martes, 27 de julio de 2010

URGENCIAS EN EL CENTRO DE SALUD


Mi cirujano me había advertido antes de meterme mano:

--Vaya usted a su centro de salud por las tardes, a Urgencias, antes de cenar, para que le pongan las diez inyecciones, y no tome esa pastilla. El fin de semana tendrá que ir al Hospital Provincial, porque no hay urgencias en el centro de salud.
Asentí, porque ya conocía las últimas encomiendas.

Solo en una farmacia de las tres que visité tenían una caja de dos jeringas, no de diez. El mismo día, en una de ellas hablaron con la distribuidora y le dijeron que la tendrían por la tarde.

Hice la cuenta de los días: la víspera del ingreso en el hospital habría terminado con la caja. Fui esa misma tarde al servicio de urgencias de mi centro de salud, como me había dicho el médico. Releo en la puerta el anuncio, días y horarios del servicio, que ya me constaban. Me preguntaba si me dirían que eso no era de urgencia. Entro y, en una mesa del pasillo, solo está el celador. Me solicita mi cartilla; me pregunta qué deseo y me hace la ficha. Tras concluir, llama a la enfermera por teléfono. Baja del piso de arriba, me hace pasar a la sala de curas y me inyecta. Treinta segundos apenas. Nada me pregunta...; pero, ¡ah!, al día siguiente: la enfermera de turno por poco me envía a Urgencias del hospital, para colapsarlas aún más, o para casa. Me hace el interrogatorio de un fiscal, como si fuere allí por gusto o ella también lo estuviera.

--¿Y por qué no se la pone usted?
--Porque nunca me la he puesto y temo hacerme daño...
--¡Si es muy fácil...!
--No lo dudo..., señora.
--Deme el volante.
--Ahí tiene...
--¿Y por qué viene usted por la tarde y no por la mañana, a su enfermera?
--Porque me dijo el médico que tenían que inyectármela por la tarde, antes de la cena...
--¿Dónde está escrito eso?
--Mire usted: aquí...
--Pues sepa usted que el fin de semana tendrá que ir al hospital...
--Ya lo sé, enfermera...

Y al fin pasamos y, en treinta segundos, salí de allí preguntándome qué hacen allí el médico, la enfermera y el celador, toda la tarde solos y, cuando llega un paciente, le echan los perros... o le envían a las urgencias hospitalarias, donde hubiere médicos/as, enfermeras y auxiliares que atienden de verdad y trabajan sin desmayo ni respiro a todos los pacientes que llegan, y no por capricho, sino porque el primer filtro no funciona; y te quitan el dolor y te dejan nuevo, aunque haya que esperar horas obligadas.

El médico salió de su despachó y ni me saludó al ver que estaba con la enfermera y pensar que sería cosa suya...

Días después, otra enfermera me hizo idéntico interrogatorio, al que respondí solícito, con santa paciencia. Pensé que no me inyectaría, que me enviaría para casa o me invitaría a pedir cita con mi enfermera de mañana.

Pensaba en Belén, Fátima, Marisa, María Eugenia, Raquel, Paloma..., mis enfermeras del hospital, tan atentas como profesionales. Y pensé, cómo no, en las críticas de los sindicatos: que si no se cubren todas las plazas en vacaciones... Pues, qué quieren: todos en agosto, y de dónde saca el SES las suplencias todas... Cavilé sobre el servicio de urgencias de los centros de salud, a los que nadie va con algo serio, porque los reenvían al hospital ipso facto y, si para una cosa simple te ponen mil pegas, aunque estén solos y aburridos..., peor aún.

No me veo al director del Servicio Extremeño de Salud yendo a urgencias de su centro correspondiente por la tarde, porque se lo haya recetado su médico, para ser testigo de este espectáculo y sentir vergüenza propia... La enfermera de turno, que no habría de conocerle ni reconocerle, y menos aún saber que es médico, le trataría como a un paciente más que venía a importunarle...

--¿Y por qué no se la pone usted solo, Ceciliano? ¿Y por qué no viene a su enfermera por la mañana? ¿Y quién le ha recetado esto? Pues sepa usted que el fin de semana no estamos aquí y tendrá que ir al hospital provincial... Deme el volante... ¿Y dónde dice eso de que tiene que ser por las tardes...?

Y yo que él suprimiría de un plumazo las urgencias de los centros de salud en las ciudades que, como he comprobado, no sirven para nada, y así dispondría de más personal sanitario y no sanitario para cubrir las bajas vacacionales y no vacacionales. Y no sé si él, tan educado, tan buen gestor y profesional, podría haber tolerado el interrogatorio de la enfermera de tarde y de urgencias de su centro de salud, unas urgencias para nada, que desprestigian la profesionalidad de quienes trabajan en las de los hospitales y en planta, y dejan en solfa avances tan significativos para Extremadura como la receta electrónica, la Red Corporativa Multiservicio, o el proyecto JARA, de información corporativa del SES, en el que bien podrían trabajar aquellos, para que las enfermeras de verdad pudieran dedicarse más a sus pacientes en lugar de estar metiendo datos continuamente en su ordenador.

sábado, 24 de julio de 2010

TODO ESTÁ EN LA TIERRA… CON AMOR

Olvidándose de los cuatro elementos de la antigüedad, el presidente del PP de Extremadura ha creado una nueva teoría filosófica, según la cual “todo está en el aire”. Para él, no hay tierra, ni fuego, ni agua: solo aire. El aire que se respira en Extremadura, tan abundante y tan limpio, y que a él le pareciere que no inunda la tierra, porque “todo está en el aire”.

“El futuro de las autonomías está en el aire”, declara a Europa Press el día 19; “El ferrocarril, en el aire”, escribe en su blog el día 21, refiriéndose al convencional, “que complemente el impulso de la alta velocidad”; “el ministro de Fomento no puede retrasar ninguna obra en Extremadura porque todo está en el aire y no hay ninguna fecha comprometida para ninguna infraestructura”, afirma en Extremaduraaldia el 22. Para él, el único elemento es el aire. No hay tierra, ni agua, ni fuego, como si él no los conociere por propia experiencia: solo aire que parece que no le llega, porque todo está en la estratosfera, y no puede respirar. Él sí que está en el aire, al pensar que los demás respiramos por el que tratare de insuflarnos por su boca.

Cómo entender su teoría sobre Extremadura, publicada en su blog el día 19, cuando sostiene: “Me gusta Extremadura porque se hace así (sic) misma cada día, creciéndose ante la adversidad, sin culpar nunca a nadie, asumiendo su historia y protagonizando su presente, paso a paso, sin sobresaltos.”

No parece que el opositor asuma su propia tesis al sostener la contraria de lo que afirma, porque si es verdad que Extremadura se ha hecho a sí misma, se ha crecido ante la adversidad, “sin culpar a nadie, asumiendo su historia y protagonizando su presente, paso a paso, sin sobresaltos”, todo eso se ha hecho sobre la tierra, respirando su aire, consumiendo su agua, atizando su fuego para comer… A Monago no le gusta Extremadura porque “todo está en el aire”: el AVE, el ferrocarril convencional, las autonomías, un tramo de la N-110…, todo en el aire, nada sobre la tierra, como si no hubiere que seguir los pasos, “sin sobresaltos”, que ellos no dieren en toda la historia hasta la Constitución del 78. ¿Dónde estuvo antes el aire que nos arrebató el ferrocarril convencional, que no realizó las autovías, que no puso los cimientos y las contrataciones de la alta velocidad, que no dio pan a quienes ellos se lo negaren, ni educación ni sanidad, sino solo para quienes pudieren respirar el aire y pagarlo como un don del Altísimo, y no como un derecho de todos los hombres y mujeres nacidos libres sobre la tierra.
Sería muy jovencito el presidente del PP para conocer el tren que hubiere a diario entre Badajoz y Bilbao, cerrado a finales de los setenta y con él, el ferrocarril convencional de la Ruta de la Plata, por falta de rentabilidad, dijeron sus conmilitones; tan joven como para olvidarse de que su gobierno puso las primeras piedras de la Autovía de la Plata, pero la ejecutaron los socialistas; tan olvidadizo de que sólo el PSOE, y no su partido, puso en marcha la alta velocidad, aunque todo vaya “paso a paso, sin sobresaltos”, por razones más que obvias, a las que tanto alude. Porque no solo del aire vive el hombre…, más aún “cuando todo está en el aire”, como sus pensamientos sobre Extremadura.

Empédocles, un filósofo y político griego que, cuando perdió las elecciones, se dedicó al saber –como otros aspirantes al trono de Extremadura, que se marcharon a la capital para cavilar— postuló la teoría de las cuatro raíces, a las que Aristóteles más tarde llamó elementos, juntando el agua de Tales de Mileto, el fuego de Heráclito, el aire de Anaxímenes y la tierra de Jenófanes, las cuales se mezclan en los distintos entes sobre la tierra; pero Monago no llegó a conocer el fuego, ni el agua ni su tierra, más que la chica, y solo se quedó con el aire; empero, el aire tampoco existe para él, porque todo está en él, pero se ignora dónde hubiere su cavidad.

Las raíces de Empédocles estaban sometidas a dos fuerzas que pretenden explicar el movimiento (generación y corrupción) en el mundo; el amor, que las une, y el odio, que las separa, teoría que explica el cambio y a la vez la permanencia de los seres del mundo sobre la tierra, que nos diere los cuatro elementos, aunque el presidente del PP crea que el aire está en el limbo ya inexistente, según la Santa Madre Iglesia.

Quizás el pensamiento joseantoniano esté más cerca de las últimas que de las primeras, porque sobra en la tierra el odio que nos separa y nos falta absorber más el aire que respiramos, aunque Monago no sepa dónde está, aunque lo respire, como todos, paso a paso, segundo a segundo.

domingo, 18 de julio de 2010

LAS TILDES DEL SUPREMO EN MORALEJA

Ha tenido que ser el Tribunal Supremo el que aclare, al fin, lo que la alcaldesa y el equipo de gobierno han venido ocultando, y negando, desde el 3 de noviembre de 2008, fecha en la que tomara posesión el número seis del IPEX, en coalición con el PP, que gobierna la localidad, en lugar del número dos de la coalición.

En los fundamentos de derecho de la sentencia, la Sala descubre el pastel que el grupo socialista venía suponiendo que tejía el equipo de gobierno, que se negaba sistemáticamente a facilitarle la información solicitada.

En primer lugar, deja claro que la Junta Electoral Central (JEC) expide la credencial de concejal a favor de Juan David Pérez Chaparro, por ocupar el número siguiente tras la renuncia de Ángel Pérez Cava, a solicitud de la alcaldesa; en segundo lugar, que la JEC la remite al ayuntamiento para que se la haga llegar al no constar su domicilio, el 21 de octubre de 2008. Dos días después, se registra en la JEC un escrito de la alcalde en el que se comunica la renuncia de las actas de concejal de cuatro integrantes de la candidatura del IPEX, acompañando los escritos de renuncia firmados por los interesados, fechados el día 22, y solicita que se proceda al otorgamiento de credencial a favor de Jaime Vilella, número seis de la coalición, al tiempo que se devuelve la credencial otorgada por la JEC al señor Pérez Chaparro. El día 30, la JEC remite la credencial de Vilella y hace constar la previa renuncia de quienes le antecedían en la candidatura. El nuevo concejal toma posesión en el Pleno celebrado el día 3 de noviembre de 2008.

La historia toma un nuevo sesgo el 5 de noviembre cuando Pérez Chaparro y las señoras Vega Muñoz y Miguel Trancón niegan ante la JEC haber renunciado a su condición de concejal, indicando, además, la existencia de numerosas irregularidades en el nombramiento de Vilella. Posteriormente, la señora Vega Muñoz retira su denuncia y confirma la veracidad de su renuncia anticipada. La JEC da traslado de la denuncia a la Alcaldía y a la Secretaría para que informen en un plazo de cinco días. El día 7 de noviembre, la alcaldesa y la Secretaría General emiten informes en los que afirman la recepción de los escritos de renuncia de los candidatos denunciantes. En la misma fecha, la alcaldesa remite a la JEC escrito del concejal Vilella en el que manifiesta que sus predecesores en la lista firmaron su renuncia al cargo de concejal y manifestaron no querer aceptar dicho cargo ante los miembros de la ejecutiva local del Grupo Independientes por Extremadura. Cabe preguntarse por el interés de la alcaldesa y del nuevo concejal por revelar ante la JEC algo que es propio del grupo independiente y de los predecesores en la lista, y no suyo…

Ante el nuevo requerimiento de la JEC, los recurrentes sostienen que no han firmado ningún documento, como afirmaran los anteriores, en el que renunciaran a ser designados concejales.

El Supremo recoge en sus fundamentos que “no pueden considerarse válidas en derecho tales renuncias anticipadas antes de la elección del candidato” y deja claro que “es el Pleno del Ayuntamiento el que ha de aceptar la renuncia de un concejal, expresada de forma clara e inequívoca y hasta dicho momento la renuncia es revocable”. Asimismo, hace constar que nada se comunica a los interesados, porque no consta notificación alguna; y, además, se lleva a Pleno, sin que conste la presencia de los recurrentes y sin que comparezcan renunciando ante el mismo, nombrándose a otro candidato que está en un número de orden inferior al de los recurrentes para sustituir al primitivamente dimitido, “y si se oculta, al no cumplir el deber de notificación al señor Pérez Chaparro, la emisión de la credencial a su favor, es evidente que dichos candidatos no han podido renunciar, ni revocar una renuncia anticipada contraria a derecho”.

Ahora solo falta cumplir la sentencia: repetir el Pleno anulado y que tome posesión el concejal correspondiente. Todo lo que pueda haber ocurrido detrás de los hechos probados solo puede conocerlos quien antes los negó, dando a entender, por un lado, un desconocimiento absoluto de la legalidad y del procedimiento administrativo y, de otro, un presunto interés por una persona determinada para que ocupara el puesto del dimisionario.

No puede la alcaldesa de Moraleja argüir ahora, como ha venido haciendo, que el grupo socialista solo desea “llamar la atención”, cuando ella sola ha sido, con su conducta, la única en provocar, ocultando la información debida a la oposición, insultando y despreciando sus opiniones y su palabra en los plenos y fuera de ellos; coartando su libertad de expresión, al no permitirles grabar las sesiones para que no se difundan sus propios dicterios… La obra del puente nuevo sobre la Rivera de Gata, única obra del Plan E, y sus múltiples irregularidades, también denunciadas por la oposición, revelan su estilo y talante, notoriamente antidemocráticos, que, como ciudadana, la convierten en indigna para gobernar su pueblo tras esta sentencia del Supremo, que descubre hechos probados, pero que no revela los entresijos que pudo haber en el simple relevo de un concejal.

domingo, 11 de julio de 2010

CUATRO LECTURAS POLÍTICAS PARA UN SÍ” POR ESPAÑA

En uno de los principales templos de la cultura de Cáceres, el Complejo Cultural S. Francisco, se ofrecieron el viernes por la tarde cuatro lecturas políticas para quienes quieran escuchar y recordar en tiempos como los que vivimos.

Centraba el acto la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, que habló del pasado, del presente y del futuro; el secretario regional del PSOE, Guillermo Fernández Vara, que habló, como siempre, con el lenguaje de la razón y el sentido común; el secretario provincial del PSOE, Juan Ramón Ferreira, quien se refirió, en sus reflexiones políticas y diplomáticas, al estado vivo de la política y del partido; y a la secretaria local, quien aludió al lenguaje de la izquierda, que ha de ser entendible, para no confundirse con los seudoprogresistas que utilizan la doble moral de conservadores y progresistas.

Los tres primeros oradores se centraron en la realidad del presente. Para Ferreira, quien mañana lunes concluye su ronda de encuentros con los dirigentes locales de la provincia, “el PSOE está activo y vivo”, “hemos asumido la responsabilidad que nos ha tocado”; confió en que los ciudadanos valorarán los esfuerzos de los gobiernos socialistas y animó a la movilización para desenmascarar las tretas de los adversarios.

Es, en fin, la doble moral que utiliza la derecha al manifestarse las más de las veces como lo que es, conservadora, y en otras progresista, como pretende aparentar, según Heras.

Vara, con la lógica que le caracteriza, dijo verdades como puños: la defensa de los intereses generales frente a los particulares que defienden los socialistas, porque “los que vociferan no defienden a la mayoría social”. La oposición, dijo, solo ofrece el “no”, porque “cuanto peor vayamos, mejor”; Europa es un pacto y nuestro destino; la clase trabajadora necesita a los sindicatos; o somos parte del problema o somos parte de la solución; antes hablamos de derechos y hoy, también de deberes; tiempos vendrán en que se creerá más a aquellos que te dan y piden a la vez; “no me resigno a vivir con 110.000 parados”; la oposición es el partido del “no” y España necesita el sí; los parados no son, ni pueden ser un número…

Trinidad Jiménez, ministra de Santidad y Política Social, recordó los derechos sociales y las prestaciones públicas logrados por los gobiernos socialistas; las leyes de genero, dependencia, las pensiones mínimas, la renta básica de emancipación, las viviendas protegidas; el crecimiento del SMI en un 35 por ciento; la subida a los funcionarios, que el PP congeló, en un 17 por ciento… Conviene recordar para no olvidar y que no nos confundan, porque a veces se olvida el largo camino andado y los derechos consolidados que dieron a los españoles más necesitados los gobiernos socialistas.

En momentos difíciles, vino a decir, hay que defender lo construido, y estar al lado de los parados. El Gobierno ha asumido la responsabilidad de sacar a España de la crisis, aun tomando decisiones que no son populares. La oposición no aporta soluciones; luego, no puede ser parte de la solución…

Lo fácil es encogerse de hombros y no asumir la parte alícuota de responsabilidades; echar la culpa a los otros, cuando nos toca a todos; cargar las tintas sobre un gobierno, olvidándose de lo que no hicieron los demás cuando gobernaron y hacen hoy cuando son oposición: la insumisión frente a las decisiones de la soberanía popular; frenar en los tribunales lo que se pierde en el Parlamento; decir “no” a todo, aunque se pone en peligro al propio Estado; todo con tal de confundir, de engañar al que no sabe; de distraer a quienes nada pueden esperar de ellos, porque históricamente se han manifestado como lo que son: lobos con piel de cordero en una España que dicen defender, pero que niegan con su conducta diaria.

EL FÚTBOL COMO TEMA LITERARIO

Ante la celebración del Mundial de Sudáfrica, que hoy concluye con la final Holanda-España, la Revista de Occidente ha publicado un monográfico sobre el “deporte rey” en el que escritores, periodistas y sociólogos reflexionan sobre los distintos aspectos del fútbol en cuanto sobresaliente fenómeno de la cultura global de nuestros días. Explican fenómenos simbólicos y rituales de lo que hace tiempo es algo más que un mero espectáculo, su valor como representación de una sociedad y una época, y analizan su extendida pasión.

Dos aficiones y dos países, y medio mundo, están hoy pendientes del resultado final de un partido de fútbol, que dará la gloria al vencedor y el consuelo de las lágrimas a los perdedores. Como cualquier pasión desmedida, y a veces irrefrenable, el fútbol, lejos de ser un opio del pueblo, se constituye en una religión más de un país, que religa para sí mismo una pasión y devoción que va más allá de la del fin de semana de las vicisitudes del equipo de cada cual. La selección aúna en sí símbolos de un pueblo por encima de la particularidad de un equipo. La selección es universal como el equipo es particular.

El británico Kipling y el argentino Jorge Luis Borges marcaron las distancias entre fútbol y literatura; pero, desde hace unos años, cambió la percepción de los escritores, quienes no solo se declararon aficionados de lo que sucedía en las canchas, sino que tradujeron en palabras el juego más practicado en todo el mundo, el deporte rey.

La literatura española dio ya durante el siglo XX numerosos ejemplos en los que el fútbol fue analizado en todos los géneros posibles: la poesía, el teatro, el artículo periodístico, el ensayo…, como una prolongación de una pasión que vehicula todos los aspectos de la vida de un aficionado.

El 20 de mayo de 1928 se disputaba en Santander la final de la Copa de España entre el F. C. Barcelona y la Real Sociedad. Serán necesarios tres partidos para saber quién será el campeón, porque entonces no existía el lanzamiento final de penalties. En el primero de los partidos, disputado ese día, el portero del Barça, Platko, se convierte en héroe por su comportamiento. Avanza el delantero centro de la Real, Cholín, hacia la portería y, cuando el gol parecía inevitable, el guardameta sale a sus pies, contiene el tiro y recibe el golpe destinado al balón. Platko quedó conmocionado y hubo de retirarse del terreno de juego para recibir seis puntos de sutura. Platko volvió al juego con un aparatoso vendaje que perdería en el transcurso de la batalla. El poeta Rafael Alberti, presente como espectador, queda impresionado y compone la “Oda a Platko”, que dedica a Samitier, quien marcó el gol de la victoria, que dice en uno de sus versos:

“Sangrando en los ojales,
Sangrando por ti, Platko
Por tu sangre de Hungría,
Sin tu sangre, sin tu impulso, tu parada, tu salto,
Temieron las insignias.”

No quedó, sin embargo, la oda de Alberti sin respuesta, porque Gabriel Celaya respondió con su “Contraoda”, en la que testimoniaba que su equipo, la Real, había hecho méritos bastantes para ganar el partido, y achacaba la derrota no a la gran actuación de Platko, sino a la deficiente actuación arbitral.

“Y recuerdo también nuestra triple derrota
En aquellos partidos contra el Barcelona
Que si nos ganó, no fue gracias a Platko
Sino por diez penaltis claros que nos robaron.”


En “Elegía al guardameta”, dedicada a Lolo, portero del Orihuela, su pueblo natal, Miguel Hernández canta su muerte tras estrellarse contra uno de los postes de la portería, tras una larga estirada. Hernández se recrea en la acción del salto, la impresionante palomita que sorprende al fotógrafo en el aire y que le permite “tumbarse en el viento para evitar victoria”. Dice el poeta:

“Combinada la brisa en su envoltura
Bien, y mejor chutada,
La esfera terrenal de su figura
¡cómo! fue interceptada
Por lo pez y fugaz de tu estirada.”

Maradona, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, ha perdido en este Mundial como seleccionador argentino los laureles que lograra como jugador. En 2008, Mario Benedetti le regaló este poema titulado “Hoy tu tiempo es real”.

“Vida tuya tendrás y muerte tuya
Ha pasado otro año, y otro año
Le has ganado a tus sombras, aleluya.”

Albert Camus, premio Nobel de Literatura 1957, fue un excelente jugador y gran aficionado al fútbol en Argel. Le gustaba el juego, un deporte que unía a católicos y musulmanes, el ímpetu, la pasión de la victoria y el poso amargo de la derrota. Cuanto sabía de ética lo había aprendido en los campos de fútbol. Para él,”toda la filosofía de la vida se reduce a aquella que se aprende en la zona en la que el gol es la culminación de un destino común”.

Nuestro dramaturgo Manuel Martínez Mediero --socio de pago del C. D. Badajoz, “porque algún calvario ha de tener uno en esta vida”, dijo en el Teatro Romano al recibir la Medalla de Extremadura-- en su obra “Heroica del domingo” (Obras completas, vol. V, 1984), aborda la antimitología de los futbolistas, en la que “Pantera Fernández” es un meta de “manos blandas” que encaja muchos goles y que se encuentra a punto de colgar las botas. En su obra narra su mundo de vanas esperanzas, de ilusiones frustradas, la pérdida de su juventud para realizar el sueño de su vida: montar un bar con luces de neón para poder comentar a los clientes los goles del domingo en la moviola.

El escritor mejicano Juan Villoro afirma que, cada cuatro años, “Dios es redondo”. Roa Bastos narra en “El crack” la historia de Goyo Luna, delantero izquierdo del Sol de América, que vuelve desde la muerte para librar su último partido. Borges odiaba el fútbol (“esa cosa estúpida de ingleses”), pero en su cuento “Esse est percipi” (Ser es ser percibido), escrito con Bioy Casares, defiende que el fútbol ha dejado de existir y solo vive en la imaginación de los comentaristas deportivos. Vázquez Montalbán llevó a su detective Pepe Carvalho a las entrañas del mundo futbolero en su obra “El delantero centro fue asesinado al atardecer”. Kapuscinski narró el conflicto armado entre Honduras y El Salvador en 1969, cuando sus selecciones nacionales se jugaban la calificación del Mundial de Fútbol México 1970, en la que hubo más de 10.000 bajas.

El fútbol es más que una evasión, pero no la de la fuga de los aliados narrada por Jhon Huston en su película “Evasión o victoria” (1981), sino la evasión ante una realidad cotidiana que no nos produce el gol de la autoestima, sino la hiel de la derrota.

miércoles, 7 de julio de 2010

EL SUEÑO INACABADO DE “LA ROJA”

En principio fue la fantasía de un sueño. Dormíamos y en ella representábamos sucesos o imágenes jamás alcanzadas. Los sueños, sueños eran: proyectos, deseos, esperanzas sin probabilidad de realizarse; pero había, latente, un sueño dorado: un anhelo, una ilusión halagüeña de que el sueño fuera realidad. Y recordaba los versos de Benedetti: “Dale vida a tus sueños aunque te llamen loco.”

El sueño es la esencia de la libertad del hombre. Tenemos derecho a soñar y libertad para hacerlo. La hora matutina nos despoja, según Borges, de un don inconcebible, inalcanzable. Los sueños de día se topan con la realidad de los sueños de la noche. La luz apaga los sueños que acuna la oscuridad. El tiempo hiberna los sueños incumplidos. Recordamos los sueños de día más que los de la noche. Los sueños, sueños son…

Había perdido la ilusión de los sueños de día, aquellos de proyectos, a fecha vista, de día anhelados, de sucesos por venir. Apenas recordaba los sueños de noche, hijos de los deseos frustrados de los días. Salía el Sol todos los días, pero no iluminaba sus días que se apagaban en proyectos frustrados. Todos los días permanecía ocioso al Sol indeseado. Esperaba la noche para soñar lo imposible; el día, para anhelar lo posible. La posibilidad de los sueños se trocaba en la imposibilidad del despojo del suceso soñado.

Había soñado con el gol de Zarra a Inglaterra, que no viere; con el gol de cabeza de Marcelino a la URSS cuando era niño; con el de Torres a la selección alemana en la Eurocopa de 2008, que vivió en directo; pero ni el fútbol le abonaba la ilusión del sueño incumplido. Ahora, durante el Mundial de Sudáfrica, veía las banderas en los balcones como jamás había visto; una ilusión colectiva que soñaba con el nombre de la Patria como nunca. El sueño imposible parecía cercano; se acariciaba; no era fantasía. Parecía que la realidad estaba cercana.

Cada español revelaba sus sueños, convertido en seleccionador particular de los hombres que nos representaban. Habíamos llegado demasiado lejos. Las semifinales eran bastantes. Nos conformaríamos otra vez con ser cuartos, como hace sesenta años en Río; pero la marea humana necesitaba hacer realidad sus sueños, ahíta de sueños incumplidos, de anhelos maltrechos, de ilusiones rotas, de días machacados al sol y al frío de las frustraciones diarias.

Y ahora, en Durban, un bravo defensa español, Pujol, marcaba de cabeza el gol ansiado, que daba alas al país. Los ciudadanos gritaban exaltados desde sus vehículos, corrían por las calles como en Pamplona, se bañaban en las fuentes, cantaban, danzaban, pletóricos por una victoria que nos eleva al cielo mundialista del deporte rey.

No ha terminado ahora el sueño inacabado. Falta el domingo, el último partido, para tocar la gloria y alzar la copa de campeones, que no nos hará más libres, pero nos hará ver el cielo con la ilusión de los sueños cumplidos; el sueño que a muchos les dará la autoestima que los predicadores no pueden darles, porque solo el fútbol era su sueño, su gloria inacabada en su fantasía infinita, en su España por una vez venerada en su nombre, empujada en su destino hacia la efímera gloria de un dato para la historia, pero que fue nuestro sueño de un día, la ilusión de un tórrido verano en el que los pulpos profetizaban los sueños inacabados.

lunes, 5 de julio de 2010

DE ZARRA A VILLA

El gol de Zarra a Williams en 1950


El 2 de julio de 1950, cuando Zarra marcó el célebre gol al portero inglés Williams, que nos clasificó cuartos en el Mundial de Brasil, España entera se sobresaltó con la narración radiofónica de Matías Prats. La gente dejaba de ir al cine para escuchar al gran locutor que cantó aquel gol mítico, uno de los más famosos y repetidos de la historia. Zarra ayudó a que la selección nacional llegara a la liguilla final de cuatro equipos, en la que Uruguay y Brasil se mostraron superiores y sólo se pudo sacar un empate ante Suecia. En todo caso, el cuarto puesto obtenido en Maracaná ha sido hasta ayer el mejor obtenido en un Mundial de fútbol.

Han pasado sesenta años desde que aquel gran delantero del Athletic de Bilbao que pasó por ser “la mejor cabeza de Europa después de la de Churchill”, marcara aquel gol que le significó para siempre, convirtiéndole en mito que signó la historia del fútbol español por encima de sus otras hazañas deportivas. Hoy, en el Mundial de Sudáfrica, donde por primera vez hemos superado la fatídica barrera de los cuartos, Fernando Llorente y Javi Martínez, que han debutado en este Mundial, asumen la herencia de la profesionalidad deportiva de aquella pléyade de jugadores que, como Zarra, Panizo y Gainza, hicieron historia en el fútbol español.

Hay goles que definen la trayectoria de un jugador y que le hacen pasar a la historia, como a otros le signan sus fallos ante la meta, sin importar para nada su trayectoria global. Si en una época en la que se disputaban pocos partidos internacionales por razones obvias, Zarra logró con la selección veinte goles, y ocupa todavía uno de los primeros puestos, hay otros jugadores que han pasado a la historia por sus goles o lo que significaron aquellos en un partido o competición determinada.

Marcelino, el jugador del Real Zaragoza, pasó a la historia por su célebre gol al portero ruso Yachin, “la araña negra”, considerado entonces el mejor portero del mundo, en el “Bernabéu”, durante la final de la Copa de Europa de 1964, la primera que logró la selección española, y para cuya disputa “la sonrisa del Régimen”, el ministro José Solís, y Vicente Gil, presidente de la Federación Española de Boxeo y médico personal de Franco, hubieron de convencer al Generalísimo para disputar aquella fase final en propia casa si no queríamos ser sancionados duramente por la UEFA, al habernos negado a jugar en la edición anterior con la misma selección por razones políticas.

El 21 de diciembre de 1983 se disputaba en Sevilla un partido clasificatorio para la fase final de la Eurocopa 84 que se disputaría al año siguiente en Francia. Necesitábamos ganar por 11-0 a Malta. Nadie daba un duro por nosotros, sobre todo a raíz del gol de los malteses, que nos obligaba a marcarles doce. Fueron cayendo los goles hasta el último del zaragocista Señor, que rompió las gargantas y llenó España de alegría.

En la citada Eurocopa, Maceda marcaría un gol a la selección alemana, que nos puso en la final contra Francia en el 84, un gol que no se vio por un corte del repetidor de televisión y que al día siguiente se dignó repetir TVE para amplias zonas de Extremadura y Andalucía a petición del entonces presidente Ibarra. Aquel gol anuló las ilusiones de una final contra el equipo anfitrión, que merecimos ganar; pero el fallo de Arconada y el segundo gol de Platini, hoy presidente de la UEFA, en las postrimerías del encuentro, nos privó de la segunda Copa de Europa de selecciones.

Otro de los goles más célebres fue el que supuso el 4-3 frente a Yugoslavia, de Alonso, en la primera fase de la Eurocopa 2000, por su ejecución y por producirse en los minutos finales del encuentro.

El 28 de junio de 2008, la selección española disputaba frente a la alemana su tercera final de la Eurocopa. Ganó España por 1-0 con gol de Fernando Torres.

Finalmente, hay que referirse a nuestro goleador David Villa que, con su gol a Paraguay ayer, nos ha colocado por primera vez en semifinales de un Mundial, otra vez frente a la selección alemana. Villa es, hoy por hoy, el máximo goleador del Mundial, con cinco dianas. Los alemanes no son los mismos de 2008; pero confiemos en que no se haga realidad la máxima del inglés Lineker, para quien el fútbol “es un deporte que inventaron los ingleses, en el que juegan once contra once, y en el que siempre gana Alemania”, porque no siempre fue así, y la historia lo demuestra, desde el gol de Zarra en el 50 hasta el de Torres en 2008.






LA HORA DEL PARLAMENTARISMO

Senador Vicente Llanos*


El Real Decreto-Ley de reforma del mercado laboral es una pieza del conjunto de medidas que ha impulsado el Gobierno para paliar los efectos de la crisis económica y sentar las bases del crecimiento a corto plazo y en la perspectiva de mantener y mejorar el funcionamiento del Estado del Bienestar. El decreto ya está convalidado por el Congreso y ahora, en el trámite parlamentario, el texto está abierto a las propuestas de los grupos.

Las líneas generales de la norma son fruto de las intensas negociaciones que han desplegado el Gobierno y los agentes sociales a lo largo de los últimos meses. Este hecho ratifica que la apuesta por el diálogo social no ha resultado un esfuerzo vano y constata que la apuesta por el consenso entre patronal y sindicatos es un instrumento fundamental en nuestro sistema de relaciones laborales.

Diversas circunstancias han impedido que las conversaciones terminaran en un acuerdo. Los socialistas respetamos la ruptura y las posturas derivadas de ella; pero hay que decir que el Gobierno ha cumplido. Prueba de ello son los diversos documentos presentados a lo largo de 2009 y el del 12 de abril de 2010 y prueba de ello es que el Decreto de la reforma laboral recoge una parte fundamental de su último documento.

La propuesta del Gobierno es equilibrada, al tiempo que profunda, mantiene la cohesión social y el equilibrio económico y jurídico de las partes. Las medidas que contiene el decreto contribuyen a la reducción del desempleo, estimular la contratación indefinida, mejorar la productividad de la economía española e incrementar la flexibilidad interna de las empresas para que el despido sea una solución.

En suma, por una parte, introduce elementos que van a corregir la dualidad de nuestro mercado de trabajo mediante el establecimiento de condiciones para facilitar la contratación indefinida, la restricción a los abusos de la contratación temporal y el incremento en la protección de los trabajadores eventuales.

Además, el decreto apuesta por una mejora de la productividad basada en la cualificación, la innovación, la capacidad de adaptación a las demandas de los mercados y por eso incrementa la flexibilidad interna de las empresas para que éstas puedan ajustarse a las circunstancias y les otorga instrumentos que les permitirán adecuarse a los constantes cambios que exige la competencia.

Pero para que esta orientación sea efectiva no se pueden romper los elementos esenciales de una sociedad democrática y de derecho, como son la igualdad, la equidad y la salvaguarda de los derechos sociales básicos. Y es en este último aspecto donde se inscribe la reforma y es desde ese punto de vista desde el que los socialistas queremos potenciarla y desarrollarla.

Hasta aquí la tarea que ha llevado a cabo el Gobierno. Ahora es la hora del parlamentarismo. El decreto entra en una etapa en la que los grupos podrán realizar sus aportaciones. Una fase que, mediante las enmiendas, va a permitir conocer la postura de cada fuerza política ante esta reforma. Será la ocasión para que los partidos demuestren su compromiso y su responsabilidad con los ciudadanos a los que representan. Ha llegado la hora de que los partidos, también para el diletante PP, se retraten y se justifiquen.
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* El autor es senador del PSOE por la provincia de Cáceres



domingo, 4 de julio de 2010

LA VICTORIA DE LAS ALAS DE ORO

Con su victoria ayer ante Paraguay por 0-1, la selección española de fútbol ha logrado, al fin, romper la barrera psicológica y deportiva de la eliminatoria maldita y la excusas de plañideras, no ajenas a los vaivenes deportivos y extradeportivos, que nos han perseguido en nuestras participaciones mundialistas.

En su trece presencias en la fase final de los Mundiales de fútbol, la selección nacional fue eliminada en cuartos de final en Italia 1934; en España 1982, en una liguilla de cuatro grupos con tres equipos cada uno; México 86 ante Bélgica por penalties; en Estados Unidos 94 ante Italia; y en Corea y Japón 2002 por el árbitro egipcio Al Ghandour. Nuestra mejor clasificación fue el cuarto puesto en el Mundial de Brasil de 1950. Hace, pues, sesenta años que la selección no lograba un mejor puesto.

En un Mundial valen las excusas, cuando son justificadas, como llanto de plañideras o maldiciones que nos persiguen a nuestro pesar; pero ganar un Mundial requiere algo más que la buena suerte o la justicia arbitral en las que, en caso contrario, escudarse para justificar lo injustificable. Ni siquiera bastan la conjunción del equipo, la preparación física, la ilusión, la humildad ante el adversario, la propia autoestima que invita a superarse ante tirios y troyanos, porque ni hay equipos invencibles ni conjuntos asequibles. Los ejemplos de Brasil, cinco veces campeona del Mundo; Italia, tres; Argentina, dos; e Inglaterra y Francia, una cada uno, eliminados en el presente Mundial de Sudáfrica, nos ilustran acerca de la condición deportiva y humana de vencedores y vencidos.

Para una selección que, en 2008, se alzó con el primer puesto en el ránking de la FIFA, tras ganar la Eurocopa de Austria y Suiza ante Alemania, no valen ahora las excusas de la confianza desmedida, del peso de la púrpura, ni de nuestros fallos clamorosos, o de terceros, que nos apearon en octavos o en cuartos en la historia de los Mundiales. Cardeñosa, ante Brasil en el 78, solo ante la portería; el gol no concedido a Míchel ante Brasil en México 86; el fallo de Eloy en su penalty ante Bélgica en el mismo Mundial; la agresión a Luis Enrique en EE UU 94, no castigada; el clamoroso fallo de Salinas ante el portero italiano Pagliuca en el mismo Mundial, por no recordar al árbitro egipcio Al Ghandour, que nos privó de las semifinales en el Mundial de Corea y Japón 2002.

El miércoles nos reencontramos otra vez con Alemania en semifinales. No es el mismo conjunto de 2008, aunque la selección nacional conserve la misma base del equipo conjuntado y unido por Aragonés y mimado por Del Bosque que, aunque haya desarrollado su peculiar juego en algunas momentos, no la logrado aún ir de menos a más, como cabría esperar, aunque haya superado las pruebas de la primera fase, de octavos y cuartos.

No hay adversario pequeño ni sueño que no pueda cumplirse; pero la victoria de las alas de oro, ideada por Jules Rimet, padre del Campeonato del Mundo, simboliza la conversión del Mundial en el acontecimiento deportivo más importante del mundo, una alada y bella mujer que representa a Niké, la dorada diosa de la victoria, tan atractiva por el oro mismo que la cubre como por la proximidad que nos une a ella y por la lejanía que aún nos separa en la lid deportiva para acariciarla entre nuestras manos. Niké representa los sueños imposibles e incumplidos de varias generaciones de futbolistas y aficionados que, si ayer cantaban victoria, mañana pueden llorar la amargura de la derrota.

La Copa une la esfericidad del planeta y el balón que emergen sosteniendo el mundo, que el capitán de los vencedores alzará entre sus manos como símbolo de la victoria ante el planeta. Los sueños alados pueden pasar de unas manos a otras, pero no serán realidad hasta que no los alcemos con las propias. La oportunidad es de oro, porque la victoria alada solo se aparece cada cuatro años. Tocarla antes de tiempo no está permitido; soñar con ella es libre.