La segunda investidura
fallida, en menos de un año, esta vez del líder popular, Mariano Rajoy, no nos saldrá gratis a los españoles, aunque no esté
escrito el final hasta vísperas de Navidad. El candidato se ha encargado de
recordarlo durante la sesión de investidura: "España necesita un Gobierno eficaz con urgencia ..., los españoles han
expresado su preferencia por el PP, y no existe una alternativa razonable y
viable" (rtve.es.noticias, de
30/08/2016) Añadía el candidato que
"era la única posibilidad real de contar con un Gobierno moderado",
porque no existe otra alternativa que responda al deseo de los españoles y
estaría apoyado por partidos que desafían la unidad de España.
De nada han valido los llamamientos efectuados incluso
desde el extranjero por importantes diarios, como el Financial Times o el The New
York Times, apelando a la abstención socialista para favorecer la
investidura de Rajoy, para que el
"atasco español", como ya es conocido, inédito en los anales de los
Estados democráticos, sea una realidad, con unas terceras elecciones a la vista
en menos de un año.
Aparte del coste de la convocatoria de elecciones --las
del 20-D costaron a las arcas públicas más de 120 millones; 160 millones supone
un proceso electoral, según el Ministerio del Interior (abc.es, de 10/01/2016); el presupuesto del 26-J fue de 130,6
millones (elmundo.es, de
25/06/2016)--- que pagaremos todos los españoles, según recordó Mariano Rajoy en la segunda sesión de
su fallida investidura: "Todos tenemos la obligación de impedir que
España, por culpa de nuestras desavenencias, pague los platos rotos" (larazon.es, de 02/09/2016); pero al
"Marqués del No", como ha
bautizado felizmente el colega Marhuenda
a Pedro Sánchez, --quien, según su
videoblog, dijo 84 veces no en su
primera intervención del debate (íbd.
del 01/09/2016)--- ha echado por tierra las mínimas esperanzas de que, con 170
votos (a falta de seis para la mayoría absoluta), hubiera guapo alguno que se
atreviera a decir que no, como
aventurare Fernández Vara en su día.
Pues sí, lo hubo: su cerril secretario general, que ahora aspira a coaligarse
con Podemos y Ciudadanos, con el que antes pactó y ahora despreciaba por pactar
con Rajoy...; pero, ¿qué quiere
usted, señor Sánchez: ser presidente
del Gobierno a toda costa y destrozar España? Lo que tiene que hacer ya es
convocar a su Comité Federal, fijar nuevas líneas y convocar el congreso,
porque ya está bien de alargar su propia suerte... tras la barrera del "no es no"..., que parece ser su
única alternativa.
El candidato y miembros de su gobierno en funciones
durante cuatro meses más se han referido reiteradamente al coste de la negativa
del cansino Marqués del No: las
cifras económicas y presupuestarias, que supondrían un ajuste de 25.000
millones; la incertidumbre fiscal para las empresas (imposición del pago
fraccionado en el Impuesto sobre Sociedades); retraso en los Presupuestos
autonómicos y locales, sin cuyas previsiones de ingresos no pueden realizarse;
multas por las directivas europeas no traspuestas, por las que Bruselas puede
multarnos; el sueldo de los empleados públicos y pensionistas, en teoría
congelados, aunque pueden actualizarse mediante un Decreto ley del Congreso;
paralización de partidas en sanidad y educación... (expansion.com, de 23/07/2016). ¡Como para pedir un acuerdo a los
"partidos del cambio" para poner fin a Rajoy...! (elpais.com,
del 03/09/2016). No puede hacer eso, señor Sánchez,
aunque pudiere. Está usted obsesionado con lo que no debiere, mientras sus
barones callan por miedo. ¡Inconcebible en un partido democrático...! El arroz
también se le pasó ya a usted... Piense en España y no en sus intereses espurios
que ya ha descubierto...
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