miércoles, 30 de diciembre de 2009

EL COMPROMISO COMO EJE EN EL MENSAJE DE FIN DE AÑO DEL PRESIDENTE VARA

En “un tiempo difícil, pero no imposible”, el Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha erigido el compromiso de todos y cada uno de los extremeños en el eje fundamental de su mensaje de fin de año. En un marco como Yuste, “testigo mudo de la historia” e “indicativo del compromiso que Extremadura tiene con Europa”, Vara ha apelado a reivindicar “nuestros derechos”, pero ha advertido que hay ser conscientes “de nuestros deberes”.

El segundo párrafo de su mensaje resume perfectamente lo que ha deseado transmitir a la sociedad extremeña: que el año que finaliza no ha sido uno más ni uno cualquiera, sino “complejo y difícil”, en el que no vale apelar al optimismo ni al pesimismo, pero sí al compromiso. Y para ello se ha valido de un ejemplo significativo de su profesión particular: “Cuando una parte del cuerpo se debilita, las otras partes tienen que hacer todo lo posible para compensarlo.” Y, a tal fin, es preciso que seamos conscientes de los deberes de todos y cada uno, y no solo de los derechos.

Durante el año a punto de finalizar, el Presidente ha marcado ese rumbo que propone: en una situación como la actual, nadie está libre de señalar a nadie y todas las manos, pactos, acuerdos y consensos que puedan alcanzarse entre las fuerzas políticas, económicas, sociales y sindicales, y los ciudadanos extremeños, son pocos para salir de la gran sima en que nos sumió la crisis. Ni optimismo, ni pesimismo, ni lamentos, sino el compromiso, ha venido a decir el Presidente.

Y para cumplir con esos objetivos, no sobran los derechos, sino que son más importantes los deberes: el primero de ellos, resulta obvio por preocupante: “trabajar para que puedan volver a tener trabajo aquellos que lo perdieron” y “para que recuperen su empresa aquellos que se les ha quedado en el camino”. El paro y la recuperación del empleo como objetivos de cualesquiera políticas que hoy se hicieren, porque difícilmente podríamos desearnos “felices fiestas” y “un año 2010 en el que puedan verse colmadas todas nuestras aspiraciones”, como bien ha expresado y hubiere de hacerlo cualquier ser humano que se preciare, más aún el Presidente de todos, si el empleo no crece y las empresas no se recuperan; si todos a una, como en Fuenteovejuna, no arrimamos el hombro que nos solicita en un hora que “es tiempo para todos aquellos que estemos dispuestos a hacer lo que nos toca hacer”.

No ha olvidado el Presidente otros dos deberes fundamentales, conscientes de la importancia que tienen en estos momentos: el de atraer los recursos necesarios para que “nuestros padres estén debidamente atendidos, sobre todos los más frágiles y vulnerables”; y la educación de los hijos, sin olvidar el ejemplo que les podamos dar, y tiempo y afecto para ellos, siempre presente en sus preocupaciones, consciente de lo que puede suponer la debilidad humana en estos casos.

Finalmente, en su breve, pero enjundioso mensaje, el Presidente ha hecho dos citas reveladoras: la del ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, galardonado en el lugar desde el que emitió el mensaje, con el premio europeo “Carlos V” de 1995, de la Fundación Academia Europea de Yuste, quien dijo, refiriéndose al origen de la crisis, que “probablemente ha sido un descarrilamiento del tren de los valores”, y solicitó al respecto capacidad para situarlos de nuevo en la vía, “cargados de los valores de siempre”: el trabajo, la solidaridad, la cordialidad, la familia y del valor que encierra en sí mismo el tiempo que hoy, más que nunca, no es preciso perder, sino ganar, para lo que realmente importa.

Saint-Exupéry, como recordó también, dijo hace tiempo que cuando uno decide construir un barco, “lo más importante es despertar el anhelo por la mar”. Y puso nombre a esa mar: Extremadura. Y para seguir construyéndola en el día a día, nada mejor que “despertar el anhelo por Extremadura, el amor por Extremadura, reforzando nuestra autoestima y ejerciendo la autocrítica necesaria “para saber que nos queda camino por recorrer y de reconocer aquello en lo nos hayamos podido equivocar”. Y esa no es solo labor exclusiva de los políticos, sino de todos los ciudadanos de buena voluntad si desean creer en su propia dignidad de seres libres.

Nada adelantaríamos si el año nuevo que se nos otorga para vivir lo perdiésemos en disputas estériles que a nada conducen, en críticas que nada aportaren, en prejuicios apocalípticos que se volverían contra nosotros mismos, y no en “hacer lo que nos toca hacer”, como nuestros antepasados lo hicieron para que hoy estemos donde estamos. Y lo estamos por su esfuerzo y el de todos, no por el de unos cuantos.

Por último, la sensibilidad del Presidente no se ha olvidado al recordar a aquellas personas que han perdido a algún ser querido durante este año; y de los extremeños, militares y cooperantes, o que por razones de residencia, se encuentran fuera de su tierra durante estos días. Ellos son también en estos días nuestro anhelo por ensanchar nuestra mar, una mar tan grande como Extremadura, y como el cenobio de Yuste, que acogiere durante sus últimos días al Emperador que creyó en una cierta idea de Europa. Y de fondo, “Ars Nova”, de Plasencia, como una nueva arte para revelar la música que nos llega al alma y el corazón en la partitura hablada de Fernández Vara.
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Artículo publicado en Extremaduraaldia

lunes, 28 de diciembre de 2009

LOS OTROS INOCENTES

Hubiere en el mundo más inocentes que los que Herodes ordenó matar. El candor y la sencillez, el estado del alma limpio de culpa, la inocencia, ha sido, y hoy más, el engaño ridículo en el que alguien cae por descuido o falta de malicia.

Entre la inocencia por nacimiento y la inocencia de la muerte se alinean otros estados de la inocencia: la inocencia intacta de quienes nunca la perdieren; la confundida inocencia de los más; la burlada inocencia; la inocencia que no ve; la presunta inocencia que se torna en culpabilidad, aunque no se hallare en ese estado; la inocencia confiada que trastorna la inocencia; la inocencia evanescente que se pierde con la edad; la inocencia de quienes abdicaren de sus compromisos; la inocencia de los traidores; la inocencia de los traicionados; la inocencia de los engreídos y salvadores de la patria; la inocencia del amor entregado y burlado; la inocencia de los fieles infieles; la inocencia de los creyentes olvidados; la inocencia de la esperanza sin alivio; la inocencia de los mayores sin amor, ya idos sus otros amores; la inocencia de los jóvenes que no vieren la luz; la inocencia de quienes buscando no hallaren lo que anhelan; la inocencia de los que anhelan el futuro y no lo encuentran; la inocencia de la mujer entregada, que no hallare la respuesta esperada..., la inocencia de los sin malicia que deviene del estado del alma y del corazón humanos.

Inocentes todos en un mundo en el que la malicia troca la inocencia pura de los bebés por la malicia de los perversos. La inocencia intacta cantada por "Second":

"No me pierdo ni un detalle,
Tu inocencia intacta,
Cada luz en mi interior
Se quema por ti."

La burlada inocencia de "La India":

"Tienes que luchar para ser feliz
Y así no sabrás nunca cómo sufrí
Burlada inocencia..."

La eterna inocencia que cantare "Voces Invisibles":

"Cuántas son las hermosas almas
Ya vencidas, condenadas a sufrir?
Cuántas más habrán de perderse
Detenidas en el tiempo del rencor?"

O en "Los inocentes", de Ana Layevska:

"Con la luz de la inocencia puedo caminar,
Para rescatarla de entre tanta soledad.
Con la luz de la inocencia quiero despertar,
Lo que en sueños se termina y se haga realidad."

Indio Solari ve así "El tesoro de los inocentes":

"El tesoro que no ves
La inocencia que no ves
Los milagros que van a estar de tu lado
Cuando comiences a leer en los labios
Y a ignorar los embustes y gustar
Con la lengua de las aguas que son dulces
Aunque te sientas mal."

La inocencia no es debilidad: es esperanza; la inocencia no es malicia ni engaño por descuido, sino confianza excesiva; la inocencia subyace más en la risa que en el llanto y el lamento; la inocencia no es eterna, sino perecedera por los engaños de la vida; la inocencia es creer en los demás y no solo en uno mismo; la inocencia eres tú y no solamente yo; la inocencia son ella y él cuando conviven en la serena inocencia; la inocencia es la sonrisa de un niño; la inocencia es el roce gozoso del amor; la inocencia es consustancial al sabio campesino extremeño que labra su tierra pensado en su cosecha y no aspirare a más, porque nada más necesitare; la inocencia es la vida y no la muerte; la inocencia es la esperanza en tiempos de escasez; la inocencia no abdica del futuro porque en él reside la inocencia; la inocencia espera del político el bálsamo para fortalecerla, porque "no alabes ni desalabes hasta siete Navidades", pues la inocencia asume la prudencia y la experiencia, aunque no se revelaren como tales. ¿O acaso no fuésemos todos inocentes, pero confiados?, aun con nuestra inocencia perdida y no hallada en el templo de la vida...? Por si acaso, Luis Enrique nos avisa en su "Inocencia":

"Se irá
Rompiendo las fronteras.
Se irán
Lidiando con sus tierras.
Se irán
Salvando su inocencia,"

viernes, 25 de diciembre de 2009

RETOS Y DESAFÍOS EN EL MENSAJE DEL REY


Los tres deseos finales expresados por el Rey en su discurso de Navidad subsumen los que anoche se expresaron miles de españoles para estas fiestas y el Año Nuevo: paz, concordia, recuperación económica y más empleo.

En su mensaje, el Monarca quiso compartir con todos “ideas y sentimientos sobre España, sobre nuestro presente y futuro”, que es lo que realmente importa, y que a todos compete. Y para ello no se olvidó de nada ni de nadie.

D. Juan Carlos invitó a los españoles a compartir tres tareas fundamentales: la superación de tensiones y divisiones sobre la base de los principios de la Constitución; la de aunar voluntades en torno a los grandes temas de Estado, y la de redoblar esfuerzos “para que España vuelva a crecer y a crear empleo, cuando antes y de forma sostenible”.

Sin duda alguna, las tareas indicadas por el Monarca son asumidas por la mayoría de la clase política, las fuerzas sociales y los ciudadanos, que vienen expresando a lo largo del año los principios enunciados por el Rey: la Constitución como norte que guíe la acción política; la voluntad para reforzar el Estado y su cohesión interna, y la política exterior; y el esfuerzo de todos para que un gran país como España, “de larga historia e inmenso patrimonio”, no eche por la borda el esfuerzo realizado por varias generaciones para situarla en el lugar que debe ocupar en Europa y el mundo.

En segundo lugar, el Monarca ha subrayado los desafíos que nos impone la situación actual, que requieren la acción conjunta de los Estados, y que van desde el terrorismo, la crisis económica o el cambio climático, como se encargó de señalar. En un mundo global en sus posibilidades y en sus desafíos, como indicó el Rey, éstos reclaman una España sólida, en una “Europa dinámica y cohesionada”, que requieren “fortaleza como país” y “ciudadanos más preparados y competentes”, en una España en la que la educación y la igualdad de oportunidades constituyen todavía retos por alcanzar.

Ha advertido el Monarca sobre el peligro de que “las legítimas diferencias ideológicas resten energías al logro de los consensos que piden nuestros ciudadanos” y ha apelado al liderazgo de los dirigentes políticos, económicos y sociales para salvar, hoy y mañana, como ayer, “los grandes problemas que fuimos capaces de resolver”, con la unidad, el diálogo y el compromiso, elementos indispensables, junto al concurso de todos, para culminar con éxito la tarea, en el marco de la Constitución. Nuevamente, la norma fundamental del Estado como eje para el buen funcionamiento del país, porque garantiza derechos y libertades, “fundamenta una avanzada articulación de nuestra rica diversidad territorial y nos dota de instituciones que son claves para la estabilidad y convivencia democráticas y el buen funcionamiento del conjunto” de la nación. Y una llamada, también, a “preservar esa independencia” por la confianza que los ciudadanos depositaron en instituciones independientes.

No se ha olvidado el Monarca de la crisis económica y de la principal preocupación que asumen hoy los españoles: el paro; de los sectores productivos más afectados, de la falta de horizontes que conlleva y de las expectativas muertas de tantos jóvenes, imposibilitados de hacer un proyecto de vida, y para ello ha apuntado como “reto más apremiante” volver a crecer para poner fin al desempleo y garantizar, al mismo tiempo, “la más alta protección social a quienes lo padecen”, un camino que exige de todos “trabajar juntos en la misma dirección”.

Ha apuntado el Rey otros caminos para seguir avanzado en la España que todos deseamos: un acuerdo nacional en materia de educación e incentivar aún más la innovación para aumentar el progreso y el bienestar. No ha olvidado a las víctimas del terrorismo ni los problemas que éste plantea en un mundo globalizado: que nuestra paz y seguridad como nación no pueden desligarse del resto del mundo. Por ello, tuvo un recuerdo para nuestras Fuerzas Armadas, “que arriesgan sus vidas en misiones internacionales”, y apeló a consensuar y coordinar al máximo el papel internacional de España".
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sábado, 19 de diciembre de 2009

EL BARQUERO DE ALCONÉTAR

A diferencia de “Tomás el Barquero”, de Mérida, aún sin calle memorativa ni monumento en su ciudad, el “barquero de Alconétar” de Garrovillas era un hombre sencillo que hacía su trabajo como todos los hombres y mujeres sencillos: en silencio, trabajando para lo que le fuere encomendado. Quizá pasare en su barca a más vivos que a muertos recogiere sobre el río Tajo, bajo el puente de Alconétar; pero hubiere de sufrir en silencio durante la guerra y la posguerra las incidencias todas de su trabajo: los cadáveres que viere flotar sobre las aguas, o arrastrados hacia la orilla, cada mañana, al llegar a su trabajo, y a los que diere sepultura.

Apenas hablaría con su hijo que le acompañaba en su triste labor. Una mañana se atrevió a comentarle: “Hijo: temo llegar hasta la barca, porque no sé qué me encontraré.” Y el “barquero de Alconétar”, que día sí y otro no, hallare cuerpos flotando sobre las aguas del Tajo, encontró el de una mujer encinta con un tiro en la sién. No hablaría quizá nunca de este episodio de su vida, ni contaría a nadie lo que hubiere visto, por temor a ser él mismo y su familia carne de las represalias de la locura humana que desatare una guerra entre hermanos, y de la que él fuere víctima colateral en su trabajo, como tantos miles de españoles.

“Tomás el Barquero”, de Mérida, salvó más vidas en el Guadiana que cadáveres recogió en su barca. Desde 1986 se habló de ponerle un monumento o una calle en la ciudad, de cuyo río, alma y vida de la misma, recogió tantas vidas humanas. El tiempo pasa y la memoria es flaca…

Memoraba el episodio del barquero de Alconétar el actual alcalde de Garrovillas, Pedro Martín, y el historiador Julián Chaves. El secretario provincial del PSOE, Juan Ramón Ferreira, recordaba que es necesario “seguir recuperando la memoria y la ideología para seguir transformando la sociedad y que ésta, crezca”, mientras que Rafael Pacheco aludía a la canción de la banda italiana “Bassotti”, que decía: “Sin memoria no hay justicia/sin justicia no hay paz/sin paz no hay futuro”, en su disco “Así es mi vida”. Ocurría esto en la noche del pasado viernes en Casar de Cáceres durante el acto de entrega de los premios a la Memoria Histórica de JJ SS de Cáceres, que premian a personas, lugares, instituciones y colectivos que luchan por recuperarla.

“El barquero de Alconétar” de Garrovillas semeja la historia de Caronte, el barquero de Hades, encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte, que recoge la mitología griega, como se encargó de recordar el presentador del acto, Miguel Ángel Cortés.

Caronte era el encargado de transportar las almas de los muertos a través de la laguna Estigia, o río Aqueronte, hasta el reino del inframundo gobernado por Hades. Entre sus atribuciones se encontraba el rechazo de aquellos difuntos que no podían pagar el pasaje al no haber sido enterrados con una moneda en la boca (el famoso óbolo). Su figura se menciona por primera vez en la Grecia antigua hacia el año 500 a. d. C., en la Miníada, poema épico de Pausanias. Su tardía aparición se explica desde un punto de vista sociológico: si la aristocracia tenía sus propios guías al otro mundo, como Hipnos y Thanatos, Caronte lo era de los grupos populares y, al ganar éstos importancia en la consolidación de la democracia, su psicopompo (conductor de almas) comienza a aparecer en las representaciones iconográficas y literarias.

Caronte era el “barquero de Alconétar” que no hallare en “sus” difuntos otros óbolos para trasladarlos al más allá que las balas que les condujeron a la muerte. Con Caronte, ningún humano tenía permitido subir a su barca. Solo Hércules lo logró por la fuerza bruta; Orfeo, gracias al hechizo de su canto, y Eneas mostrando una rama de oro, salvoconducto divino que le proporcionare la sibila de Cumas. La Odisea narra que Hermes conducía al Hades (infierno) las almas de los muertos. Nuestros barqueros hubieren de conducir al cielo los cuerpos de los vivos, arrebatadas sus almas por la fuerza de los brutos.

“El barquero de Alconétar” de Garrovillas transportó a vivos, y difuntos que jamás deseare, en el Tajo, como “Tomás el Barquero” en el Guadiana” a su paso por Mérida; como Pedro y Avelino en el Alagón, de Granadilla, cubierta ya la hondonada del arroyo de Aldovara por las aguas del embalse de “Gabriel y Galán”, que cortaren el paso hacia Zarza de Granadilla a los vecinos que habitaren la villa durante los últimos años de su vida.

Barqueros todos que transportaren la memoria histórica de un pueblo, cuyo futuro quedó anclado en su memoria, proyectada al futuro, memoria de la derrota de todos en un mundo que empieza a recobrarla, aunque las fosas no puedan hallarse ni descubrir las miserias de una victoria que cantaren algunos, cuando la derrota nos alcanzó a todos, porque los vivos la tendrán mientras vivan.
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Artículo publicado en Extremaduaaldia.com

domingo, 6 de diciembre de 2009

NAVIDAD SERENA EN EXTREMADURA


Navidad serena en Extremadura
Con las merinas que volvieron por su cordel.
Oro del Valle de La Serena, leche cruda,
Atortada, delicatessen en su carrusel.

Recetas que en ellas hallaren su ingrediente
Menús para treinta y una brochetas
En restaurantes extremeños de apetentes
Desde La Serena a Plasencia como decatletas.

Suave cremosidad, inolora, natural, única,
De la estepa extremeña baluarte exquisito.
Raza autóctona de La Serena atortada por túnica
Que pasó a ser esencia de sus detritos.

Quince ovejas dos veces ordeñadas al día
Para una torta de tan solo un kilo,
“Avería” de pastores que vieren acullá
Lo que otros ganados hubieren por refocilo.

Delicioso manjar, cuajo natural, de exquisitez y calidad,
De leche, cuajo vegetal y sal por componentes.
Cuajada con yerbacuajo en la maceración de airosidad
De los pristilos de los cardos silvestres por coagulantes.

Pasta blanda, fluida, untuosa, de sabor intenso,
Ligeramente amarga y persistente al paladar.
De aspecto fino y corteza amarilla, aceitosa de incienso.
Oro noble de La Serena, esencia de la estepa extremeña
Que por Navidad fueres fruto para degustar.

Torta de La Serena extremeña
En tarros pequeños para tanta esencia lechal.
Que vienes por Castilla desde Madrid
Y te vas a la Gastronómika de San Sebastián.

Oro noble de La Serena
Afluente vivo de su manantial.
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* Artículo publicado en Extremaduraaldia.com el día 6 de Diciembre de 2009.