Nadie podría creer que,
sin el apoyo de los aparatos --el propio de las JJ SS y el del partido--, el
joven Luis Salaya, estudiante de
Derecho, y autónomo en lo que él creía que podía hacer como nadie-- se alzare
con la victoria, aun por tres votos, sobre el segundo candidato en las
primarias a la Alcaldía de Cáceres por el PSOE. No se explica que un estudiante
venza en buena lid a un ex director general, funcionario técnico de la Junta y
ex subdelegado del Gobierno durante ocho años en la circunscripción electoral
de la provincia, Fernando Solís (148
por 145), y a una licenciada en Derecho, ex consejera de la Junta y ex
directora general, actual ejecutivo de una empresa de Aguas, Leonor Martínez
Pereda (125 votos), ambos con una experiencia política y de gestión muy
superior a la del novísimo aspirante.
Ni Solís, aun
de la ejecutiva provincial actual, ni "Loncha", de la anterior, pero ausente siempre de ella, han
sabido valorar dos cosas: la importancia de los aparatos y la confianza o
desconfianza que despierten en ellos los candidatos. Y este ha sido el caso de
su desgracia: que un niño que no les llega a la altura de sus zapatos se ve
endiosado hoy por una victoria que nadie esperare. No solo los aparatos, sino
los jefes supremos de la ejecutiva regional, que prefieren lo malo conocido a lo bueno por conocer. Y aquí también pinchan
en el globo que no conocieren tan bien como el pequeño Salaya. La victoria está servida en bandeja para el PP, aunque ni a
la alcaldesa ni a sus concejales les conozcan los cacereños. Más aún lo fueren
los socialistas, aun con jefa de prensa pagada por la Diputación, como los dos
primeros del aparato. Y menos mal que no concurrió el secretario local, Vicente Valle, un cauriense también
colocado por la provincial tras el "golpe de estado" que le dieron a Carmen Heras.
Solo falta hacer un repaso, aun breve, a lo sucedido en
las últimas elecciones a la Secretaría General del PSOE Provincial, en las que
un oscuro y desconocido ex vicepresidente de la Diputación Provincial durante
ocho años --el actual secretario provincial, Miguel Ángel Morales, candidato del aparato provincial, que es lo
que contare, aun no de la regional-, que jamás escribiere en su vida, y ahora
escribe como un cosaco para darse a conocer, se impuso al resto de los
candidatos en el IX Congreso Provincial celebrado en Arroyo de la Luz el 21 de
abril de 2012: un 53,10 por ciento de los votos frente a César Ramos, que logró el 46,27 por ciento. La ex consejera Leonor Flores no tuvo los avales
suficientes y Ernesto Agudiez,
alcalde de Piornal, unió sus votos de Ágora Socialista a los del candidato
oficialista del aparato de Cáceres. Todo quedó en casa: su jefe, el lechero
mayor, se postuló para el Senado y fue el único socialista electo; y su vicepresidente,
para la secretaría provincial.
En las elecciones generales de 2007, la lista al Congreso
por Cáceres la encabezó María Antonia
Trujillo, profesora de Derecho Constitucional, elegida a dedo por Madrid, y
el número 2, Carlos Trujillo, por la
ejecutiva provincial. Otro de JJ SS, que se pasó cuatro años en el Congreso sin
pena ni gloria, y del que nunca más se supo; como tampoco del tercer candidato,
que no fue electo, Víctor García Vega,
ex secretario en Sanidad con Vara,
del que tampoco ha vuelto a saberse nada.... En ocasiones, a la ejecutiva
provincial solo le tocaba elegir el tercer candidato al Congreso, porque Madrid
elegía al primero, Mérida al segundo..., y a ellos, el tercero, y a elevar los
ánimos de la militancia...
En las elecciones generales de 2011 al Congreso, el PSOE
de Cáceres sufrió el mayor batacazo de su historia. Antes, ocurrió un hecho
singular jamás visto y que la dirección provincial quiso "tapar",
pero no pudo, porque no todos los periodistas están comprados ni se venden: el
comité provincial, máximo órgano entre congresos, tiró para atrás la lista
aprobada por la ejecutiva; pero nada pasó: dos días después se volvió a reunir,
se ratifica en la misma, la envía a los órganos superiores (regional y
federal), que la dan por buena. Como número uno va también una mujer no tan desconocida
para el aparato, que le debe "favores", pero sí para el electorado: Leire Iglesias, que pone la ejecutiva
provincial; la número dos es, ahora, cuestión de su padrino político, Fernández Vara: Pilar Lucio, que sigue escalando posiciones, a pesar de que le
resultaba difícil la conciliación mientras fue su consejera de Igualdad y
Empleo.
En el último congreso federal que eligió a Pedro Sánchez, el aparato extremeño se
decantó por Eduardo Madina, al igual
que lo hiciera hace algunos años el propio Miguel
Ángel Morales, quien el 17-5-2013 dijo de él que "es
una persona que encaja perfectamente en lo que tiene que ser el futuro del
Partido Socialista". Solo dos excepciones: el que fuera consejero
de Agricultura con Ibarra y de Fomento
con Vara y actual portavoz en la
oposición en Don Benito, José Luis
Quintana, amigo personal del secretario general y que "profetizó"
a Sánchez que algún día sería
secretario general del PSOE, y, otra vez, el listo de César Ramos, que se alineó con aquel, llevándole a la federal una caja de avales.
Es decir: ni Salaya
tiene por qué cantar victoria, que ya se verá en mayo de 2015, que será la
definitiva; ni el PP, frotarse las manos porque si ha ofrecido algo, es una
capitalidad gastronómica comprada, aunque fuere merecida, y porque muchos serán
los candidatos y pocos los elegidos tras la ruptura de coaliciones y los
partidos emergentes. Y, por encima de todo, porque el personal está harto de
padrinos, enchufados, corrupción y atracos...
Lo único bueno de las primarias han sido los índices de
participación; pero de una militancia tan escasa, que ni de eso puede lucirse.
De Plasencia, mejor ni hablar, porque nunca el PSOE pudo hacerlo peor: un
comité local elegido a dedo e impugnado, dimisiones a granel, concejales en sus
escaños excluidos del partido hasta la fecha... Y Vara, dando bendiciones a todos... Y la auxiliar administrativa
placentina, que convertía en autoridades a los altos funcionarios del
ayuntamiento, calentando el sillón en la Asamblea por la gracia de su padrino
político... Y el niño Ferreira en
Madrid, de coordinador de la Secretaría Federal de Organización..., también a
dedo... Estaba en paro, como tantos miles de extremeños con más méritos que él
y Luis Salaya... Es lo que hay,
quizá lo que nos merecemos...
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