Las Medallas de
Extremadura 2015, cuya concesión aprobó el Consejo de Gobierno de la Junta de
Extremadura en su reunión del pasado día 7, no han traído consigo la ola de
protestas ciudadanas que provocó la primera concesión otorgada con Vara como presidente en 2007. Aquellas
las dio él porque quiso; estas parece haberlas solicitado el pueblo. Las unas
fueron por simpatía; estas lo son por la solidaridad.
Otorgar las Medallas de Extremadura a las Cáritas
diocesanas y Bancos de Alimentos de la región "ex aequo"; a la
Asociación Oncológica de Extremadura y la Asociación de Lucha contra el Cáncer,
no merecen en nuestros días más que el reconocimiento y el aplauso de todos los
extremeños que necesitan hoy más sus servicios que los propios que le pueda dar
la Junta, que les quita más que les da. No olvidemos que la Junta cerró comedores
a final de curso que, desgraciadamente, son necesarios para que muchos niños
puedan comer (véase hoy.es/extremadura,
de 03 de 06 de 2015); tampoco olvidemos que, cuando los silos franquistas se
ponen en venta, los bancos de alimentos han reemplazado hoy aquella necesidad de
regular en 1940 el precio de los cereales y garantizar a la población el acceso
a los alimentos básicos. La necesidad de entonces ha sido sustituida por los
bancos de alimentos, que proporcionan a
las familias necesitadas alimentos básicos de subsistencia, derivada de una
crisis que se ha comido hasta las cartillas de racionamiento y que, de no ser
por los comedores de Cáritas, muchas
familias tampoco tendrían para subsistir...
La solidaridad de unos y otros, así como de las familias,
han hecho posible el sorteo de la crisis, en la que los más ricos se han convertido
en más ricos y los más pobres, cada día en más pobres.
Las otras Medallas --para la Real Sociedad Económica de
Amigos del País de Badajoz, un referente cultural e histórico de la ciudad; la
Base Aérea de Talavera la Real de Badajoz, en la que se forman desde 1953 los
pilotos de combate del Ejército del Aire; y la palista parolímpica Elena Ayuso-- constituyen ejemplos de
formación, atención, superación, colaboración, progreso, apoyo, y solidaridad
con entidades benéficas para asegurar que los alimentos lleguen a su destino
final, no pueden sino ser reconocidos en todos los casos como las Medallas de
la Solidaridad.
No son, en ningún caso, de cortesía o excepcionalidad,
exclusiva del Presidente, como ocurrió en 2007, en la que solo tres de las seis
otorgadas podrían considerarse tales (la ONCE, la galerista Helga de Alvear y el actor Juan Margallo), mientras que las otras
tres (los restaurantes Azcona de Badajoz y El Figón de Eustaquio de Cáceres, o
el torero José Antonio Ferrera,
especialmente esta última) provocaron un alud de protestas al presidente que le
colapsaron su correo electrónico, sobre todo de antitaurinos, que le
preguntaban por qué le había otorgado la Medalla al diestro. Ya el decreto de
concesión decía que la Medalla se le otorgaba por "su seriedad, trabajo
bien hecho y promoción de Extremadura a través de la Feria de los Toros" y
"por representar como pocos a esa generación de toreros extremeños que
conforman la Nueva Edad de Oro del Toreo"; pero el Presidente contestó,
enojado, con una afirmación poco afortunada para rematar una faena de solo
silencio, de la que después se arrepintió: "No estoy dispuesto a admitir
injerencias de ningún tipo ni de nadie en la
concesión de las medallas de Extremadura." (Véase hoy.es/prensa, de 01-08-2007). Usted está ahí para admitir todas
las "injerencias" de los ciudadanos, aunque no le gusten, como a
estos tampoco les gustan muchas de sus decisiones y de su gobierno que, como
los anteriores, no hacen más feliz la vida de la gente... Además de las que le
corresponden por ley, hay una comisión que examina las propuestas de
instituciones, corporaciones o entidades, que son elevadas al Consejo de
Gobierno, según el artículo 3 del Decreto 177/2013, de 24 de septiembre, por el
que se regula el procedimiento de concesión de la Medalla de Extremadura (DOE
número 188, de 30 de septiembre de 2013). Hoy, afortunadamente, nadie ha dicho
nada en contra, como en aquella ocasión de 2007. De sabios es rectificar, como
hasta en el cambio de formato de los actos previos del Día de Extremadura, "con
el objeto de dar mayor protagonismo a los ciudadanos sobre los representantes
políticos". (Véase europapress
es./extremadura, de 07/08/2015).
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