sábado, 10 de octubre de 2015

LA SEGUNDA TRANSICIÓN EN ESPAÑA Y EXTREMADURA

 
           Se habla, se viene hablando, desde 1994, desde 2014 y el año en curso, de la segunda transición española. ¿Cuál fue la primera en España? Todos de acuerdo en los empieces de aquella: desde el 20 de noviembre de 1975, fecha de la muerte del Generalísimo Franco y Jefe del Estado, hasta dar dos pasos fundamentales: la Ley para la Reforma Política, aprobada en referéndum el 15 de diciembre de 1976, que tumba el sistema político franquista, y la aprobación de la Constitución Española de 1978, refrendada en referéndum el 6 de diciembre del mismo año. Finiquita la primera ley las leyes fundamentales del antiguo régimen; la Constitución abre la puerta a un nuevo período democrático. De la dictadura a la democracia, pasando por las urnas. El fin de la primera transición la sitúan los historiadores en octubre de 1982, cuando el PSOE sucede a UCD en el gobierno de la nación; un partido progresista se sitúa en el poder, con una mayoría absoluta jamás lograda en democracia. Otros la prolongan hasta el 1 de enero de 1986, con el ingreso de España en la entonces denominada Comunidad Europea.
            ¿Cuándo, pues, principia la segunda transición? El exministro de Educación de UCD, Juan Antonio Ortega y Díaz-Ambrona (Madrid, 1939) sitúa el inicio de la segunda transición en las elecciones europeas del 12 de junio de 1994, con la espectacular pérdida de apoyo popular sufrida por el PSOE. (Véase elpais.com, de 05/08/1994), apuntando a la normalidad democrática en la alternancia en el poder como evidencia, y la irrupción de la llamada generación del 78, hija del baby bom y del desarrollismo, para quienes la democracia y el europeísmo constituyen un punto de partida. El nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, promete pilotar una segunda transición en una carta dirigida a sus militantes para configurar un proyecto reformista que "permita llevar a cabo una segunda transición económica y social". (Véase elpais.com, de 16/07/2014).  Miguel Mora sitúa el inicio de la segunda transición tras los resultados de las elecciones autonómicas y locales del 24/05/2015, que ponen fin al bipartidismo y las mayorías absolutas, en que la hegemonía del PSOE y del PP sucumben a la mala política y los deseos de cambio de una población hastiada y castigada, que reclama no solo el final de la corrupción, sino una nueva forma de hacer política. (Véase ctxt.es, de 25/05/2015).  Francisco Sosa Wagner (Alhucemas, Marruecos, 1946), catedrático y escritor, portavoz de UPyD en el Parlamento Europeo entre 2009 y 2014, y miembro de la comisión de expertos de Ciudadanos desde 2015, señalaba en una entrevista que "Podemos y Ciudadanos son símbolos de la segunda transición que necesitamos". (Véase elconfidencial.com, de 27/05/2015). José Alejandro Vara y Alejandro Planas sostienen en la biografía del político de moda (Entre bambalinas, Edit. Stella Maris) que "Albert Rivera quiere ser el árbitro de la segunda transición que abordará España el 20 de diciembre. (Véase sabemosdigital.com, de 07/09/2015).
            Pues, ¿y en Extremadura: ha habido, hay, una segunda transición?  El primero en utilizar el sintagma fue Guillermo Fernández Vara en vísperas de las elecciones de mayo de 2011. No consiguió revalidar la mayoría absoluta lograda en 2007, sino que dio paso al PP, tras su entente con IU. Desde 1983 gobernó en Extremadura el PSOE y aparece el PP de Monago por vez primera, que no sólo no hace la segunda transición que prometía el primero, sino que da marcha atrás en servicios públicos y libertades, y se vanagloria arropado por un aparato propagandístico que nubla sus errores. No es de extrañar, pues, que ahora diga el PSOE de Extremadura que el actual gobierno de Vara está restituyendo los recortes de Monago: el transporte escolar, los comedores, los libros, las becas, las Urgencias Rurales y las políticas sociales... (Véase meridaycomarca.com, de 28/09/2015). Monago ni pudo ni quiso hacer la segunda transición de Extremadura. Vara no pudo, y ahora que puede, no se atreve, tal y como está el panorama. No basta con hacer una lista nueva a la Asamblea por Cáceres, en la que solo mantuvo a dos diputados de la anterior legislatura. No es ese el cambio, cuando en la listas, ya hechas públicas a las elecciones generales del 20-D, mantiene a los mismos de ayer: a unos por afinidad personal; a otros, por imperativos de los lobbies de poder. Nadie ve cambio alguno en estas listas, si acaso la primera de la lista al Congreso por Badajoz, para que no digan. En fin, para lo que hacen en Madrid... Cuando pudo, no se atrevió y pagó el peaje a algunas familias políticas del partido. También se ve en su gobierno, cuando varios altos cargos repiten hasta en tres legislaturas en cargos distintos y distantes... Han surgido nuevas familias apegadas al poder; pero no llega a Extremadura la segunda transición de la que hablare en mayo de 2011, y que a España vendrá el 20-D, muy a pesar de Pedro Sánchez y de Rajoy. Al tiempo...
 

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