Un total de 23.851 personas con discapacidad han estudiado en las universidades españolas durante el curso 2020-2021, alcanzando así su máximo histórico, según revela la “Guía de Atención a las Personas con Discapacidad en la Universidad 2020”, publicada por la Fundación Universia con apoyo del Banco de Santander.
Según el Informe, el número de estudiantes con discapacidad matriculados en las universidades españolas este último año ha aumentado en 1.033 personas, lo que supone un incremento del 4,5 por ciento con respecto a los 22.818 estudiantes con discapacidad matriculados el curso anterior. Por comunidades autónomas, lideran el ranking las universidades de la Comunidad de Madrid, con 10.332 estudiantes matriculados, seguida de Cataluña, con 3.719, y Andalucía con 2.808 universitarios. En cuarto lugar se sitúa la Comunidad Valenciana (2.080), seguida de Murcia (912), Castilla y León (784), Galicia (753), País Vasco (563), Canarias (385), Castilla-La Mancha (326), La Rioja (320), Asturias (308), Aragón (270), Baleares (290), Extremadura (134), Navarra (112) y Cantabria (55). [1]
La Guía ofrece información y recursos que faciliten que
el acceso a la universidad sea responsable con la diversidad, inclusivo y de
calidad, en cuanto a criterios de accesibilidad para las personas con
discapacidad.
La Universidad de
Extremadura (Uex) incluye las siguientes medidas para promover la inclusión
de la discapacidad: adaptaciones curriculares, jornadas y cursos orientados a
la discapacidad, plan de formación en materia de discapacidad para el
profesorado, cuota de reservas de plazas, exención total de pago de tasas,
procedimiento de acogida y orientación de nuevo ingreso, accesibilidad digital,
accesibilidad en espacios y edificios, materiales educativos accesibles,
programas de voluntariado, asesoramiento específico a los estudiantes en materia
de salud mental, apoyo a estudiantes con necesidades educativas especiales
(altas capacidades, dislexia, TDHA, etc.) y acciones de orientación e
intermediación laboral. [2]
Lejos quedan aquellos años en que un profesor, al oír a
un discapacitado escribir las respuestas al examen en una antigua Olivetti, hubo de mandarle a su despacho
para que no interrumpiera al resto de alumnos. Ni él ni la universidad tenían
medios adecuados para la enseñanza a los discapacitados. Ahora, casi todas las
necesidades están contempladas por la mayoría de las universidades españolas
para que el salto a la universidad sea inclusivo y de calidad, en igualdad de
oportunidades con los demás alumnos.
Hace casi dos décadas, la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de
diciembre, de Universidades (reformada en 2007) reconocía que los estudiantes
tienen derecho a la igualdad de oportunidades y no discriminación por razones
(…) de discapacidad en el acceso a la universidad, permanencia en ella y el
ejercicio de sus derechos académicos. Este precepto legal obliga a las
universidades a adoptar las medidas pertinentes para que la igualdad de
oportunidades y la no discriminación de estudiantes con discapacidad sea
efectiva.
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