Vista panorámica de Calzadilla |
Calzadilla es un municipio de la provincia de Cáceres, perteneciente a la comarca de Vegas del Alagón, un valle fértil y abierto, que toma el nombre del río que atraviesa sus vegas. Su término presenta un amplio abanico de paisajes: desde la dehesa arbolada en la que pastan algunas de las más reputadas ganaderías de reses bravas del país hasta las llanas y ricas huertas en las que se cultivan tabaco, pimientos, pepinos, coles y una variada gama de hortalizas y frutas. Está rodeado de embalses periféricos: Borbollón, Montehermoso, Valdeobispo, Portaje y Torrejoncillo, y de caudalosos ríos, en los que, además del Alagón, hay que citar el Árrago, Jerte y Ribera de Fresnedosa. Calzadilla fue conocida antiguamente por Calzadilla de la Cuesta por los restos de la antigua calzada romana que unía Coria y Guijo de Coria y de la que existen restos en la zona del Sierro y la calleja del Guingao. El lugar recibe su nombre de la calzada de la Dalmacia que, partiendo de la mansio o estación de la Vía de la Plata, localizada en el paso o vado de Alconétar, seguía hasta Coria, continuaba hacia Calzadilla siguiendo aproximadamente el trazado de la actual carretera EX-109, se encaminaba, según algunos, hasta Laconimnburgo, poblado de origen prerromano que ciertos autores sitúan en la confluencia de los ríos Árrago y Tralga, en el término de Villa del Campo, cruzaba Sierra de Gata por Valdárrago y, ascendiendo a Robledillo de Gata por el llamado Puerto Viejo, se introducía en tierras salmantinas para finalizar en Miróbriga (Ciudad Rodrigo).
“Historia y patrimonio de Calzadilla y su
territorio” [1]
es una de las últimas aportaciones a la historia de los pueblos de la provincia
del historiador del arte y cronista oficial de
oficial de Trujillo, además de académico correspondiente de la Historia
y de la Academia de Extremadura, José
Antonio Ramos Rubio, y Raúl Gómez Ferreira, doctor en
Ciencias Sociales y Jurídicas e
ingeniero civil de formación base. En esta obra abordan el estudio del
medio natural, la historia, las manifestaciones artísticas y las tradiciones populares,
además de la leyenda del lagarto gigante escrita por Florentino Escribano Ruiz.
Calzadilla
pertenece a la Mancomunidad Integral San Marcos-Valle del Alagón, fundada en
julio de 1975, y compuesta por Calzadilla, Guijo de Coria, Guijo de Galisteo y
Villa del Campo. Al año siguiente se unió también Pozuelo de Zarzón, municipio
sede de la Mancomunidad. En 1985 se sumó Aceituna; en 1995 se integra Morcillo.
En mayo de 2006, la Mancomunidad de San Marcos se unió a la Mancomunidad Valle
del Alagón, compuesta por los municipios de Aldehuela del Jerte, Carcaboso,
Galisteo, Huélaga, Montehermoso y Valdeobispo. De esta fusión nació la
Mancomunidad Integral Valle del Alagón, con una extensión territorial de 635
kilómetros cuadrados, que se encarga del abastecimiento del agua y la recogida
de basuras de los municipios miembros, el mantenimiento de los caminos rurales,
el fomento del deporte y la coordinación de la oferta de empleo y los servicios
sociales. La localidad tiene una superficie de 7.634 hectáreas, está bañada por
el río Árrago, que limita el término por el oeste y da lugar al embalse de
Borbollón, que abastece a los regadíos cercanos.
Los
primeros pobladores que se asentaron en la tierra de Calzadilla fueron los
vettones, de los que se han hallado interesantes restos arqueológicos. El
municipio sufrió una romanización completa y profunda desde el 197 a. C. Su
llegada supuso un gran impulso en los primeros momentos de la conquista. Por
las cercanías de Calzadilla pasaba la calzada romana que unía la Vía Dalmacia
con la Vía de la Plata. Los árabes utilizaron desde el 713 la Vía de la Plata
como arteria de comunicación que unía la cornisa cantábrica con el sur de
Hispania. Entre los siglos VIII y XIII, este territorio situado entre Coria,
Sierra de Gata y Plasencia, era fronterizo y, como tal, muy inestable y la zona
sufre avances y retrocesos tanto por parte musulmana como cristiana. En 1604,
el castellano Fernando I comienza la
reconquista de Lusitania. Alfonso VI
hace una incursión rápida por la Sierra de Gata y toma Coria en 1077.
Durante
la reconquista cristiana, la Vía de la Plata jugó un papel esencial. El
asentamiento cristiano en Extremadura se produce tras la reconquista de Coria
en el año 1142 por el rey Alfonso VII
de Castilla y León, restaurándose la sede episcopal con el obispo Íñigo Navarrón, El control cristiano de
Coria permite establecer en el río Tajo la frontera entre la Extremadura
cristiana y la musulmana. Calzadilla, debido a su construcción en lugar elevado,
fue conocido con el nombre de Calzadilla de la Cuesta y sus términos entregados
con los de Coria y los lugares de su Sexmo por el propio rey Alfonso VII, reservándose un tercio del
Señorío al clérigo Navalón, al poco
de ser consagrado como obispo de dicha ciudad, el 30 de agosto de 1142.
La
fundación de Calzadilla, al norte del río Alagón, está ligada a Coria, cuando
esta ciudad recibió Fuero en el primer tercio del siglo XII, permitiéndole
repoblar los terrenos que le habían sido asignados. El predominio de los
bosques en la zona permitió encaminar la economía de estos nuevos asentamientos
hacia la explotación de terrenos adehesados para aprovechamiento ganadero. La
dedicación ganadera y la continua influencia castellano-leonesa está presente
en la Baja Edad Media en Calzadilla. La localidad perdió su condición de
realengo cuando en el siglo XV pasó a depender de la Casa de Alba, marqueses de
Coria, continuando la vinculación en el siglo XVIII.
Tras
el descubrimiento de América en 1492 y el proceso de conquista, colonización y
evangelización, son varios los misioneros del municipio que marcharon a Indias,
entre ellos el padre dominico fray Tomás
Ortiz, que desempeñó su labor misionera en Colombia, nombrado primer obispo
de Santa Marta en 1528; fray Juan de
Román, de la Orden de san Agustín, fue otro destacado; fray Juan Santos Antequera, nacido a mediados del XVIII, embarcó
para Guatemala en 1766, llevando a cabo el proyecto evangelizador-colonizador entre los mayas.
El
siglo XIX fue escenario de la Guerra de la Independencia contra los franceses, Calzadilla
sufre saqueos y robos por parte de las tropas francesas entre los años 1808 a
1814 y una gran parte de su patrimonio cultural sufre los atropellos de las
tropas. La Guerra de la Independencia sume a la Tierra de Coria en una
situación de auténtica depauperación demográfica y económica.
La
población experimentó un constante crecimiento desde principios del siglo XX
hasta 1960, fecha en la que comenzó un descenso de la misma. En dicho año tenía
1.636 habitantes; en 1970, 1.000 habitantes, y, en la actualidad, 463.
Manifestaciones
artísticas. El pósito fueron depósitos donde se guardaba la reserva de trigo de
la población y era una institución tradicional de crédito rural, en su origen
para regular el precio del grano. Calzadilla tuvo su pósito municipal para
almacenar grano y realizar préstamos de cereal en condiciones módicas a los
vecinos necesitados. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Consolación
es una soberbia construcción de mampostería de planta rectangular. Es obra del
siglo XVI y está construida de mampuesto y sillares. La ermita del Cristo de la
Agonía es una construcción sólida, de factura de influencia italiana, con
planta de cruz latina, posiblemente construida por el maestro Pedro de Ybarra,
en el tercer cuarto del siglo XVI. Conserva varios retablos clasicistas del
siglo XVII con imágenes modernas de la Virgen de Fátima o san Cristóbal.
Tradiciones
populares. Entre las tradiciones populares de Calzadilla destaca la del milagro
del Cristo y el lagarto. A los vecinos de Calzadilla se les llama popularmente
“lagartos”, un apodo que les viene de un hecho milagroso que le atribuyen a su
Cristo de la Agonía: la aparición de un monstruo por los campos de la
localidad, que mataba a rebaños y pastores. Uno de ellos se encomendó a Él y
convirtió su cayado en un trabuco cargado, que le permitió eliminar al
monstruo. En recuerdo a esta hazaña, a la entrada del pueblo se realizó un
monumento de bronce de un lagarto y el pastor, inaugurado en 1994, que
representa la tradición popular. En Calzadilla existe otra tradición, la
tradición del pozo, que tiene como protagonista a una niña que es salvada por
intercesión del Cristo.
Fiestas
locales. La romería se celebra el segundo lunes de Pascua en la dehesa El
Rebollar, a la cual se llega en procesión con la imagen de Nuestra Señora de la
Bellota, tras la cual se oficia una misa mayor que da paso a un gran día de
animación y convivencia. La festividad en honor del Cristo de la Agonía se
celebra el tercer fin de semana de septiembre. Son las fiestas patronales de la
localidad. Verbenas, celebraciones religiosas, competiciones deportivas,
festivales taurinos, hacen de estas fiestas unos días apetecibles para visitar
la localidad. Santa Catalina se celebra el 25 de noviembre, aunque algunos años
se suele retrasar para hacerlo coincidir con el fin de semana más próximo. En
la plaza tiene lugar la quema del capazo, en la que los quintos los queman y
luego ofrecen dulces típicos y licores. Tras la misa mayor y una procesión con
la santa, tiene lugar la matanza extremeña en la plazuela de pueblo.
La
obra se cierra con “La leyenda del lagarto gigante de Calzadilla”, escrita por Florentino Escribano Ruiz.
1. Vid.: Ramos Rubio, José Antonio y Gómez Ferreira, Raúl: Historia y patrimonio de Calzadilla y su territorio, TAU Editores, Cáceres, 2022, 200 págs.
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