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Primer día de la desescalada en el deporte (marca.com) |
Tras cuarenta y nueve días de
confinamiento (que no cuarentena sensu
strictu, cuarenta veces diez, sino de aislamiento en el sentido médico del
término), hemos iniciado esta mañana a primera hora la desescalada hacia la
nueva movilidad o normalidad. No había amanecido aún cuando ya podíamos ver
algunos ciclistas, otros hombres y alguna mujer haciendo carreritas y algunos
paseando, acostumbrándose a la mascarilla, que constantemente empaña las gafas
y nos nubla la visión, nos niega la caricia del aire sobre la cara, que no
debemos tocarnos, mientras que los guantes apenas los sentimos.
Cambian
muchas cosas en cuarenta y nueve días que no pisábamos la calle: los miles de
personas que ya no están sobre la tierra, sino bajo ella, inhumados (in, dentro, y humus, tierra), con los honores fúnebres debidos, y otros muchos
simplemente enterrados, que es otra cosa, pero no un cadáver humano; los
infectados por la pandemia; el ejército humano (sanitarios, soldados,
transportistas, farmacéuticos…), que han luchado, y continúan haciéndolo y quienes solo hemos podido ver desde la
ventana o el balcón “cómo pasa la vida,/ cómo se viene la muerte/ tan
callando…,/ según los versos de Jorge
Manrique a la muerte de su padre. De regreso a casa, el sol salía ya por la
Montaña, como por Antequera, para darnos su luz a todos los que después
quisieren y pudieren pisar la calle. Y en la calle, no todo sigue igual, aunque
la ciudad sea la misma: la primavera ha venido sin que nadie sepa cómo ha sido.
Esplende el verdor tras las últimas lluvias caídas; aparecen las flores y las
amapolas en los jardines, mientras en los parques, el mobiliario que utilizan
los niños, permanece acordonado, aún en cuarentena. Algunos edificios han
crecido ya en su construcción y algunas aceras, desbordadas por las raíces de
los árboles, han sido remozadas. No pasa el tiempo en balde. Si ayer, obreros
municipales desinfectaban las aceras y jardines, desde antes que nosotros los niños
brincaban con sus mascotas y patines como si de una mañana de Reyes se tratare.
Pero,
por qué desescalar la escalada, si ninguna gran montaña hubiéremos escalado
para ahora iniciar lo contrario. A sensu
contrario (en sentido contrario),
ni los alpinistas pudieren haber escalado otra cosa sino los muebles de su
casa, como algunos deportistas. Estuvimos, y seguimos confinados, con las
excepciones de la desescalada. El antónimo del confinamiento es el
desconfinamiento. A qué entonces desescalar
la escalada. Es el término de moda
que la RAE no recomienda y sugiere “evitar los calcos del uso del inglés”, que
nos ha llevado a implementar el término escalada,
imitando el “to escalate” inglés, que
el diccionario de Oxford define como
`aumentar, subir, incrementarse algo rápidamente´ y a cuyo retraimiento
llamamos desescalada y aboga en su
lugar por la utilización de `reducir´, `disminuir´ o `rebajar´. [1] Sin
embargo, la Academia estudia incorporar al Diccionario coronavirus o
coronavírico, covid-19, desescalar y desescalada, desconfinamiento,
cuarentenar, cuarentenear o encuarentenar, como hemos estado hasta ahora.[2] La
Fundación del Español Urgente (Fundéu) considera, empero, que los sustantivos escalada y su antónimo desescalada son adecuados para referirse
al aumento de algo, sobre todo cuando es rápido, y a su posterior disminución,
aunque reconoce que existen en el español otras alternativas que en algunos
casos pueden resultar más claras y precisas como aumento/disminución, incremento/rebaja o intensificación/relajación.[3] Y añade que el diccionario académico incluye entre las
acepciones de escalada la de `aumento rápido y por lo general alarmante de
algo, como los precios, los actos delictivos, los gastos y los armamentos´, por
lo que no es censurable su uso como ocurre en los ejemplos citados para aludir
al incremento de casos de una enfermedad, o de medidas extraordinarias o de la
tensión política, como ocurre en los ejemplos citados. Desescalada es un derivado bien formado a partir de escalada.”
Y
bien, comienza la desescalada para
llegar a la `nueva movililidad´ o
normalidad. ¿Qué entendemos por movilidad o normalidad? El vocablo se refiere a
la capacidad de moverse y a lo que regula; que por sí puede moverse o es capaz de recibir movimiento por ajeno impulso;
y desplazamiento de personas o cosas que, en algunos contextos, engloba el
tráfico y el transporte, mientras que en otros se utiliza de forma más
restringida como sinónimo de tráfico o regulación vial. Así, nos referimos a la
movilidad de personal, forzosa, funcional, geográfica, interadministrativa, por
razón de violencia de género, sostenible y movilidad voluntaria.[4] Son
sinónimos de movilidad: estructurar, organizar, orquestar, unir, enlazar,
juntar, acoplar, concertar, vincular y relacionar. Y antónimos: desarticular,
desunir. ¿Qué quiere decir, pues, el sintagma `nueva normalidad´ a la que alude
el Gobierno? No hemos disfrutado de la movilidad urbana hasta hoy por el
confinamiento, eso está claro. Por tanto, enlazamos la desescalada con la `nueva movilidad´ o normalidad; es decir, de la
inmovilidad del confinamiento pasaremos a enlazar una `nueva movilidad´ en
todos los ámbitos sociales, económicos, culturales y de cualquier índole que el
virus nos obligará a orquestar. Vivíamos, sí, en una normalidad con todos sus
problemas, pero que en un futuro próximo será distinta. ¿Podemos volver a algo
nuevo?, ¿no es un contrasentido? Posiblemente, el mensaje que se pretende
expresar es que se va a recuperar la normalidad, si bien esta normalidad no va
a ser la que conocíamos, que encierra la anomalía que se señala: el retorno a
un estado novedoso, distinto, desconocido. [5] Nadie
se fía, sin embargo, de la `nueva normalidad´, tanto que el secretario del
Comité de expertos del coronavirus afirma: “La nueva normalidad va a ser
complicada. No auguro un escenario de tranquilidad en otoño.” [6]
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[1] Vid.: Desescalada, el término de moda que la RAE no
recomienda, en el diario Público, de 13/04/2020.
[2] Vid.: Camps, Magí: Estas son las palabras de la pandemia
que la RAE estudia incorporar al diccionario, en La Vanguardia,
de 01/05/2020.
[3] Vid.:
Escalada y desescalada, pero también aumento y disminución, en Fundéu-BBVA,
buscador urgente de dudas, de 14/04/2020.
[4] Vid.: Diccionario de la RAE y Diccionario del español
jurídico del Consejo General del Poder Judicial.
[5] Vid. Volver a la nueva normalidad, en Fundéu de
de 30/04/2020.
[6] Vid.:
Calleja-ICAL, S: Ignacio Rosell: La nueva normalidad va a ser complicada, en El Norte de
Castilla, de 01/05/2020.
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