De cuando en cuando, al
levantarme con el canto del gallo, recibo todavía alguna carta. No me llega
esta como las antiguas, en papel de cuartilla, con los interlineados marcados
para no salirse de la raya. Las cartas llegan ya por correo electrónico. El
teléfono, primero, y las redes sociales después, han eliminado aquella
comunicación tan íntima, tan ansiada, tan esperada, que nos transmitían
mensajes de familiares y amigos ausentes. ¡Y con qué alegría se recibían...! En
el colegio, en la mili, el reparto de las cartas se acogía con emoción
contenida. El emisor comunicaba al receptor algunos entresijos de su vida, se
interesaba por la suya, le deseaba salud, y hasta la próxima. ¡Ah, aquellas
cartas que principiaban!: "Me alegro que a la llegada de esta te encuentres
bien. Nosotros bien, gracias a Dios..." Las redes sociales han sustituido
a la carta escrita de puño y letra. El papel escrito del emisor nos traía,
además de mensajes, su perfume, sus huellas, su humanidad. La carta personal se
esperaba; los correos electrónicos se reciben, como las cartas comerciales o
formales, que no esperamos. Hay cartas y cartas: la Carta Magna, norma superior
del ordenamiento jurídico de una nación; la carta
blanca que alguien recibe para llevar a cabo una acción; las cartas de la
baraja con las que algunos matan su ocio; las cartas del menú y del vino; la
postal; las cartas de amor; la de presentación; la de crédito; las cartas de
los lectores... El correo electrónico ha ampliado la noción de la carta
manuscrita tradicional y la ha enterrado, a la vez. Ya nadie escribe; pocos
leen; la gente no dialoga; se reenvían mensajes de otros, sin respuesta.
Hablamos a través de tuits o de wasap. Como si hubiéremos perdido la lengua
escrita y oral. Lo que ganamos en rapidez, lo perdemos en intimidad. La carta
escrita expresaba la intimidad toda del ser humano: sus quehaceres,
sentimientos, estados del alma, opiniones, deseos... Ni nos vemos ni hablamos,
aunque recordemos. ¡Ay las cartas perdidas de ayer de los seres amados,
lejanos, ausentes...! Siempre esperándote, querida..., salud y mi amor.
lunes, 15 de enero de 2018
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