Pedro de Lorenzo Morales (Casas de Don Antonio, 07/08/1917; Madrid, 20/09/2000), abogado, periodista, escritor y académico de número de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes (RAEX) desde el 29 de noviembre de 1981, fue declarado hijo adoptivo de Plasencia el 29 de abril de 1985.
Cursó Bachillerato y Magisterio en Cáceres, Derecho en Salamanca y Periodismo en Madrid. Ejerció la abogacía en Valencia de Alcántara (Cáceres). Fue durante doce años profesor de Estilo en la Escuela Oficial de Periodismo.
Como periodista, fue director de El Diario Vasco de San Sebastián (1942), la revista de poesía Garcilaso (1943), el diario La Voz de Castilla de Burgos (1945-1946); dirigió las páginas literarias del diario Arriba de Madrid (1958-1961). Fue redactor de ABC y director adjunto de este periódico madrileño entre 1968 y 1975.
Entre los premios recibidos durante su profesión periodística destacan: el premio “Azorín” del gremio de editores y libreros en 1947; los premios “Luca de Tena” y “Álvarez Quintero” en 1957; “Fastenrath” de la Real Academia Española en 1964; Usti de Periodismo en 1964; Nacional de Literatura en 1968; Nacional de Periodismo en 1972 y finalista del Premio Planeta de novela en 1972.
Casado con Francisca Martínez Senderos, escritora y maestra en plena Guerra Civil, fue detenido al comenzar la contienda y pasa dos tercios de la misma en prisiones militares por su adscripción política, aunque en su biografía de la RAH, Argaya Roca afirma que, tras el levantamiento militar de 1936 se unió a las fuerzas franquistas, en cuyas filas combatió integrado en unidades de Falange. Posteriormente, vivió en Valencia de Alcántara hasta que su esposa logró una plaza en Madrid en 1948, donde se trasladaron a vivir.
Al concluir la guerra, lanza el Manifiesto “La creación como patriotismo”, origen del grupo literario “La juventud creadora”, que se reúne en el Café Gijón de Madrid. En 1943, junto con Juan Garcés y José García Nieto, crea la primera revista poética de la posguerra: Garcilaso, cuyo primer número dirigió, dejando los sucesivos en manos de García Nieto.
En 1943 publica su primera novela, La quinta soledad, escrita en 1939. Aprobada por la censura de la época, fue denunciada por ser de un preso no común y, retirada por la Guardia Civil, terminó aceptándose su difusión. Autor de un estilo propio y retórico, fue autor de cientos artículos publicados en la prensa del momento: Ya, Arriba, Pueblo, Blanco y Negro y ABC.
Respecto a su obra literaria, Pedro de Lorenzo estructuró su obra en cinco series de siete libros cada una: “Libros de la vocación”, “Novelas del descontento”, “Memoria de la tierra y los muertos”, “Los adioses” y “Ultimidades”.
En “Libros de la vocación” incluye “La quinta soledad” (1945), “…Y al oeste, Portugal” (1946), “Tu dulce cuerpo pensado” (1947), “La sal perdida” (1947), “Guía de forasteros” (1947), “Fantasía en la plazuela” (1953) y “Los cuadernos de un joven creador” (1947).
En “Novelas del descontento” agavilla: “Una conciencia de alquiler” (1952), “Cuatro de familia” (1956), “Los álamos de Alonso Mora” (1970), “Gran Café”, finalista del Premio Planeta (1974), “La soledad en armas” (1980), “Episodios en la era del tiburón” (1982) y “El hombre de la Quintana” (1978).
“La tierra y los muertos” reúne los siguientes: “Extremadura, la fantasía heroica” (1961), “Fray Luis de León” (1964), “Viaje de los ríos de España” (1968), “Capítulos de la insistencia” (1975), “Guía de exiliados” (1986), “Relicario de Cuenca” (1989) y “Señal de Italia” (1988).
“Los adioses” integra: “Elogio de la retórica” (1974), “La medalla de papel” (1970), “El libro del político” (1973), “Letra para un pasionario” (1976), “Diario de la mañana” (1983), “Fortuna de los reveses” (1984) y “Círculo de la amistad” (1987).
Finalmente, en “Ultimidades” reúne “Despedidas por extremeñas” (1992), “Toque de queda” (1994), “Redoble para Extremadura” (1997), “Siete alardes al asedio de Extremadura” (1997), “Cosas de la Niña de las Pecas y el Puente Viejo” (1999), “Ahora, ¡a otra cosa!” (2000) y “Libro de gracias” (2000).
El Pleno del Ayuntamiento de Plasencia, en su sesión del 29 de abril de 1985, acordó nombrarle Hijo Adoptivo de la ciudad, “porque es un auténtico enamorado de Plasencia”, a la que se refiere continuamente en sus escritos, artículos, recitales, conferencias, libros y actos académicos, viniendo a nuestra ciudad con relativa frecuencia a saborear sus encantos, siendo muy antiguos los lazos sentimentales que le vinculan a ella, defendiendo públicamente la teoría del derecho de Plasencia a figurar como capitalidad de una provincia extremeña y escogiéndola como marco de su ingreso en la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes.
En una entrevista concedida al autor de este artículo un año antes de su fallecimiento, a la pregunta sobre si defendería aún una tercera provincia extremeña con capitalidad en Plasencia, contestaba: “Extremadura puede ser una, debe ser una. La casa debe ser una, pero la casa puede tener, en vez de dos, cuatro habitaciones. En ese sentido creía yo que, administrativamente, con cuatro diputaciones en Extremadura y cuatro representaciones en Cortes, Extremadura se defendería mucho mejor, pesaría mucho más ante los poderes públicos…Y veo claramente distinta a la Extremadura del río Tajo arriba, capital Plasencia, que a la Extremadura de entrerríos, que es Cáceres”.
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Bibliografía consultada: Archivo
Histórico Municipal de Plasencia; Araga Roca: biografía en el Diccionario de la
RAH; Diario ABC; Pinero, Félix, entrevista en El Periódico Extremadura el 16 de mayo de 1999.
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