lunes, 10 de julio de 2017

TALAVÁN Y SU TERRITORIO DESDE LA BREÑA


        Hay una luz en un cerro, de eterna agua manantía y propiedades medicinales, que siempre recuerdan quienes hayan visitado Talaván, que forma parte del conjunto de villas conocidas como "Los Cuatro Lugares", cerca de Cáceres, junto a Hinojal, Monroy y Santiago del Campo. No hay vecino ni visitante que no frecuente la fuente de la Breña o "La Madrila", que facilita agua fresca a todos los que a ella se acercaren. Situada en la vereda del Camino Real de Castilla, su origen se relaciona con el trasiego de ganados que pasaren por ella. La Breña es un símbolo de Talaván y su territorio, una seña de identidad de un pueblo del que recientemente acaba de publicarse una guía histórico-artística y arqueológica, que "documenta restos arqueológicos que habían desaparecido", recuerda su alcalde, Francisco Miguel del Barco, en el prólogo del libro, [1] una obra más que añadir al conjunto de guías y volúmenes del académico correspondiente de la Real de la Historia, José Antonio Ramos, y el fotógrafo Óscar de San Macario.
            Al norte de la capital de la provincia, entre los ríos Tajo y Almonte, se sitúa Talaván, encuadrada en la Penillanura cacereña, a la falda de una pequeña sierra. Uno de sus grandes tesoros son los escarpados riberos del Tajo y el Almonte, lugares idóneos para el avistamiento de animales y para los amantes del senderismo. El término municipal tiene una extensión de 98,4 kilómetros cuadrados. La dehesa boyal, situada en las cercanías del pueblo, constituye un gran patrimonio natural, con un gran bosque de encinas, y explotación agrícola y ganadera. El embalse está situado en el curso del Almonte y es fruto de una presa de abastecimiento en el arroyo de Talaván, afluente de aquel, en la cuenca del Tajo. La presa data del año 1977, y tiene una capacidad de 1,165 Hm, y abastece de agua a Talaván, Hinojal y Santiago del Campo. Aunque la actividad agraria ha sido el principal sector económico de la localidad, el paso del tiempo ha atraído a otros sectores de la población activa, aunque se continúa con el secano (olivo-aceite, avena, trigo) y, en menor medida, el regadío. La agricultura extensiva ocupa un gran porcentaje y la ganadería supone el 28 por ciento de las explotaciones agrarias del municipio (vacuno, caprino y lanar), tanto de ovejas como de cabras, orientada a la venta de carne. La puesta en marcha de la primera central fotovoltaica de España que se instalará en la localidad dará al pueblo más de 2.000 empleos en su construcción y un centenar fijos tras su puesta en marcha, con una inversión de 259 millones, una potencia de 250 megavatios y un ahorro de  emisión de dióxido de carbono a la atmósfera de 356.000 toneladas. La primera central fotovoltaica de Europa se sitúa sobre 750 hectáreas de terreno en principio, ampliables a 2.000.
            La primeras referencias históricas de Talaván se remontan al Paleolítico Inferior. El origen prerromano del topónimo Talaván es evidente y podría estar relacionado con algunos de los muchos antropónimos lusitanos estudiados por José María Vallejo Ruiz. De la Edad del Cobre se conservan interesantes restos  en Las Higueras. En la finca "Camacho" se conservan abundantes restos de viviendas destruidas, testigos de una villa romana. Y sumergidas por las aguas del embalse, junto a la ermita de la Virgen del Río, existen tumbas antropomorfas. Desde la conquista de la actual región extremeña por el Islam, a mediados del siglo VIII hasta mediados del siglo XII, la zona norte en la que se encuentra el territorio de Talaván, formó parte de un espacio casi desértico, la tierra de nadie entre los árabes y cristianos. El proceso reconquistador no concluirá en Extremadura hasta mediados del siglo XIII. Durante el siglo XII, el territorio que hoy denominamos Extremadura se convirtió en escenario de frecuentes incursiones cristianas contra los territorios islámicos, así como las respuestas de los árabes a las tropas castellano-leonesas, volviendo a ocupar poblaciones y territorios reconquistados. Los templarios crearon la Encomienda de Alconétar, unidad territorial que perteneció a la aldea de Talaván y su campo. En 1774, los templarios perdieron la plaza de Alconétar, que reconquista de nuevo Alfonso IX de León, quedando establecida en la fortaleza de Alconétar la Orden Militar del Temple, consiguiendo dominar un amplio territorio que comprendía Garrovillas, Talaván, Hinojal y Santiago del Campo. Con el proceso de la reconquista, Alfonso IX  devolvió los territorios a los templarios, recuperando la villa de Cáceres y estableciéndose el fuero en la villa, que incluía "Talaván y su campo". En la segunda mitad del siglo XIII, todo el territorio cacereño quedó bajo poder cristiano. La mayor parte de las tierras extremeñas fueron repartidas entre las órdenes militares de Santiago y Alcántara y surgió un renacimiento  de la colonización señorial de grandes latifundios. La segunda mitad del siglo XIII y los primeros años del siguiente fueron decisivos para el destino de la villa de Talaván, primero con la separación de Alconétar y segundo, con la pertenencia al concejo de Plasencia y la creación del señorío de Monroy, donde quedaría incluida. Talaván se convierte en villa de señorío en 1309 dentro del Señorío de Monroy y, con carácter independiente, desde 1458. El señor de Monroy confiere el rango de villa a Talaván. El 6 de agosto de 1346 se constituye en Zamora el mayorazgo de Monroy, Valverde, Talaván y la Casa de la Paz (actual dehesa de Talaván). García González de Herrera, mariscal de Castilla, fue el primer impulsor de la villa de Talaván.
            En 1790, Talaván era villa de la casa de Osuna. Durante la Guerra de la Independencia, debido a su situación estratégica y a su importante paso sobre el río Tajo, Talaván se vio sometida al azote continuo del ejército francés, y permaneció bajo su dominio desde agosto de 1809 hasta finales de 1811. En 1813, Talaván y sus barcas retornan al ejército español. En 1837 Talaván deja de ser señorío. En 1857, la villa pasó a denominarse definitivamente Talaván.
            La iglesia parroquial de la Asunción, que se comenzó a construir a finales del siglo XV, es de una sola nave divida en cuatro tramos por arcos de medio punto. Mantiene restos de pintura mural del XVIII, y obras modernas, como Nuestro Padre Jesús Nazareno, San José y la Virgen del Carmen. La pieza más importante es su pila bautismal gótica. La sacristía tiene cubierta en dos tramos de bóvedas de aristas, en la que se conservan piezas de platería destacadas. Hay que destacar, además, el artístico coro alto, y la torre, de potente aspecto, construida bajo el mecenazgo del VII Condestable de Castilla. La ermita de la Soledad conserva la imagen titular, obra del siglo XXIII.  En el altar mayor de la actual ermita Nuestra Señora del Río se conserva la imagen que veneran los talavaniegos, obra del XVI. La antigua se encuentra en la margen derecha del río Tajo, actualmente bajo las aguas del río. En la margen izquierda del Tajo está la otra ermita de la Virgen del Río, construida en 1971. El mayor impacto lo encontramos en la ruinosa ermita del cementerio viejo,  conocida como la del Cristo del Ejido, muy próxima a la iglesia parroquial, del siglo XVI que, con las medidas desamortizadoras del XIX, fue cementerio municipal, hasta la inauguración del actual camposanto en 1928.
            Entre las tradiciones populares de Talaván, cabe destacar la fiesta de las Candelas, el 2 de febrero, en que se rememora un rito medieval sobre la Purificación de la Virgen y la presentación del Niño en el templo. La romería de la Virgen del Río se celebra a finales de abril, con comidas campestres, subasta de ofrendas y baile. La fiestas patronales preceden a su celebración, con la llegada de la imagen de la patrona  desde la ermita hasta el pueblo por los riberos del Tajo. Finalmente, la romería de la Virgen de la Soledad se celebra en el puente del Pilar.



[1]  Vid.: Ramos Rubio, José Antonio y De San Macario Sánchez, Óscar: Talaván y su territorio. Edit. Diputación Provincial de Cáceres. Depósito legal: CC-102-2017. Cáceres, 2017, 341 págs.

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