jueves, 31 de agosto de 2017

EL FINAL DEL VERANO...


           Se diría también "Amor de verano"; más popular "El final del verano", coincidentes con las primeras palabras de la canción. Aunque aún sea verano hasta el 21 de septiembre, el último día de agosto certifica el final del verano, la balada romántica que añora el amor surgido en vacaciones, despedido para siempre sin saber si otro verano ese amor volverá a reencontrarse. La canción del grupo de pop español "El Dúo Dinámico", publicada en 1963, asociada para siempre a la serie de televisión "Verano azul", de cuyo último episodio fue el tema principal y el que la popularizare para la eternidad. "El final/ del verano/ llegó/ y tú partirás./ Yo no sé/ hasta cuándo/ este amor/ recordarás.../Nunca, nunca, nunca, nunca más/ sentiré tanta emoción/ como cuando a ti te conocí/ y el verano nos unió..."
            Volverá, sí, otro verano, que ya no será el mismo, con calores insoportables, con lluvias y pedriscos, con ahogados en las aguas, con fuegos mil en los montes, con mujeres asesinadas por violencia machista, y ciclistas arrollados y muertos, los pantanos al mínimo; los terroristas que atacan durante la siesta, a pesar de todas las alertas, y matan en el corazón de la metrópoli a 16 inocentes..., y el verano no nos unió como los amores de verano, sesteantes en la memoria. Ya nos lo advertía Cecilia en 1975, en su hermosa canción: "Mi querida España,/ Esta España viva,/ Esta España muerta/ De tu santa siesta/ Ahora te despiertan/ Versos de poetas./ ¿Dónde están tus ojos?/ ¿Dónde están tus manos?/ ¿Dónde tu cabeza?" Y Ana Belén nos recuerda desde 1982: "España camisa blanca de mi esperanza/ La pena negra nos atenaza/ La pena deja plomo en las alas/ Quisiera poner el hombro y pongo palabras/ Que casi siempre acaban en nada/ Cuando se enfrenta al ancho mar..." El primer verso, de Blas de Otero; el resto, de Víctor Manuel; la voz de su esposa, Ana Belén, recuerda el profesor Miguel Ángel Lama.
            Los amores perdidos casi nunca vuelven, aunque los veranos azules tornen otra vez. La vida sigue y no parece que tengamos ojos, ni cabeza, ni versos de poetas que nos despierten de la pena negra que nos atenaza: el paro, el terrorismo, la corrupción, las pensiones, el independentismo de los radicales... De nada de eso se habla, y el Congreso se divierte, reuniéndose en época de vacaciones para nada, como si todos estuvieren libres de culpa. Y el pueblo al que representan es algo más. "Un pueblo es, un pueblo es, un pueblo es/Abrir la ventana en la mañana y respirar/ La sonrisa del aire en cada esquina/ Y trabajar y trabajar/ Uniendo a vida, vida.../ El ladrillo en la esperanza/ Mirando al frente y sin volver la espalda...", cantaba María Ostiz en 1977.
            El verano que pudo unirnos nos desunió. La vida sigue igual, con vidas que llegan y otras que se van (Matías, Alonso, Nacho..., compañeros de afanes compartidos). Tantos hilos rotos en el recuerdo, tantos jóvenes que se marchan a otros países: los pueblos que resucitan en verano y que vuelven a morir en invierno; los jóvenes resignados a un vivir sinvivir en su tierra, sin amores compartidos, viendo cómo otros sin trabajo son colocados a dedo por la loba que diere de mamar a Rómulo y Remo, en Mérida, capital de Extremadura, y su Pacto por el ferrocarril un siglo después... Cómo sentir emoción ante amores lejanos no compartidos, apenas rayos de verano, la bandera de España sustituida por senyeras y esteladas en la pretendida marcha de la unidad... en "esta España viva/ Esta España muerta..."
 

viernes, 25 de agosto de 2017

ISLAMOFOBIA Y CRISTIANOFOBIA



           Entendemos por islamofobia un sentimiento de hostilidad hacia el islam y, por extensión, hacia los musulmanes y, como tal, los actos ofensivos hacia la religión islámica y, en Occidente, la actitud xenófoba hacia los musulmanes en general y, en particular, hacia los ciudadanos de origen árabe o magrebí. Los atentados terroristas ocurridos en diversos países occidentales, especialmente desde el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, --en que cuatro atentados sucesivos  cometidos por 19 miembros de la red yihadista de Al Qaeda ocasionaron 3.016 muertos y más de 6.000 heridos, además de en Nueva York, en Arlington (Virginia), y Shanksville (Pensilvania)-- ha incrementado la islamofobia, como sucedió en España tras los atentados del 11-M de 2004 en Madrid, en el que fallecieron 192 personas y más de 2.000 resultaron heridas, y, más recientemente, tras los atentados de la pasada semana en Barcelona: "la islamofobia llega a las redes y a la calle tras los atentados" (véase htpps://elpais.com, de 23/08/2017) Ya en 2004, la oenegé SOS Racismo alertaba en su informe anual del citado año que "nunca, como en 2003, había observado manifestaciones tan graves de este fenómeno" y prevenía ante las actitudes racistas y xenófobas y de la aparición de numerosos casos de islamofobia (véase www. elmundo.es, de 22/04/2004). El empleo del neologismo ha sido criticado por algunos intelectuales, al considerar que se confunde la crítica al islam con la discriminación a los musulmanes. Así, el Manifiesto de los 12, de marzo de 2006, encabezado por la firma de Salman Rusdhie, rechazaba renunciar al espíritu crítico por miedo a ser acusados de "islamofobia", un  concepto desafortunado que confunde la crítica al islam como religión con la estigmatización de sus creyentes, decía. Como se recordará, Salman Rusdhie fue condenado a muerte por el líder religioso iraní, el ayatolá Jomeini en 1989, al acusar de "blasfemo contra el islam" su libro "Versos satánicos". Los firmantes rechazaban el relativismo cultural, que consiste en "aceptar que los hombres y mujeres de cultura musulmana sean privados del derecho a la igualdad, a la libertad y a la laicidad en nombre del respeto de las culturas y tradiciones". (Véase htpps://elpais.com, de 02/03/2006). Amnistía Internacional se ha pronunciado contra la islamofobia en relación con la indumentaria islámica, al considerar que "todas las personas tienen derecho a decidir si usar o no indumentaria o símbolos religiosos, y que deben tomar esa decisión sin sufrir discriminación, violencia o discriminación" (véase Amnistía Internacional, de 22/04/2010).
            Por contra, la cristianofobia es un sentimiento de hostilidad hacia el cristianismo y, por extensión, hacia los cristianos y la práctica del cristianismo, que ha conducido a la comisión de numerosos crímenes y actitudes discriminatorias contra ellos.. Sin extendernos a citar los países en que los cristianos sufren persecución por exhibir signos cristianos, principalmente en los de mayoría islámica, y ataques a sus símbolos, a raíz de los recientes atentados de Barcelona, la Plataforma MásLibres.org. ha exigido a la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, que defienda a todos los ciudadanos, sean de la religión que sean. En un escrito hecho público hace unos días y que circula por las redes sociales, más de 39.100 ciudadanos han denunciado que la alcaldesa se gasta 100.000 euros de dinero público en un "Observatorio contra la Islamofobia" con el fin de prevenir insultos, agresiones y ataques a los musulmanes, pero discrimina a los musulmanes y al resto de confesiones, olvidándose de la cristianofobia que asesina en toda Europa, y de los insultos y afrentas proferidos, durante años, contra los cristianos por el equipo de gobierno municipal. La plataforma pide a la alcaldesa que defienda también a los cristianos del acoso, pida perdón por sus insultos y prevenga de igual forma el odio contra el resto de confesiones religiosas. La cristianofobia, asegura la plataforma en su comunicado, "en buena parte por culpa de lo que hace la propia Colau, su partido y su gobierno municipal. La máxima preocupación de la alcaldesa de Barcelona es que el terrorismo islamista no arruine su modelo de interculturalidad y, para lograrlo, la misma que no ha dejado de insultar y promover la humillación de los cristianos, cada vez que ha tenido ocasión, está dispuesta a castigar los insultos a los musulmanes con multas". Para la portavoz de la plataforma, en los objetivos de la alcaldesa no están los de defender las manifestaciones de odio contra los cristianos porque, ofenderlos, seguirá saliendo gratis en Barcelona, mientras los casos de islamofobia, por pequeños que sean, serán perseguidos por el ayuntamiento" (véase https://www.actual.com/laicismo, de 23/08/2017). ¿Y qué haría ella en la misa por la paz celebrada en la Sagrada Familia en memoria de las víctimas de los atentados  --que los terroristas pretendían derribar--, en lugar de preocuparse de los pisos narcos del barrio del  Raval, cuya situación está expulsando de sus casas a los vecinos de Ciutat Vella (véase htpps://www.lavanguardia.com, de 16/08/2017). ¡Ah, claro es la alcaldesa que antes se preocupaba de los desahuciados de las cajas y los bancos y ahora ni se ocupa ni preocupa de los desahuciados de sus viviendas en su propia ciudad por los narcos....!

 

jueves, 24 de agosto de 2017

UN PADRENUESTRO EN EL COSO DE SANLÚCAR


            Los minutos de silencio proliferan cada día más en las plazas, fachadas de edificios públicos, estadios deportivos, cosos taurinos y hemiciclos de asambleas, parlamentos y otras instituciones. Ya sea ahora por las víctimas del terrorismo y, casi a diario, por el asesinato de mujeres por violencia machista, el minuto de silencio es una expresión de luto y condolencias realizada en silencio, como un rezo, meditación o reflexión sobre el hecho para el cual se solicita. El minuto de silencio es un gesto de respeto a los fallecidos por cualquier causa (natural, violenta...), del mismo modo que el izado de una bandera a media asta expresa en silencio el sentir de un país ante un acontecimiento de esas características.
            El rey Jorge V del Reino Unido (1865-1936) apoyó en 1919 la propuesta que le formulare el soldado australiano Edward George Honey, que combatió en las filas del ejército británico durante la I Guerra Mundial, aunque residente en la capital inglesa, de que el día 11 de noviembre del citado año se guardaren dos minutos de silencio en conmemoración del primer aniversario del tratado del armisticio, firmado un año antes.
            La duración habitual del gesto es un minuto (de ahí, minuto de silencio) que, en ocasiones, se alargan en el tiempo dependiendo de la conmemoración que fuere. Alfafar guarda cinco minutos de silencio por las víctimas de Barcelona... (Véase valenciaextra.com, de 18/08/2017). Durante el minuto de silencio, la gente permanece en pie, destocada la testa de sombreros, gorras y monteras, en respetuosa actitud hacía las víctimas, acompañado por música clásica que invita a la meditación, hasta que concluye con un aplauso general. Nadie con corazón humano se atreve a romper un minuto de silencio hasta que este concluye, salvo la excepción que siempre confirmare la regla de algún exaltado que pronuncia en alta voz algún grito extemporáneo.
            Hay, empero, alguna excepción a esa regla. Mucha gente se pregunta para qué valen los minutos de silencio, si no hace llegar nuestra voz de repulsa ante las situaciones violentas contra la libertad de la vida, aunque este implicare aquella. Es como la cabezada con que antes se hacía gesto de lealtad a un jefe de Estado y, hoy, a los familiares de los difuntos que despedimos.
            Ocurrió el domingo en el coso taurino de Sanlúcar de Barrameda. Andalucía tiene su propia idiosincrasia para expresar sus sentimientos: las palmas, los rezos, los vivas..., a muertos por violencia o por causas naturales. Dicen las crónicas que, el pasado domingo, día 20, en la plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) "se vivió uno de los momentos más emotivos que nos han dejado los atentados acaecidos en Barcelona... En pleno minuto de silencio y, antes de empezar la corrida de toros, un espontáneo alzaba su voz desde el tendido para rezar un Padrenuestro... y todas las personas congregadas en la plaza decidieron sumarse a la oración de este hombre...  (https://www.actuall.com/solidaridad/el-padrenuestro-se-impone-al-minuto-de-silencio-por-las-victimas-de-barcelona-en-una-plaza-de-toros/). Los toreros que participaban en la corrida eran El Juli, Talavante y Cayetano Rivera, que salieron a hombros de la plaza. La invocación al Padre de la vida y de la muerte, no fue, en esta ocasión, el silencio, sino la apelación a acoger en su reino a las víctimas. Andalucía no es Cataluña, pero es España, y una comunidad de sentimientos y de fe que se expresan en actos como este, de quienes muchos debieren tomar ejemplo.
 

miércoles, 23 de agosto de 2017

MÉRIDA, UNA CAPITAL, UN PUEBLO…


            Siempre oímos decir, desde el inicio de la etapa autonómica, --cuando Mérida fuere consagrada por el Estatuto de Autonomía de Extremadura capital de Extremadura--  que la antigua capital de la Lusitania romana y del mundo hasta entonces conocido, era una ciudad por la mañana y un pueblo por la tarde. Los funcionarios de las instituciones radicadas en la ciudad romana daban nueva vida a la antigua capital; pero, concluida su jornada laboral, volvían todos a su ciudad de residencia, principalmente las capitales de provincia, Badajoz o Cáceres. Mérida, entonces, volvía a ser lo que fuere antes de ser capital de Extremadura: el pueblo enterrado sobre sus propias ruinas que reconocieren los viajeros ingleses del XIX.

              La puesta en funcionamiento de varias consejerías agrupadas en torno al complejo de Morerías, revitalizó el casco antiguo de la ciudad por las mañanas a límites insospechados hasta hacía poco: la Presidencia de la Junta, la Asamblea, las consejerías…, todo en la ciudad antigua, a un paso unos de otros. Por la tarde, tras el regreso de los funcionarios a sus puestos, la capital volvía a ser el pueblo de los vecinos de siempre. Lo  oímos decir de boca de políticos, empleados y funcionarios: Mérida es la capital por las mañanas y un pueblo por la tarde. La implantación de nuevas consejerías y servicios en Nueva Ciudad, volvió a dejar solo parte del casco histórico. Aun así, diversas consejerías y servicios continuaban en el centro de la ciudad a la espera de destino definitivo, como los propios funcionarios.

              La instalación de las nuevas consejerías de Administración Pública, Educación y Cultura, la sede del 112, la ampliación de Fomento, el Palacio de Justicia y el Edificio Administrativo de la Junta, además de 446 viviendas del Plan 60.000 euros (véase www.elperiodicoextremadura.com,  de 22/02/2008) en Mérida III Milenio, trasladó a san Lázaro a un millar de funcionarios, que dejaron, de nuevo, el casco histórico vacío. Más de uno se arrepintió del cambio. ¿Dónde se han ido los funcionarios…?, se preguntaban hosteleros y comerciantes…

              En marzo de 2014, el alcalde de la ciudad, Pedro Acedo, y el consejero de Fomento, Vivienda y Ordenación del Territorio y Urbanismo, Víctor del Moral, inauguraban las obras construidas en la zona, donde se levantó un nuevo parque paralelo al acueducto de san Lázaro y tres aparcamientos en superficie con capacidad para 500 vehículos… “La Consejería, en colaboración con el Ayuntamiento, ha hecho ciudad” declaraba el entonces alcalde tras descubrir la placa conmemorativa (véase: http://merida.es de 19/03/20014). Sin embargo, durante su construcción, se sucedieron los actos vandálicos y unos jóvenes intentaron entrar en un bloque aún no entregado. Rompieron vallas de acceso y arrancaron unos columpios (véase www.elperiodicoextremadura.com, de 26(02/2008). En octubre de 2015, la Junta de Extremadura renunciaba definitivamente a la venta del III Milenio en Mérida y el Edificios de Servicios Múltiples en Cáceres, descartando la operación “por los costes financieros y porque no serviría para reducir el déficit” (véase http://www.hoy.es/extremadura/201510/14/junta-renuncia-vender-tercer-20151014113609.html) de 14/10/2015). ¿Para qué se hicieron, entonces? Es como la Casa de la Madre en Cáceres, antigua Delegación Territorial de la Junta, que para nada sirviere, sin uso ya durante años, como aquellos servicios… que para nada fueren útiles a los ciudadanos.          

martes, 22 de agosto de 2017

EL GESTO DE UN TORERO EXTREMEÑO EN BILBAO


            José Antonio Ferrera San Marcos, conocido como Antonio Ferrera (Ibiza, Baleares, 1978) es un torero español que, cuando tenía 7 años, se desplazó con su familia a Villafranco del Guadiana (Badajoz), su localidad de adopción, en la que despierta su pasión taurina. Sus primeros años toreando los pasa entre Extremadura y Portugal. Durante los últimos años ha sido considerado como uno de los toreros mejor valorados por la crítica y el público, tanto que, en 2007, fue galardonado con la Medalla de Extremadura.
            Pues bien: el gran torero extremeño de adopción, residencia, medalla y trabajo, se negó a banderillear el pasado sábado en la corrida de las fiestas de Bilbao al pitarse la bandera de España. Según relataba en su crónica Andrés Amorós (véase www.abc.es/cultura/toros, de 20/08/2017), "si fuera un político, se diría que Antonio Ferrera es un verso suelto. No lo es, sino un diestro que ha evolucionado hacia el clasicismo y la lidia completa (el viejo ideal de Luis Miguel)... Lidia bien el segundo, que acude de largo y con bravura al caballo. Con toro encastado, bien armado, el trasteo reúne serenidad y emoción; liga y manda una faena de torero macho, pero mata a la segunda y pierde el merecido trofeo. Saca del caballo al quinto toreando, como hacía Gallito (y hoy nadie hace). Va a banderillear, pero desiste, quizá porque algunos han pitado las banderillas con los colores de España." D. Barreira lo recogía así: "El diestro, que cortó la única oreja de la tarde, demostró una vez más su fuerte personalidad", al manifestar: "Yo respeto mucho a todos y exijo respeto a España. Esto es España y yo me siento muy español", dijo tras la faena. "Ofendido ante los abucheos de parte del público hacia los colores nacionales (de las banderillas que portare), se dio la vuelta y rehusó banderillear, entregando los palos a la cuadrilla Pero no todos en Bilbao compartían los pitos. La gran mayoría estalló en una ovación ante el gesto del diestro" (Véase www.elespañol.com/toros, de 21/08/2017).
            ¡Qué tiempos aquellos en que, durante la Semana Grande de Bilbao, "en el ecuador de sus festejos, la banda de música interpretaba los himnos del Movimiento Nacional y de España, que los espectadores escuchaban de pie y con el brazo en alto" tras su toma por las tropas nacionales y hasta hace unas décadas. (Véase "Toros y Guerra Civil, en www.elpais.com.diario, de 20 de agosto de 2007).  Tiempos después, el Monstruo de Córdoba, Manolete, se encontraba en México en 1945 para realizar su temporada. En la Embajada de Ecuador en la capital azteca se reunió con los exiliados cordobeses. Al ver la bandera republicana, dijo: "Pido, por favor, quiten la bandera, pues puedo tener problemas cuando llegue a España..." El régimen nunca la divulgó ni dio noticia alguna de la reunión... Lo que sí dijo es que, en la plaza del Toreo de la capital mexicana, estaba izada la bandera republicana y Manolete se negó a torear, hecho que niegan algunos de los presentes." (Véase http://lafiestaprohibida.blogspot.com.es/2017/01/manolete-temporadas-y-cronicas-1945-1947.html).
            Ferrera no podrá torear ahora en Cataluña, como Manolete y Arruza lo hicieren tantas veces tras la guerra, tras la prohibición de la corridas de toros por el Parlament en julio de 2010, aunque continúan celebrándose los "correbous", con reconocimiento y protección a estos festejos; las Islas Canarias lo hicieron en 1991; y, finalmente, su tierra natural, las Islas Baleares, aprobó en julio pasado las corridas de toros sin sangre ni muerte... En España se han prohibido las corridas de toros en más de 80 municipios, además de en Cataluña,  Baleares y Canarias.
            Los ultrajes a España y sus símbolos están a la orden del día, Antonio. Has hecho muy bien en negarte a banderillear tu segundo toro en Bilbao. Hay en España una corriente antitaurina y otra en contra de todo lo que huela a ella, aunque estén previstas penas en los códigos y leyes por ultrajarlos. La presidenta navarra, Uxue Barkos, ha realizado una cerrada defensa de la derogación de la Ley Foral de Símbolos, que permitirá la prevalencia de la bandera de otra región (la ikurriña vasca, originalmente, solo del PNV) sobre la enseña nacional y los símbolos propiamente navarros, como ocurrió el pasado 7 de julio; pero no se atreverá a quitar los festejos de san Fermín... Mientras, Antonio, en otros países como Italia "comienzan un concierto en un pueblo con el Himno Español en solidaridad con los atentados del jueves en Barcelona. Y nadie silba ni entorpece su interpretación: Lo escuchan con profundo respeto. Y se hace entero. Ni siquiera se hace en España." (Véase https://www.youtube.com/watch?v=hSRnlNtPvfA ). Y hasta los clubes de fútbol con la bandera en sus camisetas, y los alcaldes con las bandas con los colores nacionales cruzando su pecho... Aquí, nada. Hasta se propusieron quitar el toro de Osborne de la piel de toro llamada España. Menos mal que fue declarado "patrimonio cultural y artístico de los pueblos de España" por el Congreso en 1994...

lunes, 21 de agosto de 2017

UN POLICÍA LOCAL DE PLASENCIA, EN CAMBRILS


            Era natural de Plasencia (Cáceres). A los 22 años se marchó de su ciudad a Cataluña para buscarse la vida fuera de su Comunidad de origen, y se hizo policía local de un municipio catalán (véase https//:politica.elpais.com, de 21/08/2017). Frisa la cincuentena. Tan español, pues, como catalán, aunque el consejero de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, explicara el sábado 19 en una entrevista en su televisión autonómica que, "entre las víctimas de Barcelona y Cambrils, se han identificado a dos personas catalanas y dos personas de nacionalidad española" (véase www.elespañol.com, de 19/08/2017), dando por sentado que ni los catalanes son españoles ni los españoles, catalanes. Tienen nacionalidades diferentes..., como si los autores de los atentados hubieran diferenciado tan bien las quince vidas segadas por el terrorismo y sus nacionalidades distintas y diversas, entre ellas cinco españolas, de cuya procedencia y semblanza daba cuenta ayer un periódico catalán (véase https//: elperiodico.com/es/barcelona, de 20/08/2017).
            Todos pudimos verle corriendo hacia un vehículo camuflado de la policía autonómica, en chanclas, con su polo azul y sus bermudas, relata la crónica. Nos preguntábamos si sería también un mosso camuflado; pero no: era un policía local placentino, ahora catalán --no español, según el consejero de Interior-- que se encontraba con su familia tomándose un helado en una terraza. Al oír unas detonaciones, y observar a cientos de personas corriendo por el paseo marítimo, su instinto policial le hizo percatarse de que algo raro ocurría. Observó a un chico muy raro, lanzando proclamas en árabe. Corrió tras él, sin saber que fuere terrorista (los otros cuatro compañeros ya habían sido abatidos por los mossos). Pretendía huir; lo tuvo frente a frente; le confesó que era policía; pero estaba fuera de servicio; no tenía ningún arma, como el hombre latino que tan bien le cercó, junto a él. Llegaron los mossos en un vehículo camuflado. Él les gritó "policía, policía, soy policía". Después, grita: "Abajo, abajo" y, en seguida, los agentes le abatieron. Posiblemente, el quinto terrorista de Cambrils no pudo cometer más acciones asesinas, como la de su compañero que acabó con la vida de una mujer herida con arma blanca natural de Zaragoza, y fallecida después en un hospital de Tarragona, donde fue ingresada.
            Los políticos catalanes han echado por tierra la unidad solicitada por todos, la unidad que proclamaba ayer en la Sagrada Familia el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, que apelaba a la sociedad en su conjunto a "ser artesanos de la paz" y a estar unidos con "el objetivo común de la fraternidad, el respeto y el amor solidario" porque "la unión nos hace fuertes y la división nos corroe y nos destruye". (Véase www.lavanguardia.com, de 20/08/2017).
            Cuando los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils del pasado jueves nos han ofrecido tantas muestras de solidaridad humana, los políticos catalanes han escenificado la desunión institucional, aunque hayan aplaudido la coordinación policial: "el proces seguirá adelante" (presidente Puigdemont). Frente a la unidad de la sociedad y de la entrega de las fuerzas policiales, que han antepuesto el servicio a la sociedad y a los ciudadanos por encima de cualquier otra consideración de banderías y nacionalidades, la desunión política de los independentistas se ha alzado por encima de la unidad de la sociedad. Si la lección de separatismo del consejero de Interior fue suprema, nada digamos la actitud de su president con lo del proces seguirá adelante, o la más reciente de la CUP, que afirma que "no asistirá a la manifestación del próximo sábado en Barcelona si a ella acuden el Rey de España y el presidente del Gobierno español (véase www.elplural.com, de 21/08/2017).
            Hay que ser zoquetes para no reconocer la evidencia, como la del policía local natural de Plasencia, ahora catalán y también español, o la del actual entrenador del Barça, Ernesto Valverde Tejedor (Viandar de la Vera, Cáceres, 1964), como para volver a repetir aquel lamentable titular aparecido en un periódico en 2003: "Mueren dos personas y un portugués." Como si nuestros vecinos --ayer representados en la Sagrada Familia por su presidente y primer ministro, porque también perdieron a dos de sus compatriotas-- no fueren personas, ni españoles ni catalanes. Como si estos cacereños no fueren españoles por el hecho de compartir ahora trabajo con los catalanes, o fueren solo catalanes y no españoles. A los extremeños residentes en Cataluña desde hace años, no son quiénes los independentistas para darle lecciones de extremeñidad, españolidad o catalanidad, que todo cabe en el corazón humano. Y lo dijo un día en Plasencia un exalcalde de Barcelona, Joan Clos (1997-2006).