miércoles, 30 de diciembre de 2009

EL COMPROMISO COMO EJE EN EL MENSAJE DE FIN DE AÑO DEL PRESIDENTE VARA

En “un tiempo difícil, pero no imposible”, el Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha erigido el compromiso de todos y cada uno de los extremeños en el eje fundamental de su mensaje de fin de año. En un marco como Yuste, “testigo mudo de la historia” e “indicativo del compromiso que Extremadura tiene con Europa”, Vara ha apelado a reivindicar “nuestros derechos”, pero ha advertido que hay ser conscientes “de nuestros deberes”.

El segundo párrafo de su mensaje resume perfectamente lo que ha deseado transmitir a la sociedad extremeña: que el año que finaliza no ha sido uno más ni uno cualquiera, sino “complejo y difícil”, en el que no vale apelar al optimismo ni al pesimismo, pero sí al compromiso. Y para ello se ha valido de un ejemplo significativo de su profesión particular: “Cuando una parte del cuerpo se debilita, las otras partes tienen que hacer todo lo posible para compensarlo.” Y, a tal fin, es preciso que seamos conscientes de los deberes de todos y cada uno, y no solo de los derechos.

Durante el año a punto de finalizar, el Presidente ha marcado ese rumbo que propone: en una situación como la actual, nadie está libre de señalar a nadie y todas las manos, pactos, acuerdos y consensos que puedan alcanzarse entre las fuerzas políticas, económicas, sociales y sindicales, y los ciudadanos extremeños, son pocos para salir de la gran sima en que nos sumió la crisis. Ni optimismo, ni pesimismo, ni lamentos, sino el compromiso, ha venido a decir el Presidente.

Y para cumplir con esos objetivos, no sobran los derechos, sino que son más importantes los deberes: el primero de ellos, resulta obvio por preocupante: “trabajar para que puedan volver a tener trabajo aquellos que lo perdieron” y “para que recuperen su empresa aquellos que se les ha quedado en el camino”. El paro y la recuperación del empleo como objetivos de cualesquiera políticas que hoy se hicieren, porque difícilmente podríamos desearnos “felices fiestas” y “un año 2010 en el que puedan verse colmadas todas nuestras aspiraciones”, como bien ha expresado y hubiere de hacerlo cualquier ser humano que se preciare, más aún el Presidente de todos, si el empleo no crece y las empresas no se recuperan; si todos a una, como en Fuenteovejuna, no arrimamos el hombro que nos solicita en un hora que “es tiempo para todos aquellos que estemos dispuestos a hacer lo que nos toca hacer”.

No ha olvidado el Presidente otros dos deberes fundamentales, conscientes de la importancia que tienen en estos momentos: el de atraer los recursos necesarios para que “nuestros padres estén debidamente atendidos, sobre todos los más frágiles y vulnerables”; y la educación de los hijos, sin olvidar el ejemplo que les podamos dar, y tiempo y afecto para ellos, siempre presente en sus preocupaciones, consciente de lo que puede suponer la debilidad humana en estos casos.

Finalmente, en su breve, pero enjundioso mensaje, el Presidente ha hecho dos citas reveladoras: la del ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, galardonado en el lugar desde el que emitió el mensaje, con el premio europeo “Carlos V” de 1995, de la Fundación Academia Europea de Yuste, quien dijo, refiriéndose al origen de la crisis, que “probablemente ha sido un descarrilamiento del tren de los valores”, y solicitó al respecto capacidad para situarlos de nuevo en la vía, “cargados de los valores de siempre”: el trabajo, la solidaridad, la cordialidad, la familia y del valor que encierra en sí mismo el tiempo que hoy, más que nunca, no es preciso perder, sino ganar, para lo que realmente importa.

Saint-Exupéry, como recordó también, dijo hace tiempo que cuando uno decide construir un barco, “lo más importante es despertar el anhelo por la mar”. Y puso nombre a esa mar: Extremadura. Y para seguir construyéndola en el día a día, nada mejor que “despertar el anhelo por Extremadura, el amor por Extremadura, reforzando nuestra autoestima y ejerciendo la autocrítica necesaria “para saber que nos queda camino por recorrer y de reconocer aquello en lo nos hayamos podido equivocar”. Y esa no es solo labor exclusiva de los políticos, sino de todos los ciudadanos de buena voluntad si desean creer en su propia dignidad de seres libres.

Nada adelantaríamos si el año nuevo que se nos otorga para vivir lo perdiésemos en disputas estériles que a nada conducen, en críticas que nada aportaren, en prejuicios apocalípticos que se volverían contra nosotros mismos, y no en “hacer lo que nos toca hacer”, como nuestros antepasados lo hicieron para que hoy estemos donde estamos. Y lo estamos por su esfuerzo y el de todos, no por el de unos cuantos.

Por último, la sensibilidad del Presidente no se ha olvidado al recordar a aquellas personas que han perdido a algún ser querido durante este año; y de los extremeños, militares y cooperantes, o que por razones de residencia, se encuentran fuera de su tierra durante estos días. Ellos son también en estos días nuestro anhelo por ensanchar nuestra mar, una mar tan grande como Extremadura, y como el cenobio de Yuste, que acogiere durante sus últimos días al Emperador que creyó en una cierta idea de Europa. Y de fondo, “Ars Nova”, de Plasencia, como una nueva arte para revelar la música que nos llega al alma y el corazón en la partitura hablada de Fernández Vara.
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Artículo publicado en Extremaduraaldia

lunes, 28 de diciembre de 2009

LOS OTROS INOCENTES

Hubiere en el mundo más inocentes que los que Herodes ordenó matar. El candor y la sencillez, el estado del alma limpio de culpa, la inocencia, ha sido, y hoy más, el engaño ridículo en el que alguien cae por descuido o falta de malicia.

Entre la inocencia por nacimiento y la inocencia de la muerte se alinean otros estados de la inocencia: la inocencia intacta de quienes nunca la perdieren; la confundida inocencia de los más; la burlada inocencia; la inocencia que no ve; la presunta inocencia que se torna en culpabilidad, aunque no se hallare en ese estado; la inocencia confiada que trastorna la inocencia; la inocencia evanescente que se pierde con la edad; la inocencia de quienes abdicaren de sus compromisos; la inocencia de los traidores; la inocencia de los traicionados; la inocencia de los engreídos y salvadores de la patria; la inocencia del amor entregado y burlado; la inocencia de los fieles infieles; la inocencia de los creyentes olvidados; la inocencia de la esperanza sin alivio; la inocencia de los mayores sin amor, ya idos sus otros amores; la inocencia de los jóvenes que no vieren la luz; la inocencia de quienes buscando no hallaren lo que anhelan; la inocencia de los que anhelan el futuro y no lo encuentran; la inocencia de la mujer entregada, que no hallare la respuesta esperada..., la inocencia de los sin malicia que deviene del estado del alma y del corazón humanos.

Inocentes todos en un mundo en el que la malicia troca la inocencia pura de los bebés por la malicia de los perversos. La inocencia intacta cantada por "Second":

"No me pierdo ni un detalle,
Tu inocencia intacta,
Cada luz en mi interior
Se quema por ti."

La burlada inocencia de "La India":

"Tienes que luchar para ser feliz
Y así no sabrás nunca cómo sufrí
Burlada inocencia..."

La eterna inocencia que cantare "Voces Invisibles":

"Cuántas son las hermosas almas
Ya vencidas, condenadas a sufrir?
Cuántas más habrán de perderse
Detenidas en el tiempo del rencor?"

O en "Los inocentes", de Ana Layevska:

"Con la luz de la inocencia puedo caminar,
Para rescatarla de entre tanta soledad.
Con la luz de la inocencia quiero despertar,
Lo que en sueños se termina y se haga realidad."

Indio Solari ve así "El tesoro de los inocentes":

"El tesoro que no ves
La inocencia que no ves
Los milagros que van a estar de tu lado
Cuando comiences a leer en los labios
Y a ignorar los embustes y gustar
Con la lengua de las aguas que son dulces
Aunque te sientas mal."

La inocencia no es debilidad: es esperanza; la inocencia no es malicia ni engaño por descuido, sino confianza excesiva; la inocencia subyace más en la risa que en el llanto y el lamento; la inocencia no es eterna, sino perecedera por los engaños de la vida; la inocencia es creer en los demás y no solo en uno mismo; la inocencia eres tú y no solamente yo; la inocencia son ella y él cuando conviven en la serena inocencia; la inocencia es la sonrisa de un niño; la inocencia es el roce gozoso del amor; la inocencia es consustancial al sabio campesino extremeño que labra su tierra pensado en su cosecha y no aspirare a más, porque nada más necesitare; la inocencia es la vida y no la muerte; la inocencia es la esperanza en tiempos de escasez; la inocencia no abdica del futuro porque en él reside la inocencia; la inocencia espera del político el bálsamo para fortalecerla, porque "no alabes ni desalabes hasta siete Navidades", pues la inocencia asume la prudencia y la experiencia, aunque no se revelaren como tales. ¿O acaso no fuésemos todos inocentes, pero confiados?, aun con nuestra inocencia perdida y no hallada en el templo de la vida...? Por si acaso, Luis Enrique nos avisa en su "Inocencia":

"Se irá
Rompiendo las fronteras.
Se irán
Lidiando con sus tierras.
Se irán
Salvando su inocencia,"

viernes, 25 de diciembre de 2009

RETOS Y DESAFÍOS EN EL MENSAJE DEL REY


Los tres deseos finales expresados por el Rey en su discurso de Navidad subsumen los que anoche se expresaron miles de españoles para estas fiestas y el Año Nuevo: paz, concordia, recuperación económica y más empleo.

En su mensaje, el Monarca quiso compartir con todos “ideas y sentimientos sobre España, sobre nuestro presente y futuro”, que es lo que realmente importa, y que a todos compete. Y para ello no se olvidó de nada ni de nadie.

D. Juan Carlos invitó a los españoles a compartir tres tareas fundamentales: la superación de tensiones y divisiones sobre la base de los principios de la Constitución; la de aunar voluntades en torno a los grandes temas de Estado, y la de redoblar esfuerzos “para que España vuelva a crecer y a crear empleo, cuando antes y de forma sostenible”.

Sin duda alguna, las tareas indicadas por el Monarca son asumidas por la mayoría de la clase política, las fuerzas sociales y los ciudadanos, que vienen expresando a lo largo del año los principios enunciados por el Rey: la Constitución como norte que guíe la acción política; la voluntad para reforzar el Estado y su cohesión interna, y la política exterior; y el esfuerzo de todos para que un gran país como España, “de larga historia e inmenso patrimonio”, no eche por la borda el esfuerzo realizado por varias generaciones para situarla en el lugar que debe ocupar en Europa y el mundo.

En segundo lugar, el Monarca ha subrayado los desafíos que nos impone la situación actual, que requieren la acción conjunta de los Estados, y que van desde el terrorismo, la crisis económica o el cambio climático, como se encargó de señalar. En un mundo global en sus posibilidades y en sus desafíos, como indicó el Rey, éstos reclaman una España sólida, en una “Europa dinámica y cohesionada”, que requieren “fortaleza como país” y “ciudadanos más preparados y competentes”, en una España en la que la educación y la igualdad de oportunidades constituyen todavía retos por alcanzar.

Ha advertido el Monarca sobre el peligro de que “las legítimas diferencias ideológicas resten energías al logro de los consensos que piden nuestros ciudadanos” y ha apelado al liderazgo de los dirigentes políticos, económicos y sociales para salvar, hoy y mañana, como ayer, “los grandes problemas que fuimos capaces de resolver”, con la unidad, el diálogo y el compromiso, elementos indispensables, junto al concurso de todos, para culminar con éxito la tarea, en el marco de la Constitución. Nuevamente, la norma fundamental del Estado como eje para el buen funcionamiento del país, porque garantiza derechos y libertades, “fundamenta una avanzada articulación de nuestra rica diversidad territorial y nos dota de instituciones que son claves para la estabilidad y convivencia democráticas y el buen funcionamiento del conjunto” de la nación. Y una llamada, también, a “preservar esa independencia” por la confianza que los ciudadanos depositaron en instituciones independientes.

No se ha olvidado el Monarca de la crisis económica y de la principal preocupación que asumen hoy los españoles: el paro; de los sectores productivos más afectados, de la falta de horizontes que conlleva y de las expectativas muertas de tantos jóvenes, imposibilitados de hacer un proyecto de vida, y para ello ha apuntado como “reto más apremiante” volver a crecer para poner fin al desempleo y garantizar, al mismo tiempo, “la más alta protección social a quienes lo padecen”, un camino que exige de todos “trabajar juntos en la misma dirección”.

Ha apuntado el Rey otros caminos para seguir avanzado en la España que todos deseamos: un acuerdo nacional en materia de educación e incentivar aún más la innovación para aumentar el progreso y el bienestar. No ha olvidado a las víctimas del terrorismo ni los problemas que éste plantea en un mundo globalizado: que nuestra paz y seguridad como nación no pueden desligarse del resto del mundo. Por ello, tuvo un recuerdo para nuestras Fuerzas Armadas, “que arriesgan sus vidas en misiones internacionales”, y apeló a consensuar y coordinar al máximo el papel internacional de España".
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sábado, 19 de diciembre de 2009

EL BARQUERO DE ALCONÉTAR

A diferencia de “Tomás el Barquero”, de Mérida, aún sin calle memorativa ni monumento en su ciudad, el “barquero de Alconétar” de Garrovillas era un hombre sencillo que hacía su trabajo como todos los hombres y mujeres sencillos: en silencio, trabajando para lo que le fuere encomendado. Quizá pasare en su barca a más vivos que a muertos recogiere sobre el río Tajo, bajo el puente de Alconétar; pero hubiere de sufrir en silencio durante la guerra y la posguerra las incidencias todas de su trabajo: los cadáveres que viere flotar sobre las aguas, o arrastrados hacia la orilla, cada mañana, al llegar a su trabajo, y a los que diere sepultura.

Apenas hablaría con su hijo que le acompañaba en su triste labor. Una mañana se atrevió a comentarle: “Hijo: temo llegar hasta la barca, porque no sé qué me encontraré.” Y el “barquero de Alconétar”, que día sí y otro no, hallare cuerpos flotando sobre las aguas del Tajo, encontró el de una mujer encinta con un tiro en la sién. No hablaría quizá nunca de este episodio de su vida, ni contaría a nadie lo que hubiere visto, por temor a ser él mismo y su familia carne de las represalias de la locura humana que desatare una guerra entre hermanos, y de la que él fuere víctima colateral en su trabajo, como tantos miles de españoles.

“Tomás el Barquero”, de Mérida, salvó más vidas en el Guadiana que cadáveres recogió en su barca. Desde 1986 se habló de ponerle un monumento o una calle en la ciudad, de cuyo río, alma y vida de la misma, recogió tantas vidas humanas. El tiempo pasa y la memoria es flaca…

Memoraba el episodio del barquero de Alconétar el actual alcalde de Garrovillas, Pedro Martín, y el historiador Julián Chaves. El secretario provincial del PSOE, Juan Ramón Ferreira, recordaba que es necesario “seguir recuperando la memoria y la ideología para seguir transformando la sociedad y que ésta, crezca”, mientras que Rafael Pacheco aludía a la canción de la banda italiana “Bassotti”, que decía: “Sin memoria no hay justicia/sin justicia no hay paz/sin paz no hay futuro”, en su disco “Así es mi vida”. Ocurría esto en la noche del pasado viernes en Casar de Cáceres durante el acto de entrega de los premios a la Memoria Histórica de JJ SS de Cáceres, que premian a personas, lugares, instituciones y colectivos que luchan por recuperarla.

“El barquero de Alconétar” de Garrovillas semeja la historia de Caronte, el barquero de Hades, encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte, que recoge la mitología griega, como se encargó de recordar el presentador del acto, Miguel Ángel Cortés.

Caronte era el encargado de transportar las almas de los muertos a través de la laguna Estigia, o río Aqueronte, hasta el reino del inframundo gobernado por Hades. Entre sus atribuciones se encontraba el rechazo de aquellos difuntos que no podían pagar el pasaje al no haber sido enterrados con una moneda en la boca (el famoso óbolo). Su figura se menciona por primera vez en la Grecia antigua hacia el año 500 a. d. C., en la Miníada, poema épico de Pausanias. Su tardía aparición se explica desde un punto de vista sociológico: si la aristocracia tenía sus propios guías al otro mundo, como Hipnos y Thanatos, Caronte lo era de los grupos populares y, al ganar éstos importancia en la consolidación de la democracia, su psicopompo (conductor de almas) comienza a aparecer en las representaciones iconográficas y literarias.

Caronte era el “barquero de Alconétar” que no hallare en “sus” difuntos otros óbolos para trasladarlos al más allá que las balas que les condujeron a la muerte. Con Caronte, ningún humano tenía permitido subir a su barca. Solo Hércules lo logró por la fuerza bruta; Orfeo, gracias al hechizo de su canto, y Eneas mostrando una rama de oro, salvoconducto divino que le proporcionare la sibila de Cumas. La Odisea narra que Hermes conducía al Hades (infierno) las almas de los muertos. Nuestros barqueros hubieren de conducir al cielo los cuerpos de los vivos, arrebatadas sus almas por la fuerza de los brutos.

“El barquero de Alconétar” de Garrovillas transportó a vivos, y difuntos que jamás deseare, en el Tajo, como “Tomás el Barquero” en el Guadiana” a su paso por Mérida; como Pedro y Avelino en el Alagón, de Granadilla, cubierta ya la hondonada del arroyo de Aldovara por las aguas del embalse de “Gabriel y Galán”, que cortaren el paso hacia Zarza de Granadilla a los vecinos que habitaren la villa durante los últimos años de su vida.

Barqueros todos que transportaren la memoria histórica de un pueblo, cuyo futuro quedó anclado en su memoria, proyectada al futuro, memoria de la derrota de todos en un mundo que empieza a recobrarla, aunque las fosas no puedan hallarse ni descubrir las miserias de una victoria que cantaren algunos, cuando la derrota nos alcanzó a todos, porque los vivos la tendrán mientras vivan.
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Artículo publicado en Extremaduaaldia.com

domingo, 6 de diciembre de 2009

NAVIDAD SERENA EN EXTREMADURA


Navidad serena en Extremadura
Con las merinas que volvieron por su cordel.
Oro del Valle de La Serena, leche cruda,
Atortada, delicatessen en su carrusel.

Recetas que en ellas hallaren su ingrediente
Menús para treinta y una brochetas
En restaurantes extremeños de apetentes
Desde La Serena a Plasencia como decatletas.

Suave cremosidad, inolora, natural, única,
De la estepa extremeña baluarte exquisito.
Raza autóctona de La Serena atortada por túnica
Que pasó a ser esencia de sus detritos.

Quince ovejas dos veces ordeñadas al día
Para una torta de tan solo un kilo,
“Avería” de pastores que vieren acullá
Lo que otros ganados hubieren por refocilo.

Delicioso manjar, cuajo natural, de exquisitez y calidad,
De leche, cuajo vegetal y sal por componentes.
Cuajada con yerbacuajo en la maceración de airosidad
De los pristilos de los cardos silvestres por coagulantes.

Pasta blanda, fluida, untuosa, de sabor intenso,
Ligeramente amarga y persistente al paladar.
De aspecto fino y corteza amarilla, aceitosa de incienso.
Oro noble de La Serena, esencia de la estepa extremeña
Que por Navidad fueres fruto para degustar.

Torta de La Serena extremeña
En tarros pequeños para tanta esencia lechal.
Que vienes por Castilla desde Madrid
Y te vas a la Gastronómika de San Sebastián.

Oro noble de La Serena
Afluente vivo de su manantial.
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* Artículo publicado en Extremaduraaldia.com el día 6 de Diciembre de 2009.

domingo, 22 de noviembre de 2009

LA EXCEPCIÓN Y NO LA REGLA EN LA PREVARICACIÓN Y CORRUPCIÓN

¿Habríamos de calificar como “corruptelas” la mano de Dios de Maradona”, o aquella con la que el futbolista internacional francés Henry se ayudó dos veces para pasarle el balón a su compañero, que marcó el gol decisivo para clasificarse para el Mundial de Sudáfrica? Pues sí, de acuerdo con la definición del Diccionario de la Academia, que la define como “la mala costumbre o abuso, especialmente los introducidos contra la ley”. No hubiere quizás el fútbol código de buenas prácticas, pero sí unas reglas que fijaren la buena conducta que ha de observarse en el terreno de juego por parte de los jugadores que, a fin de cuentas, viene a ser lo mismo. El propio Henry se autoinculpó y manifestó que “lo mejor sería repetir el partido”, a la búsqueda de la limpieza objetiva que ni el juez de la contienda ni sus ayudantes vieren en una acción a todas luces punible.

No pueden mezclarse y confundirse la prevaricación y la corrupción, porque no son términos de igual calificación penal, ni mucho menos generalizar la conducta punible de unos cuantos funcionarios o políticos que la cometieren que, en todo caso, constituyen la excepción a la regla y no la regla por extensión.

Bien claro lo puso de manifiesto el pasado viernes el secretario provincial del PSOE, Juan Ramón Ferreira, al recordar el principio constitucional de presunción de inocencia, base del Derecho Penal, y al advertir que no debe utilizarse el término ”corrupción” de manera generalizada “porque no todos los delitos e imputaciones pueden ser clasificados como corrupción”. Ni todos los funcionarios o políticos, sean del signo político que fueren, son corruptos ni prevaricadores, sino que constituyen la excepción a la regla. No pudiere llamarse a Maradona ni a Henry “corruptos” por el uso de sus manos en el juego, privilegio que la normativa del fútbol solo otorgare al portero, aunque hubieren cometido una corruptela contra las normas, como tampoco puede generalizarse lo que, afortunadamente fuere una excepción y no la regla: la prevaricación y corrupción, una acción reprobable y punible en funcionarios públicos y políticos, si los hechos de los que fueren acusados se probaren ante un tribunal.

Si los jueces del partido no vieren la falta, no quiere decir que no existiere, porque la televisión no engaña; pero la hubo y no se castigó como debiere, porque ni el árbitro ni sus ayudantes la observaren. Lo mismo ocurre con los políticos y funcionarios por más que algunos se empeñen en airear más de la cuenta la excepción a la regla, que puede inducir a los ciudadanos no advertidos, como a los árbitros del partido Francia-Irlanda, a confundir churras con merinas y a pensar, “sensu contrario”, que todos fueren unos corruptos.

Prevaricar es cometer un delito de prevaricación. Sustantivamente, es el delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario, mientras que la corrupción es definida por el Diccionario de la RAE no solo como la acción y efecto de corromper, sino en otra acepción que viene al caso, “en las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios públicos de aquellas en provecho económico o de otra índole de sus gestores”. Como recalcara Ferreira, “la corrupción es el mal uso público del poder político para conseguir ventajas ilegítimas, generalmente secretas y privadas, que es lo contrario a la transparencia política”.

No hemos de llevarnos a la cabeza, como los irlandeses, por su injusta condena a no disputar el Mundial de Fútbol de Sudáfrica, ante hechos probados, pero juzgados irremediablemente por no ser vistos por quienes hubieren autoridad para ello “in situ”. Ni hubiéremos de generalizar un mal que, aunque a todos nos afectare, fuere culpa de unos y no de todos; ni fuéremos quiénes para condenar a quienes, todavía, son inocentes, mientras no se demuestre lo contrario; ni condenar a quienes no han sido condenados, como muchos se han permitido condenar al pueblo entero de Torreorgaz injustamente; ni generalizar por extensión unos presuntos delitos como si todos fuésemos cómplices o coautores. Ni un partido político, que tiene por máxima demostrada la honradez, como el PSOE, puede ser condenado de antemano porque algunos de los suyos cometieren tales pecados, porque en ellos hubieren su penitencia, antes por el propio partido que por la Justicia misma cuando probare los hechos por los que se les imputan o fueren investigados. Como afirmara Ferreira, “el principio de inocencia o presunción de inocencia es un principio jurídico penal que establece como regla la inocencia de la persona”. Todos somos inocentes mientras no se demuestre lo contrario, y “el que esté libre de pecado, que tiene la primera piedra”, como recordábamos ayer.
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* Artículo publicado en Extremaduaraldia el día 22-11-2009

sábado, 21 de noviembre de 2009

EL AGENTE 007, CON LICENCIA PARA REIR...

Hallábame en un bar para ver un partido de fútbol, tras una jornada dominical de trabajo para santificar el día del Señor. Pido un combinado al camarero y, de pronto, una llamada telefónica, me distrae. Me sirve el garçon el pedido y, concluida la llamada, le requiero para que me facilite una cucharita larga o una pajita para diluir la bebida.

Ante mi asombro, me contesta seguro de sí:

--Ya se la he meneado yo…

--¿Cómo dice usted?, le interrogo asombrado ante su osadía lingüística…

-Que ya se la he meneado, me responde convencido.

--Perdone, señor; pero usted a mí no me la menea, porque hubiere yo manos para ello si usted me facilita el pedido. Usted me la bate, me la diluye, me la remueve, me la agita en el vaso…; pero nunca eso que usted me dice…

--¿Acaso no conoce usted lo que pide el agente 007 en sus películas?, le pregunto.

Lo ignoraba, aunque hubiere diversas variantes en la petición…

--Martini con vodka; mezclado, no agitado. Pues bien, yo lo deseo mezclado y batido, pero nunca meneado…, porque no fuere usted dueño de esa prerrogativa…

Ignoro si la derecha se escandalizare ante una situación parecida, como la que me sucediere, dada su doble moralina, y su escándalo ante la publicación “El placer está en tus manos”, que trata de enseñar lo mismo que nos negaron en nuestra infancia y adolescencia y que hubimos de aprender por los misterios de la naturaleza misma, que enseñare más que los misterios que nos negaren.

Quienes escandalizaren a los niños, a los débiles, a los pobres, más vale que le aten una piedra de molino al cuello y le echen al mar.” (Lc: 17, 2), dijo Jesucristo.

No se escandalizan los niños y adolescentes ante unas enseñanzas que se les negaren ni ante una doctrina que les condenaba al infierno a perpetuidad si osaren tomar la mano de una chica. Todavía hoy, algunas mujeres, educadas en el nacionalcatolicismo, tan proclive a la derecha, que quisiere “in aeternum” para todos, se muestran cautas cuando un varón se las tomare entre las suyas en señal de afecto y cariño, para transmitirle sus palabras.

La lengua, más que el estilo, descubre al hombre y a la mujer. “El estilo es el hombre”, decía Buffon; es decir, su habla, su saber ser y estar, como el de la mujer no fueren su vestir ni sus joyas, sino las señas de identidad con que revistieren su ser y personalidad.

En “Mi querida señorita” (1971), de Jaime de Armiñán, el recordado actor José Luis López Vázquez encarnaba el papel de Adela Castro, que era un señor. Había gastado Adela los cuarenta y tantos años de su vida en soledad. Se quedó soltera, porque físicamente no le quedaba otro remedio. Tenía un secreto: se afeitaba todos los días y, además, tenía desarreglos de conciencia. Su confesor le envió a un médico, quien le dio un diagnóstico: Adela era un señor… ¡Oh, qué escándalo para la derecha puritana de su tiempo, y de los anteriores tiempos…!

Cuando la Constitución Española de 1978 se debatía en Comisión en la Cámara Alta, dos senadores por designación real de las Cortes Constituyentes, mosén Xirinacs y el escritor Camilo José Cela, hubieren un encuentro dialéctico que hizo historia.

--Señor Cela: está usted dormido…, le inquirió el mosén.

--No estoy dormido: estoy durmiendo, respondióle don Camilo.

--¿Es lo mismo, no?, le apuntó Xirinacs.

--No, monseñor, son cosas distintas, de la misma manera que no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo…, le apuntó el académico de la Lengua.

En cierta ocasión, hube de estar en el hospital. Acudían las enfermeras a tomarme la tensión y temperatura; el barbero, a afeitarme; las auxiliares, a lavarme la desnudez del cuerpo que nos diere el Señor. Me lavaron brazos y costado…, pero, llegado el momento, me apelaron a que me lavase yo mismo “mis partes”…

--“Mis partes” son parte del todo humano, como la suyas,- les respondí. No hubiere pudor ni pudiere, y si ustedes, por su profesionalidad tampoco, les ruego que lo hagan por mí, porque no hubiere fuerzas ni llegare a “mis partes” con los dos brazos “clavados” por las agujas que controlaren mi estado físico. Y así, solícitas, lo hicieron.

No escandaliza un texto que pretende formar a los desinformados. Escandalizan los hipócritas y fariseos que tentaban al Señor con trampas saduceas porque, aunque hubieren en sí la formación y cordura necesarias, utilizan un “presunto escándalo” para escandalizar a los inocentes, que no lo fueren tanto como ellos creyeren, hombres de tan poca fe que pretendieren sacar rédito electoral de la que dicen profesar con tanta unción como devoción…

Bond terminaba sus películas con un aviso: “James Bond will return” (James Bond volverá…) No lo dudamos de quienes son capaces de vender su conciencia al diablo para tratar de engañar a quienes no debieren.

domingo, 15 de noviembre de 2009

DESCONTEXTUALIZACIÓN DE LA PALABRA EN EL DISCURSO POLÍTICO


Como el gesto, la palabra tiene un contexto. No puede sacarse una palabra del contexto, ni una frase, ni una alusión siquiera, porque mataría el discurso. La extrapolación de una palabra es sacar los pies del texto. La palabra no miente; engaña el mensaje de la palabra. La palabra es inocente; más lo es el receptor de una cadena de palabras aviesamente trucadas por el pensamiento ajeno. La palabra no encierra la mentira, porque no engaña el significado de la palabra, capaz de trocar verdad por mentira. El engaño de la palabra es hoy venial, pero puede ser mortal sacada de contexto. La mentira venial se cura con la palabra; la mortal no la cura ni la verdad de la palabra. El engañado por la palabra es incauto, inocente. La mentira de palabra genera escépticos de la palabra por el engaño de la palabra. Los inocentes asumen la palabra con la fe del carbonero, como antes asumieren la fe doctrinal quienes no entendieren los misterios de la fe. A los escépticos solo se les engaña una vez, porque la palabra hoy es laica, y no basta la fe para asumir el mensaje de la palabra, la mentira o la verdad de la palabra, sino el engaño de la palabra.

Predicadores de la palabra amenazan con rebautizar como herejes a los diputados que no hicieren caso a la suya; es decir, si no cumplieran fielmente su doctrina, no en su palabra ni obras, sino en la Palabra de Dios. Oradores políticos, y dirigentes de asociaciones de cualquier clase, nos brindan su palabra como si fuere la única sagrada que hubiéremos de creer y aceptar. La palabra, sacada de contexto, mata el mensaje, y pudiere herir al propio mensajero. Bastare una interpretación distinta de la palabra para condenar al mensajero que la sacare de su contexto, cuando todos lo hicieren, o no cumplieren los mismos mandamientos que en su propia praxis política o social se impusieren.

No escandaliza la palabra, sino la descontextualización de la palabra, ya fuere en el discurso político o social. Hace unos días, el presidente valenciano pidió disculpas por si hubiere “herido la sensibilidad de alguien con sus palabras” en “el fragor del debate parlamentario” Había replicado Camps --cuya mayoría viene negando sistemáticamente la palabra en el Senado, templo de la palabra, a Leire Pajín-- que “a usted –refiriéndose al portavoz socialista, Ángel Luna-- “le gustaría coger una furgoneta, venir de madrugada a mi casa y por la mañana aparecer yo boca abajo en una cuneta.” Palabras de muerte en un “honorable” que predica la vida y se agarra como clavo ardiente a la reencarnación de su propia vida política. Su palabra, venida a menos, exigía después a los otros el mismo perdón otorgado por “los insultos e infamias” que, a su juicio, le han proferido durante los últimos meses.

En la precampaña electoral de las municipales y autonómicas de 2003, el PP sacó a colación, con aviesas intenciones contra su adversario político, un catálogo artístico editado por la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, en la que algunos cuadros del pintor José Antonio Montoya podrían herir la sensibilidad del espectador; pero la obra había sido publicada en 2003, y nadie hubiere dicho palabra hasta entonces. El contexto político la exigiere en ese momento; pero olvidaron que la Diputación de Salamanca, gobernada por los populares, también había expuesto la muestra a sus expensas. El candidato socialista a la alcaldía de Badajoz, el buenazo de Francisco Muñoz, fue considerado hereje y anatematizado, como la propia Junta y el pintor.

El puritanismo religioso que escandalizare a quienes no lo asumieren por causas más justas, tiene un largo recorrido histórico: el Juicio Final pintado por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, escandalizó a la Iglesia de su tiempo que, diez años después, encargó al pintor Daniele da Volterra, añadir taparrabos y pañales a todas las figuras. El discípulo del maestro, autor de tal pastiche, fue conocido desde entonces como “Il Braghettone”. Ocurrió esto en el siglo XVI de Nuestro Señor; pero, más recientemente, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha mandado cubrir con un velo el pecho de una figura femenina que reproducía un cuadro de Giambattista Tiépolo, de 1743, elegido por él mismo para decorar la sala en la que ofrece sus conferencias de prensa en el Palacio Chigi, y que caía tras el encuadre de su rostro en las cámaras de televisión…

No hubiéremos de ser artistas de la hermenéutica ni de la crítica textual para asumir la filosofía de Hans-Georg Gadamer: la teoría de la verdad y el método que expresare la universalización del fenómeno interpretativo desde una personal historicidad.

Ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio quienes, descontextualizando la palabra del discurso de los hechos que lo suscitaren, se erigen en jueces y tildan a una gran maestra y alcaldesa de Torreorgaz, la socialista Concha Polo, de hereje “por permitir” en su pueblo un maltrato animal con resultado de muerte, como si ella fuere culpable de los pecados de todos sus convecinos…, cuando la última palabra hubiere de decirla quien ya la tuviere: la Justicia.

Una no reciente publicación de la Junta de Extremadura, titulada “El placer está en tus manos”, para orientar a los jóvenes sobre su propio cuerpo y sexualidad, es ahora objeto de escándalo, de quienes se escandalizan por descontextualizar la palabra, pero no de sus propios pecados inconfesables: lo que padres ni educadores enseñaren y que todos hubimos de aprender por nosotros mismos, ha sido anatematizado, en una burda manipulación informativa y descontextualización de la palabra en el discurso político, al que ampliamente se han referido el Presidente Vara y la presidenta del Consejo de la Juventud de Extremadura, Laura Garrido, entre otros muchos.

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.” (Mt, 23-27). Está parábola de Jesús se sigue utilizando para tachar a alguien de hipócrita, fariseo, inconsecuente con sus ideas, alguien que predica agua y bebe vino…, “sepulcros blanqueados”, sinónimo de corrupción, donde la hubiere y por quienes la ejercieren en el contexto de su ejercicio político.

Bastare, por último, para descalificar a los descontextualizadores de la palabra la parábola de la mujer adúltera, que hubiere de ser lapidada según la ley de Moisés. “¿Tú qué dices?”, le preguntaron al Maestro. Esto se lo decían para probarle, para tener de qué acusarle; pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en la tierra con el dedo; pero como insistieron en preguntarle, se enderezó y les dijo: --“El de vosotros que esté sin pecado, sea el primero en arrojar la piedra contra ella.” Cuando lo oyeron, salían uno por uno, comenzando por los más viejos. Solo se quedaron Jesús y la mujer, que estaba en medio. Entonces, Jesús se enderezó y le preguntó: “-Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?” Y ella dijo: --“Ninguno, Señor.” Entonces, Jesús le dijo: --“Ni yo te condeno. Vete y desde ahora no peques más.” (Jn; 8, 3-11).
* Artículo publicado el 15 de noviembre de 2009 en Extremaduraaldia.com

viernes, 13 de noviembre de 2009

EN TORNO A UN GESTO POLÍTICO

Escribía en estas páginas* el día 2 un artículo sobre el vejamen que suponía para los ascendientes de Granadilla el Día de Todos los Santos en su villa perdida. Sus antiguos habitantes y descendientes van a orar por sus difuntos, a reencontrarse con quienes ya ni se conocieren. Desean la paz que anhelan dos días al año; pero una turbamulta convertía la zona de respeto del conjunto histórico-artístico en lo contrario. Ofendía esa fiesta en la zona de respeto y en un día de respeto. Apelaba al Real Decreto y sus anexos; a la tutela del Estado que fijare aquel. Granadilla se convertía ese día en templo de los mercaderes, no en templo de oración. Era una ofensa más que sumar a las que ya recibieren antes de su destierro.


Hay un político del Estado en esta provincia, el subdelegado del Gobierno, que habrá repasado el texto legal. No se precipitó: hubo conversaciones con el alcalde, a cuyo término municipal se adscribió la orilla este del embalse, Zarza de Granadilla; con los representantes de Parques Nacionales de la ahora llamada “Finca de Granadilla”; repasaría los textos legales y las competencias de quienes las hubieren.


Ha sabido escuchar y proceder con rectitud, con la rectitud de quien es un representante del Estado que hubiere de velar por los derechos de todos y por los bienes de ese Estado. Ha buscado el fiel de la balanza. No ha perdido el equilibrio, virtud del político, ni la fortaleza del Estado al que representa.

En viaje de inspección de obras del Estado, se ha acercado hasta Zarza. Se ha reunido con su alcalde, con el jefe de Área de Recursos Patrimoniales del Ministerio de Medio Ambiente, y con responsables de la Guardia Civil de la zona, a quienes escucha pero advierte: hay que hacer cumplir la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad en el entorno de esa villa, declarada conjunto histórico-artístico desde 1980.


Ha dado a conocer las mandas de esa ley: prohibición de la venta ambulante en cualquiera de sus formas, así como el establecimiento de servicios de comidas o bebidas, la prohibición de encender fuego y la utilización de megafonía…

Pronto llegarán los linces que antes se perseguían como alimañas y por cuya caza pagaba el ayuntamiento lo que hoy se trata de salvar. Como en Granadilla, gracias al hombre del Estado en la provincia: Fernando Solís, a quien nada de sus encomiendas le fueren ajenas en su predio, que es el de todos.

La fortaleza del Estado es tanto más grande cuanto más se haga cumplir la ley; la de un político, mantenerse en el equilibrio que, en el arte de la política, “consiste en ser entero o condescendiente, según los casos”, como recordara Azorín, en una actitud valiente, tan distinta a la de los gobernadores de “la gloriosa”, que no salían de sus despachos para no oír dicterios… y a quienes, encima, hubieren de levantárseles arcos de triunfo en las visitas a los pueblos como a los generales victoriosos que regresaren tras una batalla. Fernando es otra cosa distinta y distante.

* Artículo: "Mercaderes en el Templo de Granadilla", publicado en Cáceres24horas.com

martes, 10 de noviembre de 2009

LA CIUDAD SOÑADA


Mi ciudad adoptiva
De deseos cercanos
De anhelos hallados
De mi infancia cautiva.

Catedrales, iglesias y palacios
Esplendor de su pasado
En su recinto condensado
De agujas por topacios.

Plasencia soñadora, indolente,
Que fundes tus vientos y nieblas
En tus plazas y calles, esplendente.
Sueño emergente de tu quietud atrayente.

Ni tus murallas quebradas
Por las guerras y los vientos
Harán huir de tus balaustradas
Ni a los pájaros en tu acogimiento.

Tuya es la historia, tuyo el futuro,
Avenidas de tu cuerpo solidario,
Venas de plata entre el Jerte y los Arcos
Discurrir de tus caminos de santuario.

No oigas las voces del desierto.
Tus atractivos de ciudad entreabiertos
Tus surcos labrados de futuro
Entre ayes mil de claroscuros.

Suspiros ardientes
De ciudad soñada
De lento caminar
Y pasos quedos y firmes
Harán de ti la urbe amada
Bajo tu pátina de ciudad alada.

domingo, 8 de noviembre de 2009

OPORTUNISMO Y CONVICCIÓN


De un tiempo de convicciones hemos pasado a otro de oportunismos. En la abundancia reina la convicción; en la escasez, el oportunismo. Han convivido siempre juntos la convicción y el oportunismo; pero cuando las aguas bajan turbias, abundan los pescadores a río revuelto que trocan convicción por oportunismo.

De unas “ideas religiosas, éticas o políticas fuertemente adheridas”, hemos pasado a otra de ventajistas, que aprovechan las circunstancias para obtener el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta principios ni convicciones.

La confianza, la certeza, la certidumbre, la esperanza, la fe y la seguridad, han sido sustituidas por los arribistas, ventajistas y aprovechados. Del “no puedo obrar en contra de mis convicciones” al sintagma “es un hombre sin principios”. Abundan más hoy los oportunistas que los hombres de convicción. El oportunismo ha relegado a la convicción; la carencia de principios a la seguridad que siempre obrare en quienes hubieren certidumbre; la certeza de la convicción se transmuta por las circunstancias de tiempo y lugar. Los oportunistas no tienen en cuenta principios ni convicciones. Los convictos de ética o política miran siempre el bien común por encima del particular; los oportunistas aprovechan los cambios de ciclos para sacar tajada sin principios ni convicciones. El convicto reconoce sus yerros; el oportunista, intenta sacar tajada de los que les atribuyeren al adversario para olvidar los propios inconfesables. La convicción presupone la confesión pública, castigo y arrepentimiento de quienes obraren contra aquéllas que dicen profesar; los oportunistas no solo confiesan sus pecados, sino que miran para otro lado y se los endosan a quienes no los hubieren cometido; no asignan penitencia a los suyos, ni confiesan públicamente sus yerros, ni obraren jamás con el arrepentimiento que, debido a sus convicciones religiosas, éticas o políticas, se les supusiere.

“Cuando la política del oportunismo acaba por pisotear la política de las convicciones, al final el ridículo no tiene marcha atrás”, enfatizaba en el Congreso hace poco el diputado socialista Daniel Fernández, ante las propuestas de otros grupos, y del principal de la oposición, que pretendieren derogar una ley firmada por su propio líder cuando fuere ministro.

Sin principios ni convicciones, el oportunista no hallare barreras ni impedimentos, ni pactos que hubieren suscrito, para acorralar a quienes, obrando por el bien común y de los más débiles, no hubieren alternativas contra la ética y la esperanza políticas, sino de la de quienes abrazaren su propio “ego”, que no entiende ni de principios ni convicciones, porque los bolsillos de quienes predican la convicción como certeza, abrigan la certidumbre de sus arcas llenas. Poco les importa a los oportunistas la desgracia ajena porque, erigiéndose en presuntos defensores de ella, les surte de “argumentos” para avasallar al contrario, trocando en actores a quienes fueron víctimas de sus erráticas convicciones, y hoy son pecadores no arrepentidos ni confesos de sus propios pecados.

Qué hubieren de enseñar quienes traicionaron al pueblo por sus “convicciones”, que ni fueron éticas ni políticas; los oportunistas señoritos que vendieren su alma al diablo y condenaren al resto a un exilio infame, explotándoles, no pagándoles ni la Seguridad Social, mientras ellos se llenaban sus bolsillos a costa del sudor ajeno, y hasta sus cuotas, que le sustrajeren al erario público, olvidadizos de tamaña afrenta. Aspiran hoy los señoritos oportunistas a que los convictos y confesos del bien común por encima del particular, hagan en cuatro años lo que ellos destruyeren durante cuarenta, y cuyas semillas sembraron en dos legislaturas de poder; desean que se cumpla en la dehesa extremeña todo lo que ellos no cultivaren en sus propias parcelas: para los pobres, el secano; para los ricos, el regadío de sus millones amasados con el trabajo de los otros.

Un señorito, a quien tuve la desdicha de conocer y sufrir, hubiere por costumbre insultar a quien no comulgare con sus sagradas convicciones con el adjetivo “insolvente” (que no tiene con qué pagar), como si su insolvencia económica fuere sinónimo de la moral, de la que careciere el mismo que se la aplicare. “Sensu contrario”: en mayor abundancia la hubiere él que su agresor verbal y clasista.

Los oportunistas ven el discrimen en los otros y hacen blanco de sus invectivas a quienes buscaren remedios para el mal que ellos trajeren. “Ne quid nimis: huyamos de los extremos”, escribía Azorín al recordar las gestas del general lacedemonio Lisandro, signadas en las Vidas paralelas de Plutarco: “Lo que no se puede conseguir con la piel del león, debe alcanzarse con la de la vulpeja.”; pero la derecha no parece que fuere hábil, ligera, discreta, como aquella, sino más bien oportunista, ventajista, arribista… porque, perdedora de sus convicciones, solo le resta el arribismo para responder a un revés que una mayoría sufre, menos ella; sus pecados inconfesables perdonados por el cielo, sin absolución ni penitencia alguna; pero, en la vanidad de sus acusaciones, llegará su propio purgatorio…, un día quizá, si los ciudadanos fueren más vulpejas que leones, y advirtieren quiénes están junto a ellos y quiénes huyeren de la convicción de unos frente al oportunismo de los otros.

viernes, 6 de noviembre de 2009

LA ROSA ENCENDIDA

In memoriam Rita Vivas; en la memoria, Teresa y Nélida, rosas del amor.
No se marchitaría su flor en el sepulcro. Su vida toda fuere flor: de fragancia, color, luz y belleza; de fuerza, fortaleza y poder. Hombres y mujeres sin escrúpulos anhelaron marchitar su flor. Han torcido sus tallos; pero se ha elevado su luz. No hay fragancia en el porche; no se apaga su luz.

Su poder no es el de la flor: la luz de su pueblo es ella; la oculta luz que los hombres quisieren marchitar. Se ha rebelado esa flor a la muerte porque florecerá en su corazón. El corazón de ella fue y será la flor. No hubiere nombre de flor; mas fuere la rosa encendida en su alma y corazón.

Pura llama encendida de amor, la mujer fuere la flor inmarchitable del amor. Pasión de amor, locura de amor, que anulare los sentidos todos del común amor.

Da amor sin solicitarlo la rosa encendida; se entrega a todos por amor. No hubiere límites ni fronteras su amor: el amor a sus otros amores, los amores de su amor: el hijo, el padre..., una cadena de amores, turgente y frágil, que rompe el egoísmo del amor.

La rosa encendida es símbolo de amor, porque ella toda es rosal de amor inmarchitable; llama perenne encendida que alumbra la luz de su vida tras la muerte; fragorosa llama de amor solícita en toda una vida de amor...

¿Será amor, comprensión, cariño, lo que solo pidiere a cambio la mujer? Una caricia, un te quiero, o un adiós... ¡Ay del amor sobrevenido y fugazmente ido! ¡Ay de los amores que vuelan como hojas de otoño! ¡'Ay de aquellos que mataren al "amor de sus amores" por causa del mal amor...!

El maltrato, el acoso, ejecutan la dignidad y pureza del amor. Se puede morir de amor y por amor; jamás maltratar, o matar, por amor. "Yo, por mi hija, mato", dicen algunas mujeres, prevenidas ante el espanto de un ataque al amor de sus amores, al que dieren a luz, la rosa encendida de su amor. ¿Y no fuere un varón igualmente fruto de su amor?

No matare el hombre a quien profesare amor declarado; hiere y mata la concepción exclusiva y excluyente del amor. "O eres mía, o no serás de nadie." No hubiere el amor de la mujer los muros que deseare el hombre; los egoístas hombres que levantaren murallas y velos para evitar la fragancia esplendorosa de su amor.

El amor de la mujer no engaña por igual al del hombre. El amor de la mujer no se seca: resplandece. El amor del hombre ilumina y fortalece el de la mujer; el amor de la mujer engrandece al hombre. En la zozobra, los incontenibles rayos del hombre enturbian el amor de la mujer; pero no muere su amor, aunque fenezca su vida, como la rosa siempre encendida sobre la luminaria que da luz a su muerte, como la dio a su vida.

¿Quién mata el amor de la rosa encendida: el hombre, la mujer? Perdona la mujer, aun a costa de su vida; enloquece el hombre, aun a riesgo de perder su amor. "Las trece rosas" del 5 de agosto de 1939 son un símbolo de la demencia del hombre; la rosa encendida será siempre un símbolo del amor que sobrevivirá a la muerte.

"La muerte no es el final"... En las ceremonias militares, nuestros soldados cantan a los caídos por la Patria:

"Cuando la pena nos alcanza,
Por un hermano perdido.
Cuando el adiós dolorido,
Busca en la fe su esperanza.
En Tu palabra confiamos
Con la certeza que Tú:
Ya le has devuelto a la vida,
Ya le has llevado a la luz."

En la vida, y tras la muerte, trasciende el amor de la mujer; el hombre lo trunca en vida, aunque a veces cambien los papeles. La excepción no puede convertirse en regla, ni ésta en la excepción. La rosa encendida, como la llama viva, recuerda a los muertos y avisa a los vivos: no se marchita la flor; muere el amor cuando no se cuida la rosa encendida, símbolo del amor. No solo el otoño marchita la flor; llegará otra primavera viva que, como el Otoño Mágico del Ambroz, regará de flores los campos inmarchitables de la rosa encendida, la rosa del amor, prendida en los árboles y rosales del amor, que purifica las almas y corazones en los que habitare el amor.

domingo, 1 de noviembre de 2009

MERCADERES EN EL TEMPLO DE GRANADILLA

Granadilla es un templo en su iglesia, en sus murallas y castillo. Es monumento histórico-artístico nacional desde 1980. Fija el Real Decreto 2428/1980, de 26 de septiembre, la zona histórica-artística, que comprende todo el conjunto intramuros, incluyendo el castillo y la muralla, y una zona de respeto, incluyendo todo el perímetro poligonal exterior a la muralla y a una distancia constante de ochocientos metros de ella. La tutela y defensa de este conjunto, que queda bajo la tutela del Estado, será ejercida a través de la Dirección General del Patrimonio Artístico, Archivos y Museos por el Ministerio de Cultura (Véanse el artículo 2º y anexos del citado Real Decreto, en el BOE núm,. 270, de 10 de noviembre de 1980, págs. 25306-25307).

No parece que esa “tutela y defensa” fuere ejercida por organismo competente alguno. Desde hace varios años, extramuros de la población, una muchedumbre invade, a menos de ochocientos metros, esa zona de respeto prevista en el Real Decreto: son los mercaderes que acuden, como los buitres, a la llamada de una fiesta también de respeto: barras de bar, casetas con música por todo lo alto, chiringuitos de feria, mercaderes de ocasión para “hacer su agosto” a rebufo de la llamada que supone el 1 de noviembre para los descendientes de Granadilla, que acuden con sus hijos nacidos en el exilio, a honrar a sus muertos. Cientos de vehículos perturban una paz que, en sus primeros años, se traducía en el tradicional oficio religioso y la visita al cementerio. No fueren bastante dos patrullas de la Guardia Civil para poner paz y orden en el orden violado de la zona de respeto, y en el respeto obligado a quienes, hijos de Granadilla, cumplían con sus ritos, y este otro a cuál más importante: el reencuentro en la plaza, las presentaciones de descendientes desconocidos, el recuerdo de su infancia y madurez, el destierro anunciado...

No acuden ya muchos, por impedimentos físicos o por edad, sino porque ven allanado su templo y convertido su pueblo en una feria de mercaderes, que prostituye una de las dos visitas anuales a la villa perdida.

Hubiere de recordar, según el Evangelio, la expulsión de los vendedores del Templo (Mt: 21: 12, 13, 17; Lc 19: 45-48; Jn 2: 14-16): “Llegan a Jerusalén; y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo. Y les enseñaba, diciéndoles: ¿No está escrito: Mi casa será llamada Casa de Oración para todas las gentes? ¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos! Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle: porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad”.

Los mercaderes del templo de Granadilla campan a las afueras, a menos de ochocientos metros. Entran en su templo no para orar; visitan el cementerio donde no hubieren deudos; trepan castillo y murallas y quisieren entrar también en las casas cerradas, que nunca fueren suyas. Los estudiantes, cuando los hubiere el 1 de noviembre, salen de excusión para no ser testigos del espectáculo, y proseguir el día 2, fiesta religiosa de difuntos, en la paz que hallaren en la villa perdida.

Mañana comienza un nuevo turno para alumnos de Salamanca. Los mercaderes han salido todos al atardecer; pero han roto la paz del templo, “porque el atrio exterior se haya convertido en un mercado” (Mt: 21, 13).

No puede prohibirse a nadie la entrada a un monumento histórico-artístico para visitarlo, excepto a las horas convenidas; pero el 1 de noviembre, por sus santos y señas de identidad para los hijos de Granadilla, menos aún. Porque si el Maestro expulsó a los mercaderes del templo fue por celo hacia las cosas de su Padre: “No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado.” Y en eso, además de la oración en el templo, han convertido Granadilla el 1 de noviembre los mercaderes del Templo.

sábado, 31 de octubre de 2009

GRANADILLA, LA VILLA DE LAS TRES CULTURAS DESTERRADAS

A sangre y fuego, por decretos de la Corona o de la dictadura, las tres culturas que habitaren la villa de Granadilla (Cáceres) fueron desterrados de la fortaleza que fundaren, vivieren y en la que hubieren descendencia bastante para subsistir desde el siglo IX hasta mediados del siglo XX.

Fundan los árabes Granadilla en el siglo IX. En 1160, Fernando II de León la reconquista. La Corona hace merced de Granadilla a Rodrigo Pérez de Villalobos, que fija con el obispo Arnaldo los términos juridisccionales entre los concejos de Palomero y la villa.

En 1489, el Duque de Alba Fadrique Álvarez de Toledo impone una serie de medidas especiales contra los grupos minoritarios judío y árabe: cómo llevar distintivos en su ropa; legisla su apartamiento en juderías y morerías, veta la venta de alimentos a los cristianos, prohíbe trabajar en los días de festividades cristianas, tener juegos… En 1490 hay una aljama, o institución jurídica y administrativa judía, en Granadilla, con una judería apartada desde enero de 1489, que rige la vida de los asentamientos judíos de Abadía y Aldeanueva del Camino. En 1492, los Reyes Católicos hacen público el Decreto de expulsión y conversión de los judíos. El 19 de diciembre del mismo año, publican una Carta de Amparo que permite el retorno judío, previa conversión al cristianismo, y la devolución de los bienes y deudas depositados en terceras personas. En mayo de 1493, los alcaldes de la villa y tierras de Granadilla reciben un mandamiento de los Reyes Católicos por el que se ordena congelar el pago de las deudas a los judíos exiliados del señorío, entretanto la Corona resuelve de quién es la propiedad. El 4 de abril de 1609 se produce el decreto de expulsión de los moriscos. A lo largo del año siguiente, recibirán la orden de expulsión los moriscos de Extremadura, Aragón, Castilla y Andalucía, con Felipe III.

El señorío de Granadilla ha pasado por las manos de maestres de la Orden de Santiago, infantas e infantes, señores de origen judío… En 1444, Juan II expropia al Conde de Alba los señoríos de Granadilla, Montemayor y Miranda del Castañar. En 1446 pasa a la Casa de Alba hasta 1830.

Los cristianos construyen su templo dedicado a la Asunción entre 1515 y 1520. En 1521 celebran culto en él por primera vez. En 1837, la Diputación Provincial de Cáceres, recién constituida, ordena la disolución de la Junta de Sesmeros de la Villa y Tierra de Granadilla. En 1837 se disuelve su señorío. El 15 de enero de 1932, el ayuntamiento de Coria invita al de Granadilla para estudiar el proyecto de embalsamiento del río Alagón. En 1939, ya con el Generalísimo Franco en el poder, se inician los expedientes expropiatorios del término de la villa, tanto de fincas rústicas como urbanas, tramitado por el procedimiento de urgencia. En 1950, por Real Decreto, se declara la urgente construcción del pantano de Gabriel y Galán. En 1955, el Consejo de Ministros acuerda el terreno inundable. En 1957 se inician las obras de construcción del embalse, que concluyen en 1962. El 6 de mayo de 1965, culmina el proceso de disolución del municipio por Real Decreto 1.347/1965. El 31 de julio de 1965 se firma la última acta del libro de sesiones.

Árabes, judíos, moriscos y cristianos…, todos fuera, por la fuerza de las armas los primeros, por su fe los segundos, por el desarrollismo franquista los últimos.

Vísperas del Día de Difuntos, la villa perdida recibe mañana a sus últimos habitantes y descendientes nacidos en el exilio. Solo rezos y lágrimas por quienes allí duermen para siempre.

Ya los árabes cantaron la humillación vergonzosa de los pueblos desterrados. En 1248, el poeta Ar-Rundi escribe tras la caída de Sevilla a manos de Fernando III:

“¿Oh, quién reparará la humillación de un pueblo que una vez fue poderoso, un pueblo al que ha cambiado la situación de injusticia y los tiranos?/ ¡Ayer eran reyes en sus propios hogares, pero hoy son esclavos en la tierra de los infieles!/ Los verás desconcertados, sin nadie que los guíe, portando el paño de la vergüenza en todas sus formas,/ y contemplarás su llanto cuando son vendidos, el miedo en su corazón y el dolor que los embarga.”

Como los árabes, sus fundadores, los judíos y los moriscos, los cristianos de Granadilla hubieron de asumir la vergüenza de un destierro obligado, impregnado en su esencia por un autoritarismo salvaje. “¡Váyanse ya; llévense hasta las sillas”, les decían a nuestros padres…

Cantaren los cristianos su aflicción en su “Salve Regina”: “Salve, Regina, mater misericordiae: vita, dulcedo, et spes nostra, salve. Al te clamamus exsules filii Hevae. Ad te suspiramus, gementes et flentes in hac lacrimarum valle…” (Salve, Reina, madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas…)

Dios había advertido a Moisés que los israelitas no podían reclamar derechos de propiedad sobre la Tierra Prometida: todos ellos eran simples inquilinos, huéspedes temporales en una tierra que debemos compartir de la mejor manera posible: “La tierra no puede venderse a perpetuidad, pues Mía es la tierra, ya que vosotros sois para mí como extranjeros o peregrinos.” (Levítico, 25:23). Asimismo, según el Corán, ningún pueblo puede reclamar el monopolio de la verdad revelada, pues cada pueblo ha sido bendecido con profetas y mensajeros. La historia continúa…

La tierra prometida para los cristianos de Granadilla era Alagón, del Caudillo antes; Alagón a secas después; hoy Alagón del Río, municipio independiente; pero hubieren de pagar, para tomar posesión de su casa y parcela, el 80 por ciento del coste total impuesto por el Instituto Nacional de Colonización; las expropiaciones sin satisfacer, los bolsillos vacíos… Se produjo una segunda inmigración, esta voluntaria, hacia otros territorios de España.

No resistió Granadilla tantos asaltos a su fortaleza. Árabes, judíos y cristianos dejaron allí sus vidas y haciendas, sin lágrimas para el exilio forzoso.

En 1989, Pedro Almodóvar rueda, en una villa ya destruida, las últimas escenas de su película “Átame”. Ha invitado el protagonista, Ricki, (Antonio Banderas) a su seducida Marina (Victoria Abril) a visitar su pueblo: “Mira --le dice--: está aquí, entre Plasencia y Hervás.” Ya Ricki en lo alto del castillo, ve llegar un vehículo por el camino polvoriento. Llegan Marina y Lola, su hermana (Loles León). De regreso, entona ésta la canción del Dúo Dinámico: “Resistiré”:

Cuando pierda todas las partidas
Cuando duerma con la soledad
Cuando se me cierren las salidas
Y la noche no me deje en paz.

Cuando sienta miedo del silencio
Cuando cueste mantenerme en pie
Cuando se rebelen los recuerdos
Y me pongan contra la pared.

Resistiré, erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte

Soy como el junco que se dobla
Pero siempre sigue en pie
Resistiré para seguir viviendo
Soportaré los golpes y jamás me rendiré

Y aunque los sueños se me rompan en pedazos

Resistiré, resistiré
…”

Granadilla resistió el último asalto a su fortaleza: en 1979 se rehabilitó el castillo; en 1980 fue declarada monumento histórico-artístico; en 1984 se iniciaron las obras de recuperación gracias al Programa Interministerial de Pueblos Abandonados. Mañana, los cristianos de Granadilla tornan a ella para honrar a sus muertos, “gementes et flentes, in hac lacrimarum valle”...

domingo, 25 de octubre de 2009

ELOGIO DE LA POLÍTICA

Los sucesos de presunta corrupción política, dados a conocer este fin de semana en Plasenzuela y Torremocha (Cáceres), tienden a acentuar en el ciudadano la idea de que vivimos en un mundo corrupto y que, por ello, todos los políticos lo fueren. Además de una generalización sin entidad “per se”, constituye un peligro para el sistema democrático, pues tiende a dinamitar las bases mismas del Estado de Derecho: la convivencia en paz basada en la justicia, en la que hemos de creer; la presunción de inocencia, que se les supone, y la identificación del político como una concepción fatalista de la política y el ejercicio del poder, ilustrada en la historia por Carl Schmitt y Maurice Duverger, como “el juego o dialéctica amigo-enemigo que tiene en la guerra su máxima expresión”, o “la lucha o combate de individuos y grupos para conquistar el poder que los vencedores utilizarían en su provecho”.

Ya los partidos políticos se posicionaron ayer ante los hechos: mientras el secretario provincial del PSOE de Cáceres, Juan Ramón Ferreira, recordaba que el alcalde de Plasenzuela había sido apartado de su cargo por el partido un año después de las elecciones (en 2008), “cuando se advirtieron las primeras sospechas de irregularidad”, y que el partido había sido el primero en ponerlo en manos del fiscal, el PP anunciaba que abría una investigación interna para conocer el alcance de las presuntas irregularidades de su alcalde en Torremocha. El primero se enteró a tiempo y actuó en consecuencia; los otros conocen las “presuntas irregularidades” por los medios de comunicación “a posteriori”… El primero mira por los ciudadanos; al segundo solo le interesa el poder por el poder mismo.

Ya advertía Ferreira ayer que “no puede ponerse en duda la honorabilidad de miles de cargos públicos que trabajan por el bienestar de sus ciudadanos” y que “seguirá actuando con la misma diligencia ante cualquier sospecha de irregularidad”, porque “una oveja negra no hace todo el rebaño”.

Los alcaldes y concejales de nuestros municipios llevan a cabo una labor la más de las veces incomprendida, no valorada lo suficientemente por los ciudadanos, en cuyo beneficio gobiernan, dejándose la piel en el empeño a favor de la concepción moral de la política, definida como una de las actividades más nobles del ser humano, que implica una labor de servicio a los demás, viendo a estos como la generalidad o pueblo.

La política (del griego “politikós”, ciudadano o civil) es la actividad humana que tiende a gobernar y dirigir la acción del Estado en beneficio de la ciudad, el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de un grupo.

Ya el vocablo “política” fue utilizado en Atenas a partir del siglo V a. d. C., en especial gracias a la obra de Aristóteles del mismo título, que definía al ser humano “como un animal político por excelencia”.

Habría que recordar la historia de Pericles, “strategós autokrator”, el estratega supremo, el comandante en jefe de la polis griega, la ciudad-estado de Atenas, durante el siglo V a. d. C., que fue elegido durante casi treinta años, anualmente, por el pueblo y cuya carrera política se vio enturbiada en los últimos años de su vida por una presunta desviación de fondos públicos en los planes de construcción de la acrópolis. Pericles no pudo justificar un gasto de diez talentos… Nada nuevo bajo el sol, y ya ha llovido…

Sin embargo, los ciudadanos no pueden ni deben perder su fe en la política ni en los políticos, muy a pesar de la frase de Lord Acton: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.” Al contrario, habrían de asumir la teoría expresada en su día por el profesor Tierno Galván: “Los bolsillos de los gobernantes han de ser de cristal.”

En el caso de Extremadura, recuerdo la respuesta que me diera a mi pregunta durante una entrevista periodística el escritor y académico regional, fallecido al año siguiente, Pedro de Lorenzo, sobre la teoría del político: saber llegar, saber permanecer y retirarse a tiempo: “Me apasionó mucho la política. No hay que tener el desprecio que se suele tener ya: ése es un político, ¡Hombre, claro!, ¿le parece poco? Lo que ocurre es que es algo muy difícil, que le lleva a uno la vida toda en su trabajo, incluso su propia existencia, la responsabilidad política. De manera que sí me parece una figura apasionante el político. Y como es una situación de muchísimos matices, en la política caben, en actuaciones todas, lo bueno y lo malo.” (Véase El Periódico Extremadura de 16 de mayo de 1999, págs. 10-11).

Recordaba el gran historiador inglés de las civilizaciones, Arnold J. Toynbee, que “el mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por quienes sí se interesan” o, más edulcoradamente, en frase de Paul Keley, “es el arte de evitar que la gente se preocupe de lo que le atañe”; pero no en las palabras de quienes avisaban sobre el peligro de las dictaduras, como Cicerón: “Ninguno debe obedecer a quienes no tienen derecho a mandar” porque, de lo contrario, hubiéramos de preguntarnos, como él, en el Senado romano: “Quosque tamdem, Catilina, abutere patientia nostra.” (¿Hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia, Catilina?)

Las sociedades deben tener una estructura según el apetito, espíritu y razón del alma; pero, recordaba Platón, al explicar esta estructura tripartita de clases, que “la razón y la sabiduría son las que deben gobernar, porque si las diferentes naturalezas buscan solo uno de estos poderes exclusivamente, los ciudadanos no tendrán paz, ni tampoco la raza humana en general”.

El bipartidismo actual con el que la sociedad española ha optado para el gobierno de los asuntos públicos se ha revelado, como en el caso que nos ocupa, suficientemente a lo largo de nuestra reciente historia. No está demás recordar, por último, las palabras del que fuera presidente socialista de la República francesa, François Miterrand. “Los franceses hacen huelga los lunes porque sube el pan; los martes se manifiestan porque ganan poco; los miércoles protestan por la falta de libertades… y el domingo votan a la derecha…”.

El político, ya fuere alcalde, concejal o diputado, nos recuerda cada día la noble expresión y traducción de la política como servicio a los ciudadanos y sus pueblos. Éstos, en cambio, solo se acuerdan de ellos cuando truena, como de santa Bárbara, como si en la mínima expresión de la estructura social, ya fuere la familia, la comunidad de vecinos, el pueblo o la ciudad, no hubiere oveja negra alguna que oscureciere el limpio cielo de nuestra paz, creada por todos a base de tantos sacrificios y mártires… La política sí es el arte de lo posible y los políticos, sus hacedores, valedores del poder delegado que ostentan, porque se lo dimos como sujetos de la soberanía nacional, según la Constitución, en beneficio de la comunidad toda, no de unos pocos.

lunes, 19 de octubre de 2009

“RELOJ, NO MARQUES LAS HORAS…”

Cuando el 20 de septiembre pasado, la selección española de baloncesto se proclamó campeona de Europa en Polonia, nadie podía entender la despedida del periodista Andrés Montes, de “La Sexta”, donde, desde 2006, había logrado imponer un sello distintivo particular a sus retransmisiones, ya fueren de fútbol o de baloncesto.

No hubo explicación alguna, si acaso una de sus frases archiconocidas: “La vida puede ser maravillosa.” En aquel momento, como en otros muchos, la vida lo fue para quienes, espectadores de un triunfo deportivo de la selección de baloncesto, alimentaban su autoestima en la esperanza de que “tiempos mejores vendrán” a pesar de las dificultades.

Andrés Montes, periodista y locutor deportivo desde 1980, forjó en sus retransmisiones un estilo distinto de la crónica y distante frente a los locutores de la vieja escuela, que a nadie dejaba indiferente, que a muchos hacían sonreír, en otros suscitare la crítica, pero que a nadie dejaba indiferentes.

Acostumbrados, como estuvimos durante una larga época a la sabiduría del maestro Matías Prats padre, en partidos abúlicos o en corridas de toros plúmbeas, que convertía en espectáculos distintos a los que veíamos, hasta agradables al oído; a la intelectualidad solemne de Juan Antonio Fernández Abajo en el gran Mundial de Méjico 70, Montes rompió moldes con sus motes para nombrar a los jugadores; con sus frases, no por estereotipadas, para narrar las secuencias del juego; con su invocación, no al Espíritu Santo, sino al propio espectador para provocar su atención: “el fútbol, pasión de multitudes”, “porque la vida puede ser maravillosa”, “Tiki-taka, tiki, taka”, para referirse esta última al toque de balón de la selección de fútbol, que ganara la Eurocopa del pasado año en Austria frente a Alemania.

Hay otra frase a la que apelaba, que delataba su origen cubano por parte de madre: el título de la canción “Reloj, no pares las horas…”, compuesta por Roberto Cantoral y cantada, entre otras decenas de artistas, por Lucho Gatica, Plácido Domingo, Joan Báez, Dalida o Luis Miguel… No quiso Montes despedirse con ella, sino que memoró este título; porque la vida, sí, “puede ser maravillosa”; pero la muerte le llegó menos de un mes más tarde, a una temprana edad, y no quiso remarcar la hora en una tilde que todos tenemos marcada.

“¡Reloj, no marques las horas,
Porque voy a enloquecer,
Ella se irá para siempre
Cuando amanezca otra vez.

No más nos queda esta noche
Para vivir nuestro amor
Y tu tic-tac me recuerda
Mi irremediable dolor.

Reloj, detén tu camino
Porque mi vida se apaga.
Ella es la estrella
Que alumbra mi ser.

Yo sin su amor no soy nada.
Detén el tiempo en tus manos
Haz esta noche perpetua
Para que nunca se vaya de mí,
Para que nunca amanezca.”

La versión de Armando Manzanedo, con letra añadida de Ángel Shalom, hubiere predicho una muerte anunciada; pero Vicente Montes, en la alegría que nos transmitía, no quiso, porque no lo sabía ni deseaba, transmitirnos la desesperanza de la muerte, sino la fe en la vida, que es y “puede ser maravillosa”.

“Salinas, ¿dónde están las llaves?, “ET (Pau Gasol), “Míster Catering” (José Manuel Calderón), “Espartaco” (Felipe Reyes), inducían a sus compañeros comentaristas, en cuyo conocimiento del juego se apoyaba (Salinas, Francisco Narváez “Kilo”, Epi o Iturriaga), a seguir comentando los avatares del juego, como si nada pasare, menos las horas.

“Reloj, no pares las horas”, el mismo título que Antonio Burgos diera a una semblanza histórica del último medio siglo, se ha parado para siempre, sin que el tiempo pudiera detenerse en su voz, las del colega bajito, de piel morena, gafas redondas y pajarita, que en Tokio, Viena o Katowice, no pudo nunca decir:

“Reloj, detén tu camino
Porque mi vida se apaga.”

Muy al contrario, la vida, como la autoestima que nos ofrece el deporte en la victoria o la humildad en la derrota, como espectadores o practicantes, pueden ser, además de una pasión de multitudes, el péndulo en el reloj de nuestra vida, la estrella que alumbre parte de nuestro ser

domingo, 18 de octubre de 2009

PACIENTE Y CLIENTE

A Ceciliano Franco, director del SES

Contaba el maestro Lázaro Carreter, conocedor del castellano como pocos, una anécdota propia de cualquier conductor de automóvil. En cierta ocasión, le detuvo la Guardia Civil de Tráfico; le pidieron el carné de conducir. Buscó el maestro entre los papeles del vehículo, en los bolsillos de su chaqueta, y no lo hallare. Quizá se lo habría dejado en alguna otra chaqueta en su casa. Un guardia le dijo entonces:

-Pues tengo que multarle…

-Pues múlteme usted-, le respondió.

Tras extenderle la denuncia, y leerla, Lázaro Carreter puso el grito en el cielo al ver el motivo: “por no tener carné”. Se asustó el guardia al ver su compungido rostro.

-No puede usted multarme por esto, porque tendría que demostrar que no estoy en posesión legal del carné, y el caso es que lo estoy, pero lo habré olvidado en casa. Usted puede multarme por no mostrárselo o por no llevarlo conmigo…

Le explicó el profesor la diferencia del vocablo en el contexto concreto; se presentó oficialmente a la pareja; le dio cumplidas explicaciones de castellano…

-Pues siempre lo ponemos así-, le replicó el agente.

-Muy mal puesto…

-Bien, bien: se lo diré a mi teniente…

-Pues dígaselo usted a su teniente…

-Está bien. Prosiga su camino…-, y le perdonó la multa, al verse pillado él mismo en una incorreción lingüística y legal que, sabiamente recurrida y demostrada, no tendría visos de prosperar por la inadecuada utilización del verbo, independientemente de lo que diga el Código de Circulación, que reza lo mismo que el conductor le advirtiere.

Recurro a la anécdota para referirme a otro equívoco, no menor por ‘provocativo’ en la utilización de dos vocablos distintos y distantes, con significación propia cada uno, pero que en ocasiones se mezclan y confunden, y que ahora es ‘pasto de las llamas’ porque acrecienta el gasto farmacéutico extremeño a niveles insostenibles por parte de los malos pacientes.

Un paciente es, según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), “la persona que padece física y corporalmente, y especialmente, que se halla bajo la atención médica” o aquella “que es o va a ser reconocida médicamente”, mientras que el cliente es “la persona que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o empresa”.

En el Centro de Salud, en el hospital o en consulta privada, somos pacientes; y clientes, en el comercio, en la cafetería o en el supermercado…

En cierta ocasión, me hallaba como paciente bajo los cuidados de un podólogo, y se refiere a mi persona como ´cliente´. Le reconvine:

-No, no, No soy cliente suyo, sino paciente, porque estoy con un especialista, en un acto médico que usted ejerce, y padezco el mal que pretendo que usted me cure… Comprendió “ipso facto” tras mi explicación.

Voy a una farmacia a por una receta y el mozo de botica me llama ´paciente´. Le hago ver que estoy allí porque soy paciente, pero que en ese lugar soy cliente, porque es un negocio público en el que te dispensan lo que el médico te ha prescrito para recuperar la salud. Otra cosa es que me pida la receta o la tarjeta sanitaria del paciente, a la que está obligado, como el guardia al solicitar el carné de conducir.

Ahora resulta que los pacientes no tienen paciencia, no para curarse sus males, sino para rellenar su botica particular. La receta electrónica, en vigor en Extremadura desde marzo, ha disparado las alarmas ante el elevado consumo farmacéutico al que ha de hacer frente el Servicio Extremeño de Salud (SES), que ha subido un 8,12 por ciento en el primer semestre de este año con respecto al anterior. Y todo esto, por qué, cuando ha sido un magnífico invento, que libera a los médicos de Atención Primaria de una sobrecarga de trabajo administrativo en la dispensación de recetas, y que les permite atender más y mejor a quienes acuden a ellos por alguna dolencia.

No hace falta que la enfermera pregunte por los que vienen a por recetas, como antes. La receta electrónica permite al paciente no acudir a su médico con tanta asiduidad, y a ellos, la ventaja de acudir a su farmacia a por los medicamentos que necesiten, pero no para llenar el almacén de su botica particular, sino solamente para los que fueren necesitando.

La receta electrónica se ha extendido en Extremadura para un 60 por ciento de las prescripciones médicas; pero los pacientes impacientes envían a la botica mayor a sus mozos o mozas para que se las rellenen, porque la tienen en casa y no necesitaren ir al médico y esperar largo tiempo.

¿No hay guardia que pueda poner coto a estos desmanes impacientes? La receta electrónica prevé en su prescripción una fecha de caducidad que, si obra en el ordenador de las farmacias, es fácil deducir, por la fecha, que aún conserva el paciente medicina bastante hasta el día señalado como para que el boticario le expenda otra en su calidad de cliente, porque, como paciente, ya la hubiere.

En otra ocasión, le solicito a una camarera que apague la música disco porque estamos viendo un partido de fútbol por la tele. Se niega porque tiene “órdenes del amo” de tenerla siempre puesta. Pero, ¿quién manda aquí: el amo o el cliente?”, le pregunto. “El amo”, me contesta”. “Muy bien, pues quédense usted y el amo con su propiedad porque me voy a otro sitio más tranquilo y menos ruidoso…”
La impaciencia nos convierte en malos pacientes; y la falta de profesionalidad, no precisamente la médica, hace perder clientes a quienes, con asiduidad, utilizábamos los servicios de un profesional o una empresa. La crisis es otro cantar, porque el paciente ha de tener paciencia y los profesionales, atender a sus clientes como los doctores a sus pacientes, nunca al revés.

No confunde la lengua, sino su sabia utilización, como la receta electrónica o el porqué de una infracción al Código de Circulación. No “tener el carné”, como escribiera el guardia en su denuncia, no implica no poseerlo, sino no llevarlo consigo y mostrárselo al guardia que te lo solicita; no tener medicamentos, no quiere decir que se hayan acabado, sino que el paciente es un “divino impaciente” y acaparador de un bien particular, pero que pagan los servicios públicos de Sanidad.

jueves, 8 de octubre de 2009

PRIMA SUPRA PARES

Semeja la alcaldesa de Moraleja, doña Concepción González, en su discurso político, a los abogados de Il Cabaliere, para quienes “su primer ministro está por encima de los demás parlamentarios, ministros y conciudadanos, ya que cumple una delicada responsabilidad ejecutiva”. Berlusconi no es, para sus abogados, que le defienden ante el Constitucional italiano, sobre su propia inmunidad, un primus inter pares, sino un primus supra pares, ya que, según la nueva electoral italiana, el elector solamente vota por el líder de la lista y “es el único que recibe su legitimidad de la voluntad popular”. (Véase “El País del 7-10-2009, pág. 2).

¡Qué lejos nos queda esto a los españoles que, como doña Concha, olvidan el artículo 9.1 de la Constitución Española: “Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico.”

La alcaldesa de Moraleja asume, como los abogados berlusconianos, que en su pueblo no es solamente una prima inter pares, sino una prima supra pares. Prima inter pares (en la antigüedad primus inter pares), el primero entre iguales, hacía referencia a la figura del emperador que, en las primeras fases del Imperio, buscaba aplacar a quienes deseaban un retorno a la República. En nuestro país, la frase latina hacía referencia al estatus de un caudillo o rey en relación a un estrato inferior de vasallos, que mantenían fuertes cuotas de poder, especialmente militar. En la antigua Grecia, en las tribus germánicas, en el feudalismo de la Alta Edad Media, en la monarquía visigoda, halló el primus inter pares su aposento. Después, la acepción se utilizó para señalar a una persona como el mayor o más importante dentro de un grupo, mirada con autoridad o importancia especial por sus pares, el líder extraoficial de un grupo. ¿Se considera doña Concha una prima inter pares entre los suyos? El alcalde o alcaldesa no puede considerarse el primer edil porque, en su calidad de tal, es igual, al resto de los elegidos: es simplemente el alcalde o alcaldesa, pero nunca una prima supra pares, porque su autoridad deviene de la Constitución y de las leyes, a la que todos los ciudadanos están sujetos, por mucho que algunos medios la señalen como “la prima edil” porque, en todo caso, no es una prima inter pares, y menos aún, una prima supra pares.

De aquel viejo sintagma latino subyacen, todavía hoy, como pretenden los abogados del primer ministro italiano, la vieja concepción romana y medievalista del primus inter pares: el primer ministro en algunas naciones de la Mancomunidad Británica, el presidente de la Comisión Europea, el Chief Justice de los Estados Unidos, el decano del Colegio Cardenalicio, el Patriarca Ecuménico de la Iglesia Ortodoxa, el arzobispo de Canterbury o el primus inter pares de la Confederación Helvética, uno de los siete ministros cuyo cargo rota cada año; pero no: la alcaldesa de Moraleja asume ser una prima supra pares (la primera sobre iguales) por encima de la ley y del bien y del mal.

Los cardenales de la Santa Iglesia Romana son considerados príncipes de la Iglesia, porque todos los menores de 75 años que participan en el Cónclave, son electores y elegibles; es decir, pueden ser papas y, por tanto, sucesores del trono de San Pedro. La alcaldesa de Moraleja no se considera un princeps ecclesiae, porque es mujer. Y no puede participar en el Cónclave; pero sí una regina ecclesiae, una reina de su iglesia particular.

Cuando, en cumplimiento de una resolución judicial, entrega a la oposición las cuentas de 2007, lo hace en papel: 6.000 folios malgastados, y acusa al PSOE de dejar abandonada la documentación como señal de que no le interesaba, sino solo manchar la gestión de su equipo; le acusa de mezclar la sentencia con otros asuntos; de mentir, de obstrucción a su santa causa, y se declara a sí misma libre de culpa, confesa y con la penitencia cumplida, como si la hubiere hecho ante un princeps ecclesiae.

Olvida la señora alcaldesa de Moraleja las resoluciones de 28 de julio de 2006, de la Intervención General del Estado, por la que se recomienda un formato normalizado de la cuenta general de las entidades locales en soporte informático que facilite su rendición (BOE núm. 189, de 9 de agosto de 2006) o la Resolución de 30 de marzo de 2007, de la Presidencia del Tribunal de Cuentas, por la que se hace público el Acuerdo de Pleno, de 29 de marzo de 2007, que aprueba la instrucción que regula el formato de la Cuenta General de las entidades locales en soporte informático y procedimiento telemático para la rendición de cuentas, vigente a partir de julio de este año.

Doña Concha revuelve las acusaciones de la oposición sin contestar a la mayor y se marcha a la calle con la menor; pero no despeja la incógnita de sus acusaciones, porque, quién la obstruye, si no deja hablar; si echa a los concejales del pleno a las mínimas de cambio; si le entrega 6.000 folios que habrían de llevarse en carretillas, como antes se hacía con los Presupuestos del Estado cuando entraban en el Congreso… La prima supra pares debería confesarse ante un princeps ecclesiae y no olvidar nunca que “dos no riñen si uno no quiere”, o la frase, también latina: “Terrena pax imago et fructus est pacis Christi qui est princeps pacis.” (La paz terrena es la imagen y el fruto de la paz de Cristo, que es el príncipe de la paz); pero sigue empeñada en azuzar la guerra y no en aliñar la paz, que tanto desearen los habitantes de su regina ecclesiae, para mayor honra y prez de su pueblo.


sábado, 3 de octubre de 2009

ODA A LA TORTA DEL CASAR

A Ricardo Regalado, presidente de la D. O.
Blanda pasta de leche cruda
Que a las papilas gustativas
Ofrece el dulce fruto de las lanudas
Tras su cortezas semiduras admirativas.

De merinas y entrefinas fue su tronco
Blanda pasta untable, corteza semidura
Que en su ligero sabor amargo entronco
Entre el ocre y amarillo de su textura.

Olor intenso, sabor desarrollado en la llanura
Untuoso manjar que los cielos casi apuran
Cuajo vegetal madurado en el cardo
En cuatro semanas enteras de resguardo.

De los prados y de las ovejas de sus campos
Surgiste como referente agasajosa
Del palpitar de tus ovejas en sus escampos
Cremosa pasta blanda por apetitosa.

Veinte ovejas ordeñadas para un kilo
En cajitas redondas de madera o esparto.
Roja etiqueta en tipografía de oro
Bandera del Casar en su peristilo.

Endivias, tallarines, arroz a la milanesa,
Huevos al plato, sopas de cebolla,
Escalope de cerdo empanado,
Solomillos de ternera,
Milhojas de membrillo,
Suprema de salmón con crema,
Mousse de tarta del Casar suprema
En los horneados con su crema.

Torta del Casar de Cáceres
Reina mundial del paladar por tan sabrosa.

lunes, 28 de septiembre de 2009

EL ESTATUTO, EN EL CONGRESO: UNA LECCIÓN DE EXTREMADURA

La propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Extremadura, presentada en el Congreso de los Diputados por el presidente de la Cámara, Juan Ramón Ferreira, acompañado por el presidente regional del PP, José Antonio Monago, y del portavoz socialista, Ignacio Sánchez Amor, ha sido, ante todo, como ha recordado uno de sus ponentes en la Asamblea, el diputado socialista Francisco Torres, fruto “del consenso y del trabajo”; pero ha sido, a la vez, una lección política de Extremadura en España.

Ya en su discurso de investidura, el 26 de junio de 2007, el entonces candidato a Presidente, Fernández Vara, invitó al PP a aprobar juntos un nuevo Estatuto de Autonomía “con el que todos nos podamos sentir cómodos”, porque “la Extremadura de hoy no se ve ya reflejada en el Estatuto de Autonomía de 1983”.

Por encima de las estrategias que el nuevo Estatuto sienta para el futuro –el municipalismo, las relaciones con la Unión Europea y Portugal, el cambio climático, las nuevas tecnologías, las energías alternativas, en el marco de la Constitución-- Extremadura ha dado a España, al registrar su reforma en el Congreso, una lección política, dejando aparte los partidismos, y priorizando la unidad en torno a su norma fundamental de convivencia y futuro bajo la bandera constitucional.

La reforma del Estatuto extremeño es la décima que llega al Congreso desde 2004. Solo seis salieron adelante: los estatutos de la Comunidad Valenciana, Cataluña, Andalucía, Baleares, Aragón y Castilla y León: la de Euskadi fue rechazada en el primer debate; otra se frustró en Comisión por falta de consenso, la de Canarias; y la última, la de Castilla-La Mancha, está congelada por discrepancias entre los dos grupos mayoritarios.

En una Cámara extremeña, con los dos principales partidos de España y de Extremadura totalmente de acuerdo, llega al Congreso la reforma del actual, de 1983, constitucionalista y municipalista, que aborda los temas de hoy y mañana, entonces inexistentes como debate y problema, asentados en el marco constitucional, que otros han deseado fintar, interpretando a su manera la Constitución. El portavoz socialista Sánchez Amor, y el presidente regional del PP, José Antonio Monago, lo han dejado bien claro: “Pretendemos hacer más país desde la lealtad al Gobierno de España”, sin compararnos con ninguna Comunidad, sino resaltando su singularidad; o la del segundo, al afirmar “que es una lección que tiene que aprender mucha gente en España”.

Esa singularidad subrayada por Sánchez Amor, fue enunciada antes por el presidente de la Cámara, Juan Ramón Ferreira, al afirmar que los “elementos diferenciadores” del nuevo Estatuto son “perfectamente compatibles con la Constitución”, porque “los extremeños se sienten a gusto con la Carta Magna, con el Estado español y perfectamente integrados en el mismo”. Ya el Presidente Vara lo recalcaba en su discurso de investidura: “Nos sentimos extremeños y españoles sin que concibamos una cosa sin la otra, porque una es consecuencia de la otra.”

Ojalá esta primera gran lección política dada a España por sus dos partidos mayoritarios, también en Extremadura, tenga el mismo fin que otros grandes pactos para el futuro de la Comunidad, como los ofrecidos en su día por el Presidente Vara, y que, como el del Estatuto, ha podido salir adelante con el trabajo, aportaciones y consenso de todos, sin partidismos, pensando en un futuro que es de todos.

Es un día histórico para la región, como histórico ha sido su primer gran consenso en su carta magna para otros veinticinco años, al menos, de convivencia en paz, por encima de las diferencias que nos separen.