jueves, 19 de junio de 2008

UN CONGRESO PARA ANTICIPAR EL FUTURO

El recientemente celebrado congreso extraordinario provincial del PSOE de Cáceres el pasado lunes supone el comienzo del periodo congresual, que concluirá el, 26 de julio con la celebración de su X Congreso Provincial; pero antes, siguiendo las pautas establecidas por el partido, del 4 al 6 de julio se desarrollará el 37 Congreso federal; y el 19 y 20, el X Congreso Regional.

Esta estructural piramidal a la inversa, habitual en los partidos democráticos, obedece al hecho de que son los órganos que representan a toda la organización a los que corresponde decidir, en la órbita de sus respectivas competencias, las resoluciones que definan la posición del partido, así como marcar las directrices que llevarán a cabo, y concretar los órganos ejecutivos, poniéndolos en práctica con el apoyo y cooperación de toda la militancia. (Capítulo I, Principios organizativos comunes de los Estatutos y reglamentos Federales).

Es decir, el proyecto de futuro de un partido político se enmarca en las resoluciones de su ponencia marco que emanan del congreso federal y que obliga a todos; las regionales, del congreso regional y las provinciales, del congreso provincial.

Para qué, entonces, un congreso extraordinario, como el celebrado el pasado lunes por la Agrupación Provincial de Cáceres.

Los congresos extraordinarios tienen como finalidad, en este caso, elegir a los delegados que representan a la provincia en el congreso federal y debatir y votar, en su caso, las enmiendas de las agrupaciones comarcales a la ponencia marco y los estatutos que regirán el futuro del partido. En cambio, los congresos ordinarios regional o provincial tiene como misión anticiparse al futuro al regular en sus respectivas ponencias marco las líneas maestras que tendrán que seguir, de ser ratificados por los congresos, y elegir a los órganos rectores de las ejecutivas regionales y provinciales..

Este organigrama organizativo hace efectiva la democracia como forma de participación de los militantes en la vida del partido, que comienza en la unidad básica territorial, que no es otra que la agrupación municipal que, a través de sus órganos correspondientes, la asamblea general y la comisión ejecutiva municipal, derivan sus propuestas y resoluciones a los órganos superiores: provinciales, regionales y federales.

La democracia en el partido tiene su razón de ser en las asambleas y congresos que, cada cuatro años, han de debatir sus propuestas de futuro, en una permanente adaptación a una realidad cada día más cambiante, que requiere reinventar el futuro para quienes creen en él y se unen, por encima de sus posiciones personales, culturales o profesionales, bajo unos principios comunes que aceptan voluntariamente.

Para el PSOE, que se define como “una organización política de la clase trabajadora y de los hombres y mujeres que luchan contra todo tipo de explotación y aspira a transformar la realidad para convertirla en una sociedad libre, igualitaria, solidaria y en paz que lucha por el progreso de los pueblos”, el periodo congresual abierto, supone una redefinición de su propio futuro, de acercamiento a la realidad nacional, regional y provincial en la firme convicción de que solo la cercanía a los ciudadanos le hará cada día más un partido representativo de toda la sociedad, como lo son las bases que lo sostienen y que le insuflan la fuerza de su poder. Como bien afirma su secretario provincial, Juan Ramón Ferreira, el PSOE es el partido más parecido a la sociedad española, porque integra en sus bases a todas las clases sociales; es decir, un partido interclasista, como la misma España; como sus propios pueblos, en los que culminará el proceso con la renovación de sus agrupaciones locales.


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