De tarde en tarde, de la indiferencia o frialdad, del rechazo o aversión hacia hechos cotidianos en la vida, los españoles somos muy dados a la emoción, el arrebato, la fogosidad, el ardor, el fuego, la llama, la querencia, el cariño, el amor, el deseo, el entusiasmo, el fervor, la vehemencia…, antónimos del rechazo o aversión que parecen definir nuestras vidas.
Del latín, passio, la pasión subsume en el sujeto diferentes, distintas y distantes afluentes, como los deltas del río que van a dar a la mar. Hay una pasión de sufrimiento, de padecer, que nos evoca la Pasión de Cristo, quizá nuestra propia pasión en vida. Todos, como Él, tenemos un calvario en nuestra vida. Para muchos, la vida es un sinvivivir en vida, el camino de la vía dolorosa o de la cruz. Hay otra pasión que vinculamos al amor romántico y a la atracción sexual hacia otra persona o hacia algo (la naturaleza es su pasión, la amo con pasión…) Vivimos otra pasión que vinculamos a una propuesta, causa o actividad humana o social.
Hay pasiones lideradas por el corazón y no por el cerebro. En algunas culturas, la pasión es sinónimo de fanatismo u obsesión. El fanatismo que ciertos individuos sienten por el llamado deporte rey, el fútbol, es otra forma de pasión, que conduce a comportamientos discriminatorios, y hasta violentos, hacia los aficionados contrarios, que también hubieren su pasión. La pasión es un sentimiento vehemente, que domina la voluntad y perturba la razón, como el amor, los celos, el odio o la ira.
¿Cuál es la pasión de España? Se ha dicho, se ha visto y palpado durante estos días, que a los españoles les une más la Selección Nacional de Fútbol y sus triunfos, que aúnan en sí la bandera que casi todos juraron o prometieron, pero que solo once defienden con ocasión de un campeonato, que al final ganaren en buena lid. Y con ella, la bandera nacional, símbolo de la Patria, que a todos nos une y nos representa.
Un campeonato mundial de fútbol y el cuarto campeonato de Europa de Selecciones Nacionales de Fútbol son capaces de reunir en torno a las pequeñas y grandes pantallas de casa o en parques municipales de las ciudades y plazas a miles de aficionados como ningún otro programa de televisión. Y en la calle, miles de personas se reúnen para recibir a los vencedores con la Copa. Niños y mayores, portando banderas nacionales, les admiran y les vitorean.
El futbolista inglés Gary Lineker (Leicester, Inglaterra, 1960), jugador del FC Barcelona entre 1986 y 1989 (pero que no pasó de cuartos de final en el Campeonato del Mundo de Fútbol de México 1986 y se clasificó en cuarto lugar en la misma competición disputada en Italia en 1990) acuñó una célebre frase que pasó a la historia: “El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, en el que juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania.” Tras la eliminación de Alemania del Mundial de Rusia en 2018, al perder con Corea del Sur por 2-0, hubo de cambiar la frase por “Los alemanes no siempre ganan”… Como ha sucedido en el reciente Campeonato de Europa disputado en Alemania, donde la Selección Española la apeó en cuartos de final por 2-1.
Los españoles nos dividimos en banderías y nos unimos por el fútbol. El pasado domingo 14 de julio, los españoles aumentaron su autoestima con los triunfos en tenis de Carlos Alcaraz en Londres y de la Selección de Fútbol en Berlín… No anuncien, no, más programas de televisión que no los verán. A los españoles les basta con lo visto y vivido, aunque no se unan en la adversidad como se unen en las victorias. Al final, el fútbol y la Guardia Civil es lo que más une a España, una sola bajo su bandera, himno y su Rey…, aunque algunos no lo quieran reconocer.
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