Hay un enigma en la
frase que el presidente de las Cortes, Torcuato Fernández Miranda, pronuncia a
la salida de la reunión del Consejo del Reino, que también preside, el 3 de
julio de 1976, y que ha de ofrecer una terna al Rey para nombrar nuevo
presidente del Gobierno: "Estoy en condiciones de ofrecer al Rey lo que me
ha pedido." No entendimos entonces el significado de la frase y qué
pretendía dar a conocer el catedrático de Derecho Político para pilotar las
reformas legales que hicieran posible la Transición "de la ley a la
ley".
Fallecido Franco el 20 de noviembre de 1975, la restauración
monárquica en la persona de su sucesor, Juan Carlos I, tiene lugar el 22 de
noviembre. No todo estaba "atado y bien atado". El Jefe del Estado y
Generalísimo había nombrado al príncipe Juan Carlos sucesor a título de rey el
22 de julio de 1969, en base al artículo 6 de la Ley de Sucesión de 1947, en el
que se reservaba para sí el derecho a nombrar sucesor, a título de rey o
regente.
El primer problema que afronta el joven Rey es el
nombramiento de los presidentes del Gobierno, de las Cortes y del Consejo del
Reino. Sorprende, entonces, que mantenga como presidente a Arias Navarro, por
indicación de los consejeros del Reino, de la familia Franco y del cardenal
Tarancón; pero, a la vez, le pide a Arias que su antiguo preceptor,
Fernández-Miranda, que ya tiene estudiada la llamada "operación de
ingeniería jurídica" para desmantelar el franquismo desde los instituciones
de poder legadas por el antiguo régimen, "de la ley a la ley", sea
nombrado presidente de las Cortes y del Consejo del Reino.
Arias remodela su gobierno el 12 de diciembre de 1975,
dando entrada en él a ministros reformistas como Fraga, Areilza... El Rey le
pide a Arias que acelere el proceso de reformas; pero este se resiste por
presiones del conocido como búnker franquista:
el ejército, las Cortes..., todos franquistas ante un monarca que desea una
transición de un régimen dictatorial a otro democrático.
En junio de 1976, el Rey visita Estados Unidos y
pronuncia un discurso ante congresistas y senadores, que suscita su entusiasmo
y aplauso, en el que expone la España que desea bajo "el imperio de la
ley". A su regreso, el 1 de julio, le solicita la dimisión a Arias, que
accede. El 3 de julio se reúne el Consejo del Reino que propone una terna para
presidente del Gobierno, según las leyes franquistas. El Rey le ha pedido a
Fernández-Miranda que incluya en esa terna a Adolfo Suárez, entonces ministro secretario
general del Movimiento. Tras varias horas de deliberación y votaciones,
el Consejo elegía la terna: Adolfo Suárez, Federico Silva y Gregorio López
Bravo. Todos franquistas: Silva fue ministro de Obras Públicas con Franco desde
julio de 1967 hasta abril de 1970; López Bravo fue ministro de Industria desde
1962 a 1969 y ministro de Asuntos Exteriores de 1969 a 1973.... "Estoy en
condiciones de ofrecer al Rey lo que me ha pedido..." Suárez fue la
sorpresa. Aquella misma tarde, el Rey le nombra presidente del Gobierno, cargo
que ostenta hasta el 29 de enero de 1981, en que presenta su dimisión por TVE,
durante una intervención de doce minutos, en la que afirma: "No quiero que
el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la
historia de España."
El Rey fue el impulsor de la Transición; Torcuato
Fernández-Miranda, el artífice del puente jurídico que hizo posible el cambio
pacífico de un régimen a otro, desmantelándolo primero en las Cortes franquistas
y después con el apoyo del pueblo español a la Ley que lo hizo posible; y
Adolfo Suárez, el piloto que la llevó a cabo, porque "puedo prometer y
prometo..." y lo que prometió, lo cumplió, porque, como dijo ante las
Cortes el 9 de junio de 1976, recordando a Machado:
"Está el hoy abierto al mañana
mañana al infinito.
Hombres de España:
Ni el pasado ha muerto
Ni está el mañana ni el ayer escrito."
Suárez, un líder político para una hora de España, que
escribió el ayer y dejó abierto el mañana..., una página de su historia, con
bandera de España.
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