lunes, 5 de julio de 2010

DE ZARRA A VILLA

El gol de Zarra a Williams en 1950


El 2 de julio de 1950, cuando Zarra marcó el célebre gol al portero inglés Williams, que nos clasificó cuartos en el Mundial de Brasil, España entera se sobresaltó con la narración radiofónica de Matías Prats. La gente dejaba de ir al cine para escuchar al gran locutor que cantó aquel gol mítico, uno de los más famosos y repetidos de la historia. Zarra ayudó a que la selección nacional llegara a la liguilla final de cuatro equipos, en la que Uruguay y Brasil se mostraron superiores y sólo se pudo sacar un empate ante Suecia. En todo caso, el cuarto puesto obtenido en Maracaná ha sido hasta ayer el mejor obtenido en un Mundial de fútbol.

Han pasado sesenta años desde que aquel gran delantero del Athletic de Bilbao que pasó por ser “la mejor cabeza de Europa después de la de Churchill”, marcara aquel gol que le significó para siempre, convirtiéndole en mito que signó la historia del fútbol español por encima de sus otras hazañas deportivas. Hoy, en el Mundial de Sudáfrica, donde por primera vez hemos superado la fatídica barrera de los cuartos, Fernando Llorente y Javi Martínez, que han debutado en este Mundial, asumen la herencia de la profesionalidad deportiva de aquella pléyade de jugadores que, como Zarra, Panizo y Gainza, hicieron historia en el fútbol español.

Hay goles que definen la trayectoria de un jugador y que le hacen pasar a la historia, como a otros le signan sus fallos ante la meta, sin importar para nada su trayectoria global. Si en una época en la que se disputaban pocos partidos internacionales por razones obvias, Zarra logró con la selección veinte goles, y ocupa todavía uno de los primeros puestos, hay otros jugadores que han pasado a la historia por sus goles o lo que significaron aquellos en un partido o competición determinada.

Marcelino, el jugador del Real Zaragoza, pasó a la historia por su célebre gol al portero ruso Yachin, “la araña negra”, considerado entonces el mejor portero del mundo, en el “Bernabéu”, durante la final de la Copa de Europa de 1964, la primera que logró la selección española, y para cuya disputa “la sonrisa del Régimen”, el ministro José Solís, y Vicente Gil, presidente de la Federación Española de Boxeo y médico personal de Franco, hubieron de convencer al Generalísimo para disputar aquella fase final en propia casa si no queríamos ser sancionados duramente por la UEFA, al habernos negado a jugar en la edición anterior con la misma selección por razones políticas.

El 21 de diciembre de 1983 se disputaba en Sevilla un partido clasificatorio para la fase final de la Eurocopa 84 que se disputaría al año siguiente en Francia. Necesitábamos ganar por 11-0 a Malta. Nadie daba un duro por nosotros, sobre todo a raíz del gol de los malteses, que nos obligaba a marcarles doce. Fueron cayendo los goles hasta el último del zaragocista Señor, que rompió las gargantas y llenó España de alegría.

En la citada Eurocopa, Maceda marcaría un gol a la selección alemana, que nos puso en la final contra Francia en el 84, un gol que no se vio por un corte del repetidor de televisión y que al día siguiente se dignó repetir TVE para amplias zonas de Extremadura y Andalucía a petición del entonces presidente Ibarra. Aquel gol anuló las ilusiones de una final contra el equipo anfitrión, que merecimos ganar; pero el fallo de Arconada y el segundo gol de Platini, hoy presidente de la UEFA, en las postrimerías del encuentro, nos privó de la segunda Copa de Europa de selecciones.

Otro de los goles más célebres fue el que supuso el 4-3 frente a Yugoslavia, de Alonso, en la primera fase de la Eurocopa 2000, por su ejecución y por producirse en los minutos finales del encuentro.

El 28 de junio de 2008, la selección española disputaba frente a la alemana su tercera final de la Eurocopa. Ganó España por 1-0 con gol de Fernando Torres.

Finalmente, hay que referirse a nuestro goleador David Villa que, con su gol a Paraguay ayer, nos ha colocado por primera vez en semifinales de un Mundial, otra vez frente a la selección alemana. Villa es, hoy por hoy, el máximo goleador del Mundial, con cinco dianas. Los alemanes no son los mismos de 2008; pero confiemos en que no se haga realidad la máxima del inglés Lineker, para quien el fútbol “es un deporte que inventaron los ingleses, en el que juegan once contra once, y en el que siempre gana Alemania”, porque no siempre fue así, y la historia lo demuestra, desde el gol de Zarra en el 50 hasta el de Torres en 2008.






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