lunes, 15 de marzo de 2021

UNA EXTREMEÑA, LA PRIMERA EN SECUNDARIA



Se llamaba Antonia Arrobas Pérez (Talavera la Real, Badajoz, 1858). Fue la primera mujer española en realizar estudios de Secundaria, que realizare en el IES La Rábida de Huelva, donde su tío, Joaquín Sama y Vinagre (San Vicente de Alcántara, Badajoz, 1831; Madrid, 1895), era profesor de Psicología. El IES celebra este año el 150 aniversario de la realización de este hecho trascendente en la historia de la educación y de la lucha por la igualdad: el acceso de la mujer a los estudios de Secundaria. Ese año, el instituto tenía tan solo dos años de vida más que ella.

    Las mujeres tenían vetado entonces estudiar en España. Ni siquiera Secundaria. Su rol era, en verdad, secundario: limitado al hogar, donde fuere esposa, madre, ángel custodio y, sobre todo, sirvienta... Un papel secundario, sí, pero principal, pues sin ellas, qué hubiere sido de los hogares, de los hijos, de los esposos… A las mujeres que nos dieren la luz, se le negaban las luces a las que tuvieren acceso los hombres. ¡Qué antinomia…!

    El instituto se dirigió al rector de la Universidad de Sevilla y el Rectorado de esta, al Ministerio de Educación. Su tío Joaquín; el director del centro, Horacio Bell, y el rector de la Universidad, Federico de Castro, vieron una puerta abierta para el acceso de la mujer a la enseñanza, hasta entonces solo contemplada para los varones. El 27 de mayo de 1871, por una Orden ministerial se accedía a la petición. Antonia no tendría que compartir aula con los varones, podría prepararse en casa y acudir a los exámenes. El 13 de junio allí estuvo para hacer el examen. Antonia Arrobas sentó jurisprudencia, pues su ejemplo sirvió para que la mujer pudiere acceder a la enseñanza oficial. A ella le siguieron María Elena Maseras (Barcelona), Clara Costea (1872) y Elena Rodríguez (1873) y, por extensión, se dejaba la puerta abierta a la enseñanza a todas las mujeres que lo hicieren por libre y se examinaren en institutos. En 2008, el IES La Rábida colocó en las paredes del centro un azulejo en el que puede leerse: “La educación, poderoso elemento de felicidad que no se debería negar a nadie.”

    Cómo no conseguirlo Antonia con la ayuda de su tío, Joaquín Sama, catedrático de Psicología, Lógica y Filosofía Moral, profesor de la Institución Libre de Enseñanza, de la que fue director pedagógico,  y colaborador de Giner de los Ríos; creador en Huelva de la Escuela Libre Profesional; licenciado en Derecho; juez municipal y alcalde en su pueblo natal, casado por lo civil (un escándalo en su tiempo), padre de once hijos y, sobre todo, innovador educativo, que la Junta de Extremadura recuerda cada año con los premios a la innovación educativa que llevan su nombre, y maestro de su sobrina. Discípulo, por último, de Federico de Castro, uno de los principales representantes del krausismo en España y de una visión reformista de la educación, profesor de Lógica en el IES de Huelva antes que rector de Sevilla.

    Adelantada en la lucha por la igualdad de las mujeres, esta extremeña es todo un símbolo en esa lucha de la mujer por convivir al lado del hombre en igualdad de oportunidades y condiciones; aunque tuviera que prepararse por libre y acudir al instituto a los exámenes presenciales, como tantas de los pueblos extremeños que un siglo después hubieren de prepararse con los maestros y acudir a la ciudad a examinarse en el instituto.


No hay comentarios: