jueves, 31 de enero de 2013

LA SUERTE DE ESTAR A SU LADO

           “La suerte es tenerte a nuestro lado” es el lema de Cruz Roja para su sorteo de Lotería Especial del próximo día 9. Cuando no todo el mundo puede contar con sobres ocultos, la mayoría se confía a la lotería poniendo toda la fe del mundo en la suerte que redima su condición de pobres sobrevenidos por los recortes del Gobierno; pero no todo el mundo tiene la suerte de su lado. La suerte no se busca; se halla. Lo que se busca no se encuentra casi nunca, aunque nos enmendemos a la Divina Providencia con toda la fe del mundo. Tentar a la suerte es tentar al mismísimo diablo porque, además de hallarla, ahora pagas por encontrarla. Quienes no pagan a Hacienda, los amnistiados, los corruptos, los que roban, defraudan, quienes hubieren cuentas donde no debieren…, esos parecen ser los hombres de la suerte.

           El sorteo de Navidad es el sorteo de la esperanza, porque es el que más reparte. El sorteo de Cruz Roja es el sorteo de los desfavorecidos por la fortuna, la que no hallaron en vida o la perdieron en ella. Por ello, su lema para este año es “La suerte es tenerte a nuestro lado” porque, a su vera, además de poder hallar lo que no buscabas, beneficias a quien en vida encontró su derrota. Uno de cada tres décimos tiene premio y el sorteo toca a más de dos millones de personas. Cruz Roja no busca, empero, hacer ricos, aunque algunos lo fueren por daños colaterales por el hecho mismo de jugar porque, a quien no juega, nunca le toca. Cruz Roja no tienta con ello a la suerte, como un torero frente a su enemigo en el coso. La institución humanitaria te llama para decirte que “la suerte es tenerte a nuestro lado”. Si estás a su lado, estarás al lado de quienes más sufren, de los que nada tienen, de los que han sufrido un cambio radical en sus vidas porque no hubieren corruptos a su lado; los de la pobreza cada día más excluyente, la que cada jornada cierra puertas y ventanas de inmuebles donde antes se situaron los llamados “negocios” que devinieren en ruina y cuya luz se apagó para siempre; los que perdieron los dineros limpiamente ganados con el sudor de su frente en preferentes o subordinadas, engañados por banqueros sin escrúpulos; los avaros que, ansiando “duros por pesetas”, todo lo perdieron, porque la avaricia siempre rompió el saco de la codicia; aquellos que ofrecen el oro y el moro para, al final, quedarse con ambos.

           En tiempos como los actuales, no solo en la guerra, sino en la paz silenciosa, resignada, de tantos hombres y mujeres, instituciones como Cruz Roja son más necesarias que nunca. La guerra, aun no declarada por los gobiernos, existe hoy más que nunca. Son ellos los que la declaran y otros quienes nos aprietan las tuercas que, de tanto apretar, dejan a los más, cada día más pobres y a los ricos, cada vez más ricos, sin justicia si no la pagas, sin sanidad si no contribuyes a financiarla; sin recetas de copago devuelto, porque no hubieres tarjeta electrónica, que no te dan; sin dependientes abandonados a su suerte; sin trabajo para ganarte la vida porque muchos son los llamados y pocos los elegidos, como siempre, y aquellos a quienes la fortuna sonríe, ni siquiera la tentaron; pero la suerte les fue regalada, sin que nada hicieren por dársela a quienes la necesitaren. 

           Si Cruz Roja no existiera para ayudar a los heridos de guerra, habría que inventarla para ayudar a los heridos de la paz. Se muere en la guerra, aunque la Cruz te alivie; pero es peor morir en la paz cuando, disponiendo de todos los bienes de este mundo, solo unos pocos hubieren granero para atesorar el grano que les dé de comer. Por eso estamos a su lado, porque su suerte, y sobre todo la nuestra, es tenerla a nuestro lado para devolvernos la dignidad que nos arrebataron. Cruz Roja, de sangre y fuego, de pasión y entrega por los débiles, que no busca el beneficio para sí, sino el de todos los que hubieren la dicha de estar a su lado, porque para la Cruz abierta a todos, la mayor suerte sea tenernos a su lado. Nuestra suerte de hoy será la suerte del mañana, el día en el que hallemos la suerte estando a su lado, cuando verifiquemos que todos nos engañaron, aun los que decían que estaban para ayudarnos, y no tengamos una mano a la que asirnos. Solo entonces, nuestra suerte será haber estado a su lado…, a la vera de la Cruz creada para los vencidos sin causa.

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