martes, 24 de marzo de 2009

LAS PUERTAS ABIERTAS DEL PORTUGUÉS


Hemos llegado tarde a muchos aspectos de la tercera revolución industrial, la de la inteligencia, tan preconizada en Extremadura por Ibarra, que advirtió sobre la tormenta que teníamos encima y que nadie creía: gente que, por su edad, renunció a aprender informática y prefirió seguir con su vieja máquina de escribir; quienes se obstinan en pasar del teléfono móvil, aunque no puedan prescindir del fijo, y menos de la tele; quienes nunca tuvieron vocación de aprender idiomas y se conformaron con el nivel exigido -- antes en francés, ahora en inglés--, durante el Bachillerato.

Y, de pronto, se nos abrieron las fronteras; ingresamos en una casa común mayor que la nuestra; viajamos y no nos entendíamos, como si las fronteras que antes no pudimos, o quisimos cruzar, constituyeran una barrera más que ya solo existe en los mapas. Y lamentamos hoy no habernos apuntado antes al carro de la modernidad, en el que la sociedad de la información y los idiomas son conocimientos vitales para abrirse camino más allá de las fronteras naturales de los Estados.

“Aprende portugués: te abrirá muchas puertas”, la campaña iniciada ahora por la Junta de Extremadura, al hilo de las indicaciones de la UE, ha acertado de pleno en una diana que a muchos nos ha resultado hasta ahora chocante. Cuando los extremeños comenzamos a visitar Portugal, advertimos que ellos no solo entendían nuestra lengua, sino que la hablaban y nos comprendían, mientras que nosotros no lográbamos entender la suya. No hubo barreras lingüísticas ni para los habitantes del otro lado de la frontera ni para los del interior, que no las vieren en la lengua, pero sí como necesidad para el negocio y los mercados con los vecinos, algo que los extremeños hemos sido incapaces de ver hasta hace muy poco.

Afortunadamente, no es que la campaña iniciada ahora por la Junta entre de lleno en la política lingüística de la UE, que obliga a los Estados miembros a formar a los escolares a partir de 2010 para que sean capaces de hablar dos lenguas extranjeras, además de la propia.

El portugués, como rezan las estadísticas, se ha convertido en la segunda lengua extranjera más estudiada en Extremadura, tras el inglés y el francés. Las escuelas de idiomas, que lo tienen implantado; los colegios de Primaria y Secundaria, que se han venido sumando, como las ayudas del Gabinete de Iniciativas Transfronterizas, o los propios cursos que imparten las Cámaras de Comercio, tienen una finalidad clara y concreta: no podemos volver la espalda a la quinta lengua más hablada en el mundo, por obligación y devoción; por proximidad, por el empleo y los negocios que podemos hacer con nuestros vecinos.

Antes de la Revolución de los Claveles y de nuestro común ingreso en la Unión, el mismo día del mismo año, había un dicho que rezaba: “Portugal, tan cerca y tan lejos”. Ni siquiera los cuatro siglos del Portugal de los Felipes, ni la cerrazón de las dictaduras salazarista y franquista, lograron apagar la llama viva de la lengua ni entre los vecinos de una frontera cerrada antes por la noche y abierta hoy de día y de noche, y no precisamente para el estraperlo que a algunos dio de vivir, sino para “abrir muchas puertas” a las ya abiertas por el signo de los nuevos tiempos. Una medida que nunca llega tarde si la dicha es buena. Y para quedar bien, en Portugal y con Portugal. Y como decía Siniestro Total, “Menos mal que nos queda Portugal”.

EL VELATORIO INTERMINABLE


Hay velatorios de doce horas, de veinticuatro, y velatorios interminables, de años, meses, de noches sin fin a quien velar. Cada día truncan una flor en el despertar de su primavera. Oscurece el sol y la primavera florecida se marchita. Nadie sabe quién robó la flor; dónde, en qué lugar; por qué cortaron los pétalos de esa flor, toda primavera, para vivirlas todas.

España es un país de duelos; fue de lutos largos; de plañideras que lloraren sus lacrimales en la pena ahogada; de silencios que nunca otorgaren la muerte escondida; décadas de luto, y apenas dos meses de alivio; rosarios de luto que ensartaban en cadena, uno tras otro, negros que retrasaban el "blanco" de la novia, de madres, hijas, tías, sobrinas... Es hoy España una constelación de tanatorios para el duelo y las últimas horas, en recogido silencio de noche, a la espera...

No hubiere peor velatorio que el interminable de un cuerpo joven desaparecido; la finitud de la vida en el esplendor de la vida; la alegría de la vida, trocada en desamparo, tristeza, eterna espera del velatorio interminable; sin lágrimas por quien llorar; sin flores a quien coronar; sin saber a quién rezar sino no es a la esperanza y la fe de volver a verla -ya viva, ya difunta-para despedirla hasta la eternidad....

España ha sido un culto a la muerte, a la espera de la resurrección de la vida. Los cementerios se quedan chicos; los muertos conviven físicamente ya en el corazón de la ciudad, aparte de en los de sus deudos; pero, obstinados, seguimos creyendo en el hueso, mondo y lirondo, antes que en el corazón y el alma que nos dejó, como fe de vida que pruebe su existencia o su muerte. Esperamos un día al año para cumplir con tantos de vida y esperanza como nos dejaron.

El velatorio se presume escaso para despedir en el tiempo una vida ya sin tiempo, arrebatada no por el tiempo, sino por alimañas enemigas de la vida y el tiempo que les regala la vida y su tiempo; de la alegría y compañía de un tiempo compartido, y que nos arrebataron antes de tiempo.

Mari Luz, antes; Marta, ahora... son velatorios interminables que no quisieren rendir culto a la muerte hasta que ésta les llegare por causas naturales; pero los asesinos de la vida prolongan la agonía de un velatorio interminable, sin lágrimas, sin flores, sin dolor siquiera ante la nesciencia de su vida y la incerteza de su muerte; sin la fe científica de la causa de su muerte, que no fuere otra que la arrebatada a la vida misma.

Marta, hoy; Mari Luz, ayer, semejan ese velatorio interminable de una España que no pudo enterrar a tiempo a sus difuntos; una España, antes de plañideras; hoy, clamor de justicia, ante la muerte ignorada, la desaparición súbita, el velatorio interminable, sin la oración recurrente ni la flor de sus primaveras socorridas; las flores marchitas en el velatorio interminable..., como si ellas pudieron devolvernos la primavera arrebatada...

lunes, 16 de marzo de 2009

LA CARA POR DELANTE Y LOS PUÑALES POR DETRÁS

La secretaria local del PSOE de Cáceres y alcaldesa de la ciudad, Carmen Heras, es una mujer tan firme en sus convicciones como valiente en sus expresiones y en sus silencios. Pocos políticos como ella fueron llevados al hospital tras tomar posesión de su cargo y quedarse sin vacaciones, en un ritmo agitado de trabajo, que no conocía laborales ni festivos; en dos años, con múltiples proyectos para cambiar una ciudad adormecida; con una deuda que no le permite hacer milagros ni multiplicar los panes y los peces que se merecen los cacereños.

Aun con todos los apoyos de su partido y de las instituciones que gobierna legítimamente aquél, Heras no tiene que envidiar a político alguno en la exclusiva dedicación a un trabajo y en la lealtad al proyecto político de un partido y a sus compromisos con la ciudad. Ni arrestos ni fuerzas le faltan, aunque fuere mujer y solo por ellas fuere considerada como adalid de la causa del feminismo militante bien entendido, la que lucha contra viento y marea contra las tormentas políticas por doquier, con la crisis y la deuda que le dejaron y la incomprensión tantas veces de los suyos y la obvia de sus adversarios.

Heras tiene en su cabeza toda la ciudad, como Fraga tenía en tiempos la del Estado en la propia. La tuvo en la oposición y la tiene ahora en el gobierno. A nadie pueden escapársele las dificultades de un gobierno de coalición que lucha insistentemente contra la herencia de una ciudad anestesiada durante la era de los gobiernos populares, más aún en tiempos de vacas flacas, porque si en tiempos de abundancia nos legaron deudas y proyectos de futuro, Cáceres transita hoy entre el ser del pasado y el del futuro; la ciudad apacible dormida en su casco histórico que no supo darle respuesta a una juventud que la despertó de su letargo y que solo ahora, con los proyectos de futuro que la alcaldesa abandera, puede despegar para ser capital europea de la cultura 2016, para tener los servicios de una ciudad de provincias donde todavía es posible vivir felizmente, sin los sobresaltos de la gran urbe.

Carmen Heras acaba de predicar ante los suyos, y ante quienes deseen oírla, las verdades del barquero: "El ruido que se hace es más que el sonido que pudiera escucharse"; "Cáceres es una ciudad en la que se mueve mucho la cara por delante y los puñales por detrás"; "Hay más cosas en positivo que en negativo, aunque tenga más cancha lo segundo"; "Hay que mantener el equilibrio y no podemos hacer milagros..." No puede decirse más en menos palabras para definir la situación.

Solo quienes estuvieron décadas fuera de su patria chica y tornan a ella para vivir, pueden advertir los cambios, las actitudes anquilosadas de una derecha que desmentía a su propio jefe de filas entre 1996-2004 cuando afirmaba que "España iba bien". Sólo ellos pueden hablar de la "ciudad feliz" ida a menos; de las bellezas de la tierra parda y sus valores, que sus habitantes ignoran y, hasta muchas veces, infravaloran frente a lo ajeno. Si Aznar afirmaba esto, quería decir que Extremadura, que también es España, iba mejor. Pues no, porque aquí gobernaban los socialistas por voluntad popular. La derecha ha llegado a considerar que Extremadura, como España, es propiedad suya, y los demás no pueden apropiársela, como ellos lo hicieron en Canarias y el PSOE en Cáceres y, ahora, en el País Vasco. Son las reglas del juego democrático, tan legítimo como el juego de las minorías que, unidas, hacen mayoría.

La alcaldesa de Cáceres, que durante los dos últimos años ha tenido que sufrir lo suyo, incluida la pérdida de su marido, ha de hacer cada día filigranas para no caerse en la red que le tienden quienes no debieran, porque una alcaldesa que, como ella, pone y da la cara por delante, y no los puñales por detrás, como otros, no puede ser juzgada por las carencias obligadas, sino por su voluntad y empeño en poner a Cáceres en el tren de la Historia. Y para ello, aunque no se bastare a sí misma, tiene a un ejército detrás que la apoya, aunque sus prudentes silencios sean a veces incomprendidos, y su diplomacia política hubiere de hacer juegos malabares para no perder el tren de la historia, pese a que tarde un poco más; pero no puede pretenderse que se haga en cuatro años lo que otros no hicieron durante siglos.

sábado, 14 de marzo de 2009

LA TORRE DE BABEL DE UN EX ALCALDE DE PUEBLO

José Moreno Gómez no estaba llamado para eso: era solo profesor de Matemáticas de un Instituto de Secundaria, que enseñó a su pueblo esa ciencia reconocida y algo más: la oculta integración, hasta entonces, de etnias, razas y religiones, que parecía perdida en España desde 1492. Afrontó el reto, la llamada del “experimento sin prejuicios”, para bajar los humos a quienes pretendieren encender la lumbre de la xenofobia.

“Si las aves migratorias van y vienen, por qué no las personas”, se dijo un día. Y, así, José Moreno Gómez, alcalde socialista de Talayuela (Cáceres) durante cuatro legislaturas con mayoría absoluta, hasta 2007; presidente de la Agrupación Provincial del PSOE de Cáceres desde 2004, hizo de su pueblo un ejemplo para España: 22 nacionalidades, matrimonios mixtos, viviendas para los inmigrantes y la escolarización de todos los niños, un 12 por ciento de los cuales era población extranjera.

Un laberinto de la convivencia pacífica; el primero en derribar barreras estadísticas y tabúes, un monumento a la integración en paz. Primero llegaron los hermanos gitanos portugueses; más tarde, senegaleses dedicados a la venta ambulante y, finalmente, los marroquíes. Talayuela labró una senda multicultural. Echaron raíces y abrieron negocios. La educación favoreció la integración. El tabaco, el espárrago y el pimiento, le ofrecían peonadas de hasta nueves meses.

José Moreno Gómez, el profesor de Matemáticas, fue uno de los artífices de este milagro, junto a sus equipos de gobierno. Su tolerancia hizo florecer asociaciones multiculturales. Hombres y mujeres fueron alfabetizados. Gracias a él y a su propio trabajo, Faisal, con tres años en el instituto y que llegó a Talayuela sin saber una palabra de castellano, fue su alumno más brillante en la materia.

“Cuando caía el sol en Talayuela, la avenida parecía Casablanca”, afirmaba Lola, casada con un tangerino hace unos años. Su pueblo volvió a ser el espejo intercultural de España, el de las tres culturas un día perdidas en tantas ciudades y pueblos de nuestro país.

En 2004, el pueblo de Talayuela fue galardonado con la concesión de la Medalla de Extremadura, “por ser ejemplo de integración de la población marroquí y modelo de convivencia entre las diferentes culturas”. Añadía el Decreto 129/2004, de concesión de la máxima distinción de la Comunidad Autónoma, que “durante estos años se han producido avances en la eliminación de barreras injustas; se ha propiciado la prestación de servicios a estas personas; se ha concienciado a los extremeños en la necesidad de mantener actitudes de tolerancia y, en definitiva, en la lucha contra el racismo y la xenofobia”.

En su intervención, tras recoger la Medalla, el entonces alcalde de Talayuela, apelaba a la ayuda de todos. “No nos dejéis solos, porque os necesitamos.” El público, que llenaba las gradas del Teatro Romano, corroboró sus palabras con aplausos como asentimiento a su petición.

No estará solo esta noche, tampoco, José Moreno Gómez, el profesor que, en un mitin, apelaba a la tolerancia de los mayores como el mejor ejemplo para sus alumnos.

Sus compañeros del partido, que un día, hace ya cuatro años, le reconocieron con el cargo honorífico de ser su presidente, arroparán hoy el corazón y el alma de un socialista que, fiel a sus principios, convirtió a su pueblo en un arco iris de la tolerancia y contra el racismo, porque supo anteponer su corazón de hombre por encima de las intrigas y porque reconoció en los otros a personas con nombres y apellidos, y también con corazón y necesidades. Como todos; como tú mismo, José, adalid de la tolerancia y abanderado en la lucha contra la xenofobia.


domingo, 8 de marzo de 2009

NO SIEMPRE UNA BUENA DEFENSA ES EL MEJOR ATAQUE

El “mago” Helenio Herrera, el mejor entrenador durante la década de los 50 y 60, creó una frase que hizo época en el mundo futbolístico, y furor en décadas sucesivas: “Una buena defensa es el mejor ataque”, conocida como el “catenaccio”; pero, junto a ello, inventó también la rapidez en el contraataque, porque un equipo que solo es capaz de defenderse, no podrá ganar jamás. Ni siquiera otra creación suya que reafirmaba la anterior, la creación del “libero”, el defensa libre o escoba, como los cabestros en un encierro sanferminero, podría desarrollar otro de sus argumentos para encarrilar el triunfo: la ambición por la victoria por encima de la estética, o “el jugador número 12”; es decir, una afición activa, que anime sin cesar a su equipo, por una encima de la actitud pasiva del espectador, a la espera de que sea su equipo el que le anime a él, ganando y jugando bien, o la conjunción de ética y estética.

A tal punto llegó el “mago” que, en cierta ocasión, sancionó a uno de sus pupilos del Inter de Milán por decir: “Vamos a jugar en Roma” en lugar de “Vamos a ganar en Roma”.

Hay una similitud entre estas prácticas y sentires futbolísticos y las que animan a ciertos políticos populares, practicantes a diario de “respuestas de urgencia y urgencia en las respuestas”, como si su única ambición fuere, por encima de la estética y de la victoria, minar al adversario político para que no se hable de lo que debiere hablarse, tapar sus propias vergüenzas y enarbolar como prenda de victoria acusaciones que el viento esparza para que sus prédicas no caigan en el olvido.

Tratar de hacer “leña del árbol caído” de la crisis, sin acordarse de quienes más la sufren; hablar reiteradamente de “despachos en la calle” y “despachos oficiales”; envidar a “doña Junta” a visitar comedores sociales, como si la institución desconociere la realidad; urgir al Presidente Fernández Vara a que le llame y que responda a todo lo que le pareciere, no deja de constituir una ironía sin gracia de Monago que, en la calle y en los medios de comunicación, más que en los despachos, pretende obtener un rédito del que, por el momento, carece. Y, además, utilizando la versión original de don Helenio Herrera, según la cual, “la mejor defensa es el ataque”, cuando él aún no había nacido para conocer el “catenaccio”.

Otro tanto parece ocurrirle a la alcaldesa de Moraleja, que solicita la presencia del juez Garzón en su pueblo para investigar al PSOE, y ve defensas por todos los sitios, que le impiden marcar y remarcar su propia arrogancia política ante los contraataques de la oposición socialista, cuando sus propios compañeros de partido a nivel nacional han puesto en tela de juicio su imparcialidad como juez… Pues acuda a los tribunales para lograr la victoria por encima de su estética; porque busca la victoria en el contraataque, sin el adorno de la estética política que habría de suponérsele.

Y sin ir más lejos, la portavoz del PP en el Congreso viene a Extremadura a solicitar, una vez más, lo que son derechos constitucionales: la tutela judicial efectiva, la presunción de inocencia y, además, al contrario de lo que urge su camarada de Moraleja, solicita un “juez imparcial”, dando por sentado que el juez Garzón no lo fuere, cuando aquella lo tiene por el mejor “justiciero”.

No siempre la mejor defensa es el ataque: ni Monago tiene razón para urgir respuestas de urgencia, que ya le da el propio Presidente Vara, en la Asamblea, donde debiere, por teléfono y a solas, más a menudo de lo que otros camaradas suyos quisieran en otras comunidades; ni la alcaldesa de Moraleja para defenderse atacando a los socialistas; ni la portavoz popular poniendo en tela de juicio la instrucción de una causa ni el acto de justicia imparcial, que se les supone a los jueces.

Lo que predica Monago lo hace el Presidente Vara con creces y con estilo; la ironía con que acepta la invitación de la Junta que preside, sobra; la urgencia en las respuestas que solicita se las da diariamente la Junta en respuestas de urgencia; lo mismo que está demás que Soraya Sáenz de Santamaría venga a Extremadura a reclamar lo que ya está en la Constitución; o que la alcaldesa de Moraleja esgrima en el ataque a los socialistas su mejor defensa y solicite la presencia de un juez para defenderse del contraataque adversario.

Se olvidan los populares del “jugador número 12” que, al final, será el mejor juez político en el que no reparan, como si su estética o su defensa les bastaren como el mejor ataque.

sábado, 7 de marzo de 2009

ACERCA DEL HABLA PERDIDA

Convivimos, pero no vivimos; hablamos con nosotros mismos, pero no con quienes nos rodean; oímos, pero no escuchamos; escuchamos, pero nada oímos. No escuchan nuestra voz quienes desearen oírla; ni escuchamos a quienes debiéramos. Pareciere que el mundo que nos rodea nos invitare a escuchar a quienes nada nos dicen; a no escuchar a quienes debiéramos.

No hablan los sordos más que en su lengua de signos, pero más de los que están en posesión permanente de su voz, aunque no se les oiga. Habla, a veces, la mirada más que la palabra; un beso, un abrazo, por mil palabras; un recuerdo, en el pensamiento; su dulce nombre evocado; la palabra que el viento se llevó; las no devueltas por los vientos de invierno; las perdidas y recordadas, ausente su voz; la mímica expresiva, intérprete de la palabra.

Cuanto más cercanos, más lejanos; cuantos más medios para comunicarse, menos para escuchar. Ha perdido la lengua el habla como si solo se bastare con el beso, aun antes del diálogo. El habla de la lengua es el habla del corazón, de la mente, del deseo; lo es del amor compartido; pero se pierde sin la palabra.

No basta la palabra oral en la distancia, aun reconocida y vista, con la imagen misma de quien la espera y la ofrece. El roce hace el cariño; el cariño provoca el roce. Sin cariño, sin roce, qué mérito hubiere el habla en la distancia no compartida, vivida, ansiada, anhelada, escuchada, deseada, confortadora del ánimo… quizá perdido por las circunstancias.

La convivencia sin habla, sin diálogo, quiebra el sistema de los presentes hablantes; les separa porque nada se dicen, o nada tienen que compartir sino en los compartimentos-estancos de un hábitat sin palabras. No solo se comparten los bienes, la felicidad, la enfermedad o el desamparo… Sin habla compartida, el hombre sucumbe; la mujer cae en depresión; la pareja se diluye, se distancia, se separa… Todo muere sin la palabra, o sin un gesto traductor de aquella.

En tiempos de desamparo, solo la palabra amiga, familiar, sirve de consuelo para los afligidos, quizá porque no hubiere mejor medicina que la palabra donde antes reinó el silencio. No es éste solo la ausencia de la palabra: más aún, la ausencia de la comunicación, la palabra perdida en un mundo de palabras sin palabra, la mentira sobre la verdad, el olvido sobre el recuerdo, la mirada a los ojos sobre la mirada perdida, o quizá también el respetuoso silencio de los amantes religados sin decir palabra. A qué más cuando todas sobran y la mirada lo dice todo, o cuando estas mías no llegaren a los oídos sordos, perdidas palabras en la incomunicación del habla…

Qué palabra les quedare a quienes todo lo han perdido, asediados todo el día por la palabra de otros, predicadores de la verdad de su sola palabra; refutadoras palabras que niegan la esperanza que otras nos transmiten, persuadidos de que la preeminencia de la propia es la verdad absoluta sobre las presuntas mentiras de aquellas que nos llevaron por el buen camino… Quizá solo el voto condensador de la palabra ausente, hecha voz en las urnas; la voz del silencio ahora reprimido, ahogado por la palabra perdida, silenciada durante años, en paradero desconocido la palabra deseada, ausente ya la voz ansiada…, fije y dé esplendor a la palabra ahora perdida. Solo entonces habrá vencedores y vencidos por la palabra, el saque en posesión del pueblo, único soberano de su propia palabra, apropiada por quienes no debieren en la pérdida ocasional, fluctuante, de aquella.

domingo, 1 de marzo de 2009

LA NOCHE DE SORAYA


No será la noche solo para ti, Soraya,
Corazón de fuego, ilustre valenciana.
Sin miedo a volar en Moscú,
Fruto prohibido en tu voz de la Raya.

Vuelve a volar, triunfita, desde tu atalaya
Que tú sola mandarás en tu noche
Sin miedo a dejar la frontera
Que harás vibrar en tu trasnoche.

Haznos vibrar, corazón de fuego,
Extremeña de oro en tu hábitat solariego,
“Poyeya” asunta al cielo
Por tu estilo, tu voz, tus ansias de fuego.

Tu fuego dirá la verdad.
Tu mundo estará contigo
En el volcán de tu fragosidad
Con el aire renovado por testigo.

Platinos de diamante discotequeros
Que no te sueltan ni en tu voz, Soraya,
Ni en tus bailes ni en tu ritmo festivalero.
España entera será tuya, como tu frontera sin guardarrayas.

Torna al cielo de Europa
Ondea en Moscú tu bandera
Que España entera te toma
En tu vibrar como su metopa.

Rubia Soraya sin miedo
La noche es para ti
Y nuestra, también, sin remedo.