El Rey durante su discurso de Nochebuena Foto Casa Real |
El monarca ha puesto de relieve
los 45 años cumplidos por la Constitución, “el mayor éxito político de nuestra
historia”, gracias a la cual España consiguió construir y consolidar una democracia plena, abierta e integradora,
un Estado Social y Democrático de Derecho,, que ha asegurado nuestra
convivencia y que nos ha permitido superar diversas y graves crisis en los
últimos años; pero, junto a esa evidente realidad, ha apelado a evitar que el
germen de la discordia se instale entre los españoles, “un deber moral que
tenemos todos, porque no nos lo podemos permitir”.
Además de asegurar nuestro modelo
de vida, nuestra forma de vivir y entenderla, y los hechos diarios que ampara,
garantiza y protege (acceso a la vivienda, formar una familia, contar con ayuda
social o disponer de un retiro digno, recibir una educación, tener un empleo o
protegerse de la enfermedad) la Constitución subsume esa otra dimensión en la
que a menudo no se repara y que es importante.
Por ello, el Rey reivindica la
Constitución como valor democrático de presente y de futuro y como instrumento
y garantía imprescindible para que la vida de los españoles pueda seguir
discurriendo con confianza, con estabilidad y certidumbre. Al tiempo, advierte
que para que la Constitución desarrolle plenamente su cometido, se requiere el
respeto y conservar su identidad, lo que la define, lo que significa su razón
de ser como pacto colectivo de todos y entre todos para un propósito
compartido. Y también es necesario preservar su identidad como lugar de
reconocimiento mutuo, de aceptación y encuentro aprobado por todos los
españoles, como legítimos titulares de la soberanía nacional, porque, “sin
Constitución no hay democracia ni convivencia posibles; no hay libertades, sino
imposición, no hay ley, sino arbitrariedad. Fuera de la Constitución no hay una
España en paz y libertad. Y junto a la Constitución, España.”
No ha podido ser más claro el
monarca en tiempos en los que algunos ponen en solfa la propia Carta Magna y ha
señalado que la unidad será clave para afrontar con éxito los serios y retos de
futuro a los que la nación se enfrenta.
Tras recordar que España ha tenido períodos de tragedia, silencio,
aislamiento y dolor, superados con la elección de su fortaleza y con el orgullo
de los pueblos que son y quieren serlo,
ha apelado a tomar conciencia del gran país que tenemos, para sentirlo
más y cuidarlo entre todos, al objeto de garantizar a las jóvenes generaciones
el legado de una España unida, cohesionada , con voluntad de entendimiento, y
sólida en sus convicciones democráticas, civiles y morales… “España –ha
sostenido- seguirá adelante, conscientes de nuestra realidad histórica y de nuestra verdad como nación.”
Junto a la Constitución, el Rey no ha olvidado referirse a los problemas que afectan a muchos españoles: el empleo, la sanidad, la calidad de la educación, el precio de los servicios básicos, la violencia contra la mujer o el acceso a la vivienda de los jóvenes…
Esos, y no otros, son los problemas que preocupan a la mayoría de los españoles. Lo primero, España y su Constitución. Lo demás vendrá por añadidura.
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