martes, 29 de noviembre de 2022

AQUILINO PASTOR CAMBERO Y FRANCISCO CÁSTOR SOJO, DOS BEATOS CACEREÑOS ORDENADOS EN PLASENCIA


    El 30 de octubre de 2021 tuvo lugar en la catedral de Nuestra Señora de Santa María de Tortosa (Tarragona) la misa del rito de beatificación de cuatro sacerdotes operarios diocesanos, que dieron su vida durante la Guerra Civil Española cuando ejercían como formadores en los seminarios de Ciudad Real, León y Baeza. Entre los cuatro beatificados ese día por el cardenal Marcello Semerano, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, se encontraban dos cacereños ordenados en Plasencia: el P. Aquilino Pastor Cambero, natural de Zarza de Granadilla (Cáceres), que falleció en Úbeda (Jaén) el 29 de agosto de 1936, con tan solo 25 años y tras haber cumplido un año como sacerdote; y el P. Francisco Cástor Sojo López, (Madrigalejo, Cáceres, diócesis de Plasencia, 28/03/1881) y fallecido en Ciudad Real el 12 de septiembre de 1936, a los 55 años. Los otros dos fueron: el P. Manuel Galcerá Vidallet, nacido en Caseras (Tarragona) y fallecido en Ibros (Jaén) el 3 de septiembre de 1936, con 59 años; y el P. Millán Garde Serrano, originario de Vara del Rey (Cuenca), muerto en Cuenca el 7 de julio de 1938, a los 62 años. La memoria litúrgica de los cuatro beatos se fijó para el 25 de octubre.


Aquilino Pastor Cambero (Zarza de Granadilla, Cáceres, 04/01/1911), diócesis de Coria, era el menor de cinco hermanos. Muy pronto se comprobó en Aquilino su marcada inclinación al sacerdocio, que su párroco, Celestino Rivera, cultivó con esmero. Le preparó en Latín y Humanidades para su entrada en el Seminario de Coria, donde ingresó como interno en el curso 1923-1924. En 1932, su obispo le envió al Seminario Central de Toledo, que entonces concedía grados universitarios en las ciencias eclesiásticas, para que perfeccionara sus estudios. Dos años más tarde conoció al beato Pedro Ruiz de los Paños que, como director general de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, se encontraba visitando el Seminario de Toledo, y queda prendado de él. Su padre fallece en abril de 1934. En septiembre marcha a la Casa de Probación que la Hermandad tenía en Tortosa, donde permaneció un curso. Terminado este año de prueba, fue ordenado sacerdote en Plasencia el 25 de agosto de 1935 y celebró su primera misa en su pueblo natal tres días después. Su madre vivió la ceremonia emocionada y su párroco fue su padrino de altar; de mano, Faustino Monforte y su esposa Rosario González y de honor, Anastasio Cambero y Áurea Cambero, tío y prima. Con su sacerdocio recién estrenado fue enviado por sus superiores al seminario de Baeza como prefecto de alumnos, profesor de 2º de Latín y bibliotecario. La persecución religiosa desencadenada en 1936 le sorprendió en el Seminario de Baeza, a pesar de hallarse en verano y los alumnos de vacaciones. El futuro beato y su compañero, Manuel Galcerá, fueron acogidos por una familia que tenía mucho trato con los superiores del Seminario. A los pocos días, los milicianos invadieron la casa y llevaron a la cárcel a su propietario, dos hijos y a una sobrina y a los sacerdotes Aquilino Pastor y Manuel Galcerá. Fueron encarcelados en los sótanos del ayuntamiento y en la parte más alta de la Casa Consistorial. El 28 de agosto de 1936 y, sin que mediara proceso alguno, Aquilino y el joven abogado Cristóbal Torres fueron sacados de aquellos sótanos por los milicianos y conducidos en un camión hasta el Cerrillo del Aire, a unos nueve kilómetros de Baeza, en el término de Úbeda, donde fueron asesinados. El 10 de octubre de 1939, sus restos fueron exhumados y trasladados procesionalmente a la catedral de Baeza, donde permanecen en la Capilla Dorada, con los demás mártires de dicha ciudad. El 08/11/2021 tuvo lugar en la catedral de Coria una eucaristía de acción de gracias por su beatificación, oficiada por el administrador diocesano, Diego Zambrano, acompañado del delegado en España de la Hermandad de Operarios Diocesanos, José Martínez Herranz.


Francisco Cástor Sojo López (Madrigalejo, Cáceres, 28/03/1881), diócesis de Plasencia. Siendo aún muy joven, se mudó con su familia a Guadalupe, lugar de donde fue considerado nativo por mucho tiempo. Ingresó a los 11 años en el Colegio Vocacional de Plasencia, donde conoció la Fraternidad de Sacerdotes Obreros Diocesanos del Corazón de Jesús. En 1896 escribe al fundador de la Fraternidad y al año siguiente es destinado al Seminario Menor de Jesús, María y José de Lisboa, como auxiliar de sacerdotes obreros, donde permanece dos cursos, regresando a Plasencia para el curso 1899-1900, a tiempo de terminar sus estudios.  Para obtener la licenciatura en Teología fue enviado a Toledo, donde permaneció dos años. Fue ordenado sacerdote en Plasencia el 19 de diciembre de 1903 e incardinado en la archidiócesis de Toledo. Celebró su primera misa en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Volvió al Colegio Vocacional de Plasencia como prefecto en septiembre de 1903 y, cuatro años después, fue director. El 12 de agosto de 1904 hizo su primera consagración en la Fraternidad, por la que siempre tuvo un cariño especial. En 1918 fue nombrado administrador en el Seminario de Badajoz, cargo que ocupó durante cinco años, hasta que la Fraternidad cesó allí su labor. En 1923 vuelve a Plasencia como prefecto de alumnos en el Seminario diocesano. Su regreso a Plasencia apenas dura un año: el director general de la Fraternidad pensó que podía contar con él para el Seminario de Segovia, donde permanece hasta 1933. Ese mismo año llega a Ciudad Real como ecónomo. Del 26 de junio al 5 de julio de 1936 participa en los ejercicios espirituales de Tortosa, dirigidos por el P. Pedro Ruiz de los Paños, que pasa a ser director general de la Fraternidad. Al término de los ejercicios, el P. Cástor regresa a Ciudad Real, acompañado del rector del seminario, José Pascual Carda.  Allí se ven atrapados en plena persecución religiosa. El 23 de julio, una multitud de forajidos atacó el Seminario. El 12 de septiembre, a las doce y media, llegaron al hotel Francés, frente al palacio episcopal, unos hombres armados. Se llevaron a los dos sacerdotes y a un muchacho de 18 años. En el camino detuvieron también al penitenciario de la catedral. Pasaron el resto del día en el seminario, transformado en prisión improvisada, En la noche del 12 al 13 de septiembre fueron asesinados en la zona oeste de Ciudad Real, no lejos del santuario de Alarcos. Fueron enterrados en una fosa a la entrada del cementerio de un pueblo llamado Valverde. El 25 de junio de 2021, los restos mortales de don Francisco fueron exhumados del cementerio de Ciudad Real, donde habían sido enterrados en 1939, luego sometidos a reconocimiento canónico y trasladados, tres días después, al Templo de la Expiación de Tortos
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Bibliografía consultada: https://sacerdotesoperarios.org.; Ruiz, Blanca: arciprensa.com, de 28/10/2021; Paniagua, Eladio: Eucaristía por la beatificación del sacerdote Aquilino Pastor, en el diario Hoy, de 09/11/2021; blog https://zarzahistoria.blogspot.com/2010/11aqulino -pastor-cambero.html; Flochini, Emilia: Beato Francisco Castore Sojo López, presbítero y mártir, en http://www,santiebeati.it/dettaglio/99028.

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