martes, 26 de febrero de 2013

CARGO PÚBLICO, CARGA PÚBLICA

            Siempre se sostuvo que tener un cargo público implicaba tener una carga por la responsabilidad que supone su asunción y cometido; pero el cargo es sinónimo, en cuanto a su singularidad, de dignidad, grado, honor, custodia, gobierno, dirección, obligación... El cargo público es oficial, estatal, gubernativo, administrativo; no privado o secreto, sus antónimos. El cargo es una carga con la que hay que apechugar cuando se acepta que, por momentos, abruma, agobia, estomaga, pero con la que es preciso apencar, cuando se asume libre y voluntariamente.
            El cargo público subsume una carga privada de soledad, críticas, sinsabores, abatimiento, acusaciones, incordios, fastidios, hartazgos... El cargo público deviene de la voluntad libre del elector, pero su carga no debe gravitar como pública para quienes le eligieron para administrar en su nombre los asuntos públicos. El cargo público no debe suponer una carga pública para el ciudadano, sino solo la que soportare el poder de la púrpura. 
              ¿Y qué es el "poder de la púrpura"? Alberto Vázquez Figueroa recrea en su blog el origen de esta expresión, siempre de actualidad.  Recuerda el escritor que, en el año 40, el emperador Calígula invitó a Ptolomeo, último rey de Mauritania --que era el nombre del oeste de Argelia en los primeros años de la era cristiana--, a Roma "y, según Suetonio, cuando este acudió al anfiteatro a presenciar un espectáculo de gladiadores, vestía una capa de seda natural de color púrpura tan deslumbrante que atrajo la admiración del público y provocó la envidia del emperador". Añade el escritor que era sabido que una prenda de tal magnificencia solo podía lograrse a base de sumergir durante largo tiempo la mejor seda del lejano oriente en un costosísimo tinte que solo se encontraba en las islas Purpúreas (las Canarias), "al que muy pocos navegantes había conseguido arribar". Suetonio -sigue diciendo Vázquez Figueroa- asegura que el hecho de que Ptolomeo luciese algo tan valioso venía a significar que su poder llegaba más allá que el de Roma, por lo que el tirano Calígula ordenó su muerte y se apoderó de la capa". Esta anécdota, concluye, demuestra que dos mil años no significan nada y que la avaricia de los gobernantes continúa siendo la misma, la que lleva a un emperador a ansiar algo que le diferencie aún más del resto de los humanos. Calígula vivió una crisis económica, hizo reformas, vació el tesoro y siguió pidiendo dinero a la plebe. Muerto Ptolomeo, un año después fue asesinado por sus propios pretorianos. Lo mismo que hoy, en que los políticos y banqueros  ansían tanto el "poder de la púrpura" que desahucian a los pobres y pensionistas para enriquecerse ellos aún más, cuando el cargo público no es, ni debe ser, sinónimo de carga pública. La carga pública de los cargos públicos la asumen quienes ven cómo pasa febrero y aún no tienen su tarjeta sanitaria ni la devolución del copago prometido a primeros de enero. ¡Es tan grande el peso de la púrpura, aun siendo tan liviana...!
            Agustín de Foxá se refería, en un artículo publicado en "ABC" al "peso de la púrpura" como "la pesadumbre del imperio y del mando". El color púrpura se asocia a la realeza y simboliza poder, nobleza, lujo y ambición. Su nombre proviene de un molusco marino que segrega una tinta que, al contacto con el aire, adquiere un color rojo más o menos oscuro, violáceo o violado, con la que se preparaba un tinte muy costoso, con el que se daba a las vestiduras propias de sumos sacerdotes, reyes, emperadores... y, por este motivo, era considerado en la antigüedad como el más bello y precioso de los colores. El púrpura es un color contradictorio: refiere, a la vez, abundancia, inteligencia, religiosidad, dignidad, misterio, arrogancia y pasión; pero también frivolidad, orgullo y pomposidad.
            Hoy se dice que Benedicto XVI no ha podido con el "peso de la púrpura", cuando él tan solo ha dicho: "He llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino" y... "para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado". Otra cosa es "sacudirse el peso de la púrpura", que es liberarse de las obligaciones que dan la fama y los cargos o títulos importantes. Hay un vínculo entre esta renuncia papal, que no abdicación ni dimisión, y otras, como la del ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez, el 29 de enero de 1981 cuando, al anunciar su dimisión, la justificó con estas palabras: "No quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España."... El 19 de septiembre de 2006, el entonces presidente de la Junta de Extremadura, Rodríguez Ibarra, anunciaba su renuncia a ser candidato a la Presidencia tras veinticuatro años en el poder con estas palabras:  "Todo tiene un límite y esta etapa mía ha llegado a su fin", justificada por motivos de salud y tras haber sufrido un infarto en noviembre del año anterior. El 16 de diciembre de 1999, Julio Anguita, coordinador general de Izquierda Unida, anunciaba con un "Hasta aquí he llegado" su renuncia a presentarse como candidato en las siguientes elecciones generales antes de ingresar en el quirófano tras sufrir un infarto. Era Navidad y el cardenal arzobispo de Madrid, Rouco Varela, tenía por costumbre visitar a los enfermos en los hospitales. Le preguntaron si podía pasar y respondió afirmativamente, siempre que fuera sin prensa ni constancia gráfica. En un momento, Rouco le dijo que sus pastorales no se repartían en las parroquias, porque nadie se ocupaba de hacerlo y Anguita le respondió: "Cardenal, lo mismo ocurre con los informes en Izquierda Unida", y se echaron a reír...

miércoles, 20 de febrero de 2013

EL SEGUNDO ABANDONO DE GRANADILLA

           La villa de Granadilla (Cáceres) sufrió su primer abandono tras desaparecer como municipio por Decreto 1347/1965, de 6 de mayo, por el que se acuerda su disolución como municipio y la incorporación de su término municipal a los limítrofes (BOE de 29-5-1965). La expropiación forzosa de fincas urbanas y rústicas se tramitó por el procedimiento de urgencia, previsto en la ley de 7 de octubre (BOE del 12 de octubre) y la Orden Ministerial de Obras Públicas de 6 de noviembre de 1939, en concordancia con  el Real Decreto del 20 de enero de 1950, por el que se declaró con carácter urgente la construcción del pantano de Gabriel y Galán, cuyo expediente se tramita conforma a la citada Orden de Obras Públicas anteriormente citada. Entre 1965 y 1994, en que se inicia el Programa Interministerial de Recuperación de Pueblos Abandonados, Granadilla sufre un cruel expolio, que afecta incluso a las tumbas de su templo parroquial, forjados de hierros de ventanas y balcones y las tejas que pudieran servir,  a quienes, con la complicidad de algunos, dieron negocio a otros con los restos del naufragio.

            En 1980, la villa fue declarada conjunto histórico-artístico por Real Decreto 2428, de 26 de septiembre (BOE de 10 de noviembre de 1980); en 1981 concluyen las obras de rehabilitación del castillo. El 22 de octubre de 1990 se firma el convenio marco regulador de las actuaciones que desarrollarán los Ministerios de Obras Públicas y Urbanismo; Agricultura, Pesca y Alimentación, y Educación y Ciencia, por el que la Confederación Hidrográfica del Tajo cede el uso del poblado de Granadilla. En 1994, por Orden del Ministerio de Educación y Ciencia de 25 de noviembre, se regula la actividad de recuperación y utilización educativa de pueblos abandonados (BOE del 6-12-1994). Desde entonces hasta hoy han pasado por la antigua villa cacereña miles de estudiantes de Bachillerato y universitarios de núcleos industriales, en un intento de acercar a la vida rural a jóvenes que, en su mayoría, viven en núcleos urbanos, brindándoles la posibilidad de comprender la necesidad de un cambio de actitudes para asegurar el futuro equilibrio del hombre con su entorno.

           Este programa, desarrollado también en Búbal (Huesca) y Umbralejo (Ciudad Real) ha permitido, junto a la restauración de las casas nobles de la villa, el conocimiento del medio rural y sus formas de vida para muchos jóvenes alejados de él, además de la importante inversión realizada por los tres ministerios implicados en el programa, y el conocimiento de la villa y sus alrededores por estudiantes de toda España y del extranjero.

           La noticia, dada a conocer por El Periódico Extremadura el pasado jueves 14, que aludía a la suspensión de las becas este año por motivos presupuestarios, fue calificada el domingo por el portavoz de Educación del PSOE en la Asamblea, Luciano Fernández, como un "atraco a Extremadura"· y un "expolio a la región", al tiempo que anunciaba una iniciativa en la Cámara para que se firme el convenio interministerial que dé continuidad al Programa educativo. La Consejería de Educación y Cultura ha respondido hoy que se reunirán con responsables ministeriales para tratar de buscar una solución "dentro de su ámbito competencial".

           La implicación de varios organismos y la diversidad de competencias de propiedad y de gestión puede conducir, de no encontrarse una solución, a la pérdida de las actuaciones llevadas a cabo hasta la fecha; a un segundo abandono de la villa, monumento histórico-artístico, por cuya seguridad debe velarse, y mantenerse abierta; y a tirar a la basura la millonaria inversión realizada por el Estado en su recuperación. Granadilla no merece un tercer destierro y un segundo abandono porque, como escribiera la estudiante Petra Michálková, del Instituto "Federico García Lorca" de Bratislava,  en 2010, "Granadilla fue una experiencia inolvidable": http://www.educacion.gob.es/exterior/sk/es/promocion-del-espanol/granadilla-2010.pdf . 
 

viernes, 15 de febrero de 2013

CONVERSIÓN EN VÍSPERAS DE CUARESMA


           Martes de Carnaval, previo al día de hoy, Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma, y surge una conversión anunciada, como si el Espíritu Santo que iluminare al papa hubiere extendido sus rayos de luz sobre los hombres que se creen inmortales. El PP, que sigue pensando que su mayoría absoluta lo convierte en inmortal, y que los poderes fácticos de los humildes ciudadanos no podrán contra sus puertas del infierno, solo abiertas para ellos,  ha tenido la valentía, que le honra, de rectificar tres veces en un mismo día. El PP ha recordado con anticipación las palabras con que la Iglesia Católica les habla hoy a sus fieles sobre la caducidad y fugacidad de la vida, la miseria humana de nuestros cuerpos de carne y hueso que, al recibir hoy la ceniza sobre la frente, fuente de buenos y malos pensamientos, nos advierte: “Memento homo quia pulvis eris et in pulverem reverteris” (Acuérdate, hombre, que polvo eres y en polvo te has de convertir).

              El PP rectificó ayer para alegría de los ciudadanos tres posiciones que, previamente, había mantenido con tenacidad: despide al ex marido de la ministra de Sanidad y ex alcalde de Pozuelo de Alarcón y “funcionario” del partido hasta la fecha, en palabras de nuestro Floriano, Jesús Sepúlveda, relacionado con la trama Gürtel. “Rectificar es de sabios”, reconoce la secretaria general, Dolores de Cospedal.

              Vísperas de Cuaresma y el ministro de Justicia, Ruiz Gallardón, da marcha atrás en su polémica ley del tasazo, que tiene en contra a la judicatura y a los ciudadanos, que veían en ella una justicia para ricos y otra para pobres, como casi siempre hubiere en España. El ministro ha anunciado cambios antes del trámite parlamentario, entre los que sobresalen la supresión de los procesos de ejecución hipotecaria cuando afecten a la vivienda habitual.

              Precisamente, los desahucios, y no la presencia o lo que dijere en el Congreso el presidente del Banco Central Europeo, Mariano Dragy, era lo que ayer más preocupaba a los españoles: saber si el PP era capaz o no de admitir a trámite una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) presentada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), liderada por la catalana Ada Colau, quien se atrevió a llamar “criminales” a los banqueros al comparecer días pasados en sede parlamentaria. La ILP estaba avalada por 1.400.000 firmas (el mínimo son medio millón), y el PP había anunciado su oposición a ella. Colau, a quien hoy se disputan todos los partidos para que forme parte de sus filas, “recias marciales”, había dicho también que, de no ser aceptada a trámite, en este país no existía democracia, sobre todo cuando el partido del Gobierno había admitido otra sobre la regulación de los toros como fiesta de Interés Cultural (BIC), que había reunido 600.000 firmas, solo 100.000 más de las necesarias.

              La ILP sobre los desahucios, que sumaban cuatro muertos en cuatro días antes de la votación, fue admitida por 334 votos a favor, ninguno en contra y una abstención , “una victoria de la ciudadanía”, según Ada  Colau, lo que no quiere decir que las peticiones “irrenunciables” (dación en pago retroactiva, promoción del alquiler social…) vean la luz en el BOE. La de los toros contó con 180 votos a favor (PP, UPyD y UPN), 107 abstenciones (PSOE) y 40 en contra (CIU, ERC, ICV, CHA y PNV).

              Al iniciar hoy los cuarenta días de penitencia y conversión, con la imposición de la ceniza, la Iglesia nos recuerda que la gloria se reduce muy pronto a la nada, porque “polvo somos y en polvo nos hemos de convertir”, algo que banqueros y políticos se han encargado de recordarnos en los últimos años, anticipándose así al calendario litúrgico y a la humildad de Benedicto XVI; pero de sabios es rectificar y la humildad de reconocer los errores propios debería ser consustancial a los políticos, capaces de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, ni de oír la voz del pueblo que clama en las calles, que fueren de todos, y en el desierto, solo para los eremitas y desahuciados de la tierra, según ellos, el 80 por ciento de los mortales.

martes, 12 de febrero de 2013

INTERREGNO ENTRE DOS REINOS

           Benedicto XVI ha abierto con su renuncia al papado un “interregnum” (entre el reino) no por insólito, no previsto por ello. Desde el año 526 de la era cristiana, con el papa Celestino V, no se había producido un hecho semejante en el Reino de Dios en la Tierra. La renuncia papal está prevista en el Código de Derecho Canónico (la Constitución de la Iglesia), promulgado por Juan Pablo II en 1983, que contempla que, para que la renuncia sea válida, ha de ser libre y manifestada formalmente. Esto es lo que ha hecho esta mañana ante el consistorio reunido en San Pedro para fijar las fechas de dos canonizaciones, ante la falta de vigor, “tanto del cuerpo como del espíritu…, para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado”. ¿Podría decirse que en la Iglesia se producirá desde el día 28 próximo, a las 20.00 horas, en que la sede de Pedro quedará vacante, según el anuncio papal, un “interregnum”, una interrupción en la sucesión normal, como los reyes, papas o emperadores?

             La sucesión hereditaria, el interregno o la sede vacante, es la forma de reglamentar en las monarquías una sucesión hereditaria, de forma que, antes de que se produzca la finalización del término del primer monarca, el heredero al trono, asciende a él tras la muerte o abdicación de su predecesor; pero el papa no abdica ni dimite: renuncia. El “interregnum” en la Iglesia se produce tras el fallecimiento o renuncia válida del papa y la elección del siguiente por el Cónclave, que hasta entonces dirige el camarlengo. De sucesión hereditaria puede hablarse en las monarquías con heredero o sucesor establecido. Así, los dos últimos “interregnum” en el Reino de España pueden establecerse en el Sexenio Democrático  (1868-1870 y 1873-1874), tras el advenimiento de Isabel II y el advenimiento de Alfonso XII y el breve reinado de Amadeo I (1870-1873), y el de la dictadura franquista, desde el momento en que la Ley de Sucesión de 1947 declara a España Reino, hasta 1975, en el que el rey Juan Carlos I asume la Jefatura del Estado tras ser nombrado por él y aceptado su nombramiento por las Cortes.

El Estado Vaticano puede ser considerado como una monarquía no hereditaria, en tanto que el sucesor de Pedro no está previamente designado, sino que lo es por el Colegio Cardenalicio con derecho a voto en el Cónclave; es decir, los 118 cardenales menores de 80 años, entre ellos cinco españoles. El papa no es un rey ni heredero de una dinastía heredada por consanguinidad. De ahí el dicho vaticano que reza que, en el Cónclave, “quien entra papa, sale cardenal”. Por ello, los cardenales reciben todos el título honorífico de “príncipes de la Iglesia”; es decir, todos son electores y elegibles al trono de Pedro; herederos todos, pero solo uno será el sucesor del trono del apóstol: quienes decidan los electores. El papa electo debe dar, además, su consentimiento a la elección al cardenal decano, con la pregunta en latín: " ¿Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?” (“¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice”) y, si el candidato electo diera su consentimiento, le preguntará a continuación: “Quo nomine vis vocari?” (¿Con qué nombre deseas ser conocido?)  Y responderá: “Vocabor Pius XIII”, “Joannes XXIV” “Paulus VII” o “Benedictus XVII”,  por ejemplo…
La Iglesia Católica oscila ahora, en este “interregnum”, entre dos reinos: el suyo de la tierra, aunque su reino no es de este mundo, perdido el poder temporal a finales del XIX, y el del cielo, al que guía a los católicos el sucesor de Pedro. No se había planteado durante siglos una renuncia que honra a Benedicto XVI y de la que deberían tomar ejemplo los políticos, si no por edad y carencia del vigor físico y espiritual necesarios, sí por el mal ejemplo y el desapego de sus propios fieles hacia quienes por ellos fueren elegidos. Y si antes nadie había renunciado a la silla de Pedro por estas humanísimas razones, excepto cuatro, aunque solo puede considerarse como personal y voluntaria la de Celestino V, las tesis aportadas hasta la fecha –como que no puede haber dos papas vivos, o que no puede renunciar por su misión espiritual ajena a la edad- las ha echado por tierra Benedicto XVI. Por otro lado, a nadie extraña que los cardenales mayores de 80 años no participen en el Cónclave, o que los arzobispos y obispos y sacerdotes se retiren a los 75 años, una edad de jubilación que solo existe en pocos lugares de la tierra.

miércoles, 6 de febrero de 2013

DAOS PRISAS EN MORIR ANTES QUE MALVIVIR…

              Nunca hubiere político tan desafortunado como el japonés de Finanzas, Taso Aso, quien instó a los mayores de su país a “darse prisa y morir” para dejar de gastar dinero en Sanidad. El  ministro tiene 72 años y sus palabras provocaron un auténtico terremoto en un país en el que más del veinte de la población tiene más de 60 años y los ancianos son respetados y venerados. Aso se mostró contrario, a finales de enero, a las técnicas de reanimación y tratamientos para prolongar la vida, y afirmó que hay personas a las que se les obliga a vivir, cuando lo que quieren es morir, y se refirió  a los mayores dependientes como “gente tubo”. Hace unos años se preguntaba por qué tenía él que pagar a los mayores de 65 y 70 años, que no dejaban de ir al médico y gastar en Sanidad.
 
              Lejos de sorprendernos por tales declaraciones, son cada día más los españoles que van asumiendo que, aun sin eutanasia legalizada, no es algo que nuestros políticos nos vayan a pedir, sin decirlo, de aquí a poco, al negar la asistencia a los dependientes; al subir el copago de los medicamentos a quienes los necesitan; a no subir las pensiones, sino a bajarlas sin proclamarlo; a retirar cada día más medicamentos de la lista de la Seguridad Social; a dejar abandonados a los ancianos que, aun siendo de siempre la veneración de sus hijos y maestros para todos, son considerados hoy, un estorbo, o al menos una carga insufrible para las arcas de la Seguridad Social.
Quienes así piensan, y lo proclaman, y quienes lo niegan, parecen ignorar que la esperanza de vida sube en España, sobre todo entre la población femenina, a la vez que se desboca la cifra de parados, lo que acorta el número de cotizantes para sostener a una población cada día más necesitada de asistencia. Los políticos y banqueros también nos están costando un ojo de la cara; pero ellos, a lo suyo: con el pueblo para seguir y sin el pueblo para seguir forrándose; sin embargo, a ellos nadie les pide que se mueran para acabar con una lacra que se extiende como una mancha de aceite, porque la eutanasia está prohibida, aunque se puede ejecutar cortando el grifo que más duele a quienes lo necesitan. La medicina que ellos necesitaren, la recomiendan para los demás. “Daos prisa en morir antes de que os quitemos la vida sin que os enteréis…”, parecen decir quienes más gasto producen a las arcas públicas y no dan a cambio beneficio alguno. Predicando la muerte con la boca chica y la vida con la grande…
Todo el mundo conviene en afirmar en que es mejor morir cuando se es dependiente y se ha perdido la calidad de vida: por uno mismo y por los demás; pero de ahí a solicitar la muerte para ahorrar, va un trecho muy atrevido y largo. El futuro que nos ofrecen no es ya la vida, sino la muerte. Hubo generaciones perdidas por las guerras, y hay, hoy, otra generación perdida en tiempos de paz, la que huye buscando la vida lejos de su tierra; quienes se resignan a seguir viviendo en ella confiando en unos regidores por ellos electos que no merecieren vivir si dijeren todos los días, como el japonés: daos prisa en morir antes que malvivir… Ese es el futuro que os espera; y no os quejéis aunque os subamos el copago, porque solo son unos céntimos, y no os enviemos al banco lo que pagasteis de más ni a casa la tarjeta sanitaria que necesitáis…, porque vais a morir de todas formas.
Teófila López Carrero hubiere cumplido hoy cien años, de los cuales más de cincuenta los pasó lejos de su tierra. Nunca deseó morir. Aun en sillas de ruedas y sin reconocer ya ni a sus hijas, rezaba y cantaba sin parar; pero falleció en Madrid el día 26 de enero, a punto de su centenario. Gumi, Ceci, Charo y sus nietos, nunca la olvidarán, porque estuvieron a su lado hasta el final. Ahora, solo la fe y sus hijos sostendrán también su vida hasta que les llegue la hora.
Extremadura se va poblando de centenarios mientras la juventud desaparece y el despoblamiento se acrecienta. Solo las grullas les acompañarán en su último viaje en la tierra. Mientras, los políticos se ponen las máscaras de carnaval y solo se atreven a decir que ellos no saben nada…, ni de la tierra y menos aún del cielo, ahora, cuando este nos recuerda que “polvo somos y en polvo nos hemos de convertir”.
 

domingo, 3 de febrero de 2013

UN PLAN PARA ACABAR CON LA CRISIS



              Cada español no político tiene un plan para acabar con la crisis, como cada español no seleccionador de fútbol hubiere una selección ideal para ganar todos los campeonatos. Los españoles nos erguimos en seleccionadores de todo y de la nada, en revolucionarios capaces de acabar en la calle, a voces, con pancartas o a tiros, con la pléyade de políticos impresentables que, en lugar de apaciguar la vida, templar los ánimos y hacer posible el Estado del bienestar, se lo arrogan para sí, llevando al pozo del abismo a la llamada clase media que lo sostuviere.

              No basta con hacer propósitos de enmiendas, ni con declaraciones de transparencia, ni con hacer pública nuestras cuentas y pagos al fisco. Todo eso está muy bien, pero no es suficiente para acabar con el tercer problema del país, tras el paro y los problemas económicos, según el barómetro del CIS de diciembre de 2012, por parte de quienes debieren dar el ejemplo que se les supusiere. Un país con más de un centenar de políticos de todo el arco parlamentario imputados por corrupción, que continúan ejerciendo la política como profesión y no como vocación, y cuyo censo de sospechosos aumenta cada día, no puede liderar, en modo alguno, la salida a una crisis, a costa de los que menos tienen, cuando ellos se llenan los bolsillos a pesar de los recortes que hacen a la mayoría. Los recortes no deben traspasar determinadas líneas rojas que ahoguen derechos fundamentales y consolidados en las últimas décadas y que ponen en peligro no solo el Estado del bienestar, sino la dignidad de la vida misma que hubieren por derecho constitucional todos los españoles. Ni pueden los políticos, por su propia dignidad que honra a una mayoría, pedir, como solicitaba hace unos días el ministro japonés de Finanzas a los ancianos de su país “a apurarse a morir” para resolver los problemas económicos, tanto como si aquí el ministro del ramo correspondiente hiciere la misma petición a los pensionistas para resolver el déficit creciente de la Seguridad Social.

              La drástica reducción del déficit impuesta a España por los organismos internacionales no pueden, de ninguna manera, acabar con el derecho universal a la sanidad, la educación, las pensiones y la dependencia, los pilares que sostienen las cuatro patas del Estado del bienestar, ni que los recortes caigan sobre los funcionarios que sirven con esmero al sistema.

              Ya en los albores de la democracia, un senador del Reino, que lo fuere durante muchos años, me reconocía que la citada institución constitucional no servía para nada si no se cambiaban sus funciones y reglamento. Seguimos igual, porque, aunque parezca que la Constitución sigue teniendo validez plena, son muchos los que urgen una reforma para redefinir la estructura del Estado, cada día más debilitado por quienes solicitan unas competencias exclusivas del propio Estado,  por la crisis, por la corrupción y el paro galopantes y por el mal ejemplo de muchos políticos que no asumen para sí los sacrificios que piden a los demás. Países europeos de larga tradición democrática, como Suecia, Dinamarca o Noruega carecen de Senado. Alemania censa un centenar de senadores y Estados Unidos, uno por cada estado federado de la Unión. Teóricos del Derecho Internacional y constitucionalistas lo ven como una cámara prescindible, innecesaria y en peligro de extinción. España tiene 260 senadores, cuya eliminación supondría un ahorro de 3.500 millones anuales.

              Hay otros recortes más importantes por hacer y que no se hacen: eliminar la pensión vitalicia de todos los diputados, senadores y padres de la patria; revisar, como ahora se está haciendo, los sueldos de alcaldes que se ponen a sí mismos el salario que les da la gana; obligar a devolver el dinero robado a las arcas públicas, además de penas de cárcel para los ladrones, en lugar de otorgar amnistía a delitos punibles; eliminar todos los coches oficiales; anular las tarjetas de crédito con que muchos pagan gastos particulares; dejar un solo diplomático y cónsul en cada país y, por supuesto, eliminar los de las comunidades autónomas, porque la representación exterior es competencia exclusiva del Estado; y, en fin, rebajar un 30 por ciento las transferencias a sindicatos, fundaciones y varios, con lo que se ahorrarían 45.000 millones de euros, y no haría falta tocar las pensiones ni bajar la inversión pública… Con estas medidas se habría terminado la crisis.

              No puede ser que haya recortes para una mayoría y dobles sueldo para una minoría; dinero para sanear la banca y no lo haya para quienes lo necesitan. La gente está harta; la marca España está bajo mínimos; las denuncias silenciosas se están haciendo oír; la gente grita en las calles. Nadie se calla ya porque el silencio nos ahoga, aunque algunos medios, oficiales y extraoficiales lo silencien, he aquí lo que la gente canta en la calle: 

En la Puerta del Sol (3 bises)
mamita mía,
Nadie se marcha, nadie se marcha.

Las gentes indignadas (3 bises)
Mamita mía,
qué bien te guardan, qué bien te guardan.

Los bancos y las cajas (3 bises)
Mamita mía,
nos han robado, nos han robado.
 
Y ahora nuestros derechos (3 bises)
Mamita mía,
Quieren quitarnos, quieren quitarnos.

Madrid, qué bien resistes (3 bises),
Mamita mía.
Tanto saqueo, tanto saqueo.
 
Con recortes aguantas,
Ciudadanía,
y el agua al cuello,
y el agua al cuello.

En la Puerta del Sol…