miércoles, 24 de junio de 2009

UNA VENTANA DE CÁCERES


Hubieren pasado décadas y su ventana permanecerá siempre abierta; en su voz y en sus escritos. Fernando García Morales, decano de los periodistas cacereños, es la ventana permanentemente abierta al pasado de su ciudad. Primero fue su voz, aún firme y viva, en la radio: Radio Cáceres, La Voz de Extremadura; luego, sus vivencias, su crítica, su indulgencia, una pasión abierta por Cáceres en el Diario Extremadura, en el semanario Cáceres, en el diario Hoy hasta su jubilación.

Fernando García Morales es la historia y la anécdota del Cáceres de los últimos setenta años; el conversador ameno, vivencial, que extrapoló a los medios en los que sirvió su amor por su ciudad, el conocimiento de quien la vive, la ama y, por ello, la sufre; el tertuliano que ponía la guinda al pastel; una lengua y una pluma trocadas en contar la intrahistoria de Cáceres, la anécdota trascendida a categoría de historia.

Era ateneísta siendo niño; fundó con otros el nuevo Ateneo de Cáceres; contertuliano con escritores de la preguera y posguerra; fue tertuliano en la radio; pregonero de la patrona; fundador de la Asociación de Periodistas de Cáceres, en la que compartimos y gozamos hoy de su presencia siempre sabia.

Fernando es el decano no solo de los periodistas cacereños, sino de una voz viva que no apaga la de sus compañeros dejados en el camino. García Morales fue la “Ventana abierta” a la ciudad, publicada durante años en su último periódico; la ventana con la que cerraba su escritorio y que cada mañana nos daba el respirar de la ciudad.

Socarrón donde los hubiere, ríe las anécdotas antes de que las rían sus propios interlocutores. En el fondo, quien vivió días en el Amazonas, recordaba siempre a la ciudad sin río, la belleza condensada en su casco intramuros, Patrimonio de la Humanidad, y tornaba siempre a ella para escribir desde su “Ventana abierta” lo que veía, vivía, pensaba, medía, condensaba, traducía y componía para los cacereños. Su ventana, siempre abierta; a su lado, siempre el asentimiento de Mely. Como el de tu Cáceres hoy, Fernando, contigo. ¿O acaso habrá alguien que se atreva a cerrar tu ventana para que no veamos la limpia luz de nuestra ciudad, compañero, amigo…?

No hay comentarios: