domingo, 25 de abril de 2010

SILENCIO PERPETUO, DOLOR PRESENTE

En principio fue el silencio, la abstención del habla, en quienes la padecieren. Un silencio de claustro obligado, no profeso por fe; el silencio perpetuo con que se prohíbe al actor que vuelva a deducir la acción o a instar sobre ella. Fue un largo silencio impuesto, obligado, abnegado, sumiso; el silencio desestimatorio del habla ante el silencio administrativo de la ley y de la justicia. Un silencio de siete décadas que nadie podía romper.

No fuere bastante el silencio para acallar el habla: el habla de la memoria; ni el dolor ni el luto ni el tiempo, aflicciones suficientes para el olvido; el agudo dolor que molesta sin interrupción porque no hallare remedio a su abstención de habla; como el nefrítico.

El silencio se impone por la fuerza, no por la persuasión de la palabra. Han rabiado muchos de dolor; gritos o quejidos por un vehemente dolor, persistente aflicción ahogada por el silencio impuesto a los vivos, por el silencio de los muertos; pero “la vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos”, decía Cicerón.

La memoria no ahoga el dolor; lo mantiene vivo, aun doliente. Sin habla, la memoria se acrecienta. No hubiere ejércitos ni armas capaces de ahogarla. Se vivifica la memoria en el silencio de la palabra. El llanto ahoga la palabra, pero riega la memoria. No fenece la palabra, aun silenciada, en el silencio del claustro del habla, como el nasciturus que escuchare la palabra de su madre, a la espera de la suya.

No ha ahogado el silencio de los muertos el habla de los vivos, aunque algunos lo persiguieren. El silencio perpetuo se ha trocado en el llanto de los vivos. La palabra se ha hecho carne de dolor, expresiva del letargo del habla. Hablan los vivos por el silencio de los difuntos; el dolor se manifiesta tras el silencio perpetuo; reclaman el habla perdida por el silencio impuesto; la justicia frente a la desmemoria; la verdad frente a la mentira; su derecho a expresar su dolor frente a la imposición del silencio.

Se ha roto el silencio del habla, porque no hay nichos perpetuos conocidos para la memoria de los vivos, ni archivos secretos que guardaren su dolor eternamente. Lloran, ahora, abiertamente los que guardaron silencio de días y noches sin habla. La palabra perdida se manifiesta en las fotos de los perdedores; en el llanto que aún interrumpiere sus palabras ahogadas durante años…, aun con habla. Lloran quienes nunca pudieron hablar; hablan quienes nunca pudieren decir palabra. “La palabra fue plata y el silencio, oro”; pero ya fuere la hora de que sea oro y no plata, porque “el recuerdo no solo destruye, sino que construye”, afirmaba Eduardo Haro Tecglen. La pesadumbre moral de la aflicción no reside en el silencio impuesto, sino en el dolor presente, iterativo del pasado.

viernes, 23 de abril de 2010

UNA “FUNDA ADECUADA” PARA JIMÉNEZ CARRERO


“La regalo a Extremadura solo a cambio de una funda adecuada”, decía Helga de Alvear en el diario “El País” el pasado día 22, en un reportaje titulado “Un tesoro de arte a precio regalado”, en el que se refría a una de las colecciones de arte contemporáneo más importantes de Europa, unas 2.500 obras coleccionadas durante más de treinta años, y que pronto verán la luz en la “funda adecuada” de la Casa Grande de Cáceres.

Ni Cultura ni varios museos españoles quisieron su obra; pero cuando se la ofreció a Ibarra para Extremadura, éste no dudó un instante: “La colección se queda aquí.” Después de la aceptación de su oferta, le llovieron otras de su país de origen, Alemania; pero la “funda adecuada” la encontró en Cáceres.

Hay un pintor extremeño de origen que pudiere ser la segunda Helga de Alvear en su tierra. Nació en Granadilla (Cáceres), fue uno de los primeros pobladores de Alagón del Río; se marchó a trabajar a Tenerife. Allí estudió Bellas Artes y continuó en Madrid, alternando su profesión con su vocación del alma: la de pintor primero; la de escultor, después. Ha sido reconocido en su tierra: es hijo adoptivo de Plasencia y ahora lo será “predilecto” de Alagón del Río. Fue el primer español en exponer en Qatar. Su obra ha sido vista por toda Extremadura y España. Granadilla fue una de las respuestas a su obra; en Alagón aprendió lo que significaba el trabajo y el esfuerzo; Plasencia le dio la luz que en su pueblo nunca hubiere; pregonó sus fiestas; su comarca le reconoció como uno de sus mayores divulgadores. Su muestra “Cuando Granadilla” fue visitada en el verano de 2005 por más de 40.000 personas. Ahora, en Salamanca, en la céntrica calle Zamora, realiza su última exposición, que en tan solo veinte días ha superado los 25.000 visitantes. Ha perdido ya el recuento de sus muestras, aunque más de sesenta obraren en su poder, en un “itinerario de búsqueda que responde a la imperiosa necesidad de aproximarme al alma de mi pueblo”.

Si a Helga de Alvear, Ibarra le respondió tras su ofrecimiento: “La Administración es lenta, pero la colección se queda aquí” (véase el citado reportaje), de Enrique Jiménez Carrero (Granadilla, 1953) dice en su obra “Rompiendo cristales”, en su capítulo “Del fracaso inteligente a la Extremadura del siglo XXI” (véase pág. 248): “…y artistas de reconocimiento nacional como Javier Cercas, Luis Landero, Manuel Martínez Mediero, Enrique Carrero o Eduardo Naranjo.” Hubiere oportunidad de conocerle el ex presidente Ibarra y de admirar su obra en la muestra que inaugurara en la Asamblea de Extremadura en 2006; sin embargo, no ocurriere igual en quienes se empeñan en no ver la luz y el reflejo de la luz de la memoria que inspiraren sus cuadros.

Enrique Jiménez Carrero, profeta en su tierra, ha ofrecido a su ciudad adoptiva una colección de 150 obras, sin que hasta la fecha la lentitud de la Administración, a la que aludiere Ibarra, se haya dignado contestar a su oferta que, por lo demás, tiene la mano tendida fuera de Extremadura. No pudiere ser profeta en su tierra quien todo lo da y nada recibe.

A primeros de abril, el Pleno Municipal de su primer pueblo de acogida, Alagón del Río, acordó iniciar el expediente para nombrarle Hijo Predilecto. Fue allí con su familia, como uno más de los primeros colonos que lo habitaren. Allí siguen sus padres, Germán y Domi. Su “itinerario de búsqueda” continuó en Plasencia de la mano de su tía Basilia que, aun siendo niño, le regalara una caja de lápices de colores para que pintara. Y desde entonces, Carrero intenta comunicar lo que le emociona, “porque entiendo que es la única forma de emocionar al espectador”.

Había pregonado el pintor las fiestas de Alagón, entonces con gobierno popular, cuyo color político él no advirtiere, porque hubiere en su paleta los necesarios para pintar, sino por la devoción al Cristo de su pueblo, que entonces allí residiere, desterrado del propio, como él. En el citado Pleno, los dos concejales populares se abstienen, porque ignoraren la historia, y el proyecto de escultura que se propone regalar a ese pueblo: una silla cargada de sosiego y esperanza, como la que hallaren en el último municipio independiente de Extremadura sus visitantes; como aquellas que volvieron a su villa perdida convertidas en obras de arte.

“Cada día intento realizar un análisis para resaltar los principios y los planteamientos de un arte especialmente moderno y próximo al espíritu de la vanguardia; un arte que quiere ser nuevo y que tiene eso que Baudelaire le exigía al arte moderno: algo eterno y algo transitorio; buscar en el pasado las claves para poder transformar la propia tradición...”, me confiesa Jiménez Carrero en carta personal.

En cierta ocasión, en el Museo de Bellas Artes de Albacete, vio llorar a un hombre mayor ante una de sus obras. Emocionado él mismo, le preguntó por qué lloraba… A duras penas pudo responderle, y le regaló el cuadro… ¿No hubiere Extremadura, más aun Plasencia, otra “funda adecuada” para la mejor difusión de su obra, como Helga de Alvear la hubiere en Cáceres?

lunes, 19 de abril de 2010

CÁCERES 2016: ENCUENTROS EN LA PRIMERA FASE


El proyecto no para; la meta se acerca; la fecha acucia: 10 de julio. Toda Extremadura está volcada; las instituciones lo apoyan, y el casi el cien por cien de los extremeños. Ante el encuentro en la primera fase, el punto estratégico está definido: la historia y el patrimonio de la región como ejes de futuro.

Es una “oportunidad única”, dicen unos; “un proyecto estratégico para la ciudad y región”, proclaman otros. La competencia es alta; el documento está prácticamente concluido. No conviniere descubrir, empero, las cartas. Es la hora de Cáceres, la hora de Extremadura en España. El proyecto convoca hoy a todos los extremeños, desde el Valle del Jerte hasta las montañas de Tentudía; desde el Puerto a los Hitos; desde la Montaña a Bótoa.

Condensa Cáceres el Otoño de la Edad Media, como Mérida la romanidad; Badajoz, el poder musulmán; Trujillo, la conquista, Medellín, la atalaya del horizonte perdido; Plasencia, la ciudad benéfica y acogedora… Cómo no unirse todos, por una vez siquiera, con una sola voz en Cortes para una sola proclama: aquí, Cáceres; aquí, Extremadura entera con Cáceres., señor presidente.

El pasado 13 de abril, Extremadura fue una sola voz por Cáceres en el Senado de la nación, la cámara de representación territorial del poder del pueblo. Todos unidos, diputados y senadores, con la alcaldesa de Cáceres al frente, presentaron el proyecto de nupcias con Europa. Fuimos los primeros para no ser los últimos; porque siempre fuimos los últimos, ahora nos toca ser los primeros. Si “espíritu desunido” animó históricamente a los extremeños, ahora la unión, que hace la fuerza, les impulsa en la tarea colectiva. El proyecto está en nuestras manos; la decisión, en la de otros.

Hubiéremos ya el reconocimiento moral de casa e internacional de quienes aún nos desconocieren. Las redes sociales han proclamado un millón de visitas, tantos como habitantes de Extremadura, al video interactivo de promoción de la capitalidad, premiado en Estados Unidos por su originalidad sorprendente para hacer hijos adoptivos de la ciudad a todo el que lo deseare. Cáceres ha proclamado su amor al mundo entero. Su web ha sido reconocida como la mejor de la región; su logotipo es conocido ya en medio mundo. “Tenemos que hacerlo bien, porque es el momento de Extremadura”, proclamaba Carmen Heras en el Senado.

La Recontre de Madrid del 15 de abril, en la que estuvieron presentes las trece aspirantes de España y las cuatro polacas, fue el segundo paso ante el encuentro de la primera fase, o corte, de julio. “Cáceres debe y quiere ser el puente cultural que comunique a Europa la riqueza de nuestra tierra y de toda Iberoamérica”, expresó ante la asamblea la alcaldesa de Cáceres.

Cáceres no está sola. El Presidente de Extremadura ha apelado a los empresarios; el Presidente de la Asamblea suscribía el pasado día 10 ante los jóvenes que no habríamos de perderlo como horizonte. El miércoles 21, la Universidad celebrará un acto para apoyar la candidatura. Cáceres “debe a la Universidad su fundamento de Capital Cultural, Ciudad del Conocimiento, la Creatividad y de la Innovación”, por lo que se compromete con el proyecto estratégico. Nuestros “Erasmus” en Europa y los europeos aquí, deben comprometerse también con la candidatura, como embajadores permanentes, que ya lo fueren, antes y después de que la luz se haga.

El apoyo ciudadano será criterio básico en la evaluación; y parece que lo hemos conseguido. Cáceres 2016 no puede ser la oportunidad perdida, por única, sino el trampolín de futuro para Extremadura; pero “tenemos que hacerlo bien, porque es el momento de Extremadura”, proclamó nuestra alcaldesa en el Senado. Cáceres lo vive; Extremadura lo ensueña; España lo espera. Fuimos los adelantados en América, por qué no en Europa…


domingo, 18 de abril de 2010

DE SUMANDOS Y MINUENDOS

Suma y no restes. Si no sumas, no restarás ni multiplicarás ni dividirás. El sumando emerge hoy como primera fuente del estilo matemático. No vale el “divide y vencerás” (DYV), como paradigma del sistema algorítmico, método basado en la resolución recursiva de un problema dividiéndolo en dos o más subproblemas de igual tipo o similar. “Vencerás” es la propuesta para la subclase simple de problemas.

Las incógnitas de la ecuación residen hoy más en el sumando que en el minuendo. Cuando las administraciones públicas restan porque los ingresos disminuyen, no se puede multiplicar ni dividir. Si no hay sumandos, no hubiere multiplicandos ni dividendos; solo, minuendos.

Entre sumandos y minuendos, el primero emerge como solución recursiva del único problema con dos incógnitas: sumar para repartir lo mínimo a los más necesitados, porque no hubiere para multiplicar ni dividir entre todos. El método presupuestario no es hoy una regla de tres simple directa, ni inversa, sino más bien compuesta, en la que el problema involucra más de tres cantidades conocidas, además de las desconocidas; pero cuando no existe una relación de linealidad entre los valores de las variables que intervienen, hubiere de intervenir el sentido común o la experiencia.

¿Aplicamos el sentido común o la experiencia a un problema común que a todos afectare? Más bien pareciere que no existiere una norma de estilo, ni siquiera el estilo matemático preciso, para resolver las incógnitas de la ecuación. “Cuando uno no quiere, dos no riñen”; pero las pendencias ideológicas se superponen al estilo matemático, al sentido común, al interés general frente a los partidistas y particulares.

El sumando que se ansía no es el minuendo que deseamos, como el ahorro previsor no fuere el consumo apetecible. Entre sumandos y minuendos, ganan siempre los que más tienen y pierden los que menos hubieren. La banca siempre gana, aunque no todo lo que quisiere; los asalariados no ganan lo que desearen para pagar lo que se les exigiere; los ricos se enriquecen a costa de los pobres y no pagan lo que debieren.

En tiempos de vacas flacas, sobra la lírica y falta la épica. Lo reitera el Presidente Vara, el bondadoso; lo reafirma el Presidente de la Casa del Pueblo, el diplomático Ferreira. Lo dicen todos, menos el PP, que calla y otorga, como si el problema de Extremadura y de España no fuere con ellos; pero su silencio es todo habla: que lo resuelva el Gobierno, como si ellos, aspirantes a gobernar, no fueren también la solución al problema de todos. ¿O acaso no quieren, o no saben, resolver la ecuación que pretendieren despejar en todas sus incógnitas hasta que volvieren al poder? Saben, pero no quieren; callan porque no desean otorgar; encogen el ala para no mojarse; se amparan en sus poderes para minar los legítimos del adversario; utilizan, en fin, los nombres de Extremadura y España en vano, como si aún fueren propiedades suyas y no de todos, que construyeren día a día con su esfuerzo y sudor. Ellos son el minuendo que aspira a dividir los sumandos, aunque prediquen que son sumandos para favorecer los multiplicandos, porque los dividendos son exclusivos para ellos. Y, así, restan, pero no suman; predican, pero no dan ejemplo; vencerán, pero no convencerán, como dijere Unamuno… en una patria que solo quisieren para sí, como si fueren los únicos sumandos de un solo divisor común.

viernes, 2 de abril de 2010

QUINTA PALABRA

Tengo sed” (Jn: 19, 20-30)


Tienes sed, Señor, en tu manantial divino
Y tus verdugos te ofrecen la esponja de hiel
Que expele y no sacia tu paladar diamantino
Cuando los humanos se sacian con tu broquel.

Tú que declaraste bienaventurado al sediento,
Por qué a tu boca no llega el agua que creaste
El vino de las bodas de Caná que multiplicaste,
Carne de nuestra carne mortificada en Tu abatimiento.

¡Oh, Señor, que hubieres sed en tu agonía!
Qué será de nosotros sin Ti, sedientos de tu palabra.
De dónde nos vendrá ya la humana alegría
Para aligerar la sed en nuestra larga labra.

Reseca nuestra boca, a quién pediremos agua,
Si el mundo que redimiste solo tiene sed
Del amor que no tiene, del odio que fragua,
Huérfano de necesidades sin tu divina merced.

¡Oh roca prodigiosa que a Moisés diste a brotar el agua!
¿Qué será de tu divina boca reseca por la sed
Martirizada en el éxtasis de tu sacrificada fragua
Quién aliviará nuestra sed en la orfandad de Tu merced?

Señor del agua siempre bienvenida y jubilosa
Que hubiste sed en tu muerte prodigiosa.
Comparte tu sed en tu martirio sobrevenida
Que en la Tierra no habrá agua hasta nueva amanecida.

Señor del agua y de la Tierra tuya
Que hubiste sed y no te socorrimos
Hambre padeciste y ácimos no hubimos
Para cantar tras Tu gloriosa muerte el Aleluya.