domingo, 30 de octubre de 2016

PLASENCIA Y SU CATEDRAL, LA PERLA ENTRE LAS PERLAS DEL VALLE

 
           “El principal lugar de interés es la catedral.” [1] Con esta frase resume el escritor Henry George O´Shea, viajero irlandés de origen español del XIX, su capítulo sobre las posadas de la ciudad, de las que solo cita la Posada de las tres puertas y el Parador nuevo, para centrarse en los monumentos más importantes de la misma [2] En el citado capítulo sobre Plasencia, que O´Shea debió escribir en 1860, [3] anota que la sede episcopal placentina, asentada sobre las orillas del Jerte, censa en aquel entonces 6.000 habitantes, y está rodeada por ocho torres cilíndricas y reforzada con seis puertas “todas de lo más pintoresco y excelentes ejemplos de la ingeniería medieval castellana”. Recuerda que, en el lado nordeste y dominando el resto, se levantaba una poderosa fortaleza “cuyas ruinas subsisten”. Describe a continuación el viajero el urbanismo y los monumentos de la ciudad: “las calles pavimentadas con guijos son estrechas y las casas de tiempos pasados merecen una visita, especialmente la del marqués de Mirabel. “Observad –apunta—la gran escalera, las columnas y las estatuas; la del marqués de Santa Cruz de Paniagua (literalmente, pan y agua), con un magnífico balcón…” Subraya a continuación que “el principal lugar de interés es la catedral”, construida en 1498 y de estilo gótico-flamígero, “modernizada y reformada en varios sitios, mientras que otras partes no se han terminado. Observad la magnífica entrada del sur, la puerta plateresca, “Puerta del Enlosado”…
 
            Describe algunos aspectos que le llaman la atención: “el interior está de algún modo desfigurado por las descomunales columnas que sujetan el techo del pasillo central; apreciar la magnífica y colosal reja del coro, seis pies de alta (1664), de Celma; las maravillosamente talladas sillas del coro Tedescas de Alemán; el retablo del altar mayor, una obra maestra de Gregorio Hernández  (1626); cuatro grande cuadros de Ricci (sic), las tumbas platerescas del obispo Ponce de León y otros.
 
            Finalmente, Henry O´Shea recomienda visitar la iglesias de San Nicolás, con una magnífica tumba del obispo Pedro de Carvajal; San Ildefonso, por la tumba  de Cristóbal de Villalta; la iglesia de San Vicente Ferrer; por otra de Martín Nieto (1597). “Fragmentos que tentarán al pintor no le faltará en la catedral, en el palacio del obispo...” y concluye: “Los anticuarios estudiarán y trazarán la maravillosa vía romana de la Lata, que va desde Mérida a Salamanca, y que está mucho más marcada cerca de Mérida y de la Charca, donde todavía subsisten las columnas militares (sic), de siete pies de altas, generalmente bien conservadas…”
 

[1] Henry George O`Shea (1838-1905), escritor español de origen irlandés, adoptó la nacionalidad francesa y se estableció en Biarritz, ciudad en la que presidió la Sociedad de Ciencias, Artes y Letras. Académico correspondiente de la Real de la Historia de España, fue autor de guías y descripciones, entre otras “Guide to Spain and Portugal” (Guía de España y Portugal, edit. John Lomas, Edimburgo, 1868).
 
[2] Vid.: Viajeros ingleses por Extremadura (1760-1910), vol. II, edición de Jesús A. Martín Calvarro,  Diputación de Badajoz, 2004, págs. 161-162.
 
[3]  Vid.: Blog Historias de Badajoz, de Fernando de la Iglesias Frías.
 

 

sábado, 29 de octubre de 2016

CASAS DE DON ANTONIO: PARADA Y FONDA EN LA VÍA DE LA PLATA

 
           Qué caminante por la Ruta de la Plata no conociere Casas de Don Antonio, población cercana a Cáceres, a mitad de camino entre Mérida y aquella, en el borde meridional de esta provincia. Sede de una de las mansio (lugar donde pasar la noche durante un viaje, una parada oficial en una calzada romana, mantenida por el Imperio para el uso de oficiales y hombres de negocios que, a lo largo del tiempo, fueron adaptadas para acomodar a gente de toda condición, incluso al emperador) más importantes de la época romana, en plena Vía de la Plata.
            Un nuevo libro ha venido a dar luz sobre este pueblo [1],  a orillas del Ayuela. Prologado por su alcalde, José Manuel Buitrago Morales, afirma que la obra compendia la evolución histórica del pueblo desde sus orígenes hasta la actualidad, pasando por el arte y las costumbres,  que llena la ausencia de una amplia descripción histórico-artística de la población, a la vez que ensalza sus riquezas.
            La obra aborda, en efecto, los precedentes históricos de las Casas y su entorno inmediato, y bucea en las referencias documentales y arqueológicas, los repertorios o itinerarios porque según los autores, "la historia nos ayuda a entender el presente estudiando el pasado", a la vez que muestran su extrañeza por el hecho de que una población, que cuenta con un rico patrimonio histórico-artístico, "no haya despertado la atención de estudiosos e historiadores.
            El municipio actual de Casas de Don Antonio, situado en una llanura ondulada por la que discurre el río Ayuela, fue fundado por la Orden de Santiago en los cortijos o Casas de un caballero de nombre Antonio, de donde le vino el nombre de Casas de Don Antonio, hacia 1290, reinando Sancho IV. Fue aldea de Montánchez y, por privilegio del rey Carlos III, el 24 de septiembre de 1769, se convirtió en villa "en sí, para sí y sobre sí", con jurisdicción civil y criminal, título adquirido mediante pago de una determinada cantidad de dinero a la Corona. A la caída del Antiguo Régimen, la localidad se constituye en municipio constitucional de la región de Extremadura, que, desde el año 1834, quedó integrada en el partido judicial de Montánchez.
            La época romana ofrece materia abundante sobre la población y su tierra. Casas se sitúa en la mansión de Ad Sorores y mansión de Iber ab Emerita Asturicam, situadas en la Vía de la Plata, a 26 millas romanas de Augusta Emerita. Las vías romanas importantes no se conocen hasta que, en torno al 217 d. C., se redacta el Itinerario de Antonino (Itinerarium Provincianum Antonini Augusti), que podríamos considerar como un libro de carreteras actuales, cuyo origen se remonta a la época de Antonino, aunque sufrió cambios en la época de Diocleciano. En él se indica el número de vías romanas importantes de Hispania, así como los  lugares y mansiones por los que pasaba y la distancia entre ellas. Una de estas vías es la Vía de la Plata, que uniere Mérida y Astorga, un camino largo y enlosado, de los que aún se conservan algunos tramos en la provincia de Cáceres, los mejores desde el Puerto hasta Baños de Montemayor.
            En la época romana, las comunicaciones cobran una nueva dimensión ya que, sin perder el paso por la zona anterior, existe una racionalización basada en el control militar y la administración territorial. La organización de las comunicaciones supuso una red de descansos o mansiones espaciadas en la distancia, que pudiere recorrerse en un día, que permitían el avituallamiento o el cambio de animales de tiro. A través de Extremadura discurre buena parte de lo que fuere la columna vertebral del sistema hispanorromano de caminos, que no es otro que el eje norte-sur, constituido por las vías XXIII (Iber ab Ostia Fluminis Anae Emeritum Usque) y XXIV (Iber ab Emerita Caesaraugustam) , del Itinerario Antonino, que unían las desembocaduras del Guadiana con  Asturica Augusta a través de Augusta Emerita, capital de la Lusitania.
            Desde la Edad Media se viene denominando Camino de la Plata al tramo comprendido entre Augusta Emerita y Asturica Augusta. Aunque Ptolomeo no hace mención del emplazamiento de Ad Sorores, mientras que sí cita el resto de núcleos urbanos de población, son  razones suficientes para certificar que nos encontramos ante una mansio cuya vida provenía del camino, como núcleo de servidores de tiros, alojamiento, postas y vía militar, que podría situarse en la dehesa de Santiago de Bencaliz, y que las 26 millas que marca el itinerario  vienen a cumplirse en pleno baldío o dehesa, a 1.500 metros al norte de Casas. La calzada Vía de la Plata cruza el término municipal de Norte a Sur. Parte de Mérida sobre el puente del Albarregas, pasa por el Puerto de las Herrerías y frente a Casas está el miliario que indica el número de pasos: XVIII, siendo la primera mansio Ad Sorores. Junto al pueblo se localizaría la primera mansio Ad Sorores de la vía XXIV del Itinerario Antonino, a 26 millas de Augusta Emerita y a 20 de Castra Caecilia.  En Santiago de Bencaliz han salido a la luz los restos de una villa romana (siglos I-IV d. C.), reutilizada como ermita, que debió verse favorecida en su desarrollo y en la difusión de sus productos por la vía y su proximidad a la mansio Ad Sorores.
            Casas es eso y más: 32 kilómetros cuadrados de extensión de su término municipal; un paisaje serrano en el que predomina la dehesa; una vegetación de bosques de encinas y alcornoques; cultivos como el olivo, el viñedo y los frutales; ganado bovino, porcino, equino y caprino; una amplia fauna; una urbanización irregular, con casas de una o dos plantas, y una arquitectura popular esencialmente funcional. Casas dio hijos ilustres como Sebastián Flores Pavón (1703-1777), obispo de Cuenca; Pedro de Lorenzo Morales (1917-2000), periodista, escritor, abogado, director de periódicos, que escribió la memoria de su tierra y los muertos; Miguel Ángel de Prieto (1772),que profesó de misionero en Filipinas; José María Galán, médico adjunto al Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres. Las Casas es también "La Cruz de la Horca", que memora el privilegio de Carlos III; la iglesia parroquial dedicada a la Asunción; la ermita del Pilar; y sus tradiciones populares, entre ellas el próximo Rachoné, una pila de peña que los quintos colocan en medio de la plaza el día de Nochebuena, a la que prenden fuego, y cantan durante toda la noche villancicos, finalizada la cena familiar... Las Casas, Casas de Don Antonio.

[1] Vid.: Ramos Rubio, José Antonio y De San Macario Sánchez, Óscar: Casas de Don Antonio, una mansio en la Vía de la Plata, Edit.: Diputación Provincial de Cáceres, 2016, 135 págs.
 


 

martes, 18 de octubre de 2016

"DIVERSIDAD FUNCIONAL"

 
            La reciente propuesta aprobada en la Asamblea de Extremadura de modificación de la Ley 13/2015, de 8 de abril, de la Función Pública de Extremadura, solicita el cambio del término "discapacidad" por el de "personas con diversidad funcional", al considerar el proponente peyorativos los términos discapacidad o minusvalía. Poco añade la nueva terminología si no fuere porque contemplare otras medidas para este colectivo referidas a los sistemas de promoción y provisión de puestos de trabajo, cupo de reservas de plazas y mejoras en el derecho de formación de los empleados públicos con "diversidad funcional", además de abordar la diversidad funcional sobrevenida y deterioro progresivo, con adaptaciones y recolocaciones de los puestos de trabajo. Facilitar la inclusión de este colectivo en la Función Pública no es algo nuevo, como tampoco lo fueren las modificaciones legislativas al respecto.
            Ya la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, vigente desde 2007, en su disposición adicional octava, prevé que "las referencias que en los textos normativos se efectúan a "minusválidos" y a "personas con minusvalía" se entenderán realizadas a "personas con discapacidad" y obliga que, a partir de su entrada en vigor, las disposiciones normativas elaboradas por las Administraciones Públicas utilizarán los términos "persona con discapacidad" o "personas con discapacidad" para denominarlas. También la Organización Mundial de la Salud decidió abandonar en 2001 los términos minusválido o persona con minusvalía, estos, sí, por su connotación peyorativa. En 2006, la ONU decidió que discapacidad fuere el término elegido en el I Tratado Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad. Diez años antes, en 1986, por RD 348/1986, la Administración española suprimía los términos subnormalidad y subnormal en los textos administrativos por minusvalía y persona con minusvalía. En su blog "Una de cada mil", Paula Bornaechea afirma: "No soy menos válida que nadie por mis limitaciones, ni la discapacidad es una cualidad."
            No basta el cambio de los términos de uso de otros tiempos ni las definiciones que pretenden la igualdad efectiva de las personas con deficiencias. minusvalías o subnormalidad con discapacidad funcional, si lo ya contemplado en las leyes, como la de Dependencia, no se cumplen. Bien está adaptarse a los tiempos, abrir nuevos cauces y caminos para la integración. No son menos válidos los considerados deficientes, discapacitados o minusválidos que las personas que ahora pretendemos llamarlas "personas con discapacidad funcional". Hay más presuntos cuerdos que ostentaren más "diversidad funcional" que a quienes pretende llamárseles de esta guisa. No todos los cambios son buenos si no es para mejor.
 

viernes, 14 de octubre de 2016

EL ARZOBISPO DIEGO GELMÍREZ Y MÉRIDA

 
           No olvidará Mérida, como Santiago, al primer arzobispo de la capital compostelana, Diego Gelmírez (Santiago de Compostela, 1070-1140). Inició su educación en la escuela catedralicia de Santiago hasta ser enviado durante un tiempo a la corte del rey Alfonso VI. A su regreso obtuvo una canonjía en la iglesia de Santiago. Entre 1090 y 1094 permaneció al frente de la cancillería de Raimundo de Borgoña, yerno de Alfonso VI, y, desde 1092, junto a su esposa Urraca. Fue administrador de la diócesis entre 1093 y 1094, año en que fue nombrado obispo Dalmacio. Recuperó el cargo a su muerte, en 1096, hasta que él mismo fue elegido obispo el 1 de julio de 1100.
 
            Sus estrechos contactos con la Orden de Cluny, con Roma y con el rey Alfonso VII, le ayudaron a conseguir que su diócesis lograra el rango arzobispal en 1120, así como amplios poderes eclesiásticos y civiles, como administrar justicia y acuñar moneda. Fue el papa Calixto II quien concedió a Compostela la dignidad arzobispal de la antigua sede de Mérida, a la vez que nombraba al obispo Gelmírez legado pontificio sobre las provincias eclesiásticas de Mérida y Braga. Su pontificado

[1] fue el punto de partida de la ascensión política y religiosa que, durante los dos siglos siguientes, conoció la capital compostelana. Hacia 1120, según Moraleda Tejero, solicitó al papa Calixto II la dignidad metropolitana para la sede de Santiago. El pontífice accedió a sus peticiones. La bula llegó en 1122. Este nombramiento supuso arrebatar la diócesis de Mérida a la de Toledo y hacerla sufragánea de la de Santiago, a lo que se opuso el arzobispo de Toledo, Bernardo, quien logró evitar que la sede de Braga traspasase su dignidad a Compostela. Bernardo logró que el papa le confirmara como primado. Gelmírez, desoyendo las órdenes papales, convocó un concilio nacional en Compostela, que era prerrogativa del primado, lo que provocó un nuevo enfrentamiento entre ambos prelados, en el que Bernardo exigió la devolución de la diócesis de Mérida, apelando a las últimas decisiones papales mediantes las bulas de 1122. El papa terminó por dar la razón a Gelmírez. Su pontificado supuso la exaltación de la sede compostelana, a la que convirtió en uno de los grandes centros de peregrinación de Occidente; embelleció la catedral; trasladó a Santiago reliquias de santos de la diócesis de Braga, y logró establecer en su sede un centro de peregrinación a la altura de Roma y Jerusalén.
 
            Desde el año 255 aproximadamente, con el obispo Marcial [2], Mérida censa 21 obispos. El Episcopologio de Mérida-Badajoz señala que la archidiócesis ha pasado por tres periodos de tiempos distintos, determinados por circunstancias históricas: comienza con los "obispos de Mérida", del siglo II al X; desde el siglo X pasa a la sede de Badajoz, conociéndose como los "obispos de Badajoz"; y a partir de 1994, los arzobispos lo son de Mérida-Badajoz. La cátedra pacense la ocupan 79 obispos, desde Thedocutus (año 904) hasta Antonio Montero Moreno (1980-1994), que fue nombrado primer arzobispo de Mérida-Badajoz (1994-2004), a los que le han seguido Santiago García Aracil (2004-2015) y, en la actualidad, ocupa la sede metropolitana, Celso Morga Iruzubieta, desde 2015.
 
            La archidiócesis de Mérida-Badajoz fue erigida por el papa Juan Pablo II el 28 de julio de 1994, por la bula Universae Ecclesiae sustinentes,  restituyendo de este modo el antiguo Arzobispado de Mérida, y recogiendo el rico legado del obispado de Badajoz. Junto a la metropolitana, dos diócesis conforman la Provincia Eclesiástica de Extremadura: la Coria-Cáceres y la de Plasencia.
 
            Aquilino Camacho Macías publicó en 2002 "La antigua sede metropolitana de Mérida", con motivo del 1.750 aniversario del primer documento escrito sobre el cristianismo en la ciudad, y  Teodoro A. López López presentó en los Coloquios Históricos de Extremadura un trabajo titulado "La provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz" [3], en el que analiza los antecedentes históricos y la creación de la provincia eclesiástica, en la que, al referirse a su denominación, afirma: "La fundación romana Emérita (s. I a. d. C.) y la árabe Badajocense (s. IX d. C), con un intervalo de diez siglos, justifica un orden cronológico incuestionable." Además, señala, que la nueva archidiócesis de Mérida-Badajoz, asume la antigua herencia de Emerita Augusta, metropolitana de la provincia Lusitania, que fue la sede episcopal de este territorio y población (siglos III-IX). Finalmente, cabe citar la obra de Isabel Velázquez: Vidas de los Santos Padres de Mérida (Trotta, Madrid, 2008).
 
            Con el nombre de los Santos Padres de Mérida se denomina a los santos Paulo (530-560), Fidel (560-571) y Masona (561-605), prelados de la antigua Emerita Augusta, durante los siglos VI y VII, la época de esplendor de la sede arzobispal emeritense, cuya festividad se celebra el 14 de noviembre, y cuyo culto y memoria fueron recuperados por el arzobispo Santiago García Aracil.
 

[1] Vid.: Moraleda Tejero, Juan Manuel:  La web de las biografías, en mcn.biografias.com.
 
[2] Vid.: meridabadajoz.net/archidiocesis/episcopologio.
 
[3] Vid.: chdetrujillo.com.
 
 
 

martes, 4 de octubre de 2016

SOBRE EL GOLPE DE ESTADO O DE MANO EN EL PSOE

 
           Distintos medios nacionales e internacionales han calificado de "golpe de Estado" la operación de derribo del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, llevada a cabo el pasado domingo (02/10/2016), por el denominado sector crítico del partido. La expresión "golpe de Estado" es un calco de la expresión francesa coupe d´ État, la usurpación violenta del gobierno de un país, o la actuación violenta y rápida, generalmente por fuerzas militares o rebeldes, por la que un grupo determinado se apodera o intenta apoderarse de los resortes del Gobierno de un Estado, desplazando a las autoridades existentes, según el Diccionario de la RAE. El "golpe de Estado" es entendido, en fin, como una violación de la legalidad institucional vigente en un Estado por parte de un grupo de personas que pretende, mediante la fuerza, sustituir o derrocar al régimen existente, sustituyéndole por otro propicio y generalmente configurado por las propias fuerzas golpistas.
            ¿Podríamos considerar la semana negra del PSOE, que concluyó el pasado domingo con la dimisión de su secretario general y la constitución de una comisión gestora, como un golpe de Estado? En modo alguno, aunque así hayan querido verlo algunos medios informativos nacionales e internacionales. The Guardian, por ejemplo, consideraba lo ocurrido en el seno del PSOE como "un intento de golpe de Estado" con dos claros objetivos: derrocar a Pedro Sánchez y terminar con nueve meses de estancamiento electoral";  The Washington Post lo calificaba, en cambio, de revuelta; Le Monde, de guerra abierta; Liberation, de guerra fraticida (elconfidencial.com, de 30/09/2016); sin embargo, medios nacionales hablaban directamente de golpe de Estado: "Golpe de Estado de parte de la Ejecutiva del PSOE contra Pedro Sánchez" (diagonalperiodico.net, de 28/09/2016); "Brutal levantamiento de la militancia del PSOE contra los golpistas" (Esdiario­­_com, de 28/09/2016). El que fuere candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Josep Borrell, echaba por tierra el sintagma aplicado a los acontecimientos vividos la pasada semana al decir: "Si lo que está pasando en el PSOE, es un golpe de Estado, está organizado por un sargento chusquero" (el mundo.es, de 30/09/2016), queriendo expresar de este modo que un suboficial con apenas mando y sin tropa armada no puede dar nunca un golpe de Estado, añadido a las conspiraciones y marrullerías cometidas en el presunto intento por parte del sector oficialista, que ha abochornado a cualquier militante de buena fe.
            El golpe de Estado constituye una violación y falta de reconocimiento hacia la legitimidad constitucional, ya que atenta contra las reglamentaciones legales de llegada y permanencia en el poder. Es preciso distinguir, empero, dos grandes tipos de golpes de Estado: el institucional, aquel que tiene lugar cuando llegan al poder ciertos integrantes del propio partido en funciones (pero el partido no está en funciones, fue la directiva restante la que así se denominó, figura no contemplada en los estatutos) mientras que el golpe de carácter militar es concretado por las Fuerzas Armadas. Así, entre los golpes más importantes de la historia reciente destaca, por ejemplo, el del general Franco, al sublevarse contra el legítimo gobierno de la II República, que condujo a la Guerra Civil; o el protagonizado el 25 de abril de 1974 por los capitanes de la revolución de los claveles que terminó con el régimen dictatorial salazarista en Portugal; o el intento de golpe de Estado fallido protagonizado por el teniente coronel Tejero, el 23 de febrero de 1981, frustrado gracias a la intervención del rey Juan Carlos, capitán general de los Ejércitos.
            Más bien tendríamos que hablar de golpe de mano que, según el Diccionario de la RAE, "es una acción rápida e imprevista que altera una situación en provecho de quien da el golpe", aunque estuviere de más, en este caso,  en la definición el adjetivo "violenta", que no fue el caso. Los oficialistas intentaron parar el golpe con mil y una artimañas --incluida la urna escondida, o las interpretaciones del reglamento-- que para nada sirvieron tras una votación adversa para el secretario general y sus lugartenientes, que querían dilatar el proceso a toda costa.
            Ni siquiera la presidenta de la Mesa del Comité Electoral, Verónica Pérez,  acertó al decir: "En este momento, la única autoridad que existe en el PSOE, soy yo, les guste o no" (politica.elpais.com, de 02/10/2016). Pues no, porque, tras dos horas de espera, no fue ni recibida. La autoridad era, hasta el momento, el secretario general, que no había dimitido ni hubiere sido cesado. Usted, como presidenta, tiene una labor moderadora, porque los acuerdos los toma el Comité Federal en pleno. Nos recuerda el episodio  una de las frases más conocidas de la intentona golpista del 23/02/1981, la del capitán Muñecas --condenado a cinco años por su participación en el asalto al Palacio del Congreso--, cuando, desde la tribuna del hemiciclo, se dirigió a los diputados para anunciarles la llegada de "una autoridad competente, militar, por supuesto", que se iba a hacer cargo de la situación (elperiodico.com, de 05/12/2013). Ni los militares son autoridades, sino mandos, al servicio del pueblo, y no para rebelarse contra él con las armas que les fueren entregadas, como tampoco lo fuere Verónica Pérez al proclamarse "única autoridad"; ni los miembros del Comité, que interpretaban, cada uno a su manera y a su favor, los artículos del Reglamento. "O sea, esténse tranquilos" (sic, capitán Muñecas, el 23-F). Ahora, a coser y zurcir, que les espera una larga travesía del desierto...