jueves, 28 de agosto de 2014

CIRCO SIN PAN EN EL TEATRO ROMANO

 
           El 19 de agosto del año 14 d. d. C. fallecía en Nola (provincia de Nápoles, región de Campania), a los 77 años de edad, el emperador Cayo Julio César Augusto, que había nacido en Roma el 23 de septiembre del año 63 a. d. C. Se ha cumplido, pues, el bimilenario de su muerte. Hoy, al clausurarse el LX Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, con la entrega de los Premios Ceres de Teatro, se le recuerda; pero quizá no sus últimas palabras:  "Acta est fabula. Plaudite." (La comedia ha terminado. ¡Aplaudid!", Suet. Augusto. 97-99).
            Augusto fundó Mérida en el 25 a. d. C para servir de retiro a los soldados veteranos (eméritos) de las legiones V y X. Capital de la provincia romana de Lusitania y del Reino Visigodo de Hispania en el siglo VI, acoge en su Teatro Romano durante julio y agosto el festival de teatro clásico más antiguo de España, que inició su andadura en 1933 con la puesta en escena de Medea de Séneca, en versión de Miguel de Unamuno, con Margarita Xirgu como protagonista. El rector de Salamanca declara su admiración por Séneca con una traducción de su Medea y dice de su obra: "Yo no hecho más que hablar a Séneca en castellano. Séneca no hizo más que explicar la historia de Medea. Pero Margarita Xirgu ha hecho Medea. Ha convertido ese personaje, imaginario o real, en un ser vivo que se apodera de nosotros en cuerpo y alma." (Juan Carlos Sánchez León: Antoninn Artaud y la Medea de Séneca", Espacio, Tiempo y Forma, serie 2, Historia Antigua, t. 12, 1999, pág. 234). El Teatro Romano de Mérida encumbró a Margarita Xirgu con la representación de la Medea unamuniana, como el Senado romano divinizó a Augusto tras su muerte. Todos los emperadores que le siguieron adoptaron sus nombres de César y Augusto. Tras él, todos césares y augustos. El mes sextilis del antiguo calendario romano (el sexto mes) fue cambiado por augustus en su honor, como veintiún años antes hiciera Julio César al poner su nombre --iulius-- al entonces quinctilis (quinto mes), en homenaje a la familia Julia, a la que pertenecía.
            El tercer gobernador de la Lusitania romana de la época contemporánea, por la gracia de IU, creó los Premios Ceres con una dotación de 600.000 euros, como si los graneros de su "imperio" estuvieren llenos y dieren lustre a la Comunidad que preside. Panem et circenses (pan y circo), una locución latina peyorativa con la que se hacía alusión a las prácticas de los gobiernos que, para mantener tranquila a la población u ocultar hechos controvertidos, provee a las masas de alimento y entretenimiento de baja calidad; o lo que es lo mismo, lo que aquí se conoció durante los siglos XIX y XX con el "pan y toros" y hasta el fin del franquismo, como "fútbol y toros". Satiriza el poeta romano Juvenal en la Sátira X a sus contemporáneos, para quienes sus políticos trazaron un plan en el año 140 a. d. C. para ganar los votos de los pobres: la política de pan y circo. Solo que aquí cada día hay menos pan, más pobres, y hay circo sin pan, pero en el Teatro Romano. Y televisado en directo para que todos puedan ver la magnificencia de la obra de Augusto dos mil años después, y no como la moción de censura, que se tapa, para que no se vea el nerviosismo del gobernador. ¡Para lo que hay que ver en unos medios públicos al servicio del poder...! Decía Juvenal que, "desde hace tiempo, este pueblo ha perdido el interés por la política y, si antes concedía mandos, ahora deja hacer y solo desea con avidez dos cosas: pan y juegos en el circo". Solo que no estamos en el circo, sino en el Teatro Romano, con circo para algunos, pero sin pan para los más.
            Nada dan a Extremadura unos premios que llenan los bolsillos de presentadores y la fama de los premiados, con los bolsillos también vacíos por el IVA cultural impuesto por el mismo gobierno hermano de quien aquí los otorga. El Olimpo de los dioses que pretende recrearse no está en Extremadura, con una tasa de desempleo EPA del 29,4 por ciento en junio (27,1 por ciento de hombres y 32,4 por ciento de mujeres), 134.650 personas sin empleo, según datos de primeros de julio de CC OO; con 3.500 beneficiarios de Renta Básica, con una clase media aniquilada, el poder adquisitivo cada día más decreciente; con más pobres que comen en Cáritas..., un agosto que se hace eterno en este circo sin pan que no nos da Mérida y donde, desde luego, no se halla el Olimpo de los dioses, sino en Grecia, presididos por Zeus. Aquí solo queda resignación, o ver amanecer un nuevo día hasta que llegue la hora de los votantes, a la espera. No podemos aplaudir, aunque la comedia haya terminado, una comedia que no espera al Festival ni a su clausura ni a los dos mil años de la muerte de Augusto..., porque aquí la tenemos cada día.
  
 

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