Juan José García Carrasco Gómez
Benítez (Cáceres, 15/07/1799-16/08/1851) ha pasado a la
historia como un hacendista y político español que, a pesar de su atesorada
riqueza y de sus cargos políticos en la capital del Reino, terminó su vida
arruinado. Era hijo de José García
Carrasco (1763-1825) y María
Catalina Rizis Gómez Merino del Pozo
(1773-?) [1].
Su padre, natural de Montenegro de Cameros (Soria), se instaló a temprana edad
en Cáceres, gracias a la trashumancia, y a la acogida que en la ciudad le
brindaron Vicente Marrón, ganadero
soriano con casa en Cáceres, y a la protección que le prestó la marquesa de
Camarena la Real, Cayetana de Ovando y
Ulloa, gracias a cuya ayuda se abrió paso como tratante de lanas hasta
convertirse, a principios del XIX, en el principal exponente de la burguesía
comercial extremeña.
García Carrasco
estudió en el Colegio de Nobles de Vergara, y cursaría después Ciencias
Exactas, doctorándose en Londres, a donde su padre le envió a estudiar, junto a
su hermano Rufino (Cáceres, 1803)
siguiendo la costumbre de los adinerados de la época, con estancias posteriores
en Francia, y Holanda, entre otros países [2]. Su
nombre aparece ligado desde temprana edad al liberalismo. Fue miembro de la
Sociedad Patriótica de Cáceres desde el 28 de junio de 1820 y ejerció su
secretaría desde el 5 de septiembre del mismo año. Su padre falleció el 16 de
noviembre de 1825 y, al realizarse el inventario previo antes de la ejecución
de su testamento en la primavera siguiente, él se hallaba ausente. A su
regreso, se puso al frente de las empresas de su padre, con el nombre comercial
de "Don José Carrasco e hijos". Junto a su hermano y el marido de su
hermana Teresa, Juan Donoso Cortés (Valle de la Serena, Badajoz, 1809-París, 1853)
--quien pronunciare en 1839 el discurso inaugural del Instituto General y
Técnico de Cáceres (actual El Brocense)-- se instaló en Madrid en los últimos
tiempos del reinado de Fernando VII
y entabló conexiones políticas con la reina María Cristina, a quien prestó su apoyo en el conflicto sucesorio
que dio lugar a las guerras carlistas. Fue vocal de la Junta de Comercio de
Madrid y apoyó a Cea Bermúdez (Málaga,
1779-París, 1850) en la fase moderada de Fernando
VII.
Fue elegido
diputado por Badajoz en 1837 y senador en 1840, ocupando el cargo de secretario
de la Cámara Alta en 1841, donde permaneció hasta 1845. Elegido senador
vitalicio en 1845 hasta 1851, en que falleció en Cáceres [3].
El 10 de diciembre de 1840 fue nombrado ministro de Hacienda en el gobierno de Narváez, sustituyendo a Mateo Miguel Ayllón, tras una semana en
la que actuó como ministro interino José
Díaz Serralde, cartera en la que continuó con el siguiente jefe del
Ejecutivo, González Bravo, en un
periodo en el que se produjeron varios escándalos financieros, que llevaron a
abandonar el gobierno al último ministro citado y a él como ministro el 3 de
mayo de 1844.
De García Carrasco
se ha dicho que, más que un hacendista, era un arribista que era incapaz de
sacar a la nación de su postración. Sin embargo, fue el creador de la Comisión
de Hacendistas, cuyos trabajos culminaron con la reforma tributaria de 1845
protagonizada por Alejandro Mon
(Oviedo,1801-1882), que fuere ministro de Hacienda en varios periodos. Promovió
la fundación del Banco de Isabel II, que se fusionó después con el Banco de San
Fernando. La reina Isabel II le
concedió la merced de título de Castilla, con la denominación de conde de Santa
Olalla. [4]
El profesor Sánchez
Marroyo, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de
Extremadura, ha estudiado "la peripecia vital" del I Conde de Santa Olalla
y su familia [5]
que, al morir su padre, en 1825, "alcanzaron un notable protagonismo en la
vida social de la época, los varones por sí mismos y las mujeres por su
matrimonio". Señala el autor que, con la vuelta de los liberales al poder,
en 1820, y con el apoyo económico de su padre, "se convirtió en uno de los
más destacados dirigentes del liberalismo en Cáceres. En 1843, tras la caída de
Espartero, que abandonó la Regencia
y España, comenzaba la mayor época de relevancia pública de Juan José García Carrasco. La Década Moderada vería el imparable ascenso, pero
también la aparatosa caída, de la figura central de aquel poderoso clan
familiar". La especulación
bursátil, las contratas militares y los negocios mineros, sustituyeron, según
el autor, el negocio de las ovejas merinas. Tras abandonar el Ministerio de
Hacienda, intensificó su actividad financiera con negocios mineros e incluso
ferroviarios. "Desafortunadas jugadas especulativas le llevaron a la
catástrofe, señala Marroyo, quien
afirma que, "a fin de cuentas fue el cacereño de mayor proyección en la
historia nacional, víctima de su buena fe y de la fidelidad a María Cristina." "El origen
inmediato de la quiebra estuvo en la incapacidad de Juan José García Carrasco de devolver varios préstamos que había
solicitado al Banco de San Fernando a partir de 1847... Tras su muerte, los
testamentarios debieron hacer frente, en un momento en el que se había perdido
la mayoría de los activos financieros, a la reclamación de una deuda de 12
millones de reales, cantidad impresionante para la época, que arruinó
definitivamente a la familia... "Duro final para una de las aventuras empresariales
y políticas más intensas de Extremadura", concluye el profesor Marroyo.
[1] Vid.: Ministros
de Economía y Hacienda de España (de 1700 a 2005). Tres siglos de historia.
Ministerio de Economía y Hacienda, ISBN: 84-85482-82-4, Madrid, 2005, págs.
174.
[2] Vid.:
Wikipedia, org./wiki/ Juan.
[3] Vid.: El Senado entre 1834-1923. Senadores. en
www.senado.es.
[4] Vid.: Gaceta de Madrid núm. 3489, de 3 de
abril de 1844.
[5] Sánchez
Marroyo, Fernando: Estructura
político-institucional de Extremadura (1808-1874), en Revista de Estudios Extremeños,
LXIX, I, ISBN: 0210.2854, págs. 184-190.
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