lunes, 30 de junio de 2008

LA FLOR QUE NO SE MARCHITÓ EN EL CULO



El 21 de diciembre de 1983, tras el 12-1 a Malta, que nos llevó a la clasificación directa para la Eurocopa de Francia 84, cuya final perdimos por 2-0 contra el equipo anfitrión, capitaneado por Platini, hoy presidente de la UEFA, que ha entregado la Copa al capitán Casillas, el entonces presidente de la Federación Española de Fútbol, Pablo Porta, acuñó una célebre frase: “Miguel Muñoz (el seleccionador) tiene una flor en el culo.”

Porta quería decir que el seleccionador era un entrenador con muy buena suerte. Su frase hizo tanta fortuna que, tras la victoria de España contra Alemania en la semifinal de la Eurocopa de Francia 84 con el célebre gol de Maceda, un periodista recordó la célebre frase de Miguel Muñoz, a lo que el ex jugador y ex entrenador del Real Madrid y de la Selección Nacional le respondió: “Más vale tener una flor en el culo que una... ”, o “más vale tener eso que otra cosa”; pero la flor hay que trabajarla para que no se marchite, porque no puede ser flor de un día, ni de una clasificación, o de pasar solo de cuartos. Ya puestos, la flor tiene que brillar hasta la victoria final.

Tras perder la final contra Francia en el 84, Muñoz dijo que “la flor se ha marchitado, ¡me cago en la madre que la parió!”. Muñoz expresaba así que la Selección había sido abandonada por la fortuna que tanto temía su colega francés, Michel Hidalgo.

Nuestro seleccionador hasta hoy, victorioso tras una larga etapa como jugador y entrenador, el “sabio de Hortaleza” y de España entera en las lides futbolísticas, rechazó en cierta ocasión, a su llegada a Dortmund (Alemania) un ramo de flores de bienvenida que le ofrecían, actitud impropia de su estilo caballeresco: ”Me van a dar a mí un ramo de flores, que no me cabe por el culo ni el pelo de una gamba....”

En la Eurocopa de Naciones 2008, finalizada hoy con éxito para la Selección Nacional, por él sabiamente dirigida, la flor en el culo de Miguel Muñoz no solo se ha marchitado, sino que el ramo de flores que Aragonés rechazó en la ciudad alemana ha brillado con esencia de olores, colores y sabores, un cóctel con el que algunos definen la esencia del sexo practicado con amor hacia la pareja que encarna el propio.

La Selección Española ha podido hoy, y en este Campeonato, derribar hoy otra frase que hizo historia: la de Gary Lineker, el ex jugador de la Selección Alemana, que dijo: “El fútbol es un deporte de once contra once en el que siempre gana Alemania.” Pues no, esta vez, ni otras, ha ganado Alemania. El poder teutón se ha venido abajo ante la sagacidad y capacidad de una táctica demoledora, que ha sabido vencer a las selecciones rusa (en dos ocasiones), turca, griega, italiana (por penalties) y alemana, en el mejor campeonato de su historia, incluidos los mundiales, por juego, táctica, habilidad, trabajo en equipo, juventud, garra y un buen “savoir faire” hasta el final.

No importa ahora que el “sabio de Hortaleza” siga o no; que venga quien quiera la Federación. Lo único que importa es que este espíritu de Viena no se pierda nunca. Solo de esta manera, ni la flor de Muñoz se marchitará jamás en el culo, ni Lineker volverá a decir una frase que no puede ya pasar a la historia, porque no ha hecho historia, y que puede meterse donde le quepa, porque su flor sí se ha marchitado en el Prater vienés.

El 12 de mayo de 1935, la Selección de la República Española jugó en Colonia un partido amistoso, que ganó la Española por 1-2, con goles de Lángara y Conen. Ni al nazismo, ni al franquismo más tarde, le interesó divulgar aquellas imágenes, recientemente recuperadas, aun tratándose de un partido amistoso, por razones obvias.

A qué recordar la trágica historia del Dínamo de Kiev, que ganó al equipo alemán, cuyos jugadores, avergonzados, no pudieron dar una explicación convincente a la jerarquía nazi del porqué de su derrota. Aquellos buenos jugadores ucranios, considerados entonces “sub-humanos”, fueron arrestados por la Gestapo, enviados a un campo de concentración, donde cuatro de ellos murieron a manos de los nazis, otros escaparon y hubieron de esconderse durante algún tiempo.

Ni el fútbol ni la historia son flor de un día; ni la juventud sola puede arrostrar lo que enseña la sabiduría de la experiencia. Solo la conjunción de ambas hacen a un equipo poderoso para lograr el objetivo común de la colectividad, aunque sea en un deporte de once contra once y, desde luego, nunca flor de un día, y menos en el culo.

viernes, 27 de junio de 2008

FRENTE AL LAMENTO, BUSCAR LA SALIDA

Lo que más llama la atención del discurso del Presidente de la Junta de Extremadura ayer en la Asamblea no es, precisamente, su análisis de los compromisos incluidos en el Programa de Gobierno, ni la exposición del plan de infraestructuras, ni el compromiso con el aprendizaje del inglés en la región, ni siquiera el nuevo planteamiento de un nuevo impulso a las relaciones con Portugal.

El debate de orientación de la Política General de la Junta de Extremadura incluye varios referentes inherentes a su autor: su claridad expositiva, su capacidad de síntesis, lo hecho y lo por hacer, el reconocimiento de la crisis y, sobre todo, la referencia a “un año comprometido con el diálogo social, que ha subrayado la apuesta de las fuerzas políticas para hacer compatible las discrepancias con los acuerdos”.

Si Ibarra ya apelaba hace tiempo a abandonar el victimismo consustancial a los extremeños, Vara ofrece unas variables: no solo da cuenta del año transcurrido, sino del camino que nos queda por recorrer, aderezado con multitud de proyectos en marcha. El objetivo lo ha dicho siempre: hacer para todos una vida más agradable; que los extremeños no se despierten todos los días del año, --quizá menos hoy, cuyo buen sabor ojalá perdure más allá del domingo, pero que nada añade a nuestra situación, sino la del orgullo de sentirnos españoles-- con su eterna “resignación, conformismo y lamento” (capítulo 1 de su discurso de ayer).

Al Presidente se le pueden criticar algunas cosas; pero nunca su capacidad de trabajo y de iniciativa y su entrega por liderar un proyecto político que él llama “la segunda transformación de Extremadura”, en la que nuestras debilidades sirvan para buscar nuevas oportunidades.

No basta con criticar que esto o aquello se hace o se ha hecho mal; con el retraso del AVE, o que explique una crisis que nos llega sobrevenida. “No somos responsables de una situación, pero sí lo somos de contribuir a salir de ella”, dijo ayer al referirse a la crisis.

El Presidente no se limita a reconocer la situación, sino que propone mil y una soluciones, que no pueden llegarnos del cielo, sino que hemos de construir entre todos. Ni siquiera su gobierno, ni ningún otro en la actual situación, serían capaces por sí solos de afrontar una realidad que, por encima de asustarnos, ha de ayudarnos a la búsqueda de nuevas oportunidades para emerger como todos deseamos, y como otros pocos critican.

Hace dos décadas pensábamos que no veríamos las autovías en Extremadura, y hoy son una realidad. Como tantas otras cosas que no hicieron durante siglos quienes hoy critican y que ha sido capaz de hacerse en veinticinco años. ¿O pretenden algunos que lo que ellos no hicieron en toda la historia se solucione de la noche al día en menos que canta un gallo? Lo importante no es retraso del AVE, sino que se haga, y las obras están en marcha. Nuestra debilidad no puede ser el eterno lamento, como ha recordado el Presidente. En épocas de crisis, y hemos tenido muchas a lo largo de la historia, la única salida es buscarla entre todos.

Para Vara, Presidente de las pequeñas cosas, que piensa en las personas antes que en las obras a ellas destinadas, es también sumamente importante pensar en el partido que se disputa cada día, en las pequeñas cosas que hacen más felices a la gente, y que se solucionan sin grandes esfuerzos ni capítulos presupuestarios.

Su último capítulo del discurso, dedicado a las pequeñas cosas, dan la talla de un político humano, que piensa en los niños y ancianos, en los jóvenes y en los deportistas, en las mujeres, en los discapacitados y desempleados, en premiar a los solidarios que lo merezcan…; es decir, en hacer la vida más fácil para todos.

En suma, los capítulos 1 y 6 de su discurso de ayer, sin desmerecer el resto obligado por la situación, nos descubren a un Presidente realista, que sabe dónde pisa, lo que quiere y lo que desea: abrir cada día la ventana y hallar una Extremadura mejor, frente al derrotismo de unos pocos y la resignación como único recurso.

ODA AL PRESIDENTE VARA

La cuna condiciona
Pero no determina
Tu ascendiente de corona
Ni tu trabajo de heroína.

Con tus pequeños detalles
Haces la vida agradable
Y en tu voz de autoafirmación
Trocas región por nación.

La calidad de vida es tu sino
Que se alza como aspiración
Que trunca la ilusión
De tanta gente sin destino.

Estrechas con mano flexible
La sonrisa de tus paisanos
Como argumento sensible
De quienes un día fueron proscritos.

La autonomía es una posibilidad
Tu cercanía, la mejor arenga
De un discurso sin ampulosidad
De tu autoridad sin realenga.

Guillermo de Olivenza
Que en Extremadura naciste
Y en Córdoba te hiciste
Para volver sin vergüenza.

A tu Extremadura soñada
De tus pueblos queridos
Con tu enseña afortunada
Correspondida en amores desprendidos.

Un pueblo entero junto a ti reunido
Un partido obrero por ti liderado
Serán tus mejores defensores
De tus luengos proyectos y latidos.

Ni María Luisa, tu dueña,
Ni tus adolescentes alientan
Los corazones que se adueñan
Del vigor que te sustentan.

Ni las críticas feroces
De quienes no reconocen
El sabor de la derrota
Ni la pluralidad de opiniones.

Un año de Presidente
De la Extremadura que en ti siente
La sangre que corre por tus venas
Tu pasión silenciosa, incandescente.

La dignidad que nos insufló Ibarra
El orgullo de pertenencia a Extremadura
El aliento que nos insufla tu garra
La esperanza que en ti es obradura.

Presidente hace un año de la Junta
Y de la Comunidad de Extremadura.
Por tu voluntad de forjadura
Y de un pueblo todo donosura.

Tu compromiso con los olvidados
Será la mejor recompensa
A quien vacía su despensa
Para hacer feliz a los marginados.

Guillermo con vara de mando
Tuyo es el futuro, nuestra libertad.
Sin ti no hay mayor comando
Que nos libere de nuestra complejidad.

sábado, 21 de junio de 2008

Sangre roja sobre verde derramada

Todo el mundo recuerda hoy al bravo jugador español Luis Enrique y al italiano Tassotti. Casi nadie, a uno de los mejores árbitros del mundo en 1994, el húngaro Sandor Pohl, que no vio, o no quiso ver, lo que todo el mundo pudo ver: el codazo del italiano al español, que le rompió la nariz y le hizo sangrar abundantemente. Debió ser expulsión directa y penalti; pero nada pasó.

La eterna maldición de los cuartos de final, ya sean en la Eurocopa o en el Mundial, nos enfrenta de nuevo a Italia. De nada vale el ruego de Luis Enrique, que solicita venganza a su compatriota y paisano Villa. Para nada, que Tassotti figure como reserva, ni que Donadoni, uno de los grandes de la escuadra azzurra del 94, sea hoy su seleccionador.

En aquellos cuartos de final del Mundial de Estados Unidos 1994, se produjeron hechos incotrovertibles: España venía de derrotar limpiamente a Suiza por 3-0 en la primera fase, e Italia apenas había rozado un 2-1 ante Nigeria; pero la sangre derramada de Luis Enrique tuvo un escaso eco, el que hoy tiene, catorce años después, a toro pasado. El gol de Baggio desde cuarenta metros; el clamoroso fallo de Luis Salinas, solo ante el portero, cuando todo el estadio cantaba el gol; y, sobre todo, el árbitro: la FIFA deseaba una final Italia-Brasil, que emulara aquella gran semifinal, que debió ser la final, de México 70: Italia-Alemania. Como premio por no ver lo que todo el mundo vio, Pohl arbitró también la final de Estados Unidos 94.

La furia española es la desesperación de los mediocres, como los árbitros son, a veces, la excusa de los malos perdedores o la mala suerte coincide siempre en los cuartos de final.

Otro gran jugador español, José Antonio Camacho, seleccionador en el último Mundial de Corea y Japón, ha sido considerado como uno de los últimos exponentes de la “furia española”. En el Mundial de México 86, tuvo que salir del campo para ser asistido de una herida en la cabeza. Volvió al terreno de juego con un aparatoso vendaje que le cubría hasta los ojos, y no por ello dejó de demostrar la bravura del toro herido en su lucha contra el adversario.

En su etapa como entrenador del Español de Barcelona, las cámaras recogieron el instante en que uno de sus jugadores, Roberto Fresnedoso, se acercó al banquillo en busca del agua milagrosa que curara uno de sus dedos lesionados. La bronca de Camacho hizo época: “Yo juqué el Mundial de México 86 con una venda en la cabeza abierta”, le respondió, y le hizo volver al terreno de juego.

La sangre de Luis Enrique y la de Camacho, la más tierna y recordada, derramada sobre el verde césped de los campos americanos, constituye, por encima del simbolismo de una furia acabada, un olor que debe extraprolarse al trabajo de equipo, la entrega, el sacrificio. la estrategia, la cabeza y no el corazón, los avances tecnológicos, la dieta, los fisioterapeutas. nunca al acojone a la hora de la verdad.

No ganamos a Italia en competición oficial desde hace ochenta y ocho años: desde 1920, en los Juegos Olímpicos de Amberes, en que ganamos por 1-0. Ocho triunfos a favor de España, diez empates y nueve derrotas en contra de “la roja” Villa ha saboreado ya las mieles del triunfo, en el que él considera “el mejor gol de su carrera deportiva” ante Italia.

La mítica barrera psicológica de los cuartos de final se presenta hoy con dos concepciones de fútbol distintas: la de una Italia ganadora y la de una España con complejo de superioridad, de un lado, y de inferioridad, de otro. España gana, pero no convence; falla penaltys inexplicables; no gestiona sus ventajas y, si las hubiere, la echaremos a perder en los penaltys, como Croacia ante Turquía. Por algo será que el Madrid y el Barça prefieren siempre de cuartos hacia arriba de la Copa de Europa de Campeones de Liga a ingleses antes que a italianos. Schuster, entrenador del Madrid, entonces jugador del Barcelona, lo expresó claramente una vez: ”¡Hostia, nos ha tocado un italiano...!”

No siempre vencen los mejores; ganan los más sabios. Y por “sabio de Hortaleza” es tenido nuestro actual seleccionador. Esperemos que lo sea también de España entera.

Ojalá lleguemos a la final sin más sangre roja derramada que el sudor blanco expelido por nuestros jugadores, como la excesiva sudoración de Camacho en los banquillos de Corea, vivencia de una furia incontenida que empezara en Amberes y concluyera, con solo una Copa de Europa de Naciones, en 1964, en el Bernabéu, con el gol de Marcelino.

jueves, 19 de junio de 2008

UN CONGRESO PARA ANTICIPAR EL FUTURO

El recientemente celebrado congreso extraordinario provincial del PSOE de Cáceres el pasado lunes supone el comienzo del periodo congresual, que concluirá el, 26 de julio con la celebración de su X Congreso Provincial; pero antes, siguiendo las pautas establecidas por el partido, del 4 al 6 de julio se desarrollará el 37 Congreso federal; y el 19 y 20, el X Congreso Regional.

Esta estructural piramidal a la inversa, habitual en los partidos democráticos, obedece al hecho de que son los órganos que representan a toda la organización a los que corresponde decidir, en la órbita de sus respectivas competencias, las resoluciones que definan la posición del partido, así como marcar las directrices que llevarán a cabo, y concretar los órganos ejecutivos, poniéndolos en práctica con el apoyo y cooperación de toda la militancia. (Capítulo I, Principios organizativos comunes de los Estatutos y reglamentos Federales).

Es decir, el proyecto de futuro de un partido político se enmarca en las resoluciones de su ponencia marco que emanan del congreso federal y que obliga a todos; las regionales, del congreso regional y las provinciales, del congreso provincial.

Para qué, entonces, un congreso extraordinario, como el celebrado el pasado lunes por la Agrupación Provincial de Cáceres.

Los congresos extraordinarios tienen como finalidad, en este caso, elegir a los delegados que representan a la provincia en el congreso federal y debatir y votar, en su caso, las enmiendas de las agrupaciones comarcales a la ponencia marco y los estatutos que regirán el futuro del partido. En cambio, los congresos ordinarios regional o provincial tiene como misión anticiparse al futuro al regular en sus respectivas ponencias marco las líneas maestras que tendrán que seguir, de ser ratificados por los congresos, y elegir a los órganos rectores de las ejecutivas regionales y provinciales..

Este organigrama organizativo hace efectiva la democracia como forma de participación de los militantes en la vida del partido, que comienza en la unidad básica territorial, que no es otra que la agrupación municipal que, a través de sus órganos correspondientes, la asamblea general y la comisión ejecutiva municipal, derivan sus propuestas y resoluciones a los órganos superiores: provinciales, regionales y federales.

La democracia en el partido tiene su razón de ser en las asambleas y congresos que, cada cuatro años, han de debatir sus propuestas de futuro, en una permanente adaptación a una realidad cada día más cambiante, que requiere reinventar el futuro para quienes creen en él y se unen, por encima de sus posiciones personales, culturales o profesionales, bajo unos principios comunes que aceptan voluntariamente.

Para el PSOE, que se define como “una organización política de la clase trabajadora y de los hombres y mujeres que luchan contra todo tipo de explotación y aspira a transformar la realidad para convertirla en una sociedad libre, igualitaria, solidaria y en paz que lucha por el progreso de los pueblos”, el periodo congresual abierto, supone una redefinición de su propio futuro, de acercamiento a la realidad nacional, regional y provincial en la firme convicción de que solo la cercanía a los ciudadanos le hará cada día más un partido representativo de toda la sociedad, como lo son las bases que lo sostienen y que le insuflan la fuerza de su poder. Como bien afirma su secretario provincial, Juan Ramón Ferreira, el PSOE es el partido más parecido a la sociedad española, porque integra en sus bases a todas las clases sociales; es decir, un partido interclasista, como la misma España; como sus propios pueblos, en los que culminará el proceso con la renovación de sus agrupaciones locales.


martes, 17 de junio de 2008

La solución, no el problema


“Aquí estoy si pensáis que soy una solución y no un problema”. Con este sencillo ofrecimiento, el Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, se ofrecía a sus compañeros de partido que le han reclamado para que sea su secretario general, una vez proclamada la renuncia a presentarse a la reelección de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aunque algunos de otras filas no acabaran de creérselo, como nunca se creyeron que se quedara en su tierra ni volviera a la Universidad, como un político que ha terminado una etapa de su vida.

No puede hablar más claro quien, como político, se ofrenda para serlo aún más, aun a costa de más sacrificios personales y familiares. Si algo distingue a Vara es su sencillez humana y su claridad expositiva. Aun así, la frase hubo de precisar una traducción del secretario de comunicación del PSOE de Badajoz, José Luis Lucas, que aclaró que quería decir que optaba a la elección como secretario general, que la mayoría de las delegaciones comarcales extremeñas ya le han solicitado.

Vara es humilde como persona, conciso en sus argumentos y trabajador como político. De ideas claras e inteligibles, no precisa acudir a la consabida muletilla: “Estoy a disposición del partido” porque, quienes a menudo afirman eso, más parecen postularse para un cargo o para seguir en él que para cargar con otra carga que abrume aún más la responsabilidad del político.

Un político, en efecto, no precisaría decir al ofrecerse a sus compañeros electores que puede ser un problema, sino que se ofrece como solución, si ellos así lo entendieren. Y así lo ha entendido la gran mayoría de la militancia socialista extremeña tras el liderazgo de Ibarra. El problema, ahora, es la orfandad de su ausencia, y la solución, la valentía de Vara y su compromiso total con Extremadura.

Y en breve, cuando sea confirmado como tal, deberá defender los postulados que se le encomiendan: la igualdad y los derechos de Extremadura.

Defendía también ayer Juan Ramón Ferreira, secretario de los socialistas cacereños y cabeza de la delegación provincial al congreso federal, que el PSOE es “el partido que más se parece a los ciudadanos” y apelaba al mantenimiento de la proximidad con ellos y de su preocupación por los más débiles y por quienes padecen más dificultades.

La fuerza de un político reside en su trabajo, en su capacidad de convencer y de solucionar los problemas; en la de liderar un proyecto colectivo para todos, especialmente para quienes más lo necesitan. No puede un político encumbrarse en los oropeles del poder y olvidarse de quienes les eligieron para ello, porque él mismo, aun engrandecido por su obra, volverá un día a ser un ciudadano más, al que otros ciudadanos le juzgarán por sus obras, quizá no por las buenas que hizo, sino por las que dejara de hacer, porque en la política, como en la vida misma, todo el mundo parece malo hasta que morimos. Y aun así, --como ocurre todos los días-- muchos hombres y mujeres pasan a mejor vida sin otro reconocimiento que las lágrimas de quienes les lloren, porque se ganaron su amor.

La furia la dejamos para la selección española que, en estos momentos, no es otra que la de fútbol. La célebre frase: “A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo”, acuñada por “Belauste” en los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920, en los que obtuvimos la medalla de bronce, y que pronto se convirtió en símbolo de la “furia española” (frase acuñada, curiosamente, por la prensa madrileña, cuando los dos jugadores eran bilbaínos militantes de la “armada hispana”) no vale hoy ni para el fútbol ni para la política. Lo único que vale, y seguirá teniendo valor, es el trabajo en equipo, los proyectos, las soluciones, las estrategias y las políticas para cada momento y para cada cosa, sin olvidar a nadie, porque “muchos son los llamados, pero pocos los elegidos”, como Vara y Ferreira, dos hombres y un destino común en torno a una mayoría que les alza en hombros, como a los entrenadores que triunfan en la Eurocopa.

lunes, 16 de junio de 2008

LA ROJA QUE NOS UNE

A los españoles nos unen las grandes pasiones y nos dividen las banderías, sean éstas políticas, religiosas, culturales, de etnias o razas.

España está hoy más unida que nunca junto a su bandera. “La roja nos une”, proclaman cientos de españoles en el Tirol austriaco. La bandera, como símbolo de la nación, que todos apoyamos como una piña en busca del triunfo que puedan obtener quienes nos representan en el deporte más popular: el fútbol.

La roja que nos une y las banderías que nos dividen: la huelga de los camioneros, la avaricia de los acaparadores, de los pescadores a río revuelto, la fruta nunca prohibida y pisoteada, el sudor baldío, las discusiones estériles, los enfados sin sentido…, y, al final, un partido que siempre pierden los perdedores de siempre: los débiles, los que más trabajan y sufren, los que menos ganan y todo lo pierden para que otros se enriquezcan a costa de los sudores ajenos.

La vida es un partido diario que jugamos todos, en el que unos ganan y otros pierden, y en el que el empate no vale para nada, si acaso para bajar, nunca para subir peldaños. Si nuestra bandera fuera siempre la roja, como lo fue antes y lo es ahora, la fervorosa unidad que hoy concita nos ahorraría gran parte del tiempo perdido, de vanos empeños, de la envidia que nunca sabemos despejar, de la intolerancia que nos quema los dedos cuando nos olvidamos del símbolo nacional que nos une e intentamos superponer sobre ella nuestras propias banderías, y el punta adversario nos hace la cama que no hicimos a tiempo.

Para nada valen ya, sino para la historia, los goles de Zarra a Williams en 1950, nuestra mejor clasificación en un Mundial: semifinalistas; ni el gol de Marcelino a la URSS, junto al de Pereda, nuestra única Eurocopa en 1964; ni el fallo de Arconada en 1984 en la final contra Francia, que nunca debimos perder, pese al gol de Platini, presidente hoy de la UEFA, que se le coló a Arconada, y el postrero de Bellone.

La mayoría, ni se acuerda de eso; pero la mayoría desea al fin, alrededor de la roja que nos une y siempre nos arrebató el ánimo, que por una vez, como en aquellas otras fechas históricas, el deporte que más pasión y dinero mueve, el más popular, ante el que nadie es indiferente durante estos días, nos otorgue la gracia de pasar los cuartos, las semifinales y la final.

Sólo eso, como el 12-1 a Malta, del 21 de diciembre de 1983, sirve para liberar a millones de españoles de tantas derrotas como nos da la vida, de tantos partidos perdidos y empatados, para que solo unos pocos puedan alzar cada día la copa de su victoria sobre los demás: la victoria que nunca nos la puede dar un deporte profesional, aunque la obtuviéramos en buena lid, sino los profesionales de una globalización que nos empobrece, como si de ilusiones perdidas o besos nunca hallados o perdidos para siempre se tratase; el alma y el corazón rotos por la amargura del partido disputado, pero perdido, muy a nuestro pesar. Al final, la roja siempre nos unirá, como la interpretación del himno aún sin letra que nos emociona en los prolegómenos de un partido o en los desfiles de los soldados que rinden honores a la roja.

jueves, 5 de junio de 2008

Extremadura en Cabeza

Para Casilda Gutiérrez

Extremadura cálida, Extremadura pura
No solo cabeza de Soria eres
Con tus aguas dulces y puras
Reclamo de olimpiadas y cultura.

Un año esperas por toda aventura
Que consagre la lealtad de tu cabeza
En que prime el brillo de tu ventura
E inhumes la leyenda de tu desventura.

“Somos agua dulce”,
Lema de dulzor en la Expo
De turismo, sed y aventuras
Agua dulce de mi destierro.

Cabeza de Extremadura
Extremadura en cabeza
Del 2016 en la cultura
de la carrera olímpica por ventura.

Cabeza en cuidados paliativos
Líder en reacciones adversas
Para buenaventura de medicamentos
En comunidades virtuales en despensa
Y en trasplantes que dan vida remisivos.

Extremadura cálida, Extremadura pura
Que hubiste colas en España
Y eres hoy cabeza pensante
Adehesada de aguas dulces y puras.

Extremadura cálida
Extremadura pura
Cabeza de España
Y no toda cola impura.

Como Casilda consejera
Consultiva de Extremadura
Madrina en mi destierro
De Coria y de nuestro río,
Alagón, de agua adehesada y pura,
Que esparció todo un pueblo
Antes unido en sus tres culturas.