En
ecología y economía, hablamos de sostenibilidad en alusión a lo que se puede
mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al
medio ambiente, según la RAE. El Diccionario Panhispánico del español jurídico
define la sostenibilidad ambiental como “principio de gobierno de la
utilización de los recursos naturales que permita satisfacer las necesidades de
las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las
generaciones futuras para atender sus propias necesidades”.
No
existe hoy un sintagma más conocido y reconocido por el conjunto de la
sociedad, mayores y jóvenes, que se implican en la tarea de mantener los
recursos naturales del campo, de los ríos, riberas y arroyos, los caminos por
donde hombres y animales transcurrieron en su devenir a lo largo de la
historia. La mano del hombre, más que el propio paso del tiempo, han
comprometido desfavorablemente la sostenibilidad de esos caminos, cuya
situación es preciso revertir para que lo que nuestros ascendientes hicieron y
disfrutaron ayer, puedan seguir haciéndolo las generaciones futuras.
De
cuando en cuando, vemos en los medios de comunicación cómo políticos, saco en
mano, se disponen junto a hombres y mujeres jóvenes y maduros de pueblos y
ciudades, a limpiar los márgenes de ríos, riberas, campos y caminos para
mantener la sostenibilidad perdida. Somos más dados a ensuciar que a limpiar y
a mantener el legado de nuestros ascendientes. Nos hemos dado cuenta tarde,
pero aún estamos a tiempo de poder revertir el daño que hicimos.
Hay
una acepción del Camino sostenible referida este año santo al Camino de
Santiago. Son muchos y variados los caminos eulalienses que, antes que a
Santiago, conducían a Mérida a los peregrinos que se dirigían a venerar a la
Mártir cristiana. El Camino sostenible, referido al Jacobeo, nació en 2016 a
propuesta de la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras de Mandeo
para buscar una forma entretenida y amena de dar a conocer una Reserva de la
Biosfera y sus objetivos.
Hablamos
de voluntariado social, pero también hoy del voluntariado ambiental. Tanto uno
como otro son imprescindibles, dadas las necesidades humanas y el grado de
degradación ambiental al que hemos llegado. La finalidad del voluntariado
ambiental del Camino de Santiago es dar a conocer el rico patrimonio natural de
Galicia y favorecer su preservación. Las tareas que llevan a cabo grupos
intergeneracionales consisten en la limpieza, señalización, eliminación de
especies exóticas invasoras o catalogación de fauna y flora.
Los
programas del voluntariado ambiental del Camino de Santiago son susceptibles de
ampliación a todas las comunidades. A idénticos problemas, soluciones
similares. Si Galicia incluye la Vía de la Plata, de Laza a Villar de Barrio,
fíjémonos en Extremadura, decidida a potenciar todos los caminos de
peregrinación hacia Mérida, según el presidente de la Asociación de Amigos de
Santa Eulalia, de cara a la celebración del Año Jubilar 2023. Por la
recuperación y sostenibilidad de todos los caminos que conducen a Compostela y
Mérida, la sostenibilidad ambiental que a todos nos compete. No bastan las vías
pecuarias recuperadas o por recuperar; las vías verdes expandidas para los
amantes del ciclismo o senderismo; no bastan las leyes por cumplir o el SEPRONA
para hacer cumplirlas. Hace falta una concienciación colectiva de
sostenibilidad ambiental que, afortunadamente, va creciendo cada día.
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