovó su bastón de mando durante seis legislaturas, veinticuatro años de servicio para demostrarle su lealtad y expandirlo al mundo. Se retiró en las últimas elecciones y ejerció, finalmente, su magisterio en Cáceres.

En octubre de 2003, cuando el Presidente Ibarra acudió a Malpartida de Cáceres para inaugurar el Polígono Industrial “Arenas III”, manifestó: “Empezamos juntos esta aventura en servicio al pueblo y la terminamos juntos, querido Antonio.”

La peripecia vital de Antonio Jiménez Manzano, alcalde de su pueblo durante veinticuatro años, cabría resumirse en una frase: un alcalde que amó a su pueblo. Tanto le amó y escuchó a sus vecinos que su obra le puso en el mapa de Europa, no solo por las cigüeñas que planean sobre su limpio cielo, sino por su obra toda, profesional y política.

El “Pueblo Europeo de las Cigüeñas” fue algo más que un descubrimiento para Vostell, guiado por Narbón hasta los Canchales de Los Barruecos, ambos ya fallecidos, pero voluntarios de Malpartida de Cáceres y con museos propios aquí de sus obras. ¿Qué otro pueblo extremeño hubiere dos museos de dos figuras del arte contemporáneo?

Cuando Vostell celebró su 50 aniversario quiso hacerlo en su pueblo español adoptivo. Durante la cena, entonces a la luz de las velas en Los Lavaderos, tras dar cuenta de la sopa, el artista hispano-alemán, exclamó: ¡”Qué bien se vive en Malpartida…!” Muchos cacereños de la capital hicieron como él: fundar su segundo hogar en Los Arenales, que él se encargaría de urbanizar.

Antoñito fue un alcalde todo corazón que no se limitaba a estar toda la mañana en su despacho. Salía a tomar café y las mujeres le paraban para contarle sus problemas. A todas atendía solícito y para todas tenía una respuesta y una solución. Así, poco a poco, fue creciendo Malpartida hasta ser parte misma del gran Cáceres, y no solo por su apellido.

Fue el primer alcalde extremeño que ofició una boda civil por la autoridad del pueblo y de la Constitución. Los novios acudían en su demanda: no podían realizar su boda en sábado ni en domingo, inhábiles para los juzgados; no podrían venir su familia y amigos al enlace…, y así, Antoñito tuvo todos los sábados y domingos ocupados en oficiar la ceremonia del amor.

Enamorado de su pueblo, fue un alcalde que amó a su pueblo y extrovertió ese amor en obras que le hicieren valedor de la confianza otorgada: en la cultura, en los servicios sociales de asistencia a los necesitados; a los industriales, a quienes ofreciera suelo bastante para instalar sus negocios; a la mancomunidad, de la que fuere confundador, y al Grupo de Acción Local impulsor de su desarrollo; al medio ambiente, a las charcas y a las tencas… De nadie se olvidaba Antoñito, quien, como la Penélope de Ulises, tejió, que no destejió, un amplio tejido empresarial e industrial para el fortalecimiento económico de su pueblo.

Tanto expandió su corazón por su pueblo como su humanidad misma, avisada recientemente en su corazón porque ya no puede dar más amor quien todo lo dio por su pueblo; por sus hijos, Antoñito junior, togado en leyes; a su hija Ana, servidora de las finanzas de otros.

Bajo el límpido firmamento azul de Malpartida, que diste a conocer al mundo entero, hasta las cigüeñas en su planear recordarán tu obra, porque también les diste casa habitable, porque supiste amar y ser amado; porque te abriste al pueblo y le escuchaste; porque viniste para servir y no ser servido; porque lo diste todo por el amor que hoy refrenda tu obra, Antoñito.

ODA AL EX ALCALDE DE MALPARTIDA DE CÁCERES

Me pide el alma, Antoñito,
Que cante tu corazón de oro
Tu obra discente de infinitos
En tu dicurrrir por España con decoro.

Maestro de niños y adultos
Que en tu deambular enseñaste
Arcanos misterios insepultos
Con tu verbo y humanidad sin desgaste.

Desde Algeciras hasta Cáceres
Ocho destinos magisteriales hubiste
Hasta impartir en tu tierra tus saberes
Que en tu pueblo revestiste con amatiste.

Canto tus saberes de nardo
Tus ansias de amor impoluto
Que trascienden cielo y tierra
En tu política sin bolardos.

La memoria de tu pueblo guardará
El alegre recuerdo de tu palabra
La sonrisa fragorosa de tu voz
Y la escucha sin pausa de tu labra.

Bajo los Canchales de Los Barruecos
Expandiste tu Malpartida al mundo
Porque no te bastaren los zuecos
Para darla a conocer a los trotamundos.

Las cigüeñas de tu firmamento
Guardarán un día tu juramento
De tu obra, de tus amores
Impolutos a tu pensamiento.

Recordado maestro Antoñito
Padre de Malpartida de Cáceres
Y también de Ana y Antoñito
En tus amores infinitos.

lunes, 14 de septiembre de 2009

LA VENDEDORA DE ANCHOAS

Memorable prócer de su Comunidad el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. La distinción que le otorgare su cargo no le viene tanto por el hecho de serlo como por sus gestos, simpatía, humanidad y la generosidad con que sabe vender su tierra, que tan poco le cuesta y le otorga crédito sin anunciarse.

Revilla es más conocido por su famosos viajes en taxi a la Moncloa para ver al presidente Zapatero y sus ´detallucos” en ´paquetucos”, con anchoas de Santoña, sobaos, pasiegos y miel, que como presidente de su Comunidad. Si Ibarra dio a conocer Extremadura en España “rompiendo cristales”, a Revilla solo le basta hacer uso de “las costumbres de pueblo” para obsequiar con productos de su tierra a los interlocutores a quienes visita. Y, sin duda, que lo ha conseguido, gastándose unos cuantos euros, sin necesidad de grandes campañas de publicidad y márketing.

La primera vez que Revilla pidió un taxi para ir a la Moncloa, tras la consabida pregunta del taxista, Revilla le respondió con naturalidad: “Al Palacio de la Moncloa, que me espera el Presidente Zapatero.” Incrédulo, el taxista le replicó: “Oiga, que no estoy para perder el tiempo…” Y ante su insistencia, y verle bien vestido para la ocasión, pero no tanto como Camps, se avino a llevarle al lugar indicado.

Tras el viaje que realizó con el taxista José Antonio Moreno al palacio, y después de que Revilla se lo presentase al Presidente y recogiese de sus manos los ´paquetucos”, Zapatero se interesó por su vida y oficio. Estaba más nervioso por los fotógrafos que había que por lo que me hablaba el Presidente, confesó después. Y el Presidente le regaló la mitad de las bolsas que le había entregado de parte de su cliente. La noticia corrió como la pólvora entre sus compañeros de profesión. Hoy, la llegada de Revilla a Madrid es esperada con más expectación por los taxistas que por el propio Presidente. Hasta dos horas le esperan a que salga del hotel y se sortean entre ellos quién será el encargado de llevarle, no tanto por las anchoas que puedan ´caerle´ como por el hecho de conocer en persona al Presidente del Gobierno.

Cumplido el ritual de los saludos, tras la entrega de los ´paquetucos´ y despedirse del taxista, Revilla cumple con otro rito antes de entrar a palacio: besar las banderas de España y de su Comunidad que flanquean la entrada, que Zapatero ordenó poner en honor de sus visitantes, un gesto que honra no solo a su Comunidad, sino a España entera.

Otro hecho sin justificación alguna ha venido a hacerle un gran favor a Revilla y a Cantabria: las recientes declaraciones de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en las que solicitaba la apertura de diligencias de oficio contra el Presidente Zapatero por un presunto delito de cohecho, al aceptar los regalos del Presidente Revilla que, por cierto, también se los hace solo una vez al año a Rajoy, “porque manda menos”.

Revilla, tras mostrar su perplejidad por sus declaraciones, matizó que “hay una gran diferencia entre vestirse de forma clandestina e ir a la Moncloa con una bolsa de plástico en la mano llena de anchoas, sobaos y productos de la tierra”, y ha sentenciado que “Rita Barberá ha hecho un gran favor a Cantabria”, porque ha terminado con todas las existencias, “porque regalar anchoas como presente institucional no tiene nada que ver con vestirse de gorra, y mal tienen que tener las cosas (en el PP) cuando el argumento para defenderse provoca la hilaridad nacional”.

Barberá ha querido vender tracas en vez de anchoas y el tiro le ha rebotado contra sí misma, al lograr lo que ni el propio Presidente Revilla había conseguido: terminar con la cosecha de los productos de Cantabria, pero no con su estilo de saber hacer y estar. Los cántabros sabrán cómo reponer sus preciados productos y especies para venderlos o regalarlos en sus ´paquetucos´. Los taxistas de Madrid no se lo perdonarán a doña Rita…, aunque los pescadores y las tahonas de Cantabria tengan que esperar y trabajar más horas, como le dijo el taxista José Antonio Moreno a Zapatero, para sortear la crisis en su oficio.

domingo, 13 de septiembre de 2009

EN TORNO A UNA RESPUESTA DIPLOMÁTICA DE NUESTRO PRESIDENTE PARLAMENTARIO

El Día de Extremadura ha coincidido en el tiempo con un hecho relevante que no debe pasar inadvertido: la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía de Extremadura, que habrá de reemplazar al actual, de 1983, que ha cumplido ya su función y se ha visto superado por los cambios sociales. El pasado jueves, en efecto, la Asamblea extremeña ponía punto final a un largo proceso de trabajo y negociación entre los dos grupos de la Cámara para dar a luz el nuevo texto aprobado, que será remitido a las Cortes para su aprobación definitiva.

En una entrevista realizada el día 9 en Canal Extremadura Televisión, el presidente de la institución, Juan Ramón Ferreira, ofreció dos frases lapidarias que hemos podido conocer gracias a la cronista parlamentaria de este periódico, Gloria Pajuelo. La entrevistadora, Águeda Zarco, le hizo una pregunta final “para que se mojase”, correcta periodísticamente, pero que podría encerrar una trampa saducea para el presidente, dijese lo que dijese. “¿Quién es el mejor orador de la Cámara regional?”, le inquirió. El aplomo diplomático del presidente no le hizo dudar un instante: “Aquel que traslada una idea que puede entender el ciudadano” y “aquel que es capaz de convencer al partido de la oposición”.

No hay preguntas impertinentes, sino respuestas inteligentes, según un dicho periodístico. Y aquí cabría decir que el presidente ha hecho prevalecer la inteligencia y la diplomacia del político parlamentario que, en el gobierno de la Cámara, ha de estar por encima de las opciones políticas que engloba, porque a todos acoge, incluso a quienes no están representados en ella. Y no debe considerarse impertinente la pregunta, porque la ha respondido con inteligencia y la diplomacia inherente a su cargo.

Las trampas saduceas son aquellas de las que resulta muy difícil salir airoso, puesto que, cualquiera que fuere la respuesta, siempre podrán atacarte, y se llaman a sí porque los saduceos se las ponían con frecuencia a Jesucristo para evaluar su grado de sabiduría, ya fuere sobre qué hacer con la mujer adúltera según la ley de Moisés, o el pago de los tributos al César, y de las que el Maestro supo salir siempre airoso.

La farragosidad del debate político y parlamentario nos ofrece, de cuando en cuando, unas ‘perlas’ que pasan a la historia como sentencias inapelables para la reflexión, al cumplir algunos de los mandamientos de los mejores eslóganes políticos.

Al recordado maestro y político, el ex Presidente Ibarra, no “se las ponían como a Fernando VII” y por ello ofreció a lo largo de su dilatada trayectoria política un sinfín de sentencias, máximas y frases, muchas veces en forma de parábolas, para ser mejor entendido, que no dejaban a nadie indiferente y que enervaba a sus opositores, porque era él mismo el que les tendía la trampa saducea con sus sintagmas que iban a la yugular de sus adversarios políticos en defensa de Extremadura. Se hizo célebre en Cataluña y en el resto de España la perla con que respondió a los catalanes en sus ansias infinitas de financiación: “Tener dos lenguas no significa tener dos bocas para comer más”, lo que indujo a un líder político nacionalista a exclamar: “Hagan callar a ese potro indomable”, una salida por la tangente que no respondía, porque no podía, a la interpelación ibarrista, que les dejaba fuera de juego.

La política no debe estar reñida con el buen decir ni la diplomacia con la cortesía parlamentaria, aunque a veces en el fragor del debate parlamentario, algunos políticos pierdan las formas y ofrezcan, por desliz o por la ausencia de ambos, otras ‘perlas’ históricas a micrófono abierto, cuando lo creían cerrado. Por ejemplo, Aznar, al terminar un discurso en el Parlamento Europeo: “¡Vaya coñazo que he soltado!”, o el “Manda huevos” del ex presidente del Congreso Federico Trillo; el ex ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que soltó aquella de “El Plan Hidrológico Nacional se va a aprobar por huevos”; o el propio Rajoy quien, en su época de ministro del Interior con su padrino político, terminó una alocución diciendo: “¡Anda, a tomar por culo!”. A Bono se le escapó decir: “Blair es un gilipollas integral”. El ex vicepresidente del Parlamento andaluz, Rafael Centeno, dijo en cierta ocasión: “Los moros, que se vuelvan a Marruecos, que es donde tienen que estar.” O cuando el inefable Jesús Gil sintetizaba su programa electoral con esta lindeza: “Yo, en Marbella, hago lo que me sale de los cojones.”

Lejos están estas ‘perlas’ de la política de la diplomacia resumida en las dos frases del presidente de la Asamblea extremeña: la inteligibilidad que ha de suponérsele al político para ser creíble, primera condición para ser comprendido, y la capacidad de convicción a través de la palabra a quien, en principio, no pensare lo mismo de lo que uno desea y predica, que también resumiera el gran político italiano Giulio Andreotti en su frase “El poder es solamente facilidad de expresión” o aquella de Winston Churchill: “El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido.” Lo mismo que hizo el Presidente Vara en su discurso del Día de Extremadura; lo mismo que ha dicho Ferreira respecto al ámbito parlamentario: hacerse entender y convencer al contrario, porque la palabra nunca traiciona el subconsciente si la mente no la mueve el diablo, aunque los micrófonos estén siempre abiertos…

jueves, 10 de septiembre de 2009

NUESTRA FIESTA, INADVERTIDA EN ESPAÑA


A finales del pasado mes de julio, escribía un artículo titulado “¿Qué vende Extremadura en España?”, en el que me preguntaba por las razones por las que nuestra región no vende lo que hubiere de vender, y “vende”, en cambio, la crónica negra, pero no la verde de la esperanza, a no ser que esa venta se compre y se pague con nuestros propios dineros: la campaña de Marca Extremadura, nuestra presencia en Ferias nacionales e internacionales…

Me preguntaba si la fiesta de la Comunidad Autónoma pasaría, un año más, inadvertida para los informativos de las cadenas nacionales, como tan acostumbrados nos tienen. Tenía la esperanza, no obstante, de que otra coincidencia, la del Día de Asturias, pudiera ser motivo para un minuto y medio de información conjunta en un telediario de una cadena televisiva. Nada de eso: apenas unas imágenes que ofrecen más realce –habría que preguntarse si ha sido solo por eso-- de la Medalla otorgada a una compañera de profesión que del discurso del Presidente de la Junta y de los otros medallistas; una rápida alusión a la festividad de Guadalupe, y poco más.

No entramos a valorar ahora el discurso del Presidente ni los méritos, que los hubieren, del resto de los medallistas; pero hemos de convenir en que los extremeños nos pasamos de generosos con los demás cuando ellos nos ponen la mejilla de la insolidaridad.

No ocurrirá lo mismo el próximo viernes, día 11, cuando Cataluña celebre su Diada y sea portada de telediarios y periódicos, con fotos de ofrendas florales, discursos, manifestaciones e incidentes.

Esperaba pacientemente el desarrollo del telediario de la Primera: nada del Día de Extremadura, nada de Guadalupe, ni de Asturias… No aguanté más, y esperé a que después me contaran: la última noticia: Extremadura y Asturias, unidas en apenas minuto y medio de información.. Lo único destacado: la medalla a su compañera extremeña. Más noticia ha sido, y será hasta mañana por la noche, la llegada de la selección nacional de fútbol a Mérida y el partido frente a Estonia, que nuestro Día, como si solo la “roja” fuere de todos y Extremadura no fuere también España.

Nada tengo con que un medio informativo resalte los méritos de sus compañeros y obvie el resto, como si ahí se terminare el mundo y la noticia. Más noticia era reconocer la solidaridad de Barrancos con Extremadura, que salvó la vida de miles de extremeños que huían de una muerte segura, y eso pasa inadvertido, como pasa la hora de Extremadura en España, a punto ya su nuevo Estatuto para los próximos veinticinco años.

Como también pasa inadvertida la radical oposición de los sucesivos arzobispos de Toledo y primados de España, incluso el nuevo recién nombrado, a favor de una integración de Guadalupe en la archidiócesis extremeña, unificando los límites diocesanos con los de la Comunidad que, después de veintiséis años de autonomía, la da por más que confirmada, así como su asentamiento definitivo en España, de la que forma parte indisoluble.

Las cosas de palacio van despacio y “cuando Dios no quiere, los santos no pueden”. Eso parece pasarnos a los extremeños: generosos en demasía con propios y ajenos, incapaces de reconocer la generosidad de un pueblo todo solidaridad; pero, como siempre, “quien parece más lego, es el que dice las misas”. Les dimos un Centro Territorial para dar noticias de Extremadura: uno de los medallistas, a título póstumo, Fernando Hernández, lo puso en marcha con esfuerzos y sacrificios y dio a Extremadura la felicidad de más de doscientos hijos… Nada de eso es noticia, sino solo para quienes conservan su memoria y la distinguen. Lo demás, no cuenta; Extremadura, tampoco, sino fuere en su crónica negra, porque la rosa no existe y “al miserable y al pobre, todo le cuesta doble”.


“LO QUE ES NECESARIO OÍR…” Y ESCUCHAR

Un discurso institucional, si no fuere el propio de los eternos descontentos, le parecerá siempre a la oposición “más de lo mismo”, que no responde a las expectativas creadas ni ofrece respuestas a los problemas reales, ni soluciones para quienes no las hallen, aunque las busquen; incluso, aunque no fuere el marco propicio, y descubra la equis que dé solución a todos los problemas habidos y por haber…

Un discurso institucional no es eso, ni debe serlo. Para hablar de los problemas de los extremeños y sus soluciones, para dialogar y pactar en tiempos de crisis la salida a la luz del túnel, está la Asamblea, marco para la crítica que tan fácil les resulta a diario a quienes ni la sufren, porque siempre tuvieron los bolsillos llenos, y quienes la provocaron.

Hay una frase en el discurso institucional del Presidente extremeño en la víspera del Día de Extremadura que subsume ese vacío que parece llenar los corazones de quienes oyen, pero no saben escuchar. Dijo el Presidente Vara: “Hoy todo el mundo se hace preguntas. Si lo que le damos son contestaciones, no nos entenderán. Necesitan respuestas y las respuestas no consisten en decir lo que todo el mundo quiere oír, sino lo que es necesario oír.”

Un discurso institucional no puede ser una receta mágica que dé solución a los problemas del presente para despejar el futuro, ni mucho menos, como pareciere ser la pretensión de quienes oyen, pero no saben escuchar, la solución a la ecuación con tres incógnitas que a la mayoría les ocupa, pero a quienes gritan no les preocupa, porque es su oficio, pero sí la responsabilidad de todos y, sobre todo, de quienes la asumieron por encargo, porque ellos nos sumieron en ella y no supieron darle respuesta alguna.

Si en un discurso institucional se recuerda la crisis económica, a los parados como prioridad de toda política, la educación, la necesidad del pacto social y la política de reformas, el esfuerzo colectivo, el diálogo entre todos, la crisis sanitaria, el ejemplo de superación de los discapacitados en tiempos difíciles, el papel de la mujer sin remuneración ni derechos, el nuevo Estatuto como marco de convivencia para el futuro y se advierte, en fin, de que la vida es corta y que, a pesar de las dificultades “hay que vivirla, reírla y sonreírla”, porque “merece la pena vivirla con pasión, esfuerzo y alegría”…, no sé qué pueden esperar de un discurso institucional quienes nada tienen que perder, porque todo lo ganaron a costa del sacrificio de los más, y ahora le piden al Presidente que les ofrezca la combinación de los resultados de la próxima Euromillonaria para acabar de solucionar para siempre sus problemas, no los de los demás, que apenas le quitan el sueño, porque siempre lo hubieren plácido, ya en el gobierno, ya en la oposición.

“Encajar ayer, hoy y mañana en tiempos de grandes convulsiones es el gran reto”, dijo el Presidente; pero es, como recordara, citando a Brecht, que “malos tiempos corren cuando hay que recordar lo obvio”. Y lo obvio es lo que a todos nos preocupa y a todos debiera ocuparnos.

El Presidente ha dicho lo que tenía que decir para quienes deseen escuchar, no “lo que todo el mundo quiere oír”. El mensaje, en cambio de la oposición, parece ser el de Dante en la “Divina Comedia” “Perded toda esperanza los que entráis en el infierno” (Canto III, verso 9), como si el discurso institucional no hubiere reflejado también el verso 42 del Canto IV: “Perdidos somos y heridos solo en esto:/que vivamos con esperanza y con deseo.” ¿O acaso no deseamos oír lo que es necesario escuchar”, porque “a lo mejor la vida no puede ser la fiesta que esperaba alguien”; pero es nuestra fiesta, el discurso institucional meditado y trascendido de un Presidente que no lo es por la gracia de Dios, sino por la voluntad popular. Quizá sea eso lo que convierta en sordos a quienes no lo son y no en lectores castellanos a quienes no desean hablar nuestra universal lengua, con la que nos comunicamos y podemos entendernos más allá de las diferencias que nos separan.