domingo, 1 de septiembre de 2013

EL REGIONALISMO EXTREMEÑO, O LA UTOPÍA IRREALIZABLE

          
          El anuncio efectuado el pasado día 30 de septiembre por Coalición Extremeña (PREx-CREx), federación de partidos regionalistas extremeños formada por el Partido Regionalista Extremeño (PREx) y Convergencia Regionalista de Extremadura (CREx)  del cese de su coalición con el PSOE, partido con el que había concurrido a todos los comicios autonómicos y generales desde 2003, ha puesto sobre el tapete de la actualidad el presente y el futuro electoral no solo de la coalición, sino la de otro de los primeros partidos regionalistas nacidos en la Comunidad, Extremadura Unida, ahora coaligado con el PP.
 
              El PREx nació en 1990 y se disolvió en 1996. En las elecciones autonómicas y locales de 1995 se unió a CREx y Extremadura Unida (EU) para formar una coalición electoral en las elecciones autonómicas y locales, que solamente obtuvo un escaño en la Cámara, aunque se mantuvo hasta las generales de 1996, con escasos resultados. EU abandonó después la coalición, pero PREx y CREx la mantuvieron hasta julio del 97, en que se inscribió como tal en el registro del Ministerio del Interior, unificándose en 2003 en una misma estructura, liderada por el joven abogado Estanislao Martín (Casares de Las Hurdes, Cáceres, 1964), quien, tras ser concejal en su pueblo, lo fue en su ciudad de residencia, Cáceres, (2003-2007) y diputado en la Asamblea (2007-2011).
              Por su parte, CREx fue fundada por el entonces diputado en la Asamblea por el CDS desde el 91, Tomás Martín Tamayo, quien inscribió el partido en el registro en 1992. En el 95 se unió al PREx y EU para formar la ya citada coalición para las elecciones a la Asamblea, y en diciembre de 2003, Tamayo abandonó el partido y concurrió en las listas del PP a las autonómicas del mismo año.
              La federación ha justificado la ruptura "para recuperar la libertad", y garantiza su voto a los socialistas en las cuestiones pactadas, aunque defienda un criterio propio en nuevos asuntos, porque "el pacto con los socialistas era algo coyuntural y había quedado prácticamente sin efecto". Por otro lado, la federación ha dejado claro que, ya en el congreso celebrado en noviembre de 2012, tomó el acuerdo de no acudir con el PSOE en los próximos comicios autonómicos; es decir, que la decisión ya había sido anunciada, aunque no la disolución de la coalición, ni la recuperación de la libertad, ni lo de "tener voz propia".
              Ayer, y en otros medios, la federación amplía el alcance de la ruptura, y su secretario regional afirma que la disolución ha de entenderse como "el agotamiento de un pacto y no como una ruptura motivada o tensiones". Tras diez años, cuando muchos de sus miembros han sido diputados regionales y provinciales, directores generales, concejales..., ahora que se está en la oposición por vez primera, la coalición "no tiene recorrido", y desea ocupar "otro espacio político" y, además, "los intereses de un partido de ámbito nacional, y con vocación de gobierno, como el PSOE, ha anulado, quizá sin pretenderlo, la acción política de los diputados regionalistas, haciendo muy difícil que su mensaje se manifieste", en palabras de su secretario regional. Pues bien, llegada es su hora para que, ahora, con grupo propio, tenga voz propia; sean llave en ayuntamientos en los que el PSOE pierde la mayoría por la disolución, como en Villafranca de los Barros...; y en las próximas elecciones, hagan campaña y aténganse a los resultados. Veremos, entonces, si el regionalismo, amparado en el paraguas de los grandes (sin presupuestos, campañas electorales, cartelería, márketing..., solo con varios nombres para rellenar las listas de aquellos) es un proyecto con vocación de gobierno, o una utopía irrealizable, del griego: οὐτοπία (οὐ, no; τόπος, lugar = 'lo que no está en ningún lugar').  Por de pronto, sus antiguos colegas de EU se aprestan hoy a afirmar que no se plantean romper la coalición con el PP. Por algo será.
              Extremadura Unida (EU) es otra cosa. Fundado por Pedro Cañada en 1980, es uno de los partidos integrados en Unión de Centro Democrático (UCD) en la transición y cuyo fundador fue, hasta 1979, senador por UCD. En las elecciones autonómicas de 1983 obtuvo seis diputados; en las de 1987 repitió el mismo resultado; en 1981 no obtuvo representación; en el 95, con Coalición Extremeña, logró un diputado; en 1999 y 2003, no logró representación en la Asamblea; en 2007, en coalición con el PP, obtuvo 2 diputados; y en 2011, 1 diputado. ¿A quién conviene seguir bajo el paraguas del PP?
              El primer germen del regionalismo extremeño surge  en noviembre de 1976 en Guadalupe, en el que más de un centenar de promotores crean Acción Regional Extremeña (AREX), que se define como partido autóctono, extremeño, independiente, regionalista y socialdemócrata. AREX se integra en Unión de Centro Democrático (UCD) en 1977, con su secretario regional al frente, Enrique Sánchez de León, elegido diputado al Congreso por Badajoz en las elecciones de 1977 y 1979, y que fue ministro de Sanidad entre julio del 77 y abril del 79, y que se incorporó al CDS tras la disolución de UCD en 1984, incorporándose al Centro Democrático y Social (CDS).
              Hay otros partidos regionalistas extremeños, como Socialistas Independientes de Extremadura (SIEX), escindido del PSOE en los noventa, con José María Sánchez Navarro, alcalde de Carcaboso, como fundador, y en el que se integraron en febrero de 1995 León Romero, alcalde de Don Benito, y José Antonio Jiménez García, ex vicepresidente de la Junta, ambos con el PSOE. Jiménez fue alcalde de Villanueva entre 1999-2003 mediante un pacto entre su partido, el PP e IU, y diputado en la Asamblea por la coalición IU-SIEX entre 2003-2007. En 1986, el Bloque Extremeñista Revolucionario ostentaba la alcaldía de Majadas de Tiétar (Cáceres)  y en 1999 se inscribe de forma anecdótica el Bloque Nacionalista Extremeño (BPEx). El 2 de marzo de 2007, Victoria Domínguez, ex portavoz del PP en Plasencia y candidata a la alcaldía de la ciudad, relegada en la portavocía por su partido posteriormente, crea Unión del Pueblo Extremeño (UPEX), que obtiene en las elecciones de 2007 un concejal en Plasencia y forma coalición con el PSOE. También se presenta a las autonómicas del mismo año, sin obtener representación.
              El PSOE y el PP han dado a la coalición PREx-CREx y a EU mucho más de lo que ellos le han aportado. "Sensu contrario", UPEX dio al PSOE en Plasencia el pacto de gobierno que permitió a Elia María Blanco (PSOE) gobernar durante su segunda legislatura (2007-2011), del mismo modo que en 2009, el pacto con Raquel Puertas, ex del PP y de Compromiso por Plasencia, de José Luis Díaz, le permitió gobernar durante su primera legislatura como alcaldesa de la ciudad (1999-2003). Y todo para nada: para que su partido las haya dejado tiradas, lo mismo que a la ex alcaldesa de Cáceres y portavoz hasta hace poco, Carmen Heras. El poder otorga prebendas; y a los que las pierden, a la calle; pero no las pierden los candidatos, sino el partido, los clanes que se perpetúan en el poder.
              La incógnita regionalista no reside ahora en las próximas elecciones, sino en qué hará el cuarto grupo parlamentario en la Asamblea, el grupo mixto, fruto de la disolución  de la coalición del PREx-CREx con el PSOE, cuando se publica que el anuncio de Nogales (IU) precipitó el anuncio de la ruptura. Y cuál es este anuncio, sino el enigma que ha dejado en el aire: será un periodo de sesiones sorpresivo... ¿Qué quiere decir: que se aliará con su grupo para el consenso en la votación de los Presupuestos; que votarán con ellos en la abstención activa?, como les pide Monago...? Apañados vamos con la utopía regionalista, más bien la república de la imaginaria isla de Utopía, de Tomás Moro, en su obra "De optimo Republicae statu deque Nova Insula Utopia". (Pedir la traducción a Carlos Sobera, que para eso se llevó 20.000 € del ala por hablar un latín macarrónico... en el Teatro Romano)...

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