martes, 6 de mayo de 2025

CALVO BUEZAS PRESENTA EN LA FACULTAD DE POLÍTICAS DE MADRID SU ÚLTIMA TRILOGÍA SOBRE AMÉRICA


El catedrático emérito de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Tomás Calvo Buezas (Tornavacas, Cáceres, 1936),  presenta mañana miércoles, a mediodía, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid sus tres últimos libros, recientemente publicados, que representan el final de un investigador que ha dedicado su docencia e investigación a América y las minorías étnicas.

La última trilogía del profesor Calvo Buezas la constituyen sus libros: “Racismo, hispanofobia y cambios de valores en América (1993-2019)”, prologado por Guillermo Fernández Vara, expresidente de la Junta de Extremadura; “Cuba libre y democrática. ¿Qué piensan los cubanos?”, con prólogo del exministro de Asuntos Exteriores García Margallo, y el libro “Inmigración, racismo, sexismo y cambio de valores en España (1986-2024)”, prologado por Concepción Dancausa Treviño, exconsejera de Familia, Juventud y Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, publicados por Editamás (Badajoz).

En el acto de presentación participarán Esther del Campo, decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología; Guillermo Fernández Vara, expresidente de la Junta de Extremadura; Concepción Dancausa Treviño, exconsejera de Familia, Juventud y Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, y Francisco Aldecoa Luzárraga, exrector de la Universidad del País Vaso y exdecano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense de Madrid.


SESENTA AÑOS SIN GRANADILLA


Vista del castillo desde el interior y la Casa rectoral a la izquierda

    Parece que fue ayer; pero hoy hace sesenta años que, por Decreto 1347/1965, de 6 de mayo (BOE de 29 de mayo de 1965), firmado por el Generalísimo Francisco Franco, Jefe del Estado Español, y avalado por el ministro de la Gobernación, Camilo Alonso Vega, se  acordaba la disolución del municipio de Granadilla (Cáceres) y se incorporaba su término municipal a los limítrofes de Zarza de Granadilla y Mohedas de Granadilla con la divisoria determinada por el cauce del río Alagón, y facultaba al citado Ministerio para dictar cuantas disposiciones pudiera exigir el cumplimiento del Decreto.

    La justificación que ofrecía el Decreto para la disolución del municipio es que este se había quedado sin población ni riqueza imponible suficientes con motivo de la construcción de la presa de “Gabriel y Galán”.

    Asimismo, se hacía constar que la Corporación Municipal de Granadilla había dado su conformidad y, con respecto a asignar el territorio de su término, los informes de las autoridades provinciales emitidos en el expediente consideraron que la solución más oportuna era incorporar dicho término al municipio de Zarza de Granadilla, excepto los terrenos de la margen derecha del río Alagón, que pasarán a formar parte del municipio de Mohedas de Granadilla.

    Previamente, además de la conformidad de la Corporación local de la villa, habían emitido dictámenes favorables la Dirección General de Administración Local y la Comisión Permanente del Consejo de Estado y, a propuesta del ministro de la Gobernación, previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día treinta de abril de mil novecientos sesenta y cinco, se aprobó el precitado Decreto, dado en Madrid a seis de mayo de mil novecientos sesenta y cinco.

    En la citada fecha, poco vecinos quedaban todavía en Granadilla, sin recursos, sin saber a dónde ir ni qué hacer, su vida paralizada por el pantano que ahogó sus vidas en llantos sin fin; en acosos de las autoridades para abandonar la localidad que ya no fuere suya; en peritajes a la baja de tierras labrantías y huertos de olivos, sin nada ya para vivir, la historia política-administrativa acabada, pero no del todo, porque su luz aún brilla en el mapa.

    La descripción más amplia acerca de Granadilla nos la ofrece Madoz en 1846, en su Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico. Señala que el partido judicial de entrada y Audiencia Territorial de Cáceres se compone de cuatro villas, veintidós lugares, cinco concejos compuestos de diferentes números de alquerías y seis despoblados.  Las villas son Casar de Palomero, Hervás, Granadilla y Villanueva de la Sierra. Los despoblados: Cáparra, Corzas, Diganzales, San Miguel, Valdefuentes y Viloria. Los lugares son los demás pueblos y todos componen treinta y un ayuntamientos.

    Muchos autores vienen reiterando como un mantra que la villa de Granada se trasformó en Granadilla tras la conquista de la ciudad andaluza por los Reyes Católicos, cuando en los libros oficiales aparecen referencias a la villa de Granada hasta mediados del XIX. Siglo y medio antes de 1492, los monteros del rey Alfonso XI ya se referían a ella como Granadiella.

    Lo más lógico es que Granada fuera edificada por el rey don Fernando en 1170 y, dos años más tarde, en 1172, al caer en manos mahometanas la villa de Alcántara, pasara a poder de los muslines y estos la amurallaran y la fortificaran. Arrancada Granada del poder mahometano por el rey Fernando II de León en 1170, su hijo Alfonso IX la dio a la Orden de Santiago. En 1282 la poseía el infante don Pedro por donación de su padre, el rey Alfonso X el Sabio…

    La villa de Granada tuvo gran influencia en un vasto territorio que se extendía varios kilómetros a la redonda, que conformaba la antigua Comunidad de Villa y Tierra, con sede en la villa, y compuestos por los sexmeros o síndicos y un procurador síndico general, nombrado por todos los pueblos, que les representaba en Cortes. En 1446, la villa pasa a la Casa de Alba, en que dos condes y catorce duques la gobernaron hasta 1830. Entre el verano de 1443 y septiembre de 1479 se construye el castillo y la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, entre 1515 y 1520. En 1837 se disuelve el Señorío de Granadilla por orden de la Diputación Provincial, constituida el 1 de noviembre de 1835.

    En 1939 se inician los expedientes expropiatorios de fincas urbanas y rústicas del término municipal. En 1950, por Real Decreto de 20 de enero se declara con carácter urgente la construcción del pantano de Gabriel y Galán. El 24 de junio de 1955, el Consejo de Ministros acuerda el terreno inundable del término municipal. En 1957 se inicia la construcción de la presa, que concluye en 1962. El 6 de mayo de 1965 culmina el proceso de disolución del municipio. El 31 de julio, el Ayuntamiento celebra su última sesión. Entre 1954 y este último año, los últimos vecinos abandonan el pueblo camino del destierro forzoso.

    En 1979 se inician las obras de rehabilitación del castillo. En 1980 es declarado conjunto histórico-artístico. En 1984 se inicia el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados. Granadilla resucita de entre sus ruinas; pero el pueblo ya no es de sus vecinos. Tiene horario de museo y cierra los lunes sus dos puertas que siempre conocieren abiertas. Solo dos días al año las puertas permanecen libres para ellos (el 15 de agosto, festividad de la Asunción, y el 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos, víspera de Difuntos). Algunos no volvieron jamás. Otros (familiares y amigos) nunca volvieron a verse, ya casi todos difuntos… Los turistas se emocionan al ver ese pueblo y conocer su historia. En toda España se recuerda la antigua villa de Granada…


sábado, 3 de mayo de 2025

LA ESCUELA SUPERIOR DE MÚSICA DE EXTREMADURA Y EL PINTOR JIMÉNEZ CARRERO, PREMIOS “TORRES DE AMBROZ” DE PLASENCIA


La Escuela Superior de Música de Extremadura, Musikex, y el pintor Enrique Jiménez Carrero recibieron ayer noche los premios "Torre de Ambroz 2025", patrocinados por la Asociación Cultural Pedro de Trejo de la ciudad de Plasencia, el primero con carácter institucional y el segundo, a titulo individual.


El acto de entrega de premios tuvo lugar en la sala capitular del Parador de Turismo con la presencia de la directiva de la Asociación, presidida por su titular, Juan Carlos López Duque, y la concejala de Promoción Cultural y Universidad Popular, María Luisa Bermejo, en representación del alcalde.


Eugenio Mateos, junto a su premio y diploma

    La secretaria de la Asociación, Inés María Rodríguez Díaz, dio lectura a las actas de la directiva por la que se otorgaban los premios a la Escuela Superior de Música de Extremadura, Musikex, en la persona de su director, Eugenio Mateos, profesor de piano y organista de la catedral de Plasencia, “porque ha demostrado ser faro de excelencia y pasión y crisol de talentos, en el que los jóvenes encuentran un verdadero sentido por su amor a la música  y porque sus alumnos han demostrado un nivel de excelencia que nos inspira a todos gran admiración y respeto”. El premio se lo concede como “reconocimiento a la labor incansable de profesores y alumnos de la Escuela por engrandecer el mundo de la música desde Plasencia”.


Jiménez Carrero posa con el premio, junto a su esposa

    El galardón “Torre de Ambroz” en su categoría individual recayó en el pintor Enrique Jiménez Carrero, hijo adoptivo y embajador turístico de la ciudad, quien, “a través de su obra, nos habla y transporta a un mundo de emociones y sensaciones, por su capacidad para capturar la esencia de lo más cotidiano y cercano” y “por su talento, su contribución al mundo artístico y por su profundo amor a Plasencia”, y con el deseo de que “su arte siga iluminando los corazones de todos los placentinos y que su obra perdure en la ciudad por siempre y engrandezca Plasencia”.


    Los premios consisten en una reproducción de la Torre de Ambroz, que alude a los orígenes de la ciudad, y en una insignia con su reproducción, que le fueron impuestas por el presidente de la Asociación.


    En el acto tomaron la palabra, además de los galardonados, el presidente de la asociación y la concejala de Promoción Cultural.



jueves, 1 de mayo de 2025

LOS TRABAJADORES


El trabajador nace y se hace por el pecado original. El trabajador no es solo un asalariado. Hubiere muchos que no lo son y son currantes de sol a sol. Nuestros ascendientes fueron curritos sin jornales. Hoy hay más asalariados que currantes. Hay jornaleros sin jornales y cumplidores ociosos; diligentes obreros y operarios vagos. Los proletarios no fichan ni cobran; los vagos ni fichan, pero cobran.

Cada día más hay más curritos que productores; más holgazanes que artesanos; más mandos que tropa. Los jornaleros son incansables. Hay asalariados ociosos y currantes holgazanes. Curritos sin horarios y operarios que nada operan ni producen. Funcionarios ejemplares y pasantes. Trabajadores que cobran sin trabajar y los más, proletarios de la tierra que apenas les da para comer, porque otros se lo comen en su caminar.

El trabajador se levanta cada mañana y mira el horizonte para velar por su cosecha entre bancales de sudores y fatigas sin fin. No tiene despertador el trabajador sin más méritos que sus manos y su ansia de producción. El trabajador mira por sí y los suyos. Arranca a la tierra el fruto que se le supone; la mima, la cuida, la arrulla, la riega con el sudor de su cuerpo y el amor de su corazón.

Los trabajadores claman por sus derechos, hartos de sus derechos sin deber. Todo son deberes para los trabajadores y derechos para el señor. Hasta la política los etiqueta, como si esta fuere reveladora de lo que son: antes productores (la derecha); hoy, y siempre trabajadores (la izquierda). Y en qué se distinguen unos de otros: en que unos producen y otros recogen los frutos de aquellos y los multiplican por mil. Los parias de la tierra son famélica legión, como dice la Internacional. No tienen convenios ni fiestas que guardar. Hoy la guardan porque lo dice el Estado; mañana, su Iglesia, aunque sean agnósticos o ateos. Los animales que nos sirven o conviven con nosotros no las tienen y les socorremos cada día.

Todos aspiran a ser asalariados, trabajadores por cuenta ajena; muchos desearían ser autónomos, jefes de sí mismos, con convenios a medida, pero sin medidas, y terminan siendo esclavos de los impuestos y tasas de las administraciones. Personas con trabajo que no trabajan; con mando sin plaza, pero pasotas del trabajo que abusan de los trabajadores a su cargo; que todo lo quieren para sí y nada para los demás; que niegan la mayor cuando ellos pierden los papeles. Dueños del trabajo de los más, sin que ellos den el callo que se les supone. Empresarios acosados en lugar de ser mimados; trabajadores explotados por la inmisericordia de sus patronos, visionarios de un mundo que pierde los valores del trabajo en favor del `pelotazo´ sin trabajar.

No hay un día del trabajo sin trabajo para los más. Todos los días lo son, y debieren ser, para el trabajo; para los empresarios que lo dan y para los empleados que cumplen; para quienes labran la tierra y no hubieren fiestas de guardar, o se las negaren por causas de fuerza mayor. No hay, ni debiere haberlos, parados sin causa, ni fijos discontinuos, que encubren las listas del paro. Cada día más hay parados sin causa y trabajadores que, aun yendo al tajo, eluden la esencia misma del trabajo.

¿Qué festejar, pues: la falta de trabajo, el trabajo precario, el no querer trabajar, el trabajo discontinuo, la falta de estabilidad en el empleo, los contratos encadenados sin la fijeza obligada, la reducción de jornada para producir menos y mandar más trabajadores al paro, el enchufismo descarado de muchos que buscaren para vivir sin trabajar, pero tenerlos para cobrar?

En la Fiesta del Trabajo, unos trabajan y muchos descansan, ociosos, porque nada trabajan. Viven de otros que trabajan por lo que otros, infatigables, hacen por ellos, que quizá vivan mejor que los obreros que claman hoy por la justicia y la igualdad, sin necesidad de cantar la Internacional, que pocos conocen más de un siglo después. Falta mucho para que “la tierra será el paraíso/patria de la humanidad”, si todos no se agruparen en el trabajo y por él hasta la justicia final.