El paro y la
corrupción se mantienen con mucha diferencia sobre los problemas económicos y
políticos como las dos principales preocupaciones de los españoles, según el
último barómetro de diciembre hecho público hoy por el Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS), aunque mejora ligeramente.
Estos datos reveladores de la
percepción de los españoles sobre la situación actual colisionan de bruces con
la alegría manifestada por los políticos sobre el fin de la crisis y la bajada
del paro del último mes del año. Son percepciones distintas y distantes de una
realidad que el CIS viene revelando como hechos incontrovertibles. Electores y
políticos parecen darse la espalda en sus análisis y preocupaciones, hasta
hacer cambiar el sentido del voto en las próximas elecciones.
Mientras el paro era en noviembre el
principal problema para el 77 por ciento de la población, en diciembre baja
solo al 75,5. La corrupción era el segundo problema para el 63,8 en el
penúltimo mes del año, aunque en diciembre bajó al 60 por ciento. El
diferencial con los otros dos problemas citados es abismal: los problemas
económicos eran la tercera preocupación en noviembre para el 25,5 por ciento,
mientras que en diciembre baja al 24,9 por ciento. Finalmente, los políticos y
los partidos son señalados como cuarto problema por un 21,8 por ciento, frente
al 23,3 por ciento del mes anterior.
En quinto lugar se sitúan los
problemas de índole social, seguidos de la sanidad, que sube dos puntos. Le
siguen la educación, la inseguridad ciudadana, los recortes y el Gobierno y los
partidos. Sin embargo, el barómetro de diciembre detecta una mejora en la
percepción de la situación económica (en noviembre era mala o muy mala para el
85,8 y en diciembre baja a un 82 por ciento).
Un dato muy revelador es la bajada de
cuatro puntos en un mes de los partidarios de dar la independencia a las
comunidades autónomas, al pasar del 12,4 de noviembre al 8,9 en diciembre, sin
duda alentado por el soberanismo catalán del 9-N, ya que la encuesta se realizó
un mes después. Ahora, un 32,8 por ciento de los encuestados se muestra
favorable a favor del Estado tal y como está configurado en la actualidad,
mientras que, en noviembre, era del 29,9.
Es revelador, empero, que los
españoles se den un notable en felicidad, a pesar de la crisis, el paro y la
corrupción, y consideran que lo más importante para ser feliz es tener buena
salud, llevarse bien con la familia y tener dinero suficiente para una vida
confortable.
En un día en que el Congreso examinaba a la futura fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, para que sea nombrada el próximo viernes por el Consejo de Ministros, la corrupción ha irrumpido en su intervención, al afirmar que es "un colosal atentado a la democracia y sus valores, que provoca una sociedad desmoralizada", y ha prometido una respuesta "tajante, pronta e inmediata". Sobre el paro, sobran todas las manifestaciones de júbilo ante la bajada de diciembre, porque no se ve la luz al final del túnel, ni puede haber brotes verdes, como dijera en su día Zapatero, y la corrupción sigue campando a sus anchas, anunque Rajoy viaje a Andorra para evitar el fraude de los españoles allí, cuando es aquí donde tiene el principal problema: la economía sumergida, el impago del IVA y de otros impuestos, la evasiín fiscal..., problemas que podrían solucionarse con más inspectores y menos bancos de alimentos. Hemos entrado en el Consejo de Seguridad, pero España no está en primera división, como predijo Aznar, mientras no logre borrar del mapa las listas dle paro y una corrupción galopante, dos índices indeseables en un país democrático y desarrollado. Claro que esta percepción tendrá consecuencias políticas en este año electoral que hemos iniciado.
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